Volumen4, Número 50, Mayo 31 de 2004

Las reservas petroleras de México en manos gringas

Soberanía amenazada

El foxismo, subordinado, apoya la integración con Norteamérica pero los gringos quieren más, principalmente petróleo. El imperialismo siempre ha manejado a conveniencia las reservas mexicanas de hidrocarburos. Para nosotros son un misterio, para los gringos son un libro abierto y hacen lo que quieren, incluso las reducen para aceptar a PEMEX en la Bolsa de Valores. Lo grave es que funcionarios y analistas a sueldo del gobierno respalden lacayunamente la política imperialista. ¡Los recursos energéticos pertenecen a la Nación, no a Pemex, tampoco al gobierno en turno!

Luego de los "lamentos oficiales" por el saqueo "con popotes" a manos de los gringos, éstos reviraron anticipando que van por "toda la enchilada" en materia energética y que, como su vicepresidente para asuntos mexicanos -Vicente Fox Quezada- no da una, vienen personalmente a plantearnos porqué es que ellos sí saben como hacerlo.

Todavía el 1 de abril de 2004 Agustín Carstens, subdirector del FMI, repetía ufano el discurso Foxista del “vamos bien”, pero podríamos ir mucho mejor.

Petróleo, primera prioridad

Se esperaba que, durante el Foro sobre la Integración Norteamericana (FINA, EU, Canadá y México) que se desarrolló en Monterrey a partir del 2 de abril, se revelaran las estrategias globales para impulsar la privatización energética en nuestro país durante la segunda mitad del sexenio foxista, esta vez disfrazados de planes "de integración" como "prioridad principal" -según Lourdes Melgar hoy "analista independiente de energía" (pero hablando en su calidad de ex directora de Asuntos Internacionales de la Secretaría de Energía)-, en "entrevista" publicada en los periódicos El Economista y Reforma (lo cual normalmente significa una vil inserción pagada, con recursos públicos inclusive).

Según "la experta", connotada privatizadora, al apoyar la integración energética norteamericana dijo que "sin recursos económicos para el sector energético no va a haber estabilidad ni crecimiento". Luego afirmó que, la prioridad en este momento es del gobierno estadounidense y se concentra en el sector petrolero. En los próximos 10 años México y Canadá son la gran apuesta de Estados Unidos para atender su demanda de gas natural, petróleo y electricidad, aunque el logro de este objetivo depende de la apertura del Sector Energético en México.

El plan propone reforzar la interconexión de ductos así como la red eléctrica, pero resalta la urgencia estadounidense de lograr ya reformas en el sector petrolero (mexicano). Sospechosamente, ha dicho Fabio Barbosa, son empresas relativamente menores (españolas, brasileñas, etc.) quienes tienen participación mayoritaria en nuestro país, mientras las grandes transnacionales (gringas, europeas, japonesas) mantienen aún una "presencia" significativamente menor, en espera de las ansiadas reformas constitucionales. Tal vez consideran que lo invertido en Fox no resulte redituable.

Reservas petroleras misteriosas

Las primeras noticias desde Monterrey describieron no solo el inicio de una nueva y agresiva campaña privatizadora (encabezada por el capital internacional y lo más recalcitrante de la derecha nacional, representada por los principales empresarios de aquella ciudad y los funcionarios del partido en el poder, en un encuentro que tuvo como sede el Tecnológico de Monterrey).

Son la revelación de acciones que representan una verdadera intromisión en los asuntos internos estratégicos de México. Fue en este contexto que, los departamentos de Energía y de Estado gringos dieron a conocer hace seis meses el reporte "descubriendo" que México podría elevar 425% sus reservas de gas.

“Un análisis realizado por los departamentos de Energía y de Estado de Estados Unidos señala el renovado interés de ese país por los recursos energéticos de México, cuyas reservas de gas natural podrían elevarse de 28 mil a 147 mil millones de pies cúbicos, a condición de que en su extracción se utilice tecnología de punta que requiere, a su vez, de fuertes inversiones” (en La Jornada 020404).

Esto confirma que las reservas reales de hidrocarburos en nuestro país son un misterio para los mexicanos, pero un auténtico libro abierto para las transnacionales imperialistas y de acuerdo a los intereses políticos de los grupos de poder en nuestro país, con la participación cada día más descarada de intereses extranjeros.

Reservas “ajustadas” a conveniencias

Y ojo con una nota publicada el 2 de abril en La Jornada: Se crea el Consejo Nacional de Infraestructura (encabezada por Fausto Alzati y los secretarios de Hacienda, Energía, Economía, Comunicaciones y Transportes y de la Función Pública, así como los directores de Pemex, CFE, CNA, Nafin y Banobras), como enlace del gobierno federal con el sector privado en lo relativo a políticas públicas para el desarrollo de la infraestructura ¿Una CRE pero a lo bestia?

Todo esto es muy grave. En México existen numerosas investigaciones gringas sobre todo tipo de recursos, incluidas por supuesto en primer lugar las reservas energéticas de México. Según el compañero Fabio Barbosa, las reservas de hidrocarburos se han venido "ajustando" según las conveniencias políticas y económicas en las últimas dos décadas.

Solía tratarse de información secreta, pero después de la crisis energética de los años 70, la política imperialista de Estados Unidos aceleró el estudio de los recursos energéticos mundiales, cuyos resultados (algunos) incluso son públicos.

Reconocidas menos reservas

Hasta 1988, según relata Fabio Barbosa, las reservas petroleras de México estuvieron tasadas en 64,500 millones de barriles (MB) pero, luego de una rectificación realizada por uno de los más destacados especialistas mexicanos -el ingeniero Francisco Iguanzo Suárez-, quedaron establecidas en poco menos de 30,000 MB.

Aunque según Barbosa, debido a los compromisos con las entidades financieras y las regulaciones de entidades como la Securities and Exchange Commission (SEC), actualmente se le reconocen a Pemex alrededor de las dos terceras partes, para poder registrar diversas emisiones de bonos ante la Comisión de Valores de los Estados Unidos de América.

Por ello es ofensivo que los propios imperialistas yankis vengan a anunciarnos que "descubrieron" que nuestra reservas pueden incrementarse ¡Pero si ellos mismos las aumentan o reducen a su conveniencia, con la complicidad del des-gobierno mexicano!

La realidad es que dichas reservas se han venido ajustando hace mucho, no como resultado de la investigación científica, sino la situación del mercado (y con objeto de manipular los precios y/o debilitar a la OPEP --Barbosa Dixit, "Exploración y reservas de Hidrocarburos en México”, IIEc-UNAM, 2000--). Desde hace sexenios, el petróleo mexicano ha servido a la política imperialista de Washington.

Endeudar y privatizar

Por cierto, para los ingenuos del voto útil, en dicho informe a la SEC, Pemex reconoce abiertamente, entre "los factores de riesgo" para los inversionistas (gringos, of course!), que el gobierno mexicano "podría" privatizar Pemex ("controlada" por el estado) debido a su incapacidad para satisfacer el pago de la deuda externa:

"The Mexican Government controls PEMEX, it could limit PEMEX’s ability to satisfy its external debt obligations, and it could privatize PEMEX".

¡Vaya aberración! vender precisamente la única fuente de ingresos que permite cubrir las necesidades de financiamiento, incluso para el pago de la deuda "eterna". Con razón Fox luce incoherente, cuando sus propios patrones no atinan a justificar su política usurera.

Porque una cosa es cierta, si los gringos leen bien la Constitución, los recursos petrolíferos mexicanos pertenecen a la Nación mexicana, no a Pemex.

Desgraciadamente dichos recursos constituyen, de momento, más que una garantía de bienestar y una palanca de desarrollo para México, un problema político, tal y como lo advertía el poeta.

El problema radica no sólo en prever el agotamiento real de las reservas en un horizonte ya no tan lejano (y sin opciones de nuevas fuentes energéticas a la vista), sino en la definición equilibrada y justa de su explotación.

La política actual, impulsada por las empresas imperialistas yankis promueven la depredación de nuestra reservas, y los diversos gobiernos corruptos despilfarran la renta petrolera.