El 1º. de Mayo es una Jornada de
Lucha Internacional de los Trabajadores. En este año
2001, los trabajadores de la energía de México
recordamos con honor a los obreros norteamericanos,
canadienses y mexicanos que dieron lugar a esta
importante fecha. Al mismo tiempo, expresamos nuestro
coraje y protesta por la represión de empresarios y
gobiernos en contra de las legítimas aspiraciones
proletarias.
En 1884, trabajadores de Estados
Unidos y Canadá se reunieron en un Congreso realizado
en Chicago. Allí acordaron que la duración de la
jornada de trabajo sería de 8 horas a partir del
primero de mayo de 1886. En este año, las huelgas,
mítines y manifestaciones se generalizaron por todo
el territorio norteamericano. La consigna: "ocho
horas de trabajo, ocho horas de descanso, ocho horas
de educación". En Chicago, el enfrentamiento de los
huelguistas con la policía y esquiroles, ocurrido un
3 de mayo, terminó con saldo de varios obreros
muertos y otros heridos o detenidos. Al siguiente
día, se llevó a cabo un gran mitin para repudiar la
agresión y reiterar la demanda de ocho horas de
trabajo. Volvió a intervenir la policía con un nuevo
saldo obrero trágico. Chicago quedó en estado de
sitio.
En 1889, el Congreso Socialista
Internacional celebrado en Paris acordó que se
organizaría "una gran manifestación internacional con
fecha fija de manera que, en todos los países y
ciudades a la vez, el mismo día convenido los
trabajadores intimen a los poderes públicos a reducir
legalmente la jornada de trabajo y a aplicar las
otras resoluciones del congreso". Se adoptó el 1º. de
mayo de 1890, como la primera ocasión de esta Jornada
internacional, según había sido acordado por los
trabajadores norteamericanos reunidos en San Luis en
1888.
El motivo para conmemorar esta
Jornada fue el movimiento huelguístico de mayo de
1886 en Chicago violentamente reprimido por la
policía que condujo a la ejecución, en 1887, de
varios de los obreros participantes en las huelgas
para "escarmentar a todos los trabajadores". Augusto
Spies, Jorge Engel, Adolfo Fisher y Alberto Parson
murieron en el cadalso gritando ¡vivas! a la
anarquía. Esos militantes, conocidos como los
"Mártires de Chicago", se convirtieron en el símbolo
de las reivindicaciones obreras, porque con ellos se
enjuiciaba a la clase obrera y en ellos los
trabajadores reconocían sus aspiraciones.
De manera que, el 1º. de Mayo es
una Jornada de lucha obrera conquistada a muy alto
precio al enarbolarse con decisión la bandera de las
ocho horas como jornada de trabajo.
En México, el 1º. de Mayo se
conmemoró por primera ocasión en Chihuahua. Las
Sociedades Cooperativa Mutualista de Obreros, la de
Obreros del Orden y la Benito Juárez organizaron el
evento en 1892. Esta fecha fue conquistada con la
valentía de los trabajadores mexicanos.
Ricardo Flores Magón, precediendo
a la Revolución Mexicana, enarboló en México la
consigna de las ocho horas. Precursores también de
esta Revolución, los mineros de Cananea y textileros
de Río Blanco, con la huelga, expresaron la decisión
de los trabajadores mexicanos para hacer valer sus
derechos.
Fue en 1913, en plena dictadura
Huertista, cuando los trabajadores mexicanos
iniciaron la tradición del 1º. de Mayo. Bajo la
bandera de 8 horas de trabajo y descanso dominical se
integró un Comité Organizador de las Ceremonias del
Primero de Mayo. Los principales promotores
pertenecían a la Casa del Obrero Mundial. Junto a
esta organización marcharon otras más con sus
estandartes y bandas de guerra. Más de 15 mil
trabajadores asistieron a la manifestación que partió
de El Caballito continuando por la Avenida Juárez y
por la calle Madero hasta el Palacio Nacional.
Antonio Díaz Soto y Gama
pronunció un discurso en el Hemiciclo a Juárez,
Epigmenio Ocampo habló frente al Palacio Nacional y
José Colado en la Cámara de Diputados. En el desfile
se escucharon los gritos obreros contra la dictadura
de Huerta y en demanda de la jornada de ocho horas y
un día de descanso semanal. Por la noche, a nombre
del Comité Organizador, Isidro Fabela pronunció un
discurso en el Teatro Xicoténcatl. En ese mismo acto
hicieron uso de la palabra Rafael Pérez Taylor,
Jacinto Huitrón y Heriberto Jara. Para cerrar con
broche de oro, la dictadura mandó aprehender a los
organizadores de los actos, así como a los oradores.
Las protestas no quedaron allí.
Días después, el 25 de mayo, se realizó un nuevo
mitin en el Hemiciclo. En ese mitin habló Serapio
Rendón, cuyas heroicas palabras contra el tirano le
costarían la vida.
Desde entonces, cada primero de
mayo, los trabajadores mexicanos nos sumamos a la
Jornada internacional de los trabajadores del mundo
en lucha por mejores condiciones de vida y de trabajo
y en protesta contra el capitalismo y sus políticas
imperialistas.
Sin embargo, el Estado mexicano
siempre ha seguido una política manipuladora de los
trabajadores vía el corporativismo sindical. Sus
antecedentes son contrarrevolucionarios. En 1915, la
Casa del Obrero Mundial pactó con Carranza y Obregón
la organización de los Batallones Rojos a través de
los cuales los obreros fueron sometidos para combatir
a los ejércitos campesinos de Villa y Zapata. Sólo el
Sindicato Mexicano de Electricistas se negó a formar
parte de aquellos batallones. En ese tiempo, Obregón
se hacía llamar el "Lenin mexicano" y, desde
entonces, el Primero de Mayo se convirtió en una
vulgar ceremonia para "dar gracias" al gobierno en
turno entre la confusión ideológica y políticamente
del sindicalismo. Alemán era el "primer obrero" de
México.
Con la imposición del "charrismo
sindical", la Jornada del Primero de Mayo se
desnaturalizó totalmente al ser sometidos los
trabajadores a una política ajena a sus intereses de
clase. Las conquistas obreras cada vez se fueron
perdiendo, especialmente la independencia de clase.
El desarrollo social de nuestra clase cada vez se
contraponía más con el interés político. Los
sindicatos se convirtieron en cárceles que han
mantenido a los trabajadores mexicanos prácticamente
secuestrados en sus propias organizaciones
sindicales.
Hoy en día, la imagen del
sindicalismo tradicional mexicano es deplorable. Sus
características son la corrupción y la violencia, así
como la total ilegalidad de las burocracias del
Estado y las mafias charras. La mayoría de los
sindicatos mexicanos no representan al interés
genuino de los trabajadores. Más de 15 mil sindicatos
y sindicatitos agrupan únicamente a la minoría de
trabajadores en el país y mantienen una extrema
pulverización impidiendo a los trabajadores plantear
sus demandas básicas.
No obstante, diversos sectores
democráticos del proletariado mexicano han estado
presentes en varios momentos reivindicando el
programa obrero en sus diversas modalidades, entre
otras, la lucha por la democracia sindical.
La persistente lucha de los
trabajadores y otros sectores sociales llevó en el
2000 a la caída de la dictadura política priísta que
sostuvo como pilar básico de su dominio al
corporativismo sindical. El actual gobierno
congruente con su política neoliberal proempresarial,
no parece tener ninguna intención de modificar sus
relaciones con el charrismo sindical. Por el
contrario, sus acciones están orientadas a sostener a
las burocracias más desprestigiadas y obsoletas. Es
el caso, del apoyo ilegal e ilegítimo que están
recibiendo los charros en los sindicatos de
petroleros, electricistas, ferrocarrileros,
minero-metalúrgicos y maestros, entre otros. En todos
estos casos, son palpables las muestras de repudio de
los trabajadores. La gran mayoría, en cada
organización, nos oponemos a seguir siendo sometidos
al control de líderes espúrios y planteamos la
urgencia del cambio democrático. Sin embargo, el
Gobierno federal persiste en las prácticas
antiobreras sosteniendo una estructura sindical
anquilosada y lesiva al interés de nuestra clase y
del país.
Pero, los trabajadores mexicanos
no estamos dispuestos a aceptar más la opresión de la
dictadura corporativa. En este Primero de Mayo,
proclamamos ante la Nación mexicana y ante el mundo
entero, que ¡Vamos a sacudirnos al charrismo
sindical! y que sólo la presencia política de los
trabajadores podrá darle un rumbo democrático al
país.
Llamamos a los trabajadores de
México a recuperar la iniciativa política y a
reorganizar nuestras filas democráticamente para
hacer que la voz obrera se escuche por todos los
rumbos de la Patria. El 1º. de Mayo debe ser siempre,
como en los momentos culminantes, una Jornada de
lucha clasista que exprese con fuerza las
aspiraciones y esperanzas de la clase obrera.
¡Viva la Democracia Sindical!
¡Viva Unidad Democrática de los
Trabajadores!
Frente de Trabajadores de la Energía de MEXICO