8. La huelga del 16 de julio de 1976 El 10 de julio apenas pasadas las elecciones presidenciales,
que otra vez ganó el PRI, se realizó otra reunión del
consejo nacional de la TD ahora en Puebla. Nuevamente se volvió a valorar
la situación política, se explicó por qué se pospuso
la huelga y se pidió seguir acumulando fuerzas. Los delegados aceptaron,
no así Whaley y Gershenson que entraron en berrinche y se
indisciplinaron. Parece que lo vinieron platicando durante el regreso a la
ciudad de México.
Pasadas las 9 de la noche llegaron a Zacatecas 94, colonia Roma, donde estaban las oficinas de la TD convertidas en cuartel general. Sumamente excitados empezaron a dar órdenes. Esa noche la guardia estaba a cargo de david bahen. Brevemente trataron de explicar a los presentes que Galván seguía sin ponerle fecha a la huelga y eso era inaceptable. Dijeron que ya estaban dadas las condiciones, que era la hora y que si Galván no ponía fecha había que presionarlo. -"Se suspenden las guardias y se retiran las cosas", dijeron. david se les quedó mirando y dijo para sí "¡se retiran madres!". Arrebatadamente, abrieron la puerta de Zacatecas de par en par, retiraron el automóvil blanco que estaba cubriendo la entrada por dentro, así como el garrafón de gasolina que estaba arriba del vehículo. Lo demás no pudieron retirarlo porque estaba en nuestro poder. Acto seguido se fueron. Cerramos nuevamente la puerta y no la abrimos a nadie. Por supuesto que no retiramos nada. Al local de Zacatecas lo cuidábamos día y noche. No había exageración. Una vez, un contingente de electricistas eventuales fueron movilizados por el SUTERM, se ubicaron en la plaza Luis Cabrera con intenciones de tomar el local de la TD. Allí estaban las oficinas del movimiento, la imprenta, los documentos, los archivos. También las oficinas de la ex sección 35 del STERM y las de las secciones Nucleares. Las brigadas de los nucleares asumíamos todos los riesgos y lo hacíamos por convicción, sabíamos que no estábamos jugando a nada. Toda la noche estuvimos vigilando desde la azotea pensando sobre la situación. Al otro día, domingo, se reunió el Círculo Socialista, se visualizó que estaba en marcha una seria provocación y había que entrarle. Estaba planteado, nada menos, que el enfrentamiento precipitado con el Estado. Este enfrentamiento estaba previamente configurado, el Estado siempre enfrenta al movimiento sobre todo cuando se trata de un sindicato nacional de industria. Pero Galván venía eludiendo el enfrentamiento frontal, que ahora un grupito imponía. En ese grupito estaban Whaley y Gershenson de los nucleares, Pedro Uranga y Uziel Alvarado del SME, Eliezer Morales y Pablo Pascual del SPAUNAM y otros pocos. Galván los conocía pero extrañamente "lo convencieron", en realidad le impusieron una decisión caprichosa. También estaban muy activos los comités laborales de Cecilia Soto y Lyndon Larouche, con sus nuevos reclutas. Mucho contaba el ánimo interno y el cansancio ante tantas agresiones de la CFE, charros y gobierno. Desde 1971 se había insistido en emplazar a huelga o amenazar con la misma. Muchos electricistas creían confiadamente que la huelga permitiría el fin a tanta penuria. Galván sabía que se trataba de una medida extrema pero las presiones tendían a rebasarlo. Unos improvisados, con menos de 3 años de experiencia sindical, frente a los más de 30 de Galván, le estaban imponiendo una decisión crucial. Una sección conexa sin peso en la producción, y un grupito ajeno, estaban suplantando a las secciones eléctricas. Dicho y hecho. El lunes por la mañana. Whaley y Gershenson acudieron a las oficinas de Galván. Según ellos mismos dijeron, lo habían "convencido" de poner fecha para la huelga y "se había acordado" que fuera el 16 de julio a las 18 hs. Presurosos se trasladaron al Centro Nuclear de Salazar para asistir a la asamblea que por la tarde se había convocado. El "acuerdo" se había hecho a espaldas de todos, las secciones se enteraron después, no participó ni siquiera la dirección nacional de la TD, pero se impuso como un hecho consumado. Así la presentaron en la asamblea Whaley y Gershenson eufóricos. En unos cuantos y escasos días (4) estallaría la huelga nacional. Se estaba anunciando la debacle. Cierto que la huelga se venía preparando con mucho tiempo, pero eso era en sus aspectos políticos, en los logísticos no había los preparativos requeridos. De hecho no era sencillo, porque el SEN ya estaba interconectado y no es solo un procedimiento el que hay que aplicar para suspender las actividades sino varios, no menos de 15, incluyendo la vigilancia terrestre, aérea y marina de las instalaciones, el cuidado de los almacenes de combustibles, y otras medidas de emergencia. Simplemente, sacar de operación a una central sincronizada al SIN, y volverla a sincronizar, no es cualquier cosa y no estábamos preparados, el control no estaba en nuestras manos. Por eso importaban los aspectos técnicos y logísticos. La huelga de la TD tenía mucho consenso entre los electricistas y nucleares, pero nadie había participado en una huelga nacional, esta era la primera vez. Antes, en la época de la FNTICE se habían realizado huelgas locales en un escenario completamente distinto. Las emociones, las sensaciones se estaban sobreponiendo a la reflexión y la evaluación que, precisamente, caracterizaban a la TD. No hubo tiempo ni de aparentar los procedimientos legales. En la asamblea del Centro Nuclear de Salazar se llevó a cabo una fuerte discusión. david bahen hizo una valoración política del movimiento que se había extendido por todo el país, reconoció la táctica flexible seguida por la dirección política de Galván, pero dijo que precipitar el enfrentamiento con el Estado no era correcto. Por lo demás, nuestras fuerzas aún no eran suficientes. "En el momento en que la huelga eléctrica estalle deben salir a las calles miles de mexicanos en todo el país en apoyo al movimiento", dijo. Todavía nos faltaba mucho para ello. Pero si la huelga estallaba habría que defenderla sin reservas, agregó. Los ánimos estaban muy exaltados. Puesta a votación la propuesta de estallar la huelga para el 16 de julio, la votación afirmativa fue abrumadora, todos eufóricos cantamos "¡Venceremos!". Una vez aprobada la propuesta se pasó a elegir al comité de huelga. david bahen obtuvo la mayor y amplia votación. david no ocupaba ningún puesto de representación sindical pero su consenso con la base era muy alto. De inmediato entró en funciones el comité de huelga. A pasos acelerados recolectamos las fuentes radiativas y las registramos. Todas fueron llevadas al laberinto del reactor del Centro Nuclear. También se organizaron las brigadas de emergencia para mantener la producción de algunos radisótopos que abastecían al sector salud y el cuidado de los detectores de radiación y equipos que necesitaban nitrógeno líquido. La logística se dificultaba por la presencia del ejército dentro de las instalaciones. Pero organizamos el resguardo de las mismas y preparamos las banderas de huelga.
Sección La Piedad del SUTERM. FOTO: Revista Solidaridad
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