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Volumen4, Número 54, Noviembre 3 de 2004

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La privatización crea condiciones de alarma

2004, otro año que vivimos en peligro

Durante 2004, el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) tuvo un comportamiento operativo considerablemente más frágil, en contraste con una mayor capacidad disponible. La reconfiguración, que por efecto de la privatización furtiva ha venido operándose, compromete la confiabilidad y seguridad del abasto de energía. No basta instalar plantas, éstas deben ubicarse en los lugares adecuados y su propiedad debe ser nacional, para garantizar su control y coordinación adecuados.

Confiabilidad y Seguridad Operativa del sistema eléctrico

Uno de los logros de la nacionalización de la industria eléctrica de México fue la construcción del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) que opera con confiabilidad y seguridad. Sólo asegurando estas condiciones como criterios básicos de operación es factible obtener la electricidad suficiente en la forma más económica posible.

Sin embargo, la confiabilidad del SEN depende de la capacidad de transmisión, y ésta, no se define únicamente por sus límites físicos (la resistencia térmica de los conductores, por ejemplo) sino que está relacionada con parámetros técnicos de estabilidad, voltaje y frecuencia (y angular, que es un parámetro menos familiar) pero, también, –para garantizar la seguridad del abasto–, por la capacidad de resistir pequeñas perturbaciones en un cierto rango “normal”.

Otro parámetro de confiabilidad más conocido es la reserva de generación, que no sólo consiste en mantener un “excedente” razonablemente suficiente, sino en que dicha generación este realmente disponible en el momento en que se le requiera. Por su disponibilidad, la reserva puede ser "rodante" (la que en cuestión de instantes es capaz de suministrar energía) o "fría" (la que requiere de un proceso de arranque –horas en ocasiones–). Por su ubicación, la reserva es regional o total. Es la capacidad de transformación del sistema, lo que permite llevar la reserva a los puntos críticos de la red.

En México es el Centro Nacional de Control de la Energía (CENACE) el órgano responsable de operar y controlar el SEN. Para ello se han definido una serie de estados operativos que tienen que ver, por supuesto, con la suspensión del servicio (afectación de la carga) en primera instancia, pero también con la violación de ciertos límites operativos e incluso de diseño de los distintos elementos de la red. De esta manera se determinan procedimientos aplicables para normalizar las condiciones de operación del sistema. El procedimiento restaurativo es muy concreto: ante una anomalía se determinan las acciones de control respectivas –definidas a partir de las "mejores prácticas" que la experiencia determina–, para restablecer las condiciones de todo el sistema (no para la protección de determinados intereses).

El CENACE ha definido los estados que caracterizan la condición del SEN en un momento dado: A) normal, B) restaurativo (en el cual por condiciones de cualquier índole se afectó parte de la carga), C) de alerta (en el cual hay violaciones de límites del sistema que requieren atención), y D) de emergencia (con afectaciones de carga y violaciones de límites que requieren procesos especiales del restablecimiento del sistema).

Operación en estado de alerta

Contradictoriamente, a pesar del concesionamiento furtivo (a particulares) de la generación (cuya reserva se elevó a más del 40%, Víctor Rodríguez Padilla en La Jornada 19.09.2004), importantes áreas de control del SEN (mexicano) operaron reiteradamente en estado de alerta durante 2004 (Ing. Gustavo A. Salvador Torres, VII semana de la Calidad y Confiabilidad del Servicio [Público] de Energía Eléctrica. LyFC, México, septiembre 2004).

Ello se debe, básicamente, a que la inversión en infraestructura para transmisión y transformación no está considerada en la reconfiguración del SEN hacia un supuesto modelo de mercado en el que incluso hoy, a nivel mundial, se reconoce la necesidad de mantener la confiabilidad y seguridad del sistema como prioridad: “Responsables de mantener la operación confiable del sistema de potencia, muchos operadores regionales del sistema como el de California (CAISO) operan de forma que les permita mantener la confiabilidad del sistema a cualquier costo” (“Assessing the impact of resource availability on Electric Service reliability cost”. Angela Chuang, The electricity journal. Elsevier, 1.04.2004).

Del mismo modo, a pesar de lo que se ha dicho en cuanto a que el Estado conservará "el control" y propiedad de la red de transmisión para garantizar su soberanía sobre la industria eléctrica (descentralizando el CENACE, según Fox en su iniciativa de reforma a los artículos 27 y 28 constitucionales de agosto 2002), la realidad es que la relación entre el CENACE y los generadores privados (productores independientes de energía, PIE, autoabastecedores y cogeneradores) está regida por contratos mercantiles mediante los cuales un particular "mercantiliza" un servicio público sin que se establezcan claramente las sanciones para quien no cumpla con el reglamento de operación correspondiente.

En estas condiciones, mientras el operador de una planta generadora pública debe acatar puntualmente todas las instrucciones del CENACE (y particularmente aquellas que se dictan bajo una condición de emergencia), el operador de una planta particular puede, obedeciendo a “su patrón”, rechazar una orden que resulte contraria a la conveniencia económica de su empresa. Esta es la gran diferencia que no quieren comprender los privatizadores-desreguladores.

El peligro es inminente. Durante 2004, diversos enlaces del SEN se mantuvieron en un estado de alerta: Coincidentemente, son enlaces que transportan grandes bloques de energía procedentes de las plantas privadas −PIE's fundamentalmente−, a las áreas deficitarias.

Congestión e inestabilidad en la red de transmisión

En el caso de México, aún es posible evitar los grandes apagones, como el del año pasado en la costa este de EU, el cual se propagó por una casi nula coordinación operativa del sistema, que se tradujo en una lenta operación de restauración, que resultó tardía. En la medida en que más generación sea entregada a generadores privados, mayor será el riesgo de descoordinación del SEN.

El SEN mexicano se divide regionalmente para su operación, en 8 áreas y 11 subáreas de control. De éstas, hay problemas de congestión en el Norte, Noreste, Noroeste y Sur. Sin embargo es el Área de Control Central (ACC) la que opera de manera continua en estado de alerta, con la red de transmisión y la infraestructura de transformación permanentemente congestionada.

Durante 2003 el ACC requirió de 7,995Mw para operar, los cuales se obtuvieron principalmente de la zona del Golfo (3,088Mw) y del Pacífico (1,709Mw), disponiéndose solamente de 3,098Mw "cercanos" (es decir, próximos a la zona de consumo –o centro de carga–).

El impacto de traer grandes bloques de energía "remota" (como la procedente de las grandes plantas privadas del Golfo) no sólo está en las pérdidas por transporte (que a final de cuentas sería un impacto económico) sino, más grave aún, en la inestabilidad que se genera en la red por la aparición de potencia reactiva, con la consecuente pérdida de confiabilidad y seguridad. En la actualidad, más de 20 subestaciones de transmisión-transformación de LyFC trabajan por encima de sus límites de operación (40 en subtransmisión-distribución).

Urge energía en el área central, urge la integración eléctrica

Diversas voces han advertido la urgente necesidad de "inyectar" energía "cercana" al ACC. Los proyectos más recientes son: la conversión a ciclo combinado de la planta Jorge Luque, para generar 750Mw con la misma cantidad de gas natural que consume actualmente, o la instalación de la planta El Cerrito de 570Mw –que, se dice, “puede ser un proyecto privado”–, así como más recientemente la propuesta para desarrollar un sistema de Generación Distribuida con una capacidad total de 640Mw (basado en 20 generadores de ciclo sencillo, a base de gas natural, cuyo abasto −según se afirma− indebidamente se concesionaría,).

Estos proyectos son correctos en lo general, pero en caso de concretarse, resuelven apenas el problema hasta el año 2008, en el que la CFE tiene supuestamente previsto incrementar la generación en el área con 500Mw anuales. Hasta el momento, sólo el proyecto de generación distribuida ha sido incorporado por la administración de LyFC, para someterse a la aprobación en el programa de obras incluido en el proyecto de presupuesto del próximo año.

Sin embargo, para garantizar la confiabilidad y seguridad en el ACC, hace falta también renovar, rehabilitar y ampliar la infraestructura de transformación y transmisión del ACC. Para eso aún no hay respuesta.

¡Integración de la industria eléctrica nacionalizada!
¡Nulidad de TODOS los permisos privados!
¡Expropiación SIN indemnización a transnacionales!
¡Alto a la privatización eléctrica furtiva!


Electricistas mexicanos contra las privatizaciones FOTO: FTE


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