Volumen 15, Número 304, marzo 14 de 2015
 


El STPRM acepta despidos en Pemex



El gobierno le recortó el presupuesto a Pemex y la empresa, anuncia a su vez, que recortará proyectos y personal. Ambos rubros fueron decididos ya por el consejo de administración. Ahora, la patronal acordó con los charros del sindicato petrolero el monto respectivo. Saldrán miles de petroleros en todo el país. ¿Quiénes serán? Eso lo decidirá el sindicato, mediante listas elaboradas por los propios charros. Será una depuración laboral y sindical forzada y nuevamente impune, tácitamente aceptada por los trabajadores.


Recorte presupuestal y de personal

El asunto se había anunciado tiempo ha. Para aprobar la reforma energética, desnacionalizadora y privatizadora, de Peña Nieto, sobraban los petroleros. Para agradar a las transnacionales debían depurar la plantilla, sacrificar a los trabajadores. ¿Cómo deshacerse de los mismos? Muy simple, mediante despidos.

Peña, Videgaray, los diputados sátrapas del PRI, PAN, PVEM y Panal, voceros oficiosos y medios, habían repetido y jurado que no habría afectación a los derechos obreros, al contrario, se crearían cientos de miles de nuevos empleos.

Será al revés, dijo el FTE con oportunidad. Nadie quiso escuchar, ni los propios petroleros que prefirieron callar. La contra reforma energética fue aprobada, incluyendo la legislación secundaria, y aquí están los resultados.

El aquelarre legislativo para repartir el botín con las transnacionales y sus filiales, socios y prestanombres, se llevó a cabo con el silencio casi absoluto de la sociedad mexicana. El mismo sindicato petrolero votó a favor, avalando las mentiras del gobierno y la agresión laboral anunciada. Con ello, los charros sindicales se descalificaron para siempre.

El STPRM fue un baluarte muy importante para la expropiación petrolera de 1938. Fundado tres años antes, luego de heroicas luchas en las que fueron asesinados muchos petroleros a manos de las “guardias blancas” de las compañías petroleras extranjeras, en 1937 estallaron la huelga, misma que desembocó en la expropiación.

Fueron los petroleros de la época los que, junto con universitarios y politécnicos, construyeron a la industria petrolera nacionalizada y la hicieron funcionar aún con el boicot de las compañías y gobiernos extranjeros.

Todo se olvidó. La enajenación de la conciencia obrera ha llegado a niveles inauditos. Esa calamidad lleva ya 100 años y cada vez está peor. En los brazos del charrismo sindical, verdaderos carceleros y verdugos del proletariado, los petroleros han llegado al nivel en que ni siquiera luchan por sus intereses inmediatos, los charros sindicales se encargan de hacerlo por ellos y, por supuesto, lo hacen en su contra.

¿Pruebas? Son innecesarias e inútiles, van décadas de sometimiento, crimen e impunidad.

Hoy, el gobierno tiene un magnífico pretexto para deshacerse de los trabajadores. Con el argumento de la baja en los precios del petróleo crudo de exportación, que tiene a la economía nacional en seria crisis, decidió recortarle el presupuesto a la empresa Pemex. Esta lo acordó inmediatamente con la cúpula empresarial de su consejo y la conclusión fue el recorte de personal.

Para supuestamente cuidar las formas, puso la operación en manos del charrismo, mediante tres mecanismos. Uno, firmar con los charros un nuevo contrato colectivo de trabajo (CCT) que prevé los despidos. Dos, acordar mediante un convenio con los charros que saldrán miles de petroleros. Y, tercero, dejar a los charros en libertad de decidir quiénes saldrán del trabajo.

La patronal y el gobierno no asumen la responsabilidad, ni se “manchan las manos”, los charros les hacen el “trabajito” sin chistar. Ese es el papel del charrismo y no es nuevo ni extraño. Y, ¿los trabajadores?

La actual generación de petroleros renunció, sin luchar, a sus derechos. Han envejecido, sumisos a los charros y, ahora, hasta les deberán “el favor” de ser despedidos.

Y, ¿los que se queden, y las nuevas generaciones? El FTE los llama a la lucha unificada, organizada y consciente en todo el país, y en acción simultánea, múltiple y generalizada, volver a nacionalizar a la industria energética mexicana, rescatar al STPRM y expulsar al charrismo sindical. Esta lucha no es sencilla, pero es pertinente, más aún, es necesaria.

Pemex y el STPRM acuerdan el despido

Pemex informó, mediante boletín del 27 de febrero de 2015, (en www.pemex.com), que acordó con el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) medidas para reducir el gasto corriente en la empresa. Eso significa el despido de trabajadores.

Petróleos Mexicanos y el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) acordaron implementar un programa extraordinario para reducir el gasto corriente en servicios personales en 10 mil millones de pesos, equivalente a 16 por ciento del ajuste al presupuesto de Pemex recientemente anunciado que asciende a 62 mil millones de pesos.

Entre las acciones que se implementarán a lo largo del presente año para lograr este ahorro se incluyen medidas de productividad, eficiencia y manejo de personal que impactarán directamente el gasto en servicios personales de todos los trabajadores de Pemex.

Petróleos Mexicanos reconoce el decidido apoyo del Sindicato ante el entorno adverso por el que atraviesan las finanzas de la empresa, derivado en buena medida por la drástica y rápida reducción que se ha observado en los ingresos de Pemex ante la caída en los precios internacionales del petróleo.


Ref.: 2015, elektron 15 (65) 1-2, 5 marzo 2015, FTE de México.



Romero Deschamps y Peña Nieto, destructores de Pemex





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