En los Estados Unidos ya hay empresas petroleras que han quebrado, otras que están sumamente endeudadas y otras más con dificultades varias. A partir de la explotación de los campos de lutitas (shale), los EU aumentaron su producción interna e inundaron al mercado internacional. Al bajar los precios, la explotación del shale se está volviendo irrentable. La oferta no ha bajado pero bajará. Mientras, las empresas buscan recuperarse de la irrentabilidad mediante el despido de trabajadores. Esa salida es falsa, la crisis se agravará.
Compañías como GE Oil & Gas anunciaron
una significativa reducción de personal en una de sus plantas debido a la
baja del precio del crudo y la inyección de este hidrocarburo proveniente
de la fractura hidráulica o fracking (en Cubadebate, 9 febrero
2015).
Al menos 128 mil personas han perdido sus empleos en varias provincias del estado de Texas (sur de EE.UU) debido al uso del fracking, indicó un estudio de la Reserva Federal de Dallas. En el informe se indica que los bajos precios del crudo a escala global y la inyección de petróleo proveniente del fracking han generado que varias trasnacionales estadounidenses hayan despedido a gran parte de su nómina. De acuerdo con las estadísticas del estudio, los despidos se evidencia en mayor cantidad en productoras de Dakota del Norte (norte), Alaska (noreste), Oklahoma (centro-sur) y California (oeste), indicó AVN citando a agencias internacionales. Si los precios del petróleo siguen bajando y la inyección de crudo proveniente del método de fractura hidráulica, conocida como “fracking” aumenta, los empleos en las empresas productoras sufrirán un fuerte descenso, analizó el texto de la Reserva Federal de Dallas. Compañías como GE Oil & Gas reducirán sus puestos de trabajo en la planta Buck Creek Manufacturing. Este revés significa para Bernard Weinstein, economista y director asociado del Instituto de Energía Maguire en la Universidad Metodista del Sureste en Dallas (Texas), una contracción del empleo. “Si los precios se mantienen en el rango de 40-50 dólares el barril veremos una contracción del sector energético en Texas y a lo largo de EE.UU”, aseguró Weinstein. El pasado 9 de enero, la compañía WBH Energy, con sede en Austin (Texas-oeste) solicitó acogerse a la suspensión de pagos dentro de la protección de las leyes de bancarrota de Estados Unidos a causa del uso del fracking. La situación financiera de WBH Energy “se ha vuelto irreversible después de que uno de sus acreedores se haya negado a prestarles más dinero y se han visto obligados a pedir la liquidación”, reportó el diario The Wall Street Journal. La crisis será mayor Con el aumento en la producción de
petróleo no convencional, en este caso, a partir de las lutitas
(shale), los Estados Unidos aumentaron fuertemente su producción
interna; Pero, sus importaciones siguen siendo cuantiosas e, incluso, exportan
crudo. La producción norteamericana sigue siendo muy alta, sin que los
demás productores hayan bajado su producción. Consecuentemente,
los precios del petróleo crudo están a la baja. Con el actual
nivel de petroprecios, la explotación de las lutitas tiende a volverse
una pesadilla, cada vez más irrentable.
Para resolver esa contradicción, de sobreproducción e irrentabilidad, al capital imperialista solo se le ocurre lo mismo: despedir trabajadores. Incluso con rentabilidad alta, la receta es la misma en todas partes. Se trata de una salida falsa que significa mayor explotación obrera y que conducirá a un agravamiento de la crisis. El petróleo no se crea por nadie, es un recurso natural. A partir de la extracción del mismo adquiere valor de uso y valor de cambio. En todos los casos, eso solo es posible con la intervención de la fuerza natural, representada por la fuerza de trabajo, la misma que el capital siempre tiende a reducir, descalificar y abaratar. Pero, en los llamados costos de producción, la fuerza de trabajo es la que menos vale. Lo que pasa es que en el auge, la plusvalía es mayor pues el salario relativo de los obreros se vuelve ínfimo; el capital obtiene así la mayor tasa y masa de ganancia. Estas disminuyen en la depresión. Para mantener las ganancias, el capital escamotea los derechos obreros y opta por despedir trabajadores pero no puede prescindir de los mismos, la operación y mantenimiento de las instalaciones y equipos petroleros requieren la intervención humana, por más tecnologizados que estén los sistemas. De manera que la salida es falsa pero el capital la utiliza como paso previo a otra debacle. La producción de shale está haciendo literalmente agua, esa burbuja especulativa está próxima a reventar y será por razones económicas, pues, la ganancia no está asegurada, al contrario, puede haber pérdidas y, en la lógica del capital, negocio que no deja (ganancia) es negocio que quiebra. Entonces, la salida del capital a su crisis solo provocará una mayor crisis. Eso, por supuesto no implicará cambios sociales favorables, y menos automáticos, para la clase obrera. Se necesita de la lucha, organización y acción clasista. Actualmente, existen poderosos sindicatos, incluyendo, en los Estados Unidos. Pero esos sindicatos son simples aparatos sin dinámica social y sin política clasista. ¿Cuál es su respuesta ante la agresión patronal? El silencio y el conformismo. Eso de nada sirve. Hace falta la lucha internacional, solidaria y generalizada, para defender los intereses de clase, los inmediatos y los históricos. Ref: 2015, elektron 15 (42) 1-2, 12 febrero 2015, FTE de México. Perforación petrolera en Willinston, USA. FOTO: Ap Esta página es construida por trabajadores del sector energía.
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