Cheney Contratista de Pemex
El vicepresidente norteamericano participa de importantes negocios en la industria petrolera nacionalizada de México. Es el mismo que enfrenta demanda por fraude contable. Es el mismo que promueve la política energética norteamericana en el contexto de la integración energética hemisférica. El y Bush están muy interesados en la “cooperación” (privatización) de México. Fox favorece los peores intereses.
Una nota
publicada en la prensa nacional señaló: Cheney recibió
subsidios para asegurar contratos con Petróleos Mexicanos (Cason J,
Brooks D, en La Jornada 040802). Halliburton Energy Services, la empresa
que dirigía recibió, durante los 90s, cientos de millones de
dólares del gobierno norteamericano para lograr contratos con Pemex.
Esa empresa continúa negociando contratos con Pemex para proveer
equipo de perforación y otros servicios para el proyecto de la cuenca de
Burgos. “En julio pasado Halliburton anunció haber logrado otro
contrato por 44 millones de dólares para proporcionar equipo y servicios
al campo Bloque Sur de Cantarell, en Campeche, el más grande de
México”. En 1998 logró de Pemex los "servicios generales
de administración de proyecto" para Cantarell. “Según el
Departamento de Comercio, en 1998 Estados Unidos proporcionaba 88 por ciento de
todo el equipo importado utilizado en la industria petrolera de
México”. El tal Cheney, encabeza a la comisión de
energía encargada por el gobierno norteamericano de definir la
política energética. No por casualidad se propone la
Integración Energética Hemisférica y en especial la
“cooperación” con México. Esa cooperación la
plantean en términos de "ampliar y acelerar inversión en
energía, petróleo, gasoductos y conexiones de la rejilla
eléctrica transfronteriza". Actualmente Halliburton está
siendo investigada por la Comisión de Valores de los EU por posibles
irregularidades contables durante la gestión de Cheney en dicha empresa
(1995-2000). La demanda contra Cheney y ''otros directores de Halliburton
involucrados'' se basa en ''prácticas contables presuntamente
fraudulentas que sobrevaloraron las acciones de la compañía,
defraudando a inversionistas y a otras personas'' (Reuters, DPA y AFP, en La
Jornada 110702). ''Cheney está demandado como participante directo,
cómplice y conspirador en actos fraudulentos, omisiones y
artificios''. Por otra parte, el encargado de financiar los contratos con
Pemex es el Ex-In Bank. Este banco también interviene en la industria
eléctrica de México, tratándose de generadores para
turbinas de gas de CFE y, en la construcción de plantas privadas como El
Bajío (600 Mw) mediante apoyos a Bechtel International y General
Electrical Power Systems. Es evidente el interés del gobierno
norteamericano sobre la industria energética de México. Su
intervención le reporta altas ganancias así sean obtenidas de
manera fraudulenta. Halliburton tiene cerca de 85 mil empleados, en
más de 100 países, que laboran para la firma, la cual provee
productos y servicios a industrias petroleras y energéticas en
exploración, desarrollo, operación, mantenimiento,
refinación e infraestructura. De allí el interés por
la apertura de Pemex y CFE al capital privado. Se busca apropiarse del
patrimonio nacional para quebrar a México y hacer sucios negocios. La
situación que enfrenta Cheney es parte de los escándalos ya casi
cotidianos en los Estados Unidos. Cheney, Bush y muchos otros funcionarios y
empresarios norteamericanos son sinónimo de corrupción. Sus hechos
los delatan. El gobierno norteamericano está interesado en ahondar el
neoliberalismo de guerra. Le interesa obtener suministros seguros y baratos de
petróleo crudo. También, apropiarse del patrimonio colectivo de
los pueblos. Asimismo, es de su interés llevar a cabo grandes negocios
particulares y corruptos. La política petrolera de Fox y Muñoz
Leos están orientadas cabalmente en la dirección trazada por el
imperialismo. Esa política es nociva y perniciosa para el país.
¡Fuera contratismo de Pemex!
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