EPRI sustituiría a IIE
Electrical Power Research Institute tiene injerencia en los planes de la secretaría de energía para la distribución eléctrica. Se trata de contratismo extranjero que nadie supervisa. Corresponde a la ingeniería mexicana el desarrollo del sector pero, el gobierno impide la planeación y la participación de los institutos de investigación del sector, en favor de la privatización generalizada. Los partidos políticos hacen abstracción de esta situación, los trabajadores de la energía tenemos propuestas serias.
"El secretario de Energía, Ernesto Martens,
recibirá esta semana a los representantes de Electrical Power Research
Institute para evaluar conjuntamente las propuestas tecnológicas que
redundarán en un robustecimiento del sistema de distribución del
fluido eléctrico, afirmo Don Bake, presidente de ese organismo, en el
marco del II Foro de Energía Eléctrica “T&D Power Mexico
2002”, que se realiza por segundo día consecutivo en el World Trade
Center de la ciudad de México”. Así informó la CFE en
su boletín oficial del 3 de octubre pasado. “En conferencia de
prensa, Bake refirió que si bien no existe un modelo perfecto para el
suministro de energía eléctrica, cada país debe
diseñarlo de acuerdo con sus demandas y con su idiosincrasia. En este
punto, señaló que la participación de los legisladores
tiene un peso importante al ser éstos quienes diseñan las
políticas de cada nación”, se escribió en
Excélsior 031002 p20A. Esta nota fue citada también por
otros medios, pero la redacción de Excélsior fue mas
allá, al plantear que el Electrical Power Research Institute
(EPRI) tiene una injerencia directa en los planes de modernización que
elabora la Secretaria de Energía para los sistemas de distribución
de nuestro país. Por principio de cuentas, el EPRI es un consorcio
formado por empresas privadas y públicas que financia sus trabajos a
través de sus propios “clientes”. Aunque se dice una
institución "sin fines de lucro", EPRI opera bajo la base de contratos
para comercializar desarrollos tecnológicos que dicho instituto integra,
no desarrolla. Por tanto, en términos de la legislación vigente en
México, es un contratista. Por tanto, debe aclararse bajo
qué figura legal se dará la participación del EPRI en
México y de dónde saldrán los fondos para financiar dicha
participación. EPRI no produce tecnología propia, sino que, por
así decirlo, crea modelos y soluciones basados en las tecnologías
disponibles, las cuales "integra" con la participación de empresas
privadas. Cuando este tipo de "asesorías" involucra obras
específicas, EPRI opera como un coordinador de proyecto de las empresas
privadas que aportan las soluciones y los clientes. Tal fue el caso hace ya
mas de un año del enlace de Alto Voltaje de Corriente Directa entre
México y EU (Piedras Negras-Coahuila - Eagle Pass-Texas). En este caso,
el EPRI “negoció” entre la ABB por un lado y las dos empresas
interesadas en desarrollar un proyecto para construir un enlace de 36-Mw que
interconecta las redes de ambos países orientado a garantizar mutuamente
el suministro de electricidad a ambas ciudades.(Fuente: www.epri.com). Dicho
proyecto tenía como antecedente una solicitud de la CFE al presidente de
EU (8 de febrero de 1971) para construir el mismo enlace de unas 5 millas, solo
que en Corriente Alterna, a 138 KV, permiso que fue concedido (Presidential
Permit PP-50) pero permaneció sin concretarse por dificultades
técnico-económicas. Sin embargo, en febrero de 2000, la Central
Power and Light Company (CPL), subsidiaria de la Central and South West
Corporation, empresa pública de Texas (que posteriormente sería
adquirida por la American Electric Power, AEP) solicitó nuevamente el
permiso (negociando con CFE la rescisión simultanea del permiso que
detentaba), planteando un cambio en la metodología de la
interconexión, mediante la aplicación de modernos dispositivos de
control de flujos (FACTS) que, a través de la conversión a
Corriente Directa de Alto Voltaje (HVDC) harían económicamente
rentable el proyecto. El enlace se aprobó y se inauguró finalmente
en el 2000, permitiendo la operación asíncrona de los
sistemas eléctricos de la Central Power and Light (Texas) y de CFE
(México) y el respaldo mutuo. (Fuente: www.epa.gov). Así, la AEP
terminó siendo la propietaria final del enlace. De inmediato surgen
algunas interrogantes: ¿Cuál fue, específicamente, el
papel del EPRI en este asunto?. Porque, propaganda aparte del “modelo
flexible de transmisión” de EPRI (pero físicamente
implantado por ABB en este caso), el innovador “puente
energético” entre México y EU marcó algunas pautas en
el desarrollo de la industria eléctrica de nuestro país y
permitió probar tendencias aún en desarrollo (los FACTS por
ejemplo). ¿Dónde quedó la experiencia adquirida con ese
proyecto?. ¿En ABB?. Porque la asimilación de experimentos de esta
naturaleza, aplicados con otros fines, nos permitirían, tal vez, plantear
soluciones a otros problemas nacionales urgentes, tales como la
integración de Baja California al Sistema Eléctrico Nacional,
reduciendo su dependencia de EU. Si ese fuera el caso, ¿habrá
necesidad de volver contratar al EPRI y a la ABB?. Es el mismo caso de la
pretendida propuesta del EPRI para el desarrollo de nuestros sistemas de
distribución. En nuestro país, el fraude y el robo (las
pérdidas NO técnicas) se han venido manejando como la componente
principal de baja eficiencia. Pero, también está el aspecto de las
pérdidas técnicas, donde el uso industrial de nuevos equipos y
maquinarias, con dispositivos electrónicos de conmutación
de muy alta velocidad, introduce nuevos agentes de pérdidas o reduce los
límites para la operación confiable de los equipos actuales y
terminará obligando a la modernización de dichas redes, a favor de
los “grandes usuarios”. La Industria Eléctrica
Nacionalizada debe planificarse de acuerdo a las necesidades propias, y no
obedeciendo las tendencias mundiales. EPRI representa a instituciones más
bien interesadas en desarrollar la tecnología adecuada para promover la
desintegración de los diversos sectores que forman la industria
eléctrica, para facilitar así el establecimiento del mercado
eléctrico. Conviene recordar que existen intereses muy fuertes en
privatizar también la distribución de electricidad. Por ello,
México no puede darse el lujo de financiar un laboratorio para la
privatización eléctrica. Es fundamental que la
ingeniería mexicana participe activamente en este tipo de estudios y en
la evaluación y desarrollo de los proyectos de largo plazo que
habrían de establecerse para resolver los problemas propios de nuestro
sistema eléctrico, en este caso, para la solución al problema de
la distribución eléctrica. Además, es imperativo que la
participación de organizaciones como el EPRI estén supervisadas,
al menos técnicamente, por los institutos de investigación del
sector energético de nuestro país (en este caso, el Instituto de
Investigaciones Eléctricas, IIE), para garantizar que nuestra industria
se desarrolle con criterios de una Política Energética acorde al
interés nacional, y no de acuerdo a los planes de negocios de las grandes
empresas productoras de tecnología, o para aliviar los efectos de la
recesión del mercado eléctrico mundial a estas mismas
empresas. La Secretaria de Energía (SE) poco a poco ha venido
reduciendo a la CFE a un organismo simplemente administrativo, comprometiendo su
desarrollo e imponiéndole políticas energéticas que no
necesariamente responden a la realidad nacional. Ahora que esta de moda
ofrecer la autonomía de gestión a CFE, sería bueno comenzar
por devolverle cuando menos la Autonomía Técnica que el propio
estado le ha usurpado, impidiéndole ejercer funciones
estratégicas, como la planeación. Del mismo modo, la SE ha
anulado las actividades básicas de los institutos del sector, creados
para sustentar el desarrollo científico y tecnológico en el
sector. Las diversas propuestas legislativas de los partidos políticos
(PAN-Fox, PRI, PRD) ignoran TODO lo referente a la investigación y
desarrollo en materia de energía, ni siquiera abordan la cuestión,
simplemente la ignoran haciendo abstracción de un importantísimo
capítulo. Debieran revisar sus propuestas y modificarlas coherentemente.
La alternativa más seria está planteada en la Ley
Eléctrica del FTE. Los institutos deben ser el soporte
científico y tecnológico de la industria energética
nacionalizada e integrarse en uno solo: el Instituto Nacional de
Energía
El Centro Nacional de Control de Energía, CENACE,
de la Comisión Federal de ElectricidadFOTO:
tigerpress
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