Programa obrero de México
a) Vigencia del programa
“Mexicano esto te interesa, ¿Porqué
luchamos?” decía el inicio de nuestro programa enarbolado en las
Jornadas Nacionales del Sindicato de Trabajadores Electricistas de la
República Mexicana (STERM) en 1971-72. Repartido casa por casa, en las
marchas y mítines, en ese primer programa se presentó una
visión de los electricistas que superaba el marco gremial para ubicarse
en un contexto mayor. El conflicto inmediato del STERM era laboral pero, en el
fondo, se trataba de un problema político que fue resuelto con un Pacto
de Unidad mediante el cual fundamos, en 1972, al Sindicato Unico de Trabajadores
Electricistas de la República Mexicana (SUTERM).
La
formación del SUTERM representó un éxito político
para los electricistas democráticos. La decisión estuvo enmarcada
en lo expresado por nuestro programa, es decir, la reorganización del
movimiento obrero en grandes sindicatos nacionales por rama industrial. En el
curso de la lucha sindical se obtuvieron importantes logros para los
trabajadores e industria eléctrica expresados en la Contratación
Colectiva de Trabajo (CCT). En materia industrial, fue enarbolada la bandera de
la integración de la industria eléctrica. Primero la
unificación de frecuencia y, luego, la interconexión de casi todo
el sistema eléctrico nacional, significaron un importante avance hacia la
culminación de la nacionalización de la cual los electricistas
hemos sido precursores, promotores, autores y defensores.
La lucha del
STERM conmovió a la población mexicana que solidaria
compartió la experiencia iniciándose la organización social
a través de los Comités de Acción Popular en varias partes
del país. El propósito de estos Comités era organizar la
lucha por reivindicaciones amplias.
A partir de la ruptura en el SUTERM,
ocurrida en 1974 como resultado de la agresión del charrismo contra los
electricistas democráticos, constituimos a la Tendencia
Democrática del SUTERM. En respuesta a la agresión desarrollamos
una intensa movilización en grandes Jornadas Nacionales por la Democracia
Sindical. El 5 de abril de 1975, en la Plaza de Armas tapatía, en el
mitin con que culminó una gran marcha nacional de electricistas, todos
los presentes incluyendo a los aliados, entre ellos los petroleros
democráticos de las Secciones 1, 34 y 35, aprobamos el programa
denominado Declaración de Guadalajara. En ese programa, los
electricistas en lucha explicamos al pueblo de México el sentido profundo
de nuestro movimiento proponiendo un conjunto de propuestas que rebasaban el
ámbito electricista. “Programa para llevar adelante la
Revolución Mexicana”, fue el subtítulo
indicado.
Este programa se propuso en un contexto dominado por el
charrismo sindical, después de la represión de 1958-59 a los
ferrocarrileros y luego de la masacre al movimiento estudiantil de 1968. A ese
momento, el charrismo sindical encabezado por Fidel Velázquez, secretario
general de la CTM desde hacía ya varias décadas, se había
convertido en el pilar del gobierno en turno, en el valladar que impedía
a los trabajadores expresar su potencial político, en la
usurpación de la lucha obrera ahogada violentamente, en la
opresión de la Nación mexicana.
Precisamente, por ello, es
que la lucha por la democracia sindical ocupa el primer plano en la lucha
electricista. Es el charrismo, nada más y nada menos, la superestructura
que impide el accionar de los trabajadores, el desarrollo del sindicalismo y de
la Nación.
A ese momento, el movimiento obrero ya mostraba una
vergonzosa postración, atomizado en multitud de sindicatos y
sindicatitos, vegetando en medio de la corrupción y la violencia. Eso,
fue lo que determinó la lucha por la reorganización del movimiento
obrero con nuevas bases acordes con el desarrollo industrial alcanzado en
México.
Nuestro programa contenía, además, un
conjunto de reivindicaciones y propuestas relacionadas con las condiciones de
vida y de trabajo y el desarrollo del sector estatal de la economía. En
este rubro, se expresaba la ideología del nacionalismo revolucionario y,
en tal sentido, se proponían diversas nacionalizaciones y expropiaciones.
Esta vertiente, sin embargo, era muy diferente del tradicional nacionalismo
oficialmente proclamado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el
poder durante 70 años. Para los electricistas democráticos, el
“nacionalismo” implica, en primerísimo lugar, el derecho a la
propiedad social de los principales medios de producción y la
distribución social de la riqueza.
Con el nivel de fuerzas y
comprensión adquiridos, mantuvimos intensas discusiones con otros
sectores y varios de ellos se sumaron entusiastas. La idea central para apoyar
el programa estuvo basada en su necesaria pertinencia. Ese programa, con algunas
variantes, constituyó el programa que enarbolamos con el Frente Nacional
de Acción Popular (FNAP) y los correspondientes Frentes Locales de
Acción y Solidaridad (FLAS).
Entretanto fuera posible
reestructurar al movimiento obrero, se planteó la lucha integrados en un
Movimiento Sindical Revolucionario (MSR). Las ideas fundamentales tuvieron eco,
principalmente, entre el sindicalismo universitario y
minero-metalúrgico.
En 1976, en el contexto de la Huelga
Eléctrica Nacional propuesta para estallar en todo el país el 16
de julio a las 12:00 hs., el gobierno federal intervino todos los centros
eléctricos y nucleares en el país. 400 mil esquiroles, contratados
por los charros, apoyados por 20 mil soldados del Ejército federal
ocuparon todas las instalaciones de la industria eléctrica nacionalizada
en el país. Resultado de la represión, miles de trabajadores
fuimos despedidos. El enfrentamiento con el Estado se produjo en la desigualdad
de fuerzas, antes de haber acumulado las suficientes, no obstante que el
movimiento se había extendido a casi todo el territorio nacional y en
varias partes estaba bastante consolidado. Al final, en términos de
decisiones de inmediato plazo el movimiento fue intervenido por serias
provocaciones internas, el peso del gremialismo se impuso y no fue posible
sostenerse. La Tendencia Democrática tuvo que disolverse y, con ella, el
FNAP. “La huelga para mejor ocasión” se dijo.
Luego
de la represión, la economía nacional se deshizo con la primera
devaluación del peso y la entrada del país en una onda larga de
crisis económica que persiste hasta el día de hoy. Las luchas
obreras posteriores se desarrollaron con muchas vicisitudes habiendo retrocesos.
La nacionalización eléctrica se interrumpió, la
interconexión eléctrica nacional se detuvo, el proceso de unidad
sindical se estancó y así hasta la fecha.
El programa
también fue detenido y por muchos olvidado. Sin embargo, los
electricistas de la Tendencia Democrática habíamos hecho ya una
importante aportación al movimiento obrero. Nuestro programa pasó
a ser patrimonio colectivo de los trabajadores mexicanos. Durante años,
electricistas y petroleros, organizados en el Frente de Trabajadores de la
Energía (FTE) de México hemos mantenido ondeando las banderas,
defendiendo las propuestas que estimamos siguen vigentes y contribuyendo a su
desarrollo.
La Declaración de Guadalajara es un programa
vigente porque las causas que lo originaron siguen presentes tal vez, incluso,
con mayor crudeza. En el neoliberalismo, el charrismo sindical es el apoyo
fundamental para la expropiación y privatización de los recursos
naturales e infraestructura industrial de la Nación. El charrismo es el
grupo de choque para las reformas antiobreras en materia de derechos
fundamentales. La lucha por la democracia sindical y la reorganización
del movimiento obrero, por tanto, representan el punto número 1 en la
agenda nacional de los trabajadores y pueblo de México. Sin democracia
obrera y sin dinámica social no es posible ningún cambio de fondo
favorable a los mexicanos.
Más aún, sin la debida
organización social en todo el país y por todos los sectores,
especialmente los trabajadores, no será posible rescatar a México
de las garras del imperialismo, ni expulsar a las transnacionales que invaden al
país, ni recuperar la propiedad social, la autodeterminación,
soberanía e independencia. Por tanto, estimamos vigentes las propuestas
de la Declaración de Guadalajara y proponemos la lucha por esas
banderas en su expresión actual.
b) Desarrollo del programa
Los trabajadores de la energía de
México, como otrora los electricistas de la Tendencia Democrática,
estamos en lucha frontal contra el imperialismo y su política. Con la
experiencia y conocimiento acumulados en gloriosas jornadas de lucha, levantamos
con honor nuestras banderas y llamamos al conjunto de trabajadores mexicanos a
hacerlas suyas con alto entusiasmo hasta lograr la victoria. Fieles a nuestra
bandera roja llamamos a luchar por:
Los sindicatos requieren de la democracia como
oxígeno para la vida. Realización de asambleas generales, voto
secreto y universal para la elección de representantes y
revocación de los mismos, rendición periódica de cuentas,
respeto a los derechos obreros. Pero la democracia obrera no se reduce a sus
aspectos formales ni significa solamente el derecho al voto. La democracia es un
medio para ejercer acciones de interés colectivo social.
La
democracia obrera es necesaria para el desarrollo de un sindicalismo
solidario opuesto al sindicalismo corporativo. La lucha por los derechos
laborales es necesaria pero, los sindicatos clasistas tienen tares adicionales
más importantes que cumplir. El sindicalismo solidario no se reduce a la
simple circulación de mercancías ni a la gestión
administrativa. Ese sindicalismo de negocios debe ser superado extirpando los
vicios del ámbito sindical. La alternativa es la práctica sindical
basada en la dinámica concreta para llevar adelante el Programa
Obrero de México en sus distintas vertientes y rescatar a los sindicatos
como primeros instrumentos de lucha obrera.
La democracia obrera es el
ejercicio de la voluntad colectiva de los trabajadores y, exige la independencia
de clase respecto del patrón y el gobierno. Pero, los sindicatos son
organismos de interés social, son un patrimonio colectivo de los
trabajadores, no son propiedad privada de nadie, ni entidades que escudadas en
falsa autonomía se abstraigan del conjunto de la clase ni de la sociedad.
La independencia de clase obrera radica en la lucha de los trabajadores en torno
a su propio programa.
2 Sindicalismo industrial
La forma moderna de
organización del proletariado es en grandes sindicatos nacionales de rama
industrial que integren áreas completas de la actividad productiva. Es
preciso superar al viejo sindicalismo de empresa, y de oficios varios, por
obsoletos e históricamente superados.
A nivel del país, es
preciso definir las ramas económicas actualmente vigentes. Las nuevas
ramas deben incluir las diversas actividades productivas en la industria,
agricultura, comercio y servicios, teniendo presentes las actividades de las
manufacturas, la gran industria y las generadas por el desarrollo
tecnológico. Estas ramas son 20; deben existir, por tanto, solo 20
sindicatos.
La imagen actual del sindicalismo mexicano es deplorable.
Más de 12 mil sindicatos y sindicatitos, media docena de centrales y
centralitas, y el dominio del charrismo en prácticamente todas las
organizaciones sindicales. Salvo momentos excepcionales, en México se
practica el sindicalismo corporativo, limitado al econocimismo, a la simple
relación laboral, al pacto cotidiano con el patrón, al
egoísmo gremial y la visión inmediatista. La expresión
más degradada de este tipo de sindicalismo es el charrismo sindical
sustentado en la corrupción y la violencia.
A partir del concepto
de sindicalismo solidario, es preciso integrar a los diversos sindicatos
nacionales de industria con un solo sindicato por cada rama de actividad
productiva. El sindicato nacional de industria estará integrado por
secciones organizadas de acuerdo al criterio de los centros de trabajo
existentes y su cercanía geográfica. Por cada sindicato
habrá un solo Contrato Colectivo de Trabajo, y unos solos Estatutos con
unos solos principios y programa.
El sindicato nacional de industria es
necesario para reorganizar los diversos procesos de trabajo y orientarlos
debidamente. De acuerdo a la naturaleza de estos procesos, los sindicatos
nacionales de industria organizarán a los trabajadores pertenecientes a
la rama en cuestión, favoreciendo la identidad de clase, unificando las
condiciones de trabajo y fomentando la necesaria solidaridad obrera. En su caso,
en el capítulo de particularidades de los CCTs se definirían las
cuestiones específicas en cada subsector.
En las secciones reside
la acción sindical y, en su dinámica concreta, se expresa la
voluntad de los trabajadores dentro de la unidad del sindicato nacional de
industria. A su vez, cada sindicato expresa la identidad internacionalista,
integrándose a las correspondientes instancias organizativas por rama
industrial, formando Uniones Internacionales de Sindicatos. En nuestros
días, la lucha nacional está rebasada y es preciso el batallar
proletario unificado a escala mundial.
3 Reorganización del movimiento obrero
La Constitución política
de México, en materia de trabajo, está superada
históricamente. Es necesario un nuevo Artículo 123 Constitucional
y nueva legislación reglamentaria. En especial, es preciso redefinir la
fracción XXXI del Artículo 123 Constitucional. En dicha
fracción, se definen algunas de las ramas industriales asumiendo la
desintegración de los procesos de trabajo en ramas idénticas de
actividad económica, y varias no están consideradas. Se propone
una nueva fracción XXXI del mencionado artículo para considerar
las ramas industriales correspondientes a las actividades económicas
vigentes en la actualidad.
Consecuentemente, se procederá a
reorganizar el movimiento obrero de México en los respectivos sindicatos
nacionales por rama industrial que serían:
1. Sindicato Mexicano de la Energía.
Integrado por los
trabajadores de la industria petrolera, gas, industria eléctrica,
industria nuclear, industria electrónica, manufacturas eléctricas
y electrónicas.
2. Sindicato de las Telecomunicaciones.
Integrado por los
trabajadores de la industria telefónica, de telecomunicaciones espaciales
y vía satélite, correos y telégrafos, radio y TV.
3. Sindicato de la Química.
Integrado por los
trabajadores de la industria química, carboquímica y
petroquímica y demás procesos de transformación.
4. Sindicato de la Minería y la Metalurgia.
Integrado
por los trabajadores de la industria minera, metalúrgica,
siderúrgica, metal-mecánica y automotriz, incluyendo la
fabricación de equipos, partes y componentes.
5. Sindicato del Transporte.
Integrado por los trabajadores
del transporte aéreo, marítimo y terrestre incluyendo los
ferrocarriles, el transporte de carga, de pasajeros foráneo y urbano, y
las maniobras del servicio de carga.
6. Sindicato de la Construcción.
Integrado por los
trabajadores de la industria de la construcción civil, cemento, vidrio,
cal, construcción industrial y naviera.
7. Sindicato de la Madera.
Integrado por los trabajadores de
la industria de la madera, muebles y decoración.
8. Sindicato Editorial.
Integrado por los trabajadores de la
industria del papel, celulosa, editorial y artes gráficas.
9. Sindicato Textil.
Integrado por los trabajadores de la
industria textil en todas sus ramas de la confección, vestido,
curtiduría, sombrerería y calzado.
10. Sindicato de la Alimentaria.
Integrado por los
trabajadores de la industria alimentaria, pan, aceite y grasas vegetales,
actividades pecuarias, agua y bebidas naturales.
11. Sindicato de la Salud.
Integrado por los trabajadores de
la salud, de la seguridad social y la industria
químico-farmacéutica.
12. Sindicato de la Educación.
Integrado por los
maestros de todos los niveles, desde preescolar hasta universitarios,
investigadores científicos y trabajadores de la cultura.
13. Sindicato de la Informática y la Comunicación
Social.Integrado por los trabajadores de la informática,
computación, prensa escrita y electrónica.
14. Sindicato del Arte y el Espectáculo.
Integrado por
los trabajadores y artistas de las bellas artes, teatro, radio, TV, cine, del
espectáculo, la música y el deporte.
15. Sindicato del Turismo, Hotelería y
Gastronomía.
Integrado por trabajadores de los hoteles,
restaurantes, bares y servicios turísticos.
16. Sindicato de la Cervecería y Licorería.
Integrado por los trabajadores de la industria
azucarera, refresquera, cervecera, alcoholera y vitivinícola.
17. Sindicato de la Silvoagropecuaria y el Mar.
Integrado por
trabajadores de las actividades agrícolas, silvícolas, forestales,
cafetaleras, tabacaleras, copreras, cañeras, ganaderas y
pesqueras.
18. Sindicato de la Banca y las Finanzas.
Integrado por los
trabajadores de la banca, finanzas y aseguradoras.
19. Sindicato del Comercio y los Servicios.
Integrado por los trabajadores dedicados a
actividades comerciales y servicios de diverso tipo, artesanías,
cerámica y venta de mercaderías.
20. Sindicato de la Administración Pública.
Integrado por los trabajadores
pertenecientes a la administración pública, servicios federales,
estatales y municipales.
Los 20 sindicatos nacionales de industria
serán la base de la Central Unica de Trabajadores de México
(CUT-M). La CUT de México es la organización obrera que agrupa a
los trabajadores mexicanos, hombres y mujeres, del campo y de la ciudad,
manuales e intelectuales. La máxima representación obrera de los
mexicanos es la CUT cuyos objetivos son la práctica de la dinámica
concreta por la defensa de los intereses inmediatos e históricos de la
clase obrera y la lucha, basada en el pensamiento revolucionario clásico,
para la transformación del mundo.
La CUT-M es una
organización única que tendrá sus respectivas instancias
representativas en cada estado y municipio del país. En cada lugar,
estará integrada por los sindicatos industriales presentes en tal
región los que ejercerán el accionar
dinámico.
Las reivindicaciones inmediatas de los trabajadores
constituyen un conjunto de derechos, necesarios e irrenunciables durante la vida
laboral y posteriormente, tanto en el trabajo como fuera de éste,
tendientes a preservar la dinámica vital de los trabajadores. Estos
derechos se expresan en la Ley Mexicana del Trabajo (LMT) que es reglamentaria
del Artículo 123 Constitucional. Esto quiere decir que, necesitamos de
una nueva ley laboral que supere a la existente e incluya el conjunto de
derechos y obligaciones de los trabajadores, los que deben observarse
obligatoriamente en todo el territorio nacional incluyendo las convenciones
internacionales aplicables.
4.1 Derecho al trabajo
Todos los mexicanos, en edad
económica activa, tenemos derecho al trabajo sin discriminación de
ningún tipo previo entrenamiento, capacitación y/o
especialización. El trabajo de cada quien será acorde con sus
facultades, preparación, interés y necesidad social. Las fuentes
de trabajo serán desarrolladas en las diversas ramas de actividad
productiva, fomentando el desarrollo de la infraestructura física, el
aprovechamiento racional de los recursos naturales, la protección del
ambiente, y el desarrollo del conocimiento humano.
En términos de
la Ley Mexicana del Trabajo que proponemos:
- Esta ley es de observancia obligatoria en el país y sin distinción alguna para todos los trabajadores. No habrá apartados ni categorías discriminatorias. Los derechos obreros son irrenunciables.
- La jornada normal de trabajo será de 6 horas diarias, y 30 semanales.
- El trabajo infantil queda prohibido.
- El salario mínimo será general y único en todo el país fijado y revisado de acuerdo a la dinámica económica.
- Toda empresa agrícola, industrial, minera o de cualquier índole estará obligada a proporcionar a sus trabajadores habitaciones a través del organismo único de vivienda.
- Las empresas proporcionarán a los trabajadores, a través del sistema único de salud, los medios necesarios para la preservación del estado de salud y serán responsables de los accidentes de trabajo, riesgos y patologías profesionales de los trabajadores, así como de sus pensiones y jubilaciones.
- Todos los trabajadores mexicanos estarán organizados sindicalmente en su correspondiente rama.
- Los trabajadores tendrán derecho a la Contratación Colectiva de Trabajo Unica.
- Los trabajadores, organizados en Consejos obreros, tienen derecho a planear, desarrollar y orientar el proceso de trabajo de las diversas ramas.
- Los trabajadores tienen derecho a la huelga. Las huelgas siempre serán lícitas y tendrán por objeto mejorar las condiciones laborales y sociales, preservar el interés general de los trabajadores y otorgar solidaridad.
- Es de competencia federal la aplicación de las leyes de trabajo en los asuntos relativos a las siguientes ramas de actividad económica e industrial:
- Energía.
- Telecomunicaciones.
- Química.
- Minería y metalurgia.
- Transporte.
- Construcción.
- Madera.
- Papel.
- Textil.
- Alimentaria.
- Salud.
- Educación.
- Informática y comunicación social.
- Arte y espectáculo.
- Turismo, hotelería y gastronomía.
- Cervecería y licorería.
- Silvoagropecuaria y mar.
- Banca y finanzas.
- Comercio y servicios.
- Administración pública.
- Los paros patronales quedan prohibidos.
- Los conflictos laborales serán resueltos por acuerdo entre las Partes.
- Serán nulas las condiciones de trabajo que contravengan lo dispuesto por la Constitución y la Ley.
El derecho laboral mexicano es aplicable a hombres y mujeres, obreros, campesinos, grupos
étnicos, profesionistas, investigadores, artistas, y demás
mexicanos que reciban una retribución por su fuerza de trabajo, todos
considerados en la categoría de trabajadores.
4.2 Derecho al salario.
El salario de los trabajadores debe ser acorde con la
naturaleza del trabajo desarrollado, su complejidad e importancia social. Los
niveles salariales serán determinados de acuerdo con la capacidad de los
trabajadores, su especialización, características del puesto,
importancia para el proceso de trabajo e impacto social.
El salario
nominal debe ser suficiente para satisfacer las necesidades básicas de
una familia e incluirá las prestaciones sociales; el salario real debe
será compensado mediante la escala móvil de salarios; y, el
salario relativo incluirá el derecho a la distribución general
expresada en inversión para el desarrollo social.
Los actuales
salarios deben ser regularizados mediante un aumento general de salarios ahora
mismo. Desde 1976, el salario real de los trabajadores mexicanos está en
caída, la baja es tan grande que hace años alcanzó los
niveles de 1952 e incluso de 1904. El actual salario de los mexicanos no es
representativo en ningún sentido y debe ser
resarcido.
4.3 Derecho a la alimentación
Todos los mexicanos tenemos derecho
constitucional a la alimentación. Los niños, mujeres y personas de
la tercera edad tendrán preferencia. En los centros de trabajo, de
educación a todos los niveles, y de salud, del campo y de la ciudad,
habrá servicios para la alimentación obligatoria. El objetivo es
la preservación de la dinámica vital de los mexicanos cualesquiera
que sea su actividad.
4.4 Derecho a la salud y seguridad social
El derecho a la salud constituye
un conjunto de obligaciones y derechos, durante la vida laboral y posteriormente
a ésta que incluye la medicina preventiva, el diagnóstico, terapia
y reestablecimiento del estado de salud, el trabajo social y la medicina del
trabajo.
El derecho a la seguridad social incluye la seguridad e higiene
en el trabajo, la cobertura por riesgos y patologías laborales, las
pensiones y jubilaciones, y el seguro de desempleo.
Estos derechos
serán ejercidos a través de un organismo único a nivel
nacional, el Sistema Mexicano de Salud y Seguridad Social (SIMS) con cobertura
universal para todos los mexicanos.
4.5. Derecho a la educación
La educación de los mexicanos debe ser
obligatoria y gratuita a todos los niveles, orientada al desarrollo del
conocimiento humano, el entendimiento de los fenómenos y la
transformación de la naturaleza y de la sociedad. El carácter de
la educación en México incluirá los ámbitos
filosófico, científico, humanista y estético.
La
investigación científica, tecnológica y aplicada
está orientada a la solución de los grandes problemas nacionales
para coadyuvar al desarrollo científico, educativo y cultural del
país.
El desarrollo cultural de los mexicanos tenderá al
conocimiento y comprensión de la historia de México y del mundo,
el ejercicio de las artes y el desarrollo de un pensamiento propio.
Todas
las escuelas, universidades, centros e institutos serán públicos.
4.6 Derecho a la vivienda
Los mexicanos tenemos derecho a disfrutar de espacios
propios con viviendas adecuadas, jardines, instalaciones deportivas, recreativas
y culturales para la convivencia comunitaria, el desarrollo físico y
mental y el disfrute del tiempo libre.
La adquisición de
viviendas será a través de un organismo único de vivienda a
nivel nacional encargado de la planeación habitacional, la
construcción y asignación de viviendas, el desarrollo urbano y el
cuidado del medio ambiente. El derecho al espacio urbano se complementa con la
municipalización del transporte público, la expropiación de
terrenos por causa de utilidad pública y con programas de servicios
municipales para todos los habitantes.
4.7 Derecho a la cultura
Nuestra historia, la visión de los mexicanos
en el mundo, la adquisición de conocimientos, el ejercicio físico
y mental, y el desarrollo de la capacidad transformadora implica desarrollar una
cultura propia, la cultura obrera, basada en la interpretación del mundo
y su transformación, superando el fanatismo, dogmatismo, religiosidad,
nacionalismo y linealidad conceptual de pensamiento. La cultura obrera se
orienta a la formación de hombres y mujeres nuevos, sujetos de la
historia y hacedores de la misma.
La cultura obrera es la cultura del
movimiento obrero derivada del reconocimiento de una identidad de intereses
comunes, propios de una clase, definida en términos de relaciones y de
contenido. La cultura obrera constituye un saber colectivo, la adopción
de una identidad propia surgida al calor de la lucha de clases, que lleva a
tomar un punto de vista ligado a la acción, a la praxis social y a una
visión propia del mundo.
5 Derecho a la propiedad colectiva social
Aspecto crucial de nuestro
programa es el derecho de la Nación a la propiedad social. El dominio de
la tierra, las aguas, los bosques, los vientos y todos los recursos naturales,
en las plataformas continental y marina, corresponde a la Nación.
Son actividades estratégicas, a cargo exclusivo del Estado, las
que integran los procesos de trabajo relacionados con los hidrocarburos,
minerales radiativos, energía eléctrica, energía nuclear,
telecomunicaciones, radio y televisión, ferrocarriles, correos y
telégrafos, banca y finanzas, químico-farmacéutica y la
explotación de los diversos recursos naturales.
Asimismo, la
educación, salud, alimentación, vivienda, investigación
científica y cultura. La Nación tendrá el dominio sobre su
espacio aéreo, espectro radioeléctrico y mar patrimonial.
En estas materias no se otorgarán concesiones ni contratos ni
subsistirán los existentes. En todos los casos, será reestablecida
a plenitud la legalidad constitucional.
6 Desarrollo planificado de la economía
Las actividades
estratégicas serán realizadas con arreglo al Plan
Estratégico de Desarrollo de la Nación que considere a los
sectores industrial, agropecuario, comercial y de servicios.
Las
áreas estratégicas serán realizadas por organismos e
instituciones estatales. Las industrias estatales serán preservadas, las
demás serán nacionalizadas o expropiadas en interés de la
Nación la que será responsable de su operación.
En
cada sector se formulará por los trabajadores, técnicos,
profesionales e investigadores respectivos, el correspondiente programa nacional
y los diversos planes sectoriales. Así, en materia energética las
actividades se llevarán a cabo de acuerdo al Programa Nacional de
Energía y los correspondientes Plan Eléctrico Nacional y Plan
Nacional de Hidrocarburos.
Dichos planes integran, a su vez, a
diferentes programas específicos sobre investigación y desarrollo,
financiamiento e inversiones, gestión de la calidad y otros, de acuerdo a
la correspondiente Política de Desarrollo Independiente específica
en cada rama. En el sector energético será la Política
Energética Independiente.
La planificación de las
actividades agropecuarias para apoyar la producción de alimentos
básicos es fundamental. Los campesinos y obreros agrícolas tienen
derecho a la explotación colectiva de la tierra. Las modificaciones
constitucionales regresivas en la materia deben ser derogadas. Los campos
productivos privados deben expropiarse y convertirse en complejos estatales
apoyados con crédito, fertilizantes, semillas, insumos, maquinaria y
tecnología.
7 Integración de los procesos de trabajo
Los diversos
procesos de trabajo serán integrados vertical y horizontalmente. La
reorganización de los procesos de trabajo tiene el objetivo de satisfacer
las necesidades sociales de la Nación y de los mexicanos sin
discriminación de ninguna especie. Esto significa que los organismos
estatales tendrán fines sociales y no de lucro y servirán para
favorecer el desarrollo nacional.
Las actividades productivas
serán realizadas a través de organismos únicos en los
diversos sectores de actividad económica o social. Todas las actividades
inherentes a los procesos de trabajo serán realizadas por
administración directa.
Los organismos públicos son
entidades de interés social. Estos organismos son propiedad de la
Nación, no de ningún gobierno en turno. La operación
coherente de las diversas entidades no es autónoma ni los recursos
generados son de propiedad particular sino que pertenecen a la colectividad
social y deben orientarse al financiamiento propio y del desarrollo
nacional.
8 Control obrero de la producción e investigación
La garantía del
desarrollo social se basa en la intervención conciente y organizada de
los trabajadores en los diversos procesos de trabajo. En estos, los trabajadores
tienen el derecho a participar en la planeación, desarrollo,
concreción y realización de los planes y programas. Será la
participación de los trabajadores en el nivel de productores tendiente,
mediante la lucha en el espacio del saber, a la recuperación de la
personalidad e iniciativa en la concreción de los procesos de trabajo.
Organizados en Consejos Obreros, en todos los sectores y a todos los niveles,
los trabajadores serán los responsables de la orientación de los
planes y su concreción exitosa en todos los ámbitos de la
producción nacional. Las formas de lucha y organización de los
trabajadores se orientarán en la perspectiva de recuperar para sí
los espacios fabriles, disputando el poder al capital dentro del espacio donde
se genera la explotación.
9 Organización sindical, social y política
La
Nación, organizada en todo el territorio, vigilará el correcto
desarrollo de los planes y programas nacionales y sectoriales. Derecho a la
información, fiscalización, proposición y crítica se
ejercerán a través de la participación comunitaria en cada
una de las ramas de actividad productiva. Será reconocida la
organización social de los mexicanos.
La organización
requiere estructura en los niveles nacional, regional, estatal y municipal. Su
carácter no puede ser sino antiimperialista, en defensa de la
autodeterminación nacional, la independencia y la soberanía. El
Frente de Soberanía Nacional, estructurado en Consejos obreros y
populares en todo el territorio nacional, ha de agrupar a los mexicanos por
adscripción geográfica en el país integrando a los diversos
sectores sociales. La organización se extenderá a todo el
territorio, en una red única, con facultades de poder político en
los diversos niveles.
En este contexto, una tarea prioritaria es la
sindicalización de todos los asalariados de México, en nuestro
país y allende las fronteras. La población económicamente
activa en el país es de 43 millones de mexicanos pero, quienes tienen
trabajo son menos de 15 millones, apenas una tercera parte. De estos
trabajadores, menos del 15% están sindicalizados, es decir, la
minoría. Necesitamos, por tanto, proceder a la sindicalización de
todos los demás. La tarea no es sencilla pero es viable con el apoyo
solidario del pueblo en todas las regiones y ciudades del
país.
La confusión ideológica de los trabajadores
ha llevado a su postración organizativa. Por supuesto, esto no ha
ocurrido espontáneamente. Además de la influencia nefasta del
charrismo ha contado, y mucho, la carencia de una conciencia social desarrollada
y la inexistencia de una organización política propia. Tales
factores no pueden ser sustituidos con simple voluntarismo ni con formulaciones
expresadas en declaraciones de principios y programas de
acción.
A la construcción de la conciencia colectiva
organizada políticamente habrá que orientar todos los esfuerzos.
La clase obrera y el pueblo de México tenemos derecho a la
organización política, el Partido Obrero, integrado por los
mexicanos más concientes, comprometidos y decididos, capaz de vertebrar
al movimiento, representarlo y dirigirlo.
10 Solidaridad proletaria
Construir una sociedad solidaria es el objetivo
de nuestro programa obrero. La práctica de la solidaridad forma parte del
proceso de ruptura con los vicios, defectos atávicos y políticas
ahistóricas. Nuestra lucha es de fase activa y constructiva y, en tal
sentido, la solidaridad tiene carácter político y está
basada en principios de clase y objetivos colectivos. Los trabajadores asumimos
solidariamente las luchas, aspiraciones, sufrimientos y victorias de otros
pueblos del mundo. La solidaridad de los trabajadores mexicanos no se debe
limitar a la solidaridad gremial, debe incluir los aspectos políticos, en
el contexto de la lucha internacional de los trabajadores y pueblos del mundo
por su liberación social.
El movimiento obrero mexicano debe ser
parte del accionar de los trabajadores del mundo, integrándose a los
esfuerzos para la construcción de instancias continentales como la
Central de Trabajadores de América (CTA) y, en otro nivel, con la
organización internacional de los trabajadores, actualmente representada
por la Federación Sindical Mundial (FSM).
c) Dinámica concreta
La dinámica concreta del movimiento obrero es
el accionar, los hechos, el ejemplo, en su expresión de totalidad
concreta. Esto quiere decir que, teniendo presentes la totalidad del proyecto
obrero, los grandes objetivos, las ideas que preceden a la acción, la
política definida, los análisis que la fundamentan y las acciones
planeadas, es preciso proceder a su materialización en su nivel concreto
y específico. La dinámica concreta es la acción organizada
y conciente orientada a materializar el programa obrero, construyendo la
organización y desarrollando la política. Se trata del accionar
dinámico basado en la capacidad de hacer historia, en la
construcción de especificidades, en el discurso crítico hecho
realidad en la concreción de la construcción.
En previas
experiencias, los electricistas del país, dada la estructura nacional del
sindicato (STERM, SUTERM), vertebraron al movimiento y concitaron la solidaridad
del pueblo de México. En estos momentos, hay sindicatos nacionales que
podrían desempeñar exitosamente ese papel. Sin embargo, no existen
las condiciones políticas al interior de esas organizaciones. Pero,
quienes estén dispuestos podrían hacerlo. Desde luego, la tarea no
puede circunscribirse a una sola organización sindical, es preciso el
concurso de varias fuerzas y, en su momento, de todos los sectores
sociales.
En 1975-76 se discutió intensamente la idea de
estructurar un movimiento que permitiera avanzar hacia la reorganización
democrática del movimiento. Se propuso el Movimiento Sindical
Revolucionario (MSR). Algunos sectores se dieron a la tarea de arraigarlo. Con
la represión a la Tendencia Democrática se interrumpieron,
también, esos esfuerzos. En estos momentos podría continuarse la
tarea, para reorganizar el movimiento obrero de México, con todos los
mexicanos dispuestos que, enarbolando el Programa Obrero, orienten sus esfuerzos
sistemática y permanentemente a la organización de los
trabajadores y pueblo de México en todas partes del país, a la
construcción de las organizaciones sindicales, sociales y
políticas que México necesita para ser una Nación libre,
democrática, independiente, soberana y solidaria. En este movimiento
conviene integrar la acción de los trabajadores a través de
Frentes únicos en cada sindicato o sector.
Los primeros llamados
a la realización de las tareas son los trabajadores más concientes
dedicando tiempo, esfuerzo y recursos al estudio y la lucha concreta utilizando
las armas clásicas de del proletariado en lucha: marchas, mítines,
asambleas, reuniones, círculos de estudio, escuelas de cuadros,
conferencias, foros y escritos. En esta dirección, la prensa obrera tiene
un papel fundamental, complementado con la palabra hablada y el uso de los
sistemas avanzados de comunicación social. De igual forma, es esencial la
formación y educación política de los trabajadores en su
propia Universidad. Esta lucha debemos llevarla a cabo a todos los niveles,
abierta o discretamente, a nivel nacional, en cada sector y todos los
días.
Marcha de la Tendencia Democrática,
5 de abril de 1975, en Guadalajara FOTO: tigre