Volumen 16, Número 333, abril 10 de 2016
 


Yolanda de León



Nació un día como hoy, se fue este 17 de febrero. Acompañada con las rosas rojas de la democracia obrera, está en su tierra de tradición minera, Nueva Rosita, Coahuila. Con la texana, la norteña, Yolita, se va una época de combatividad y lucha en el sindicato otrora de leyenda.


Amistad, lealtad, combatividad, solidaridad, convicciones, alegría, franqueza, palabras directas y bravas. Eso y más definió a Yolanda, mujer de principios y de lucha. Fue partícipe activa y militante en las luchas sindicales de grandes momentos del SUTIN, cuando ese sindicato era democrático y con política de clase.

Yolanda de León Arreola nunca faltó a una sola asamblea, cuando estas se realizaban cada lunes y con quórum. Trabajó como secretaria en el Centro Nuclear de México, del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares, adscrita sucesivamente a las áreas de mantenimiento, radisótopos y centro de información y documentación nuclear. En el sindicato, siempre fue de base, representante de su grupo de trabajo y varias veces delegada a los congresos nacionales. Siempre declinó ocupar puestos en el comité sindical. Su militancia estaba abajo, en la organización, la promoción, la diplomacia obrera y las relaciones internacionales.

Lo más importante fue su entrega desinteresada a la lucha obrera. Yolita preguntaba, discutía, opinaba, no se mareaba tan fácilmente, quería saber más, estaba informada de lo que pasaba en el sindicato, en el centro de trabajo, en México y en el mundo. Yola sabía defender sus propios derechos y los de los demás.

Ahora ya no la veremos cuando salga el Sol, ni cuando aparezca la Luna. Se había jubilado hacía poco y, antes que llegara esta primavera, se apagó su voz, cerró los ojos y dejó de latir su corazón.

El cielo profundo se cubre de luto. Nuestra bandera roja se agita en duelo a media asta. A Yola la acompañan las notas de La Marcha del SUTIN, La Internacional y ¡Venceremos!, entonadas con sentimiento y emoción.

Yolanda llegó al Centro Nuclear cuando estábamos librando una gran batalla que a la postre fue triunfante. En 1974, habíamos sido coautores de la última modificación positiva a la Constitución. En el párrafo 7o (hoy 8o) se estableció que la utilización de combustibles nucleares para la generación de energía nuclear corresponde exclusivamente a la nación y que solamente podrá tener fines pacíficos.

Luego de intensas jornadas nacionales por la democracia sindical, en 1976, los electricistas de la Tendencia Democrática del SUTERM fuimos reprimidos militar y políticamente por el gobierno en turno. Todos fuimos despedidos y perdimos el Contrato Colectivo de Trabajo (CCT). Al siguiente año, el nuevo gobierno pretendió privatizar al Uranio pero no pudo. Nos opusimos con fuerza y triunfamos. El Senado había aprobado una ley nuclear privatizadora que detuvimos en la Cámara de Diputados. En 1978 se aprobó una ley nuclear muy diferente, de la cual somos coautores. Como resultado, fundamos al SUTIN, recuperamos al CCT y logramos una importante fuente de trabajo.

Yola llegó y se incorporó a un sindicato triunfante, la del Uranio es la única privatización que ha sido impedida en la historia de México.

En 1983, se volvió a perder el CCT y casi se pierden el sindicato y la fuente de trabajo. Aquel 30 de mayo, Yolita no tuvo dudas. Luego de amplia movilización logramos en 1986 conquistar al CCT, al sindicato y a la fuente de trabajo. Luego, lograríamos conquistar un edificio sindical con 2,400 m2 de construcción que fue entregado a los trabajadores en asamblea general y en presencia de los medios locales y nacionales.

El CCT era ejemplar y avanzado. Los salarios se incrementaron 17 veces en 6 años. Hoy llegan hasta 7 mil dólares mensuales, se incluyeron la medicina del trabajo nuclear y la jubilación temprana para los trabajadores ocupacionalmente expuestos a las radiaciones ionizantes. Los estatutos del SUTIN correspondían a un sindicato nacional de industria y de vanguardia; en el artículo 2 definimos ampliamente al proceso de trabajo nuclear, mismo que también se estableció en la ley nuclear reformada en 1985. Asimismo, desarrollamos un proyecto político clasista de alcance internacional, habiéndonos unido en 1987 a la Federación Sindical Mundial (FSM) y a la Unión Internacional de Sindicatos de Trabajadores de la Energía (UISTE).

Eso ocurrió con la dirección política y autoría de david bahen, secretario general, con quien Yolanda colaboró. De acuerdo a nuestro proyecto político, en ese tiempo, se enfrentó la corrupción en el sindicato y en el Instituto. "Nuestro sindicato es socialista", decían orgullosos los compañeros. Era menos que eso, pero había principios, convicciones y dirección política.

Yola contribuyó a las grandes conquistas sindicales, laborales y políticas. Como otros hombres y mujeres dejó un ejemplo a seguir. En los últimos tiempos estuvo en la lucha por la defensa del petróleo. Siempre promovió el proyecto del FTE, difundió la prensa obrera y luchó decididamente por la democracia y contra la corrupción, en el sindicato, el Instituto y el país.

La historia no ha terminado. Habiendo estudiado al Tiempo en sus diversas expresiones, la vida humana es apenas un suspiro, el tiempo es inexorable y termina. Es el tiempo solar pero, en el tiempo cósmico, Yola seguirá en movimiento, se transformará y volverá. ¡Viva Yolanda de León!

Expresamos nuestras sentidas condolencias a Betty, a Fernando, familiares y amigos (as).


Ref.: 2016, elektron 16 (98) 1-2, 8 abril 2016, FTE de México.
Yolanda de León (SUTIN, México) con Liudmila Lápteva (FTIEE, URSS), 1988. FOTO: Tígre






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