El Quijote, en Mar de Plata, Argentina
Yo el supremo
Augusto Roa Bastos (1917)
*
"¡Vea Ud., fray Bel-Asco, si
no es fábula para mejor reír! Ya sabrá S. Md. que nuestro
Gran Hombre desaparece por tiempos en periódicas clausuras. Durante meses
se encierra en sus habitaciones del Cuartel del Hospital, según lo hace
saber con el método del rumor oficial, o sea del público secreto
de Estado, para dedicarse al estudio de los proyectos y plantes que su
calenturienta imaginación pretende haber concebido para poner al Paraguay
a la cabeza de los países americanos. Se ha filtrado sin embargo la
especie de que estos retiros a su hortus conclusus responden al propósito
de escribir una novela imitada del Quixote, por la que siente fascinada
admiración. Para desdicha de nuestro Dictador novelista, le falta ser
manco de un brazo como Cervantes, que lo perdió en la gloriosa batalla de
Lepanto, y le sobra manquedad de cerebro y de
ingenio.
* Augusto Roa Bastos
(Asunción, Paraguay), Yo
el Supremo (1974), ed. Milagros Ezquerro, p170.
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