Volumen4, Número 54, Noviembre 3 de 2004

Abajo charros en el Suterm-Oaxaca

Por acuerdo de la asamblea general de la Sección 82 Oaxaca del SUTERM, José Luis Rey Leyva y su comité ejecutivo local, fueron destituidos. José Luis llevaba 11 años como secretario general local. Ahora, fue acusado de incumplimiento de funciones, en particular, con relación al Contrato Colectivo de Trabajo, así como de nepotismo y enriquecimiento por el manejo turbio con las cuotas sindicales. El 11 de octubre de 2004, la mayoría (218) de los 480 compañeros de Oaxaca tomaron una decisión democrática, cansados de tantas irregularidades. Para defender su decisión, tomaron las instalaciones sindicales.

La Sección se había destacado en 1999 en la lucha contra la privatización eléctrica. En agosto de ese año realizamos una gran marcha en la ciudad de México. Uno de los contingentes más numerosos y combativos fue el de Oaxaca. No era para menos. En Oaxaca los electricistas han sido tradicionalmente democráticos. Todavía se recuerda la huelga de los electricistas de Huajuapan de León antes de la nacionalización. En 1999, la Sección Oaxaca del Suterm presidió la fundación del Frente Estatal de Resistencia contra la Privatización Eléctrica, en un evento que realizamos en la Universidad Benito Juárez de Oaxaca.

Ahora, después de la decisión obrera, acudió Víctor Fuentes del Villar, gángster que funge como secretario del trabajo del SUTERM a nivel nacional. Se convocó a una asamblea general que se intentó reventar mediante provocaciones al calor del mezcal. Fuentes se limitó a “escuchar” prometiendo “resolver”. Pasaron horas y horas, y nada. Es el típico manejo charro. Obviamente, los charros del Suterm fueron a Oaxaca para “fichar” a los compañeros, ganar tiempo, desinflar al movimiento, cansar a la base y hacerle creer falsas expectativas de un supuesto respeto a sus decisiones.

Pero, pase lo que pase, los electricistas de Oaxaca se atrevieron ya a desafiar a una de las cúpulas charras más criminales de México. Los charros del SUTERM se apoderaron hace 29 años del sindicato apoyados por el gobierno y su ejército federal. Esta vez, apoyados por el foxismo y por la empresa, seguramente desatarán la represión. Pero los electricistas del Suterm no están solos. En la mayoría de las 205 secciones, incluyendo las centrales privadas, hay creciente malestar.

Lo que ocurrió en Oaxaca no es la primera vez que pasa, en 2000 también fue destituido el secretario general de la Sección Tuxtla Gutiérrez. Los compañeros de Chiapas hicieron valer sus derechos. Esta vez, los compañeros de Oaxaca deben hacer lo propio. Especialmente, debe fortalecerse la organización interna para impedir las maniobras de los charros. El FTE apoya a Oaxaca y los invita a integrase a la lucha nacional.

Abajo charros en el Suterm-Acapulco

Con el voto de 90 a favor, 2 (dos) en contra y 17 abstenciones, la asamblea general de los electricistas de la Sección 2 del Suterm en Acapulco, decidió “bajar a los charros del caballo”. El 7 de septiembre, Mario Ramírez Manzanares, charrito local, fue destituido. La acción fue motivada por los excesos de Ramírez, acusado de ejercer la represión contra los trabajadores y de hacer turbios manejos con el patrimonio sindical en provecho personal. Desde el 20 de agosto, los electricistas guerrerenses tomaron las instalaciones sindicales. Días después, el charrito intentó retomar al local sindical y salón de fiestas; sus golpeadores, armados con palos y pistolas, no pudieron.

La corrupción de Ramírez es escandalosa. Los electricistas lo acusan de hostigamiento sexual contra las compañeras, de vender las plazas para trabajar en CFE, de violar derechos laborales escalafonarios, de suspensión ilegal en el trabajo y de persecución policíaca contra los trabajadores. Héctor Jarquín, vitalicio coordinador de Rodríguez Alcaine en la región estuvo presente en la asamblea. Este individuo ha sido múltiples veces repudiado pero sigue en funciones. Jarquín ha sido el protector de Ramírez y demás charros en turno pero, esta vez, nada pudo hacer ante la decisión de la asamblea.

El 27 de octubre, una comisión de compañeros viajó a la Ciudad de México. En la calle Río Guadalquivir, frente a las oficinas nacionales del Suterm, hicieron un plantón. Inútilmente esperaron a que los recibiera La Güera Rodríguez. El Comité Ejecutivo Nacional del Suterm siempre ha estado contra los electricistas. Esa mafia sirve a las transnacionales y gobierno en turno. Burócratas menores fueron encargados para recibir las quejas de los compañeros.

No obstante, la decisión de la Sección Acapulco del Suterm es importante. Por fin, los paisanos se decidieron a ser libres. En 1999 estuvieron en la lucha contra la privatización eléctrica y asistieron a la marcha de agosto en la Ciudad de México. En 2000, se manifestaron dispuestos a seguir adelante. Pero por décadas habían soportado las arbitrariedades de charritos y charritas. Parecía que habían perdido el espíritu guererrense. Ahora, en 2004, ha vuelto la insurgencia al puerto de Acapulco.

Por los caminos del Sur y los caminos de México, todavía se recuerda con agrado la participación de los electricistas de Acapulco en las Jornadas nacionales por la democracia sindical de 1971-72 y 1975-76. Al grito de ¡Tieeeeeemblen charroooos!, los compañeros marcharon por el país encabezados por su secretario general Elías Noriega, maestro de ceremonia en los mítines de la Tendencia Democrática.

La lucha de ahora no surge de la nada, tiene raíces, hay antecedentes. Varios compañeros insurgentes se han enfrentado al charrismo y han sido reprimidos. Pero nuestra lucha es justa, correcta, debidamente argumentada y apoyada por el pueblo de México.

Saludamos a los electricistas de Acapulco y los exhortamos a integrarse a la lucha nacional, al lado del FTE, en lucha por la democracia sindical y contra la privatización eléctrica furtiva.

Fuera Acevedo, privatizador e inútil

"El secretario (Fernando Elizondo) nos repite mucho esto, tiene toda la razón, ¿cómo vamos a abocarnos a la solución de los problemas si ni siquiera sabemos cuál es el problema que vamos a atacar?". Lo anterior lo dijo José Alberto Acevedo, subsecretario de electricidad de la Sener en entrevista con La Jornada (30 oct 2004).

Efectivamente, el foxismo quiere “resolver” problemas en la industria energética (eléctrica y petrolera) sin siquiera conocerlas. Acevedo tiene razón: ¡No saben de que se trata! Lo único que saben es enajenar el patrimonio nacional, mismo que no les pertenece. La pregunta obligada es, entonces, ¿qué hacen en la Sener? De entrada, deben salir, por privatizadores e ineptos.

“Se planteó la reforma eléctrica sin tener un diagnóstico del sector”, agregó. En efecto, los “diagnósticos” que ha hecho la Sener, CFE y Pemex NO son tales. En los planes sectoriales, específicamente la Prospectiva Eléctrica, TODO se ha reducido a MAQUILLAR los deseos de Fox, adornando como “planeación” el otorgamiento de permisos privados y licitaciones para las transnacionales.

La burocracia oficial, disfrazada de tecnócratas, NO ha hecho NINGUN diagnóstico del sector. Entonces, ¿porqué han entregado el patrimonio nacional, rompiendo la legalidad constitucional? Acevedo y demás camarillas de la Sener deben salir, su accionar atenta contra la Nación.

4% al SNTSS

La noche del 11 de octubre, 544 de los 928 delegados del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS), reunidos en Congreso Nacional, aprobaron los términos de la revisión salarial ordinaria para 2004-2005. Por 544 votos a favor, 361 en contra y 20 abstenciones, se acordó aceptar 3% de aumento directo al salario y 1 % en prestaciones. El sindicato, por tanto, se desistió de la huelga anunciada para el 16 de octubre.

Mientras se votaba, un grupo de trabajadores encabezados por Armando Ovalle y Jorge Gómez, de la Comisión de Honor y Justicia, mismos que días antes habían dictaminado la destitución de Vega Galina para su consideración en el Congreso, bloquearon la avenida Tlalpan a la altura del Centro de Convenciones del SNTSS. Ambos, no solamente fueron impedidos de ingresar al Congreso y presentar su dictamen sino que fueron expulsados del sindicato, sin cumplir lo dispuesto por los Estatutos y por la Ley, desde luego.