Fox plantea una crisis inexistente, dado que su propio secretario de energía asegura el abasto suficiente más allá del presente sexenio. Se infla artificiosamente la obsolescencia de equipos para sustentar la hipótesis de una emergencia.
La iniciativa foxista afirma que en la próxima década será necesario instalar más de 32,000 MW (73% de la capacidad actual) –considerando un escenario de crecimiento económico conservador, se apunta–. Además de carecer de sustento, esta afirmación obliga a recordar que el sistema eléctrico nacional siempre ha garantizado un margen de reserva suficiente para satisfacer el aumento de la demanda, a las tasas de crecimiento económico real del país.
A finales de 1995, justo al principio de escalada privatizadora respaldada por la CRE, se llegó a tener un 50% de reserva real. Desde ese momento y hasta el 2000, la CFE solamente puso en operación 1,949 MW reales, el más bajo incremento histórico por período de la industria eléctrica nacionalizada.
Esto redujo el margen de reserva a un nivel también históricamente bajo, que fue muy publicitado durante 1999, coincidiendo con la propuesta privatizadora zedillista. Fue a partir del 2000, y gracias a la participación de capital privado (a través de los mencionados esquemas de financiamiento, PIE y PIDIREGAS), que dicho margen comenzó a recuperarse:
|
1995
|
1996
|
1997
|
1998
|
1999
|
2000
|
2001
|
2002(a)
|
2002(b)
|
|
|
Capacidad
(MW)
|
32,166
|
33,920
|
33,944
|
34,384
|
34,839
|
35,869
|
38,186
|
36,850
|
40,336
|
|
(a) No incluye Productores Externos de
Energía;
(b) Incluye 8 Centrales de productores externos de energía con una capacidad total de 3,486.13 MW |
|||||||||
El crecimiento que observado en 2001 y 2002 corresponde a la concesión inconstitucional de permisos, fuera de toda planeación y otorgados para favorecer no el desarrollo eléctrico nacional, sino a los inversionistas privados.
Lo anterior constituye evidentemente una estrategia premeditada para orientada a la opinión pública a favor de los supuestos beneficios de la introducción de capital privado, en preparación a la propuesta de apertura que hoy, coincidentemente, se plantea desde TODAS las iniciativas de reforma eléctrica vigentes.
En la iniciativa de Fox se menciona, además, que un 44% de las unidades generadoras de propiedad estatal tienen más de 30 años de vida activa, lo cual, aunque en números es cierto, no significa que cerca de la mitad del parque de generación actual sea obsoleto.
Si consideramos que la capacidad de generación de CFE está constituida principalmente por plantas termoeléctricas que efectivamente sufren un gran desgaste (por la combustión de hidrocarburos, 68.87% y de carbón, 9.52%) e hidroeléctricas (14.27%), el nivel real de "obsolescencia" real representaría 2,110 MW (considerando las plantas termos instaladas antes de 1972), es decir, menos del 6% de la capacidad total actual.
En el caso de las plantas hidroeléctricas, se trata de equipo que por sus características puede prolongar su vida útil por muchos años más con un mantenimiento adecuado. No es posible pensar en que se amenace con dejar perder proyectos históricos como Malpaso, cuyas unidades más antiguas datan de hace más de 30 años (1969), o Infiernillo (1965) y Angostura (1975).
En el mismo caso están otras plantas hidráulicas de mucha menor capacidad. Estas plantas deben rehabilitarse por razones de diversificación de fuentes de energía, considerando que su rehabilitación y mantenimiento es en todo caso mucho menos costoso que una instalación nueva.
A pesar del déficit creado artificialmente, el propio secretario de energía, Ernesto Martens, ha reconocido ya que con la electricidad instalada del 2000 a la fecha, más la próxima a agregarse por las concesiones inconstitucionales otorgadas por la CRE, el suministro de electricidad está garantizado más allá del actual sexenio.
C O N T A C T O
Comisión de Prensa, FTE: prensa@fte-energia.org
Comisión de Energia, FTE: energia@fte-energia.org