¡Vuelve a Mentir!
Amplia capacidad destructiva del foxismo: se deforma el concepto de servicio público de energía eléctrica, se amplía la intervención privada en la generación, se facilita la apropiación privada de la red eléctrica nacional. A CFE se le reduce sensiblemente, peor es el caso de LFC. El CENACE se quita a CFE para ponerlo al servicio de las transnacionales privadas. Para Fox, esto no es privatización sino todo lo contrario.
Otra vez la realidad falseada
- No se fortalece el servicio público de
energía eléctrica, se le sigue destruyendo mediante deformaciones
y ocurrencias.
- La CFE es reducida y desintegrada, el Cenace
dejaría de pertenecer a CFE. El despacho eléctrico lo reduce el
foxismo a una simple operación de control de flujos.
- No es cierto que se multiplica el empleo y la
capacitación; se fortalece la corrupción de los charros,
cómplices de la privatización eléctrica.
- Ampliar la capacidad privada de generación
eléctrica, facilitar la apropiación privada de la red
eléctrica y poner el control operativo del sistema eléctrico al
servicio privado. Eso es desnacionalizar a la industria.
- No hay ninguna modernización sino una
regresión; las propuestas de Fox están históricamente
superadas. El sector privado es incapaz de garantizar un adecuado servicio. Por
ello, se nacionalizó la industria
eléctrica.
¿Regulación y precios competitivos?
“El Programa del Sector Energía 2001-2006 establece
que el sector energético debe contar con una regulación moderna y
transparente que garantice la calidad en el servicio, así como precios
competitivos; asegurar recursos para que las empresas públicas del sector
puedan cumplir sus objetivos; facilitar la competencia e inversión y
promover la participación de empresas mexicanas en los proyectos de
infraestructura energética, y que uno de los objetivos para el 2006 es
contar con empresas energéticas de alto nivel con capacidad de abasto
suficiente, estándares de calidad y precios competitivos”. Con
esa base, la de un programa unilateral impuesto burocráticamente al
país, el Fox cree que puede destruir impunemente el patrimonio
energético nacional. La regulación “moderna y
transparente” ni es moderna y menos transparente; se trata de la
privatización, furtiva y corrupta, que lleva a cabo Fox al margen de la
ley. Es completamente falso que eso “garantice la calidad del
servicio” y menos “precios competitivos”. La
nacionalización eléctrica se llevó a cabo, precisamente
porque la industria privada fue incapaz de ofrecer un servicio decente, ya no
digamos de calidad. Los precios competitivos no son tales, de entrada,
serían precios más altos respecto de los actuales. Eso es evidente
en la medida en que los inversionistas privados venderán la
energía que generen a precios mayores a los costos de producción,
para incluir un porcentaje adicional por concepto de la ganancia
capitalista. Sí es cierto que la política foxista está
orientada a “facilitar” la competencia e inversión privadas
en los proyectos de infraestructura energética. Pero, eso, es contrario a
lo dispuesto por la Constitución. De manera que, el Programa Sectorial es
anticonstitucional. Consecuentemente, lo son todas las acciones que del mismo se
derivan. El objetivo que se propone en dicho programa no se logrará
con la privatización. Ninguna empresa podría tener una mayor
capacidad de abasto que la industria nacionalizada, ni los estándares de
calidad y menos los precios competitivos; ni siquiera desnacionalizando a toda
la industria y volviéndola a integrar, siendo privada. Las corporaciones
tienen otros objetivos que son el lucro y la obtención máxima de
ganancia. Para lograrlo no dudan en hacer uso de la especulación, los
fraudes, la manipulación del mercado y el mal servicio. Fox pretende
dilapidar el patrimonio nacional adornando el discurso con terminología
inapropiada. “Lo que se propone es modernizar las formas de
financiamiento y las estructuras orgánicas y funcionales de la industria
eléctrica, así como actualizar su marco jurídico, todo ello
para racionalizar la utilización de los recursos públicos”,
argumenta Fox. ¡No es cierto!. No hay ninguna
“modernización” de las formas de financiamiento, es
simplemente la apropiación privada de la industria nacionalizada. Tampoco
se trata de ninguna “modernización” de las estructuras
orgánicas y funcionales de la industria. Si así fuera, no
habría ninguna necesidad de desnacionalizar. Pero, se trata de un
discurso deliberadamente borrosos para imponerle a la nación la
privatización eléctrica. Es indudable que el foxismo pretende
engañar a todos los que pueda. Dice que “la presente iniciativa es
parte un paquete de reformas a las entidades que conforman el sector
eléctrico, que tiene como finalidad fortalecer el servicio público
de energía eléctrica que se proporciona a todos los
mexicanos”. Se habla de un “fortalecimiento” inexistente a
un “servicio público” casi inexistente. Previamente, en sus
anteriores iniciativas, el centro de las propuestas está en la total
deformación del concepto de servicio público de energía
eléctrica. A lo que ahora se refiere Fox es a un supuesto “servicio
público”, de entrada recortado al máximo y limitado al
servicio doméstico, agrícola y alumbrado
público. Evidentemente Fox no es ningún empresario, es un
simple vendedor de lo que no es suyo y es, además corrupto. Quiere dar
gato por liebre. Pretende convencer a los legisladores ofreciendo fortalecer un
servicio que no es tal.
Nuevo Organismo: simple control de flujos
Con bases tan endebles y llenas de mentiras, Fox propone la
creación de un nuevo organismo, mediante la correspondiente ley
orgánica, para el control operativo del sistema eléctrico
nacional. A tal propósito argumenta de la siguiente manera: “A
diferencia de otros bienes, la energía eléctrica como tal, no
puede ser almacenada; de manera que el sistema eléctrico debe estar
perfectamente balanceado en todo momento para evitar interrupciones en el
servicio. Esta tarea se cumple a través del despacho eléctrico,
que consiste en determinar la ubicación, tipo y capacidad de las
centrales generadoras que deberán operar en cada momento, con el fin de
optimizar la capacidad instalada y minimizar el costo global del suministro
eléctrico, tomando en cuenta en todo momento la seguridad y confiabilidad
de la red eléctrica”. Fox propone suplantar el despacho
económico de carga con el llamado despacho de
generación. Este se concibe como la acción de despachar la
capacidad comprometida por los generadores privados y ajustar el pago pactado
por CFE con cada productor. Lo que se pretende entonces, es poner el control
operativo del sistema eléctrico nacional al servicio de los generadores
privados. Que la energía eléctrica pueda almacenarse o no, o que
la capacidad de la Red pueda saturarse al manejar eficientemente la
energía propia de CFE, más la comprometida y encima los
excedentes, como si las redes pudieran superponerse según su uso, son
cuestiones que el Fox ni entiende. Que el sistema eléctrico esté
“perfectamente” balanceado en “todo momento” no es algo
que se logre con simple buena voluntad, por muy privada que sea. La apertura
indiscriminada de la red a los generadores privados, tan diversos como lo
único que podría ocasionar es precisamente el desbalance del
sistema. Decir que con ese despacho se puede “minimizar” el
costo global del suministro eléctrico es vil mentira y demagogia para
justificar la nueva iniciativa de ley. Los generadores privados,
literalmente “colgados” de la red eléctrica nacional,
serán un verdadero peligro que pondría en riesgo, precisamente, la
“seguridad y confiabilidad” de dicha red. Claro que utilizar la
red eléctrica nacional es muy cómodo para las corporaciones
transnacionales, porque no les ha costado nada esa infraestructura. El sistema
interconectado nacional está ya hecho, funciona bien; ahora lo que buscan
es aprovecharse de toda la red nacional para transportar su energía desde
cualquier central a cualquier punto del territorio nacional. “Por ello, el
despacho constituye una parte medular en la industria eléctrica, pues
permite que el servicio se preste de manera confiable y segura”, dicen los
empleados del Banco Mundial. “Además, la reforma que se plantea
para este sector, mantiene a cargo del Estado el Sistema Eléctrico
Nacional, previendo para este último su fortalecimiento”. No hay
tal, se habla de un Estado que no se respeta. El gobierno neoliberal ha
renunciado a cumplir el mandato constitucional y hace exactamente lo contrario.
Eso, no implica ningún fortalecimiento para el SEN. Lo dicen los
asesores del foxismo en el documento que enviaron al Senado de la
República: “el marco jurídico debe adecuarse para ampliar la
participación privada en la nueva capacidad de generación,
eliminando las incertidumbres jurídicas y restricciones que actualmente
existen”. Ese marco jurídico está constituido por las
iniciativas privatizadoras de Fox.
¿Cuál multiplicación del empleo y capacitación?
La política económica del foxismo se ha caracterizado por
0 (cero) avance en el combate a la pobreza. La creación de empleos ha
sido inexistente, lo que ha aumentado es el déficit. Ningún
problema social está siendo atendido, y menos resuelto con el
neoliberalismo. Aún así, dice Fox en su iniciativa: “No
hay duda que al aumentar las inversiones en el sector eléctrico se
multiplicarán las oportunidades de empleo y capacitación para los
trabajadores electricistas mexicanos y, en consecuencia, se ampliará la
base social de las organizaciones sindicales”. ¡Eso no es
cierto!. Las empresas transnacionales generan un empleo muy relativo. Durante la
construcción de las centrales contratan a trabajadores temporales sujetos
a infames condiciones laborales. Gradualmente son despedidos, en la medida en
que avanza la construcción de las unidades. Al final, son muy pocos los
trabajadores que se encargan de la operación y
mantenimiento. ¿Qué se ampliará la “base
social” de las organizaciones sindicales?. Ese es rollo para el consumo de
los charros, es parte de la corrupción privatizadora orientada a
esquilmar más a los trabajadores. Durante al construcción de
las actuales 17 centrales eléctricas privadas, la
“contratación” ha sido a cargo de los charros del SUTERM
quienes se han dedicado a “administrar” Contratos Colectivos de
Trabajo “secretos”. Se trata de “contratos de
protección” que, en el mejor de los casos, se han pactado en
condiciones desventajosas y al margen de los trabajadores. Esa
“ampliación” de beneficios representa cuantiosas sumas
derivadas del contratismo. La anuencia de los charros para el otorgamiento de
permisos privados de generación les representa el pago (nunca
comprobable) de fuertes sumas entregadas a los charros sindicales. ¡Son
expertos en estos mecanismos corruptos!. Mientras tanto, los trabajadores
carecen de toda vida sindical, ni siquiera están organizados en
secciones, no tienen absolutamente ninguna vida sindical, todo está en
manos de los charros. ¡Eso, no es ningún fortalecimiento de las
organizaciones sindicales, sino del charrismo!.
El control operativo del SEN al servicio privado
Fox señala que “el Estado seguirá participando en
la generación de electricidad mediante las centrales que posee
actualmente”. Eso será por el momento, pronto tendrán que
parar centrales, con la CFE reducida en funciones no habría necesidad de
mantener en operación toda la capacidad efectiva. Se reitera que,
“Al abrir más opciones para comercialización y venta de
energía eléctrica, la actividad de generación se
convertiría en una actividad completamente competitiva”. Todo
lo anterior son pretextos para otro atraco. “Para dar transparencia
a la operación del control del Sistema Eléctrico Nacional y al
despacho de generación, el Centro Nacional de Control de Energía
dependiente de la Comisión Federal de Electricidad se transforma en un
organismo público descentralizado con personalidad jurídica y
patrimonio propio, mediante el cual el Estado garantiza pleno control sobre las
actividades estratégicas que se desarrollan en este sector. Dicho
organismo gozará de autonomía de gestión, técnica,
funcional y operativa”. Al efecto, se propone la “Ley
Orgánica del Centro Nacional de Control de Energía”
Así, el CENACE dejaría de pertenecer a CFE para ser puesto por Fox
al servicio de los generadores privados. Si esa iniciativa se aprobara,
seguramente los nuevos monopolios privados pronto pedirían
“totalmente” para sí a este estratégico centro de
control del sistema eléctrico nacional. Esto ocurriría
más pronto en la medida en que siga creciendo la participación
privada en la generación, mediante la privatización furtiva en
marcha, y la apropiación gradual de la red eléctrica nacional, de
transmisión y distribución.
¡Abajo
la reforma privatizadora de Fox!
¡La
Patria No Se Vende!
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