Volumen4, Número 53, Septiembre 2 de 2004

¡Huelga!

¡Defender el derecho de huelga con la huelga misma! decíamos en las grandes jornadas nacionales de los electricistas del STERM y del SUTERM en 1971-72 y 1975-76. El 16 de julio de 1976, a las 12:00 hrs. fue la última ocasión que se intentó seriamente en México realizar una huelga en la industria eléctrica. Enfrentamos la represión político-militar. “La Huelga para mejor ocasión”, publicó la prensa de esa tarde. Miles de electricistas y nucleares quedamos fuera de los centros de trabajo y luego, muchos, fuimos despedidos en todo el país.

Después se realizaron algunas huelgas por los telefonistas, mineros, metalúrgicos, universitarios y maestros, principalmente. En 1987, el SME propuso la huelga misma que fue declarada “inexistente” teniendo que regresar al trabajo.

Ahora, en 2004, ante la agresión del foxismo contra los trabajadores y la Nación mexicana entera, la presión de las bases movilizadas en el país que impulsaron el Paro nacional del 1 de septiembre. No hay precedente cercano aun cuando se trata de acciones gremiales, aún no generalizadas al conjunto del movimiento obrero o de la población y sin una estructura organizativa de alcance nacional.

El FTE se congratula de ser parte de este accionar y de participar activamente en la Huelga. Con sus diversas modalidades, se trata de una huelga no por sus aspectos formales sino políticos. La huelga es un concepto obrero. Lo más importante es llevar a cabo la acción y que sea triunfante.

Llamamos a preparar unitariamente desde ahora las siguientes acciones para culminarlas con la Huelga nacional. Pronto serán 100 años de las históricas huelgas de Cananea y Río Blanco (2006), vendrá la renovación del Fuego Nuevo en la cuenta larga de los mayas y se iniciará la Era del Sexto Sol (2012). Está por venir, también, el 2014 y el 2019. En los próximos años de este siglo, en México, debe pasar algo grande.

Tenemos motivos y momentos, nos falta organización y dirección política de clase. En esta hora, los trabajadores de la energía de México levantamos con honor nuestras banderas rojas, nuestro programa obrero (la Declaración de Guadalajara) y, junto a los demás huelguistas coreamos nuestro grito de guerra, el grito de combate que identifica a nuestro saludo obrero:

¡Salud y Revolución Social!