4. El Movimiento de 1971-72 El STERM se volvió el sindicato más
importante por dos razones fundamentales, una, su estructura nacional y, dos, su
funcionamiento democrático. Esto contrastaba con el SNESCRM,
también con estructura nacional pero con funcionamiento absolutamente
vertical, sin siquiera realizar asambleas, sometido directamente a la CTM y al
PRI, es decir, al charrismo sindical. El SME no tenía alcance nacional
sino local, como sindicato de empresa, sin estructura moderna sino anticuada y
funcionamiento democrático aparente.
Esta era la diferencia crucial, el sindicalismo industrial opuesto al viejo sindicato de empresa. Por eso a nivel industrial se manifestaba la contradicción, el sindicato industrial tenía política eléctrica, el de empresa no la tenía ni podía tenerla, jamás la tuvo. Otra contradicción fundamental fue al nivel del funcionamiento, crucial para la integración industrial. Sin la participación de los trabajadores no es posible concretar ninguna política de clase. En el caso de la industria eléctrica se requería de los electricistas convencidos. En el STERM se realizaban asambleas periódicas, se discutían los asuntos de la nacionalización, la necesidad de afirmar a esta mediante la integración industrial, la promulgación de una nueva ley eléctrica y la reorganización del trabajo. Sin una estructura nacional no se puede tener ninguna visión industrial. Por razones objetivas, en una empresa solo se mira un fragmento y este es menor estando al margen del proceso. Por eso el SME nunca tuvo política eléctrica, todo se limitó a la lucha económica con la Compañía a través de asambleas desestructuradas, es decir, basadas en la participación indirecta de los trabajadores mediante un sistema de representación. En el SNESCRM los trabajadores no tenían asambleas, todo lo decidía la cúpula. Aún así, por estar dentro de la industria fueron partícipes del proceso de integración. Lo fundamental era la política y la única a ese momento era del STERM. Con la expansión de la industria habían crecido numéricamente los tres sindicatos, principalmente, el STERM cuyas secciones en el país se consolidaron. En 1971, la relación numérica era prácticamente igual, 5 mil trabajadores por cada sindicato. Los intereses mafiosos del SNESCRM se pusieron a prueba y este decidió "defenderlos" mediante la agresión. Como es costumbre en el charrismo, para el SNESCRM, la vía fue arrebatarle al STERM la titularidad del Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) argumentando tener mayoría de afiliados. Eso nunca lo comprobaron. Pero sí lograron que la administración de la CFE se sumara a sus aviesos propósitos. Para charros y gobierno el STERM se había vuelto indeseable por su política democratizadora y anticorrupción. Sobre todo, no toleraban la práctica sindical avanzada que no se limitaba a los aspectos elementales e inmediatos de la lucha de clases. Los balazos empezaron en Celaya cuando un tal Franco Palma disparó contra los electricistas, luego, los balazos ocurrieron en León. Se trató de serias provocaciones que requerían de una acción consecuente. La respuesta del STERM consistió en defenderse poniendo en movimiento su organización nacional. En las diversas regiones del país, había una estructura de Consejos regionales. Así era en el centro del país. El 14 de diciembre, se realizó la primera Jornada Nacional por la Democracia Sindical en 40 ciudades. En Guanajuato capital los electricistas de esta sección, encabezados por el señor Jesús Ramírez secretario general, se reunieron con el movimiento estudiantil recientemente triunfante en una lucha de reforma universitaria que proclamó por primera vez la Autonomía y la democratización de la Universidad de Guanajuato. david bahen era el dirigente principal de este movimiento estudiantil y ofreció la solidaridad. Con ello, el movimiento universitario triunfante se ligó al movimiento obrero electricista que también triunfaría. Se sucedió entonces un movimiento nacional, luego de los trágicos acontecimientos de 1968-71 cuando el movimiento estudiantil había sido violentamente reprimido. Ya desde 1958-59, la insurgencia ferrocarrilera también había sido militarmente reprimida. En ese contexto tan desfavorable, sin embargo, resurgía la insurgencia obrera, ahora dentro de la industria eléctrica nacionalizada. Este solo hecho le daba una gran importancia al movimiento. La movilización residió básicamente en los electricistas pero incluía a diversos contingentes solidarios. Tal fue el caso del Movimiento Sindical Ferrocarrilero, encabezado por Demetrio Vallejo y el Movimiento Revolucionario del Magisterio (MRM) de Othón Salazar. En algunas partes se sumaron sindicatos oficialistas. Había marchas masivas. Fueron los casos de Tampico, Ciudad Valles, Mexicali y San Luís Río Colorado. Sin embargo, no fue así en todas partes. En varias ciudades solo marchaban los electricistas y sus familiares, incluso niños. Esto es, la solidaridad con el STERM existió pero fue desigual y débil, de muy corto plazo y no se sostuvo. Ningún sindicato nacional de industria nos apoyó. El movimiento rápidamente se extendió por el país aglutinado por una política correcta. Las Jornadas Nacionales por la Democracia Sindical siguieron adelante. Las siguientes se realizaron el 27 de enero de 1972 en 48 ciudades y, luego, el 27 de abril. Al mismo tiempo, el STERM promovió la formación de la Unión Nacional de Trabajadores (UNeTe) para rodear al movimiento de mayor solidaridad y para intentar reorganizar democráticamente al sindicalismo mexicano. El SNESCRM prefirió la única vía a su alcance, la burocrática confiando en que las autoridades les darían la razón. Con el aval de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, el 31 de mayo, la CFE firmó con el SNESCRM el nuevo CCT despojando al STERM. El caso llegó a la Suprema Corte de Justicia (SCJN). Luego, un emplazamiento a huelga del STERM fue rechazado por el gobierno. Todo el aparato estatal estaba volcado contra el STERM. En 1960, el STERM había formado la Central Nacional de Trabajadores (CNT), junto con el SME, CROC y otros sindicatos. En 1966, la CNT se fusionó con el Bloque de Unidad Obrera (BUO) liderado por Fidel Velásquez, para formar al Congreso del Trabajo (CT). Ahora, con motivo del conflicto, el CT expulsó al STERM, hecho sin precedente que no estaba previsto en los estatutos. La respuesta del STERM fue política poniendo el acento en la democracia sindical. Este fue un gran acierto y configuró con claridad los términos de la lucha: democracia o charrismo. Para las condiciones de la época, y aún en las actuales, la lucha por la democracia sindical es veneno para el sindicalismo oficial y para el propio Estado, corporativizado con el charrismo, el cual es una estrategia exitosa del imperialismo desde principios de siglo XX, oficializada en la década de los 30´s. Las marchas del STERM se multiplicaron. Los lunes se realizaban asambleas en las secciones y los sábados había acciones colectivas, periódicamente se efectuaban reuniones de los consejos regionales y nacional, y se proyectaban marchas regionales y locales que previamente se ponían a consideración de las asambleas. La actividad era intensa. Había una importante experiencia entre los líderes locales participantes desde la nacionalización. En las secciones se promovían con seriedad la asistencia a las asambleas, la publicación de periódicos, tal fue el caso del Ariete en la sección Celaya, y la promoción de conferencias y escuelas sindicales. La prensa obrera, representada por la revista Solidaridad, jugó un papel destacado, era una revista muy leída por los electricistas desde antes de la nacionalización. El movimiento estudiantil universitario de Guanajuato planteó en 1972 la lucha por la nacionalización de la industria química y la planeación educativa y de investigación, plasmada luego en el primer Plan de Desarrollo de la UG, 1973-83, que la transformó sustancialmente. En 1975 surgió el sindicato SITUG que, en 1977, fue violentamente reprimido por el gobierno estatal. Los planteamientos correspondían a algunos del programa del STERM. Por primera vez, en pleno movimiento, los electricistas propusieron a los trabajadores y pueblo de México un programa de importancia que repartíamos casa por casa. "Mexicano: esto te interesa, entérate ¿Por qué luchamos?". Con este nombre pasó a ser conocido nuestro programa. El primer punto se refería a la democracia sindical, como el derecho de los trabajadores a dirigir a sus propios sindicatos mediante decisiones colectivas. Luego, se incluían otras reivindicaciones como la reorganización del movimiento obrero, el impulso a las empresas nacionalizadas, diversas nacionalizaciones más, apoyo a la reforma agraria y a la educación y se planteaba la alianza obrero-campesina-estudiantil. Este programa indicaba las banderas de lucha, el por qué luchamos, las referencias políticas del movimiento. Se tenía la idea de aglutinar a diversos sectores sociales viéndose reflejados en demandas comunes. La formulación de un programa obrero y popular le otorgó un alto significado político al movimiento del STERM, convirtiéndolo en uno de los más importantes en la historia del sindicalismo mexicano.
Sección León del STERM, 1972. FOTO: Revista Solidaridad
Sección Veracruz del STERM, 1972. FOTO: Revista Solidaridad
Esta página es construida por trabajadores del sector energía.
La información contenida puede citarse total o parcialmente, mencionando la fuente.
|
|