Construir organización social es una necesidad
La izquierda obrera y sus prioridades
Pre-campaña presidencial en México de bajo perfil político.
López Obrador aventaja en las encuestas. Marcos anuncia “otra campaña”.
¿Votar o no votar? ¡Ese NO es el dilema!
PRI-vatización segura
En la reciente asamblea (marzo 2005) del Partido
Revolucionario Institucional (PRI), su actual presidente Roberto Madrazo
envío un claro mensaje al imperialismo: él sí es capaz de
reformar la Constitución para privatizar las industrias eléctrica
y petrolera. Lo demostró al imponer a la asamblea de su partido la
modificación de los estatutos para dejarle las manos libres. Ya en 2004,
le demostró al Partido Acción Nacional (PAN) que la mayoría
parlamentaria del PRI, en alianza con el PAN, podían privatizar la
seguridad social y lo hicieron.
Ahora, Roberto se encamina a la
postulación del PRI confiado en el poder económico y
político que ha estructurado. A la fecha, su partido gobierna en la
mayoría de los estados y municipios del país. Las recientes
elecciones en lugares importantes, como el Estado de México, las ha
ganado el PRI. De hecho, este partido es el único que tiene estructura a
nivel nacional y miles de operadores pagados por los gobiernos
locales.
Más aún, Roberto es parte de las élites
mafiosas del país, es uno del grupo del expresidente Salinas de Gortari y
de poderosos sectores financieros. Un sector de primera importancia es el
charrismo sindical, mismo que mantienen un férreo y violento control de
los trabajadores mexicanos desde hace 50 años. Este sector corporativo ha
envejecido en el poder, no ha cambiado en absoluto pero, peor aún, sigue
reproduciéndose.
Al interior del PRI hay un cierto debate interno que
concluirá en negociaciones mafiosas. Roberto Madrazo se enfila a la
nominación. Nada bueno puede esperarse. Amplios sectores de mexicanos
repudiamos al PRI pero éste trabaja fuertemente para regresar a la
Presidencia. Es previsible que los priístas utilizarán todos los
recursos, obviamente sucios, para imponerse. Pero, la política de Madrazo
es contraria al interés general de la Nación, por tratarse de un
individuo muy corrupto y, lo más importante, por carecer de una
política digna en todos los órdenes.
PAN, más entreguismo garantizado
La sociedad mexicana también
repudia al PAN, más luego del enorme fracaso de Fox quien hizo una
campaña basada en el engaño y la mentira, cuestiones que han sido
la característica de su mal gobierno. Fox ha sido uno de los peores
presidentes en la historia de México, junto a Antonio López de
Santana y Victoriano Huerta.
Fox ha malgobernado el país al margen y
en contra de la Constitución Política. El de Fox ha sido un
gobierno sin ley. El foxismo es sinónimo de servilismo y entreguismo al
imperialismo. A espaldas del pueblo, Fox ha entregado a las transnacionales la
tercera parte del patrimonio energético de México en materia
eléctrica y petrolera. A la fecha, más del 50% de la
producción de petróleo crudo se destina a los Estados Unidos, se
produce para el imperialismo. En ese afán desmedido, la quema de gas
natural, asociado al petróleo crudo, en la atmósfera es criminal.
No solamente se desperdicia un valioso recurso no renovable sino que,
literalmente, con tan irracional explotación, se sigue quebrando
impunemente a los pozos productores.
Santiago Creel es el candidato de Fox.
Aunque hay otros precandidatos, Creel es el más tonto, privatizador,
sucio y desprestigiado. En esas “virtudes” basa la
postulación de su partido y puede lograrla. Al igual que lo hizo Fox,
Creel seguramente acudirá al financiamiento de las mafias cubanas de
Miami. Por lo pronto cuenta con la incondicionalidad de los medios
electrónicos ha quienes benefició, siendo secretario de
gobernación, con cientos de permisos para operar casinos,
hipódromos y galgódromos en el país. Es el mecanismo
más obvio para lavar el dinero del narcotráfico.
Con Creel el
país podría ser anexado plenamente a los Estados Unidos en calidad
de vil colonia. Mucho se ha avanzado en ese sentido con Fox. La política
de Creel es, evidentemente, privatizadora. Creel no tiene proyecto de
Nación, al contrario trabaja en contra de la Nación.
López (PRD), opción socialdemócrata
En tan desolador panorama, la
popularidad (a nivel encuestas) de Andrés Manuel López Obrador lo
llevó a registrarse como precandidato presidencial por el Partido de la
Revolución Democrática (PRD). Es el único precandidato
registrado, el otro, Cuauhtémoc Cárdenas declinó en buena
hora, pues ni tenía posibilidades ni tiene política
coherente.
López Obrador, a la vieja usanza, ha presentado ya las
primeras 50 promesas de campaña. “Justicia social”
será su divisa, ha dicho. La popularidad de AMLO se mantiene alta. La
incertidumbre está en su partido pues el PRD no tiene estructura
nacional, su presencia se reduce a 5-6 estados de un total de 32. Obrador y sus
colaboradores cercanos, provenientes del salinismo, se han dado a la tarea de
organizar redes ciudadanas para apoyar su campaña. En varias
partes se han organizado esos comités ciudadanos que, desde luego, son
insuficientes para sostener una campaña presidencial y, peor aún,
para gobernar decentemente.
La presencia de salinistas en el primer nivel
del equipo de Obrador ha sido motivo de enconadas críticas. Lo más
grave, sin embargo, es la política. Las propuestas de Obrador suenan bien
y en muchos casos serán apoyadas. Por ejemplo, propone extender la ayuda
que implantó en el Gobierno del Distrito Federal a todos los mexicanos de
la tercera edad. Muy loable pero es algo mínimo y muy
limitado.
Tratándose de los grandes problemas nacionales, Obrador
declara superficialidades, así es su “Proyecto de
Nación”. En materia de energía es, sencillamente,
inaceptable. Dice que no privatizará ni la industria petrolera ni la
eléctrica. Pero, contradictoriamente, propone la inversión privada
(extranjera) en ambos sectores. Respecto a la privatización ACTUAL no ha
dicho ni 1 (una) sola palabra. Restablecer la legalidad Constitucional es algo
que no se atreve ni a declararlo. Por ningún motivo desea incomodar a las
corporaciones transnacionales.
Por supuesto, en tan triste panorama, Obrador
es “gallo" comparado con Madrazo o con Creel. López es un
político habilidoso, formado en el PRI y ahora socialdemócrata. Su
gobierno (todavía falta que gane) no sería nada extraordinario
pero peor que Fox sería muy difícil. Tampoco habría
solución a los grandes problemas nacionales. Obrador le promete
“justicia social” al pueblo y “gobernabilidad” al Fondo
Monetario Internacional, al Banco Mundial y a los mercados. Su política
es superficial y contradictoria, su equipo es muy cuestionable y su partido No
es confiable. Obviamente, no se le puede pedir peras al olmo y menos enojarse
porque no las da.
Marcos, erráticas contradicciones
El que se enojó fue Marcos. Luego de casi 5 años
de supuesto táctico silencio reapareció enviando comunicados casi
diarios. A partir de una Sexta Declaración propone La otra campaña
es decir un recorrido por el país sin objetivos electorales sin
política ni propuestas solo para escuchar. Así lo ha dicho publicado y reiterado.
En un nuevo viraje, Marcos ha descargado su enojo contra
López Obrador y el PRD a quienes ha acusado de “traidores”,
“bribones”, “sinvergüenzas”, etcétera y ha
amenazado con “hacerlos pedacitos” (en La Jornada, julio y
agosto 2005). “Nos la van apagar”, ha dicho, confundiendo a Obrador
y al PRD con los enemigos principales. Con más insultos que
política, el blanco ha sido Obrador en un tono que algunos intelectuales
(O.R. Araujo) han calificado de “pleito de cantina”. Otros (L.J.
Garrido), han notado que, a Fox “no lo toca ni con un pétalo de
rosa”. Unos más (E. Poniatowska), han dicho que Marcos
“divide” a la izquierda.
De hecho, durante el largo silencio, Fox
ha sido el beneficiado pues ha traicionado a México, privatizado lo que
ha querido, atropellado la legalidad constitucional y Marcos no ha hecho una
sola crítica, Fox ha malgobernado “tranquilito”. En cualquier
caso, Marcos, sacralizado por varios intelectuales que lo teorizan, está
siguiendo las peores tradiciones de la izquierda.
Una de las críticas
de Marcos al PRD es haber aprobado una Ley indígena que no satisface a
nadie y es contraria a los Acuerdos de San Andrés, Chiapas. La
crítica al PRD es correcta, este partido cometió un grave e
innecesario error. Pero no fue el único, también el PRI y el PAN
aprobaron esa ley. Para hacerlo no necesitaban del PRD porque ambos constituyen
mayoría. Sin embargo, Marcos NO dice nada del PRI ni del PAN, su objetivo
es “despedazar” al PRD.
El viraje es evidente. Antes la
referencia era la llamada “sociedad civil” y la entrega de la
organización de eventos y decisiones a los peores sectores del PRD, la
llamada “izquierda” era calificada de “policía” y
de “provocadores”. Ahora es al revés, Marcos (sin NINGUNA
autocrítica) privilegia lo que llama “la mera” izquierda. En
esa “izquierda”, los trabajadores (TODOS, hasta el Frente
Etcétera o Frentote) han sido “explícita y
reiteradamente” excluidos, ni los menciona, simplemente NO
existimos.
Marcos ha optado por una pendiente muy riesgosa. Antes era muy
complaciente con la pequeña burguesía, ahora la ataca “en
bola” y sin distinciones. Muchos perredistas de base ya se han dado por
ofendidos y con razón. Muchos de ellos estuvieron en la
organización de la gira que Marcos y otros compañeros chiapanecos
hicieron en marzo de 2001. Con ellos, varios de nosotros estuvimos atrás,
conectando la luz para que cuando llegara Marcos funcionaran los reflectores y
micrófonos. Hoy, hemos vuelto a ser excluidos. Así está
mejor.
Lo grave de la iniciativa de Marcos es la ausencia de
política. Marcos propone la acción en abstracción de la
lucha de clases. Más aún, Marcos y Obrador comparten el empirismo
político, ambos rinden culto al espontaneísmo. Por ese camino no
se puede llegar lejos ni asegurar ningún
éxito.
Izquierda socialista inexistente
Esa lamentable situación ocurre porque la
izquierda mexicana es, políticamente, inexistente, su marginalidad y
división es paralizante.
Sintiendo la necesidad de la unidad, en un
contexto de severa ofensiva neoliberal, varios agrupamientos de la izquierda
llamada socialista fueron convocados. Nosotros, como trabajadores interesados,
nos acercamos a algunas reuniones. El objetivo propuesto era integrar una
alternativa de izquierda, en serio, para que la socialdemocracia no sea la
única opción en México.
Todo parecía ir bien y,
en julio de 2005, se decidió constituir al Frente Socialista. La noticia
parecía histórica. Luego de numerosos intentos, crisis,
alejamientos y desapariciones, los sectores de la izquierda socialista
darían un gran paso.
Aunque se publicó la noticia se
perdió. A pesar de los esfuerzos, este intento pasará a la
historia como uno de los más efímeros. El mismo día que el
Frente se fundó, ese mismo día se dividió. Eso produce
hasta hilaridad.
En lo anecdótico, la división fue marcada por
los empellones entre personalidades troskistas. Políticamente, la
situación es más grave. Se había conocido la propuesta de
Marcos y, el Frente, sin referencias políticas propias abrió una
discusión, en términos de disyuntiva, entre apoyar la
campaña presidencial de López Obrador (PRD) o la “otra
campaña” de Marcos. Esta segunda posición se impuso y el
Frente se dividió.
De manera que la izquierda mexicana da
vergüenza, es muy débil orgánica y políticamente, de
hecho es inexistente, su influencia es casi nula y no hay manera de avanzar en
lo inmediato.
¿Votar o no votar? ¡Ese NO es el problema!
Nosotros consideramos que el pueblo
de México está harto de tantos agravios que los sucesivos
gobiernos (del PRI y el PAN) le han ocasionado. El pueblo mexicano es noble y, a
pesar de todo, NO ha perdido la esperanza. Desafortunadamente, el nivel
político (en general) es muy bajo y, lo más grave, la enorme
mayoría estamos desorganizados.
Pero, en momentos de crisis, ni los
trabajadores ni el pueblo pueden (ni deben) esperar a que la vanguardia se
organice, a que la izquierda se ponga de acuerdo, los pueblos “se
agarran” de lo que hay. En tales condiciones, muchos mexicanos (millones)
ven en las elecciones una oportunidad para lograr algún cambio. Son tan
pocos los espacios que se tienen y tan escasa la costumbre de hacer
política que, para muchos, las elecciones son una oportunidad para
participar.
Esa participación es correcta aunque limitada y
engañosa porque los votos NO cuentan, ésa es la apariencia de
“democracia”, lo que define es el fraude organizado por las mafias y
los medios. Pero votar es un derecho y quien quiera ejercerlo debe hacerlo. No
votar, también es un derecho que debe respetarse. Esa disyuntiva NO es
una dicotomía de principios ni mucho menos una bronca. ¿Votar o no
votar? ¡Ese no es el problema!
Izquierda obrera
Para los trabajadores mexicanos la situación es
peor. En las últimas 5 décadas, la gran mayoría (más
del 99%) NO tiene derecho ni a votar. Eso, en los sindicatos está
prohibido, el charrismo sindical lo impide con violencia. La mayoría de
los trabajadores sindicalizados NO eligen a sus representantes, ni votan en las
asambleas porque NO hay asambleas ni elecciones. Los trabajadores mexicanos
están secuestrados en sus propias organizaciones sindicales.
Con ese
deplorable panorama, NADIE (ni intelectuales ni políticos) se acuerda que
los trabajadores existimos y menos nos consideran parte de la izquierda. Sin
embargo, parte de la izquierda más consecuente de las últimas 4
décadas está en el sector obrero, con múltiples
dificultades pero con un importante desarrollo de la
política.
¿Cuáles son las prioridades?
Las propuestas obreras rebasan la coyuntura,
provienen de hondas raíces históricas, en México y en el
mundo, y se refieren a aspectos políticos estratégicos. Lo que
urge a los mexicanos es la organización. Esta es una necesidad para
llevar adelante un programa, que incluya la toma del poder político, la
defensa de los recursos naturales, el restablecimiento de la legalidad
constitucional, el ejercicio de los derechos sociales, la defensa de la
soberanía nacional, la autodeterminación independiente y la
solidaridad internacional.
Los mexicanos necesitamos organizarnos a todos
los niveles, obrero, social y político para potenciar, en la lucha
organizada y conciente a nivel nacional, la construcción de una sociedad
solidaria. El mundo mejor porque el que luchamos los trabajadores es
concreto y real con base en una política propia. Esta lucha pasa por
derrotar al charrismo sindical, reorganizar al movimiento obrero, impedir las
privatizaciones y recuperar el derecho de propiedad social de la Nación
sobre la tierra y sus recursos.
¡Salud y Revolución Social!
¡Venceremos!
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