Volumen4, Número 53, Septiembre 2 de 2004

En defensa de las jubilaciones y pensiones

Existe actualmente en el mundo, una brutal embestida del capital contra todas las conquistas laborales de los trabajadores, pero particularmente contra las jubilaciones y las pensiones; y para ello están recurriendo a una infame campaña internacional a través de los medios masivos de comunicación, exhibiendo a los jubilados como una onerosa carga financiera y social: ¿Si ya no son productivos por qué seguirles pagando?

Deliberadamente omiten las razones históricas, sociales y económicas por las que un trabajador tiene el derecho a la jubilación y a la pensión.

Los trabajadores somos los verdaderos productores de la riqueza; somos los que hemos entregado nuestra salud, talento, ingenio y nuestro saber obrero; hemos dejado buena parte de nuestra vida (la mejor parte) en los centros de trabajo, la fábrica, el taller, el campo, etc. Vendemos nuestra fuerza de trabajo a cambio de un raquítico salario. Somos, en la mayoría de los casos, la mercancía más barata del mundo. Generamos –por ello- grandes ganancias a los que alquilan nuestra “fuerza de trabajo” (les generamos una enorme plusvalía).

Toda nuestra vida productiva, se refleja en lo que hemos construido a lo largo de los años; los electricistas, en nuestro caso, le dejamos –como activos- a la Nación cientos de plantas y unidades de generación de energía eléctrica (hidroeléctricas, termoeléctricas, carboeléctricas, etc.); miles de kilómetros de líneas de transmisión y distribución, postes, transformadores; cientos de subestaciones, edificios, oficinas, fábricas, talleres, etc.; los ferrocarrileros, una red vial de más de veinte mil kilómetros en toda la República, fábricas, vagones, talleres de reparación y mantenimiento, oficinas edificios, etc.; los petroleros, cientos de plataformas marinas, complejos petroquímicos, gasoductos, refinerías, fábricas, talleres, oficinas, edificios, etc.; los trabajadores del IMSS, hospitales y unidades médicas de primer nivel (Siglo XXI, La Raza, etc.), cientos de clínicas, centros recreativos, laboratorios, edificios, oficinas, etc.; los trabajadores de la educación, la investigación, la academia; del arte y de la cultura, nos han dejado cientos de Universidades, miles de escuelas de todos los niveles educativos; libros, revistas, obras de arte, talleres, laboratorios, etc.; es decir, en los “activos” de todas estas empresas e instituciones, está sellada para siempre nuestra mano de obra.

Existen muchos más ejemplos: la red carretera, telefónica, de telecomunicaciones, puertos, aeropuertos, bancos, etc.; en una palabra: hemos construido un gran país. No somos, ni hemos sido, ni seremos, onerosos ni una “carga financiera” para la Nación. ¿Podrían decir lo mismo los empresarios, los políticos, los directores, los gerentes, con sus grandes sueldos y sus derroches a costa del erario público, o sea, a costa del dinero de todos nosotros?

No nos pagan una pensión de balde; adquirimos ese derecho porque entregamos 30 o más años de nuestra vida y nuestra salud, a cambio de enriquecer a muchos patrones y también a nuestra Nación. Ninguna pensión vale más que los activos que le hemos heredado a muchos patrones y al país entero.

Los señores del dinero, que ahora se apoderan de todo nuestro esfuerzo, no invirtieron un solo centavo en toda esta infraestructura nacional; nuestros gobernantes, que han privatizado todo este haber de la nación, como si les perteneciera, incurren en el delito de robo y traición a la Patria.

Toda nuestra energía, debemos encaminarla al rescate de todos estos activos de la Nación y de nuestra soberanía y dignidad nacional.

¡Que lo sepan: nuestro país bien vale una Huelga Nacional!

¡TODOS A LA GRAN MARCHA NACIONAL DEL 31 DE AGOSTO
Y AL PARO DEL 1° DE SEPTIEMBRE!

Movimiento 27 de Septiembre del SME