¡Ningún Plan B!
Se pretende rechazar las reformas constitucionales y aprobar las reformas a la LSPEE. Estas últimas constituyen un Plan B y son igualmente privatizadoras. La coincidencia del PAN-Fox con el PRI y PRD son lamentables. En mínima congruencia, PRI y PRD debieran revisar sus propuestas y corregirlas. Más aún, deben (y pueden) derogar las contra-reformas Salinistas de 1992.
Con o sin la
“reforma” propuesta por el Banco Mundial, el gobierno del Fox sigue
auspiciando la privatización eléctrica y petrolera en la
práctica. En los hechos se está perdiendo aceleradamente el
patrimonio nacional. En el caso eléctrico, las bases legaloides son
las reformas del salinismo a la Ley de Servicio Público de Energía
Eléctrica (LSPEE). Con esas reformas se deformó al concepto de
servicio público de energía eléctrica, a partir de una
interpretación torcida del párrafo sexto del
artículo 27 constitucional. Al nacionalizarse la industria
eléctrica se integró a la Constitución el párrafo
sexto del artículo 27, el que establece que “Corresponde
exclusivamente a la Nación generar, conducir, transformar, distribuir y
abastecer energía eléctrica que tenga por objeto la
prestación de servicio público. En esta materia no se otorgaran
concesiones a los particulares y la Nación aprovechará los bienes
y recursos naturales que se requieran para dichos fines”. Quince
años después, en el marco de la lucha de los electricistas en todo
el país, se aprobó la primera Ley del Servicio Público de
Energía Eléctrica (LSPEE). Con esta ley se pretendía
afirmar la nacionalización. En la LSPEE de 1975 se definió,
originalmente en el artículo 3, lo relativo al servicio público de
energía eléctrica. Esa definición fue la
políticamente posible, con todas las limitaciones inherentes. El servicio
público se definió de manera incompleta. Hoy está peor
porque el concepto original se ha deformado cada vez
más. ARTICULO 4º. Para los efectos
de esta ley, la prestación del servicio público de energía
eléctrica comprende:
- La planeación del sistema eléctrico
nacional;
- La generación, conducción
,transformación, distribución y venta de energía
eléctrica; y
- La realización de todas las obras, instalaciones y
trabajos que requieran la planeación, ejecución, operación
y mantenimiento del sistema eléctrico
nacional.
En 1992, cuando se hicieron reformas a la
LSPEE, se “fabricó” un nuevo artículo 3 que
vendría a representar un severo retroceso a la
nacionalización. Para Salinas de Gortari y sus asesores del Banco
Mundial, la salida era muy simple: solamente habría que ampliar lo que NO
es servicio público. ARTICULO 3º. No se
considera servicio público:
- La generación de energía eléctrica
para autoabastecimiento, cogeneración o pequeña producción;
- La generación de energía eléctrica
que realicen los productores independientes para su venta a la Comisión
Federal de Electricidad;
- La generación de energía eléctrica
para su exportación, derivada de cogeneración, producción
independiente y pequeña producción;
- La importación de energía eléctrica
por parte de personas físicas o morales, destinada exclusivamente al
abastecimiento para usos propios; y
- La generación de energía eléctrica
destinada a uso en emergencias derivadas de interrupciones en el servicio
público de energía eléctrica.
(D.O.F. 23 de diciembre de
1992).
En 1999, Zedillo
presentó su propuesta de reforma constitucional, misma que, ante el
rechazo nacional, fue detenida en el Senado de la República. Este
terminaría rechazándola en 2002. Mientras, el gobierno de Zedillo
se dedicó a quebrar a CFE. Sin ninguna reforma de ningún tipo,
bastó no invertir y la CFE dejó de generar. A la fecha la
situación es alarmante por
escandalosa. Con la
invención de esas “figuras jurídicas” los gobiernos en
turno han otorgado 214 permisos privados para generación eléctrica
por casi 20 mil Mw. La mayoría de estos permisos son fraudulentos y se
han otorgado unilateralmente a monopolios transnacionales según criterio
discrecional de la Comisión Reguladora de Energía (CRE). Hasta
1999, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) había logrado una
capacidad instalada de 35 mil Mw, actualmente el gobierno declara que son 40 mil
800 Mw pero se incluye la, cada día mayor, contribución privada
que genera electricidad para su venta a CFE. En las iniciativas primero de
Zedillo y ahora de Fox, se insiste en seguir ese camino antinacional. En el caso
de las propuestas foxista se propone ratificar el artículo 3 de Salinas y
adicionar un nuevo artículo 4 a la LSPEE, que implica una nueva
“figura” adicional a las de
92. Artículo 4°.- Tampoco se
consideran servicio público las actividades de generación,
importación, conducción, transformación y venta directa o
indirecta de energía eléctrica a los usuarios con requerimientos
de consumo superiores a 2,500 MW hora por año en actividades
industriales, comerciales o de servicios, ni cualquier tipo de
exportación de electricidad. Lo lamentable es que otros
partidos políticos, como el PRI y el PRD, proponen exactamente lo mismo.
Una diferencia está en que Fox pretende modificar la Constitución
y la legislación secundaria, los demás partidos (PRI y PRD)
únicamente a ésta última. La tirada del Fox es clara:
como no tiene consenso, ni siquiera mayoría en el Congreso de la
Unión, es previsible que las propuestas de modificaciones
constitucionales serán rechazadas. Después de todo, Fox no
necesita que la Constitución sea modificada para continuar con la
privatización furtiva. Sin embargo, es previsible un Plan B
consistente en reformar la legislación secundaria. Al respecto, Fox hace
una propuesta que profundizaría la privatización en marcha. Los
demás partidos podrían NO estar de acuerdo en esa propuesta
foxista específica pero SÍ, en general, con el Plan B. El Fox
estaría feliz conque se mantuvieran las reformas de Salinas. Con esas
medidas sería suficiente para desnacionalizar la industria
eléctrica en su sexenio. En su iniciativa de reformas a la LSPEE el
PRI se propone: ARTÍCULO 1. El objeto
de la presente Ley es establecer el régimen de prestación del
servicio público de energía eléctrica, de conformidad con
los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos. Es también objeto del presente ordenamiento
la formulación de disposiciones que permitan el desarrollo de actividades
no comprendidas en el servicio público de
electricidad. Primero, el PRI propone como objeto de la Ley
eléctrica lo concerniente a las actividades que NO son servicio
público, es decir, de entrada se acepta la deformación.
Después, el PRI le da muchas vueltas para llegar a lo
mismo. ARTÍCULO 52. En los
términos de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, no
forma parte del servicio público, y sólo podrá ser
autorizada como actividad excepcional y no sustitutiva del mismo, la
producción de energía eléctrica, por medio de
procedimientos de generación convencional o por cogeneración, de
conformidad con lo establecido por los artículos 57 a 68 de esta
Ley. ¿Cuáles son esos procedimientos para la
generación "convencional"? En los artículos que siguen, del 57 al 90, el PRI
reitera explícitamente que la CRE otorgará permisos privados para:
autoabastecimiento, cogeneración, producción privada
independiente, pequeña producción, importación y
exportación de energía eléctrica. ¡Exactamente lo
mismo que Salinas! Nada de esto dice la Constitución, sino las reformas de Salinas a la LSPEE. Por su parte, el PRD a través de sus diputados
propone que las reformas de Salinas permanezcan exactamente igual. De
esta manera, se legitiman las figuras inventadas para la privatización.
Además, se propone fortalecer a la CRE la cual tendría facultades
amplias, incluso, para fijar las tarifas eléctricas. En una segunda
iniciativa, los senadores del PRD se van a fondo, superando no solamente
a sus compañeros diputados o a los senadores del PRI sino, incluso, a
Salinas de Gortari. La iniciativa de los senadores del PRD solamente es superada
por las regresiones del Fox. Sodi propone legalizar todas las figuras
inventadas por Salinas así como una nueva, la de
“productores externos” (de energía). Dice la segunda
iniciativa del PRD: Artículo 4.- Dentro
de los límites que establece esta Ley, y siempre que no se configuren
actividades correspondientes a la prestación del servicio público,
los particulares podrán generar electricidad en las siguientes
modalidades:
- La generación de energía eléctrica
para autoabastecimiento, cogeneración o pequeña producción;
- La generación de energía eléctrica
que realicen los productores externos exclusivamente para su venta a la
Comisión Federal de Electricidad;
- La importación de energía eléctrica
por parte de personas físicas o morales, destinada exclusivamente al
abastecimiento para usos propios; y
- La generación de energía eléctrica
destinada en su totalidad para su exportación;
- La generación de energía eléctrica
destinada a uso en emergencias derivadas de interrupciones en el servicio
público de energía
eléctrica.
Todas las propuestas (PRI, PAN, PRD)
se caracterizan por una definición extremadamente pobre del concepto de
servicio público de energía eléctrica. De hecho, todos los
partidos políticos aceptan la formulación de Salinas de Gortari
incluyendo las deformaciones y, algunos, (PAN y PRD) hasta las aumentan. No
es la única coincidencia PAN-Fox-PRI-PRD; está también lo
concerniente al FORTALECIMIENTO de la CRE y a la Autonomía de
Gestión. Respecto a la CRE resulta absurdo proponer fortalecer a la
entidad privatizadora por excelencia, la misma que ha otorgado todos los
permisos privados a discreción e incurrido en reiterados
fraudes. Todos esperamos que la mayoría de senadores (del PRI y PRD)
procedan en consecuencia y rechacen TODAS las iniciativas de Fox, pero, no es
tan seguro que sean TODAS. En un acto de mínima congruencia debieran
revisar sus propuestas y retirar todos los aspectos que lesionan a la
Nación, principalmente, los relacionados con la legitimación de la
privatización eléctrica furtiva. Sí, la coherencia
está en rechazar, derogando, las reformas de Salinas de Gortari. Basta,
tan solo, que no se mencionen en las iniciativas del PRI y PRD, que las
dejen inexistentes. No faltará quien diga: ¿y qué se va a
hacer con los permisos que ya se otorgaron? La respuesta es obvia: deben
REVOCARSE por atentar contra el interés nacional, la misma LSPEE lo
prevé en general. ¿Es muy difícil? Pues, ¡no se puede
defender a la Nación a “medios chiles”!. El momento
político es crucial y los legisladores y partidos políticos tienen
una alta responsabilidad que podrán cumplir o no. Para los
trabajadores de la energía agrupados en el FTE es inaceptable cualquier
Plan B. ¡La Patria No Se Vende, tampoco se negocia! Menos aún,
cuando la industria eléctrica nacionalizada está siendo expropiada
aceleradamente en medio de la complacencia de muchos. Mientras se intenta
convencer a los partidos políticos de legislar en serio, éstos
insisten en mantener sus propuestas. Estas de ningún modo son viables
y soberanas, son PRIVATIZADORAS. En estos momentos, 20 mil Mw privados
representan la mitad de la capacidad instalada de CFE. Los capitalistas privados
ya nos han arrebatado media Patria equivalente. La privatización
eléctrica furtiva es ya un intolerable despojo extranjero del patrimonio
nacional. ¿Habrá que seguir así hasta que a los
legisladores les caiga el veinte? ¡No! Debemos, entonces, intensificar la
movilización para que el debate se resuelva en las calles, asambleas,
centros de trabajo, foros y todos los eventos al alcance. La situación es
muy grave e importante, para dejarla únicamente en manos de los partidos
políticos tradicionales. ¡Venceremos!
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