La respuesta social de los bolivianos es múltiple porque el
objetivo político es muy claro. Los hidrocarburos bolivianos son de
Bolivia y la propiedad es de la Nación. La consigna lo expresa
claramente: ¡Nacionalización sin
indemnización!
Mientras las corporaciones amenazan, el pueblo
avanza con los recursos de que dispone. En momentos culminantes de los
anteriores días, campesinos bolivianos organizaron la toma de varios
pozos petroleros. En Santa Cruz, tres campos petroleros y un pozo en poder de
Repsol fueron tomados y la producción se suspendió. Los campos
ocupados fueron Vibora, Sirari y Yirari mismos que producen entre 2 mil 600 y 3
mil barriles diarios de petróleo. El pozo Los Penocos produce 150
barriles diarios.
Los campos Patujusal, Los Cusis y Humberto Roca, bajo
el control de The Chaco Oil Company, filial de British Petroleum, también
fueron tomados por los campesinos. Estos campos producen entre 1500 y 1700
barriles diarios.
Estas acciones no han sido las únicas. En El
Alto, la población tomó las instalaciones de la empresa de gas en
la capital y organizó la distribución gratuita entre la
población.
Es el principio, apenas, porque a la industria
petrolera y de gas de Bolivia habrá que tomarlas plenamente, desde
adentro y a nivel nacional, y hacerlas funcionar en interés de la
Nación boliviana. Hay un gran reto por delante y el pueblo
vencerá. Por supuesto, todo empieza por la cabal nacionalización
mediante un decreto elevado al rango constitucional.