Volumen4, Número 57, Diciembre 27 de 2004 |
La principal (contra) reforma es el afianzamiento del charrismo Corporativismo fascista Son nefastos los procedimientos pero peor es la política subyacente. Las reformas laborales propuestas por Fox implican la unilateralidad en la definición de la Jornada de Trabajo, es decir, los “pactos individuales” del trabajador con el patrón. Eso significa reducción en el salario, prestaciones sociales y derechos laborales. Los charros de la CTM y Congreso del Trabajo ya pactaron con Fox. La diputación de la Coalición mafiosa PRI-PAN intentó dar el albazo sin siquiera haberse discutido el dictamen en comisiones. La acción decidida de la CNTE impidió el atraco que se agendó para febrero de 2005. Movilización con huelga son una necesidad. En este camino, el punto central es la lucha contra el charrismo, pues las reformas laborales implican retrocesos, de los cuales, el peor es el afianzamiento del corporativismo sindical fascista. Procedimientos y políticaEntre las reformas laborales propuestas por el foxismo se plantean procedimientos que han sido ampliamente rechazados. Pero, esa, NO es la bronca. Por ejemplo, se dice que los emplazamientos a huelga deben ir acompañados por las firmas de los trabajadores y las correspondientes actas de asambleas. Eso, no es problema, es hasta saludable. Entre los pocos que lo hemos practicado hay un evidente contraste con los charros sindicales, cuyos emplazamiento van firmados solo por el secretario general, en su carácter de titular del Contrato Colectivo de Trabajo (CCT). Los trabajadores ni siquiera se enteran del Pliego de peticiones, menos del emplazamiento a huelga que, generalmente, NUNCA estalla. De manera que, el problema no son los procedimientos; el problema es el charrismo sindical. Primero, los charros NUNCA cumplen los procedimientos legales; segundo, la gran mayoría de CCTs NO se revisan; tercero, de los pocos contratos que se revisan, los charros nunca toman en cuenta a los trabajadores pues jamás realizan asambleas. Las excepciones se cuentan con los dedos de la mano y sobran. Pero, ¿qué ocurre? Que los funcionaros de las Juntas de Conciliación y Arbitraje (JCA) y de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) le dan entrada a TODOS los emplazamientos, cumplan o no los requisitos. Esos emplazamientos SIEMPRE se “resuelven” mediante el pacto entre charros y patrones, con la intervención de los funcionarios conciliadores de la STPS. Las huelgas NUNCA estallan porque son veneno para los charros. Los miles de sindicatos fantasmas que “venden” protección a los patrones no revisan las condiciones de trabajo simplemente extorsionan impunemente. Lo más grave es que, el derecho de huelga en México NO existe. Esto no es asunto de procedimientos sino de política. Cuando, excepcionalmente, se pretende estallar la huelga en los sectores importantes simplemente se impide la huelga por el Estado y charros. Para ello utilizan desde la burocracia hasta el ejército federal. Ocasionalmente estallan pequeñas huelguitas que, generalmente, terminan extinguiéndose solas en el aislamiento. Reformas regresivasLas reformas propuestas por el foxismo se refieren a “...nuevas formas de contratación de trabajadores "a prueba" hasta por seis meses, librando así a los patrones de toda responsabilidad en caso de despidos durante ese periodo, endurecimiento de los requisitos para la formación de sindicatos y cambios en la jornada laboral de acuerdo con las necesidades de las empresas” (Garduño R., Méndez E, en La Jornada 29 nov 2004). Estas reformas pretendieron imponerse en el período ordinario de sesiones de la Cámara de Diputados en diciembre de 2004. El dictamen, realizado por Enrique Burgos, diputado charro de la CTM, tiene el aval de la Coalición mafiosa PRI-PAN, especialmente la diputación charra de la CTM y Congreso del Trabajo, supuestos representantes obreros. Uno de los rubros del dictamen antilaboral se refiere a la Jornada de Trabajo modificando sustancialmente las disposiciones vigentes. "Artículo 58. Jornada de trabajo es el tiempo durante el cual el trabajador está a disposición del empleador para prestar su trabajo. "Artículo 59. El trabajador y el empleador fijarán la duración de la jornada de trabajo sin que pueda exceder los máximos legales. Con la limitación antes mencionada y con base en el total de horas laborables en la semana, los trabajadores y el empleador podrán convenir la ampliación de la jornada diaria, a fin de permitir a los trabajadores el reposo acumulado de varios días a la semana. También podrá establecerse un programa de acumulación mensual, que los tiempos de descanso sean proporcionales a los establecidos en la ley y que exista acuerdo entre las partes”. La modificación es grave, se trata de ELIMINAR la actual Jornada de Trabajo. Ahora se propone la jornada por horas pactada unilateralmente entre el trabajador y el patrón, vulnerando la bilateralidad contractual y la esencia de la contratación colectiva. Esos “pactos individuales” se aplicarían a la duración de la jornada y la ampliación de la misma. Por supuesto, la afectación a la Jornada de Trabajo implica al salario y a las prestaciones sociales. La pretensión es reducir el salario, negar las prestaciones y generalizar ilegales pagos de “tiempo por tiempo”. Las modificaciones no son únicamente laborales también incluyen aspectos sindicales. Escribieron Garduño y Méndez que “La pretensión de la iniciativa de ley es regularizar la cultura del "terror laboral", porque la integración de un sindicato sólo requerirá de 20 trabajadores; no obstante, esa organización gremial podrá ser cancelada por la Junta de Conciliación y Arbitraje con una simple solicitud de "toda persona con interés jurídico". Estas medidas serían facultades de los charros sindicales, únicas “personas” a las cuales las Juntas de Conciliación y Arbitraje les reconocen “personalidad jurídica”. Allí está la explicación de la regresión. Los charros sindicales aceptan las reformas a cambio de mantener intacto el corporativismo. Afianzamiento del charrismoLa iniciativa de reforma laboral NO toca para nada a los llamados “contratos de protección”. Mediante sucios mecanismos, tolerados por las Juntas, grupos de pillos registran sindicatos y contratos “fantasmas” sin cumplir ningún requisito de ley. Extorsionando a empresarios, someten a los trabajadores que dicen “representar” y en su nombre pactan acuerdos corruptos. En el dictamen, No se incluye el voto secreto y universal para la elección de representantes sindicales. Eso, para los charros sindicales es clave porque acostumbran reelegirse, las veces que quieren, sin que haya votación. En México, los trabajadores NO eligen a sus representantes. Cuando un trabajador empieza a trabajar ya tiene charro sindical al que no conoce y con quien jamás trata. Durante la vida laboral normal, el charrismo sindical NUNCA realiza asambleas ni NINGUN tipo de consulta a los trabajadores. Los charros organizan fiestas, premian a la corrupción y la distribuyen entre sus camarillas. Así, “dirigen” al sindicato siendo los titulares de los Contratos Colectivos de Trabajo lo que les otorga un amplio poder económico y político. La alianza del charrismo sindical con los gobiernos en turno es más férrea con el foxismo. En el intercambio de favores, Fox mantiene intacto al corporativismo y, por su parte, los charros aceptan la agresión a los trabajadores. Nada de lo anterior es nuevo, son más de 50 años que padecemos estas lacras. Es la estrategia del imperialismo, diseñada por la CIA, para contener al movimiento obrero de México, desnaturalizarlo y corromperlo hasta la degeneración sindical característica del charrismo. Movilización contra la agresiónLos maestros de la CNTE, prácticamente solos, se mantuvieron un mes en plantón frente a la Cámara de Diputados. Al final, el dictamen no se discutió, el albazo fue evitado. Pero, la amenaza está encima, existe acuerdo entre las cúpulas y en el siguiente período de sesiones, en febrero de 2005, tratarán de imponer la reforma laboral neoliberal. Es la hora de movilizarse y de organizar la huelga para estallarla ANTES del atraco legislativo. No es fácil porque la mayoría de los sindicatos, dominados por charros, duermen cómplicemente. Pero, la acción es necesaria por múltiples razones elementales.
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