Volumen4, Número 48, Marzo 31 de 2004 |
Hay destrucción acelerada; también hay alternativas ¿Adiós a Pemex? La corrupción, privatización y charrismo sindical han corroído a Pemex sometiéndolo a un acelerado proceso de destrucción. La verdadera nacionalización no ha culminado, lo que hay es desnacionalización. La propiedad social se ha venido perdiendo, la política oficial es contraria al interés de la Nación y los procesos de trabajo están desintegrados. Todo está orientado a la creciente extracción y exportación de petróleo crudo, al tiempo que se agotan las reservas probadas. México no está preparado para ningún futuro energético adecuado. Pero hay alternativas, los trabajadores de la energía enarbolamos propuestas para rescatar a la industria energética, y a la Nación, de las garras del imperialismo. ¿Las Golondrinas y ya? Alejandro Nadal escribió que “Llegó el tiempo de despedirnos del viejo Pemex. Bajo el régimen actual, tal como ha venido operando, ese gigante ya no tiene perspectivas. Hasta el nombre había que cambiarle, ...” (en La Jornada 030304). Bueno, el nombre hace tiempo que se lo cambiaron. Los gringos, burócratas, gobiernos en turno y charros sindicales prefieren llamarle PeUSA. Con el foxismo, las transnacionales que han invadido a México le llaman a Pemex The Mexican Oil Industry (MexOil). En su argumentación dice Nadal. “Todo eso por tres razones. La primera es que el nivel de producción de crudo va a declinar dentro de pocos años. Es imposible que mantenga el volumen de producción actual cuando las reservas probadas han caído de manera dramática. “La segunda es que sus finanzas son insostenibles. Para mantener el nivel de entrega de recursos al gobierno, y para solventar su programa de inversiones, Pemex ha debido endeudarse al grado de comprometer la viabilidad financiera de la empresa. “Y la tercera razón es que la declinante capacidad tecnológica de la empresa no le permitirá hacer frente a la transición hacia un nuevo régimen para el sector energético. Ese nuevo régimen estará basado en la celda de hidrógeno y fuentes renovables (eólica, geotermia, solar), mientras los combustibles fósiles desaparecen”. ¡Triste panorama! No tenemos duda. Pero se ve muy fácil decirle adiós sin plantear las causas que originaron el desastre, mismas que están vigentes; y, sin proponer nada respecto del “nuevo” Pemex, si es que habría. Considerando seriamente la argumentación de Nadal, en el FTE pensamos que Pemex debe ser rescatado de las mafias políticas, administrativas y sindicales. Esto es muy difícil y probablemente sea un poco tarde. Sin embargo, consideramos nuestro deber seguir incansables en la pelea. Rescatar a Pemex de las garras del imperialismo Pemex debe transformarse como industria, pues como empresa no tiene futuro, efectivamente. El desarrollo posible está en la INTEGRACIÓN del proceso de trabajo ENERGÉTICO. Esto se expresaría en Energía de México, como lo hemos propuesto. Tres son las características que debe asumir la industria energética nacionalizada: 1- Propiedad de la Nación de los recursos e infraestructura energéticas. Esto implica la realización a cargo del Estado, de manera exclusiva, de todas las actividades que constituyen el proceso de trabajo energético en materia de petróleo, gas, electricidad, energía nuclear y fuentes alternas. 2- Política Energética Independiente. Esto significa una política orientada a la satisfacción de las necesidades sociales de la mayoría de los mexicanos. Consecuentemente, no se trata de producir por producir y menos de vender por vender. Los hidrocarburos son recursos finitos y, en las acciones de política inmediata es preciso reducir drásticamente la plataforma de producción y SUSPENDER TOTALMENTE la exportación de petróleo crudo. 3- Integración del proceso de trabajo energético. Esto significa la reorganización para la transformación, de todas las fases del proceso de trabajo, desde la investigación y desarrollo, planeación, operación, mantenimiento, administración y servicios. Sin integración NO hay futuro posible, ninguno. Por otra parte, cualquier alternativa viable que considere un adecuado desarrollo industrial, y la REALIZACIÓN de investigación y desarrollo tecnológico en materia de energía, requiere de la integración. Energía de México y soberanía nacional No basta decirle ¡Adiós! a Pemex porque faltarían los charros. A éstos, también habría que decirles ¡Adiós! Los trabajadores encantados, el problema es que para despedirlos no bastan las buenas maneras. El charrismo sigue ejerciendo sus férreos mecanismos de control apoyados en el Estado, sus corporaciones represivas y sus propias bandas armadas. Si desapareciera Pemex, ¿desaparecería el charrismo? NO lo creemos, el charrismo es peor de lo que parece a las ópticas universitarias. Más que decirle ¡adiós! a Pemex, había que darle la bienvenida a Energía de México y, como parte de ésta, al Instituto de Energía. Para ello se requeriría de una nueva legislación, congruente con el artículo 27 constitucional en la materia. Al respecto, el FTE enarbola una propuesta expresada en la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en Materia de Energía. Pero, ¿qué hace falta? ¿Voluntad política? ¿De quién? Los legisladores, políticos y burócratas de TODOS los partidos están completamente fuera de onda. De los intelectuales y científicos no se sabe nada. Casi todos hacen caso omiso de los grandes problemas nacionales. ¿Entonces? Los trabajadores de la energía estamos en lucha y consideramos que, tal lucha, rebasa a cualquier sector. Nos hace falta, como el oxígeno para la vida, una organización social de alcance nacional. Esta organización la debemos construir entre todos. Ante la carencia de verdaderos partidos políticos, proponemos la idea del Frente Único, el Frente de Soberanía Nacional, con el carácter de frente antiimperialista, organizado en Consejos Populares en al menos 500 lugares. Estos Consejos locales (o secciones) integrarían al Consejo Nacional para hacerlo representativo, darle estructura a la organización y capacidad de convocatoria. Sin organización propia NO es posible articular ninguna lucha que haga viables las propuestas. Charrismo, arma del imperialismo Parte esencial del proyecto nacional es la necesaria lucha contra el charrismo sindical. Los charros no son simples mafias de pillos que se roban las cuotas sindicales y organizan fraudes electorales. El charrismo tiene implicaciones mayores. Es una superestructura que mantiene en represión permanente a los trabajadores manteniéndolos literalmente “secuestrados” en su propia organización sindical. El charrismo es la entrega de los intereses de México al imperialismo. En el sector energético, la existencia del charrismo ha sido crucial para la destrucción del patrimonio nacional. Los charros sindicales son parte de las mafias organizadas y corruptas que han desnaturalizado a la expropiación petrolera y a la nacionalización eléctrica. Necesaria democracia obrera Sin democracia sindical no hay alternativa posible. El concepto democracia también debe ser revalorado. Los trabajadores debemos recuperar a los sindicatos como necesaria organización de resistencia frente al capital. La práctica de la democracia, sin embargo, no puede ni debe reducirse únicamente al voto. Los sindicatos tienen tareas más importantes que cumplir, adicionales a sus funciones laborales. Es necesario ejercer la democracia sindical para intervenir en la reorganización de los procesos de trabajo y, organizados en Consejos Obreros, ejercer funciones de control obrero en la producción e investigación. Sin participación obrera, organizada y conciente, NO es posible ninguna alternativa de nacionalización cabal, ni de política energética propia y menos de reorganización del trabajo. Sin esa intervención NO es posible ningún desarrollo sano ni la extirpación de la corrupción que ha corroído a Pemex y CFE, entre otras. Todo esto es más complicado que decirle ¡Adiós! A Pemex y/o al charrismo. Pero, todo esto es una necesidad para configurar no solamente una esperanza futura, sino para sobrevivir en el contexto de la lucha de clases vigente. Futuro energético y obrero Con el actual estado de cosas, es imposible que haya un correcto desarrollo en Pemex, pues toda la “política” oficial se reduce a extraer grandes volúmenes de materias primas energéticas básicas y exportarlas. Las mafias en turno solamente piensan en “hacer negocios” para ellos, no les importa el deterioro financiero o el endeudamiento, ni mucho menos. Igual sucede con la utilización de fuentes energéticas alternas. A las mafias les interesa la privatización, así sea anticonstitucional, el desarrollo científico y tecnológico les tiene sin cuidado, NO les preocupa. En México y otras partes, algunos estimamos que, en los próximos 10 años habrá una severa crisis energética mundial. México NO está preparado, el resto del mundo tampoco, salvo unos cuantos. El futuro de la humanidad es incierto y se ve difícil. Tenemos que salir del atolladero. Pocos piensan en los grandes problemas pero hay algunos. Los trabajadores de la energía unimos nuestras voces críticas. Este 18 de marzo, 66 Aniversario de la Expropiación Petrolera, no hubo marchas ni protestas obreras. Estamos en permanente estado de sitio. Charros, gobierno, ejército, marina y policía impiden a los petroleros mexicanos salir a las calles. Sin embargo, desde nuestras modestas trincheras seguiremos adelante.
¡Unidos Venceremos! El Sistema de Transporte de Gas Natural de México,
puesto por el foxismo al servicio
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