Pero la resistencia popular a este curso nefasto
neoliberal se ha hecho sentir desde hace años en grandes jornadas que se
remontan al grito de ¡Ya basta! de los campesinos indígenas de
Chiapas encabezados por el EZLN en 1994 hasta las grandes movilizaciones en la
ciudad de México y en otras ciudades del país del 27 de noviembre
pasado contra las contrarreformas fiscal y privatizadoras foxistas. Es en medio
de esta efervescencia que hemos visto surgir nuevos frentes y coaliciones que
organizan la profundización de la resistencia popular para derrotar al
curso neoliberal del gobierno. El surgimiento del Frente Sindical Campesino
Social y Popular, apoyado por el Sindicato Mexicano de Electricistas y la
Unión Nacional de Trabajadores entre otras organizaciones de masas
obreras, campesinas y populares es un paso adelante prometedor en el combate de
la resistencia al curso actual capitalista. Su convocatoria a realizar un PARO
NACIONAL va en ese sentido y debe ser apoyada por todos los sectores
democráticos y revolucionarios.Este
panorama nacional es la expresión nacional que corresponde necesariamente
a la terrible situación internacional que en los albores del siglo XXI
contiene la misma combinación explosiva que tantas veces incendió
el siglo XX: un capitalismo globalizador salvaje y una burguesía mundial
ensoberbecida, belicista y ávida de mayores riquezas. Después de
1989, a raíz de la caída de la muro de Berlín, "el orden
nuevo" que anunció el primer presidente Bush desde Washington no ha
consistido sino en el viejo mundo imperialista con el agravante qué la
desaparición de la Unión Soviética, dejo a la colosal
maquinaria bélica del imperialismo de EUA sin competidor y dispuesta a
provocar las aventuras bélicas criminales que hemos presenciado desde
entonces: la invasión a Panamá, la guerra del Golfo, la
invasión a Somalia, la invasión a Haití, la invasión
a la ex Yugoeslavia, la invasión a Afganistán y finalmente la
actual invasión y recolonización de
Irak.
También al nivel internacional la
resistencia crece contra la globalización imperialista que actualmente
profundiza su curso militarista. El surgimiento del Foro Social Mundial, la
histórica movilización contra la agresión imperialista a
Irak en 2003, las movilizaciones, huelgas y rebeliones de los trabajadores
europeos, latinoamericanos y asiáticos contra las políticas
neoliberales son muestras contundentes que los pueblos se hartan y no
están dispuestos a ser pasivas víctimas de tales políticas
criminales. Sin duda, la reciente insurrección del pueblo boliviano en
contra del gobierno entreguista de Sánchez de Losada ha sido el hecho
más característico que señala el rápido cambio que
se está produciendo en la situación mundial. En el presente
año 2004 los signos apuntan a que este ascenso de la conciencia
antineoliberal, por lo tanto, anticapitalista, seguirá y alcanzará
nuevas cotas, al unísono con la protesta antiimperialista que el
empantanamiento de la ocupación militar de EUA en Irak atizará
igualmente a nuevas movilizaciones
internacionales.
Son estos tiempos de gravedad
y de oportunidad, los que nos convocan a todos los que nos reclamamos en
México del socialismo democrático y revolucionario, que
reivindicamos las posiciones anticapitalistas, antiimperialistas e
internacionalistas a adoptar una postura madura y consecuente con dichos
principios fundamentales. Las condiciones políticas para que surja una
fuerza que reivindique una alternativa radical en la lucha por un nuevo
México están madurando rápidamente.
Contrariamente a lo que en forma cotidiana anuncian los
medios de difusión masivos, el pueblo de México está urgido
de una alternativa socialista, democrática e internacionalista. Una
alternativa revolucionaria que sea capaz de enlajar el rico patrimonio de
un siglo de luchas, con todo su acervo de lecciones de avances y retrocesos, con
los actuales movimientos de resistencia a la barbarie neoliberal privatizadora y
militarista. Una alternativa independiente que se una a los innumerables
intentos de autorganización popular que cruzan de norte a sur, de este a
oeste la República y a las movilizaciones de los sectores más
diversos: de trabajadores de la educación y la salud, de colonos, de
campesinos, de indígenas, de obreros, de estudiantes, de mujeres, de
desempleados, de jubilados, de ex braceros y de todos los ofendidos que se
yerguen exigiendo justicia y el alto a la impunidad. Una alternativa
democrática que luche por conseguir el anhelo tan deseado de hacer de
nuestro país un país digno, sin camarillas gobernantes, sin
partidos "registrados" clientelares y leyes electorales con candados que impiden
la expresión y la organización de la pluralidad ideológica
y política nacional, sin líderes corruptos y sin el azote de la
violencia represiva. Una alternativa revolucionaria respetuosa de la
autonomía de los movimientos sociales, sin recurrir a métodos
corporativos y prácticas sustitucionistas y que sea capaz de mostrar en
sus formas de lucha --la huelga, la manifestación y la desobediencia
civil-- la coherencia entre los medios y los fines que propone. Una alternativa
internacionalista que converja con el torrente de masas que en todo el
mundo se levanta contra el curso globalizador y militarista del imperialismo y
en especial se vincule con los pueblos de nuestro hemisferio que en el sur
luchan en Bolivia, Venezuela, Argentina, Brasil, Perú y Ecuador por las
mismas demandas que enarbola nuestro pueblo mexicano y en el norte luchan en EUA
y Canadá contra el curso belicista criminal del gobierno de
Washington.Por lo anterior, convocamos a todos los
que reivindiquen los principios señalados a unirse con nosotros en la
construcción de la ALIANZA SOCIALISTA. Junto a los pueblos de
México y del mundo los socialistas que nos agrupamos en la ALIANZA
SOCIALISTA creemos y luchamos por otro México y otro mundo posibles. Un
México democrático, verdaderamente independiente, realmente
soberano asociado con las demás naciones en una mancomunidad fraternal y
solidaria.
Los socialistas no creemos que las
fatalidades del siglo pasado tengan que volver a repetirse: a la barbarie y
decadencia representadas por el imperialismo capitalista es necesario oponer una
perspectiva racional, humana y socialista. No tenemos que avergonzarnos por el
derrumbe del mal llamado "Bloque Socialista". Las críticas más
sólidas se, hicieron desde muy pronto en las mismas filas del socialismo
revolucionario, mucho antes que fuera una moda en los ámbitos
neoliberales. Los crímenes que se produjeron en nombre del socialismo
fueron los de una burocracia que usurpó las conquistas revolucionarias
primero de los pueblos de la Unión Soviética y después de
los pueblos de China, Vietnam y de Europa oriental. Esa trágica
lección del siglo XX nos obliga a los socialistas a pronunciarnos tajante
y decididamente por un sistema de gobierno en donde los trabajadores y el pueblo
en general se autoorganice de abajo hacia arriba, en donde impere el respeto
irrestricto a la libertad de prensa y de organización política y
en donde los factores humanistas y ecológicos sean los determinantes. Hoy
como hace 150 años, los socialistas no tenemos nada que esconder y
proclamamos abiertamente nuestras ideas y propósitos y reivindicamos,
abiertamente, el derecho de los pueblos a rebelarse en contra del injusto e
inmoral orden social existente.
Nuestra ALIANZA
SOCIALISTA surge como un nuevo factor de solidaridad y de combate con las causas
populares de nuestro pueblo. Sin anhelos hegemónicos ni
protagónicos. Con el decidido objetivo de unir sus esfuerzos a los de la
Promotora por la Unidad Nacional contra el Neoliberalismo e integrarse a los
combates de las organizaciones de masas.
En la
ALIANZA SOCIALISTA nos declaramos en favor de los objetivos nacionales
que las luchas populares han inscrito en el programa de liberación
nacional que se está forjando en esas jornadas, entre los cuales
están:
- Por el desconocimiento de la
deuda externa y del IPAB (Fobaproa). Reorientación de los recursos
financieros así liberados en un gran proyecto de obras públicas
(hospitales, escuelas, carreteras, vivienda popular) para solucionar de modo
radical la gravísima situación de millones de
desempleados.
- Renacionalización de la
banca.
- No a la privatización de Pemex,
CFE, y LyFC. Derogación de las reformas salinistas en materia
energética que han permitido la privatización furtiva de Pemex, de
CFE y de LyFC.
- No a las contrarreformas de la ley
de pensiones y jubilaciones del IMSS. Sí a una jubilación digna
para todos los trabajadores de México que no sea presa de la
especulación financiera (AFORES, etc.).
- No
a las reformas del Artículo 123. Respeto a la letra de la Ley Federal del
Trabajo. Aumento general para recuperar el poder adquisitivo de los salarios y
reducción de la jornada de trabajo como otra medida de ataque al
desempleo.
- Una reforma fiscal que grave a los
grandes capitalistas que los gobiernos neoliberales han exentado del pago de
impuestos y que sirva como instrumento de redistribución del
ingreso.
- Por una educación pública,
científica y laica. No a las privatización de la UNAM y de las
universidades públicas. Aumento sustancial del presupuesto educativo.
Derogación del TLCAN, no al ALCA.
- Por la
democracia y la independencia sindicales. Fuera el charrismo de los
sindicatos.
- Por el respeto a los derechos
indígenas. Respeto de los Acuerdos de San
Andrés.
- Por un gobierno de los
trabajadores, los campesinos y los indígenas.
¡Por la unidad de los de abajo!
¡Por la unidad de los
socialistas!¡Otro mundo, otro
México son posibles; un mundo, un México de fraternidad
y
solidaridad; un mundo, un México
socialistas!
México D.F., marzo de 2004
Fuente: Manuel Aguilar Mora
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