Luis Videgaray había repetido que las finanzas públicas estaban protegidas, que la caída en los precios del petróleo no afectaría, que las coberturas contratadas cubrirían el déficit, etc. Más pronto cae un hablador que un cojo. Luego de recortar el presupuesto a Pemex y a la CFE, así como endeudar más a la primera, ahora anunció un recorte total al gasto público por 124 mil millones de pesos, más de la cantidad que Pemex dejo de recibir por las exportaciones de crudo un año antes. Además, está el excesivo nivel alcanzado por la deuda. La demostración es fehaciente. La política económica del gobierno es lesiva a la nación.
Videgaray, secretario de hacienda
(SHCP) al anunciar el recorte presupuestal, insistió en que los ingresos
del gobierno están protegidos por las coberturas petroleras contratadas
en 2014. Nada más falso. Esas coberturas se manejan por el gobierno a
discreción y con la mayor opacidad posible. ¿Con quién las
contrataron? ¿Cuánto cubren? ¿Cuándo serán
efectivas? ¿Apoco las aseguradoras contrataron para perder? No, el que
perderá será el gobierno pero quién pagará
será la población en general.
Ya se ha señalado que esas coberturas serán cuando el precio promedio del crudo mexicano de exportación fuera de 76 dólares, abajo del valor oficialmente presupuestado. Actualmente la cotización de la mezcla mexicana está apenas arriba de 40 dólares y, en promedio, debajo de ese nivel. Según los Indicadores de Pemex, en diciembre de 2014, el precio promedio fue de 52.36 dólares por barril y, durante 2014, fue de 86.00 dólares. Entonces, en 2014 no operarían tales coberturas. Pero, además diversos analistas han dicho que las mencionadas coberturas cubrirían apenas el 26.4% de un volumen de 228 millones de barriles de petróleo crudo, muy lejos de proteger los ingresos del gobierno. Según el Financial Times, las negociaciones de hacienda y el Banco de México (Videgaray y Carstens) con la banca de Wall Street (Citigroup y JP Morgan) fueron secretas. Las coberturas empezarían en agosto y terminarían en septiembre de 2014. Y, ¿el resto qué? Ahora Videgaray se desmiente él solo. Si la baja en los ingresos se debe a la ocurrida con los petroprecios pero las coberturas protegen a las finanzas públicas, entonces, ¿para qué el recorte anunciado? Repitió Videgaray que las coberturas cubren al 100% los gastos del gobierno no así los de Pemex. El señor de Malinalco recurrió a la chistera, dijo que se trata de un recorte “preventivo”. Eso, ¿qué quiere decir? ¿Que la situación se pondrá peor? ¿Qué con ese recorte ya no habrá necesidad de otros recortes? Videgaray no se explicó solo dijo que no es que tengamos un problema sino que el recorte se hace en prevención a lo que pueda venir. Son argumentos ficticios. Hasta ahora, ha fallado en todos sus pronósticos. Aún así, dice que dirige la política económica de Peña Nieto. Esta vez dijo que, debido a un cambio en las condiciones financieras internacionales, la menor perspectiva de crecimiento de la economía mundial y la previsión de que los precios del crudo se mantendrán bajos por varios años (sic), llevó al gobierno a decretar este recorte “preventivo”. Una vez más, se culpa al entorno internacional, de la política interna seguida hasta ahora ni una sola palabra, dándola por buena siendo nociva desde hace décadas. Recorte mayor a las pérdidas por petróleo Llámenle como le
llamen, el recorte al gasto es real y tendrá afectaciones al conjunto de
la nación, principalmente en inversiones productivas y en empleo, excepto
a los grandes capitalistas protectores y protegidos del gobierno.
La reducción será de 62 mil millones de pesos en el presupuesto de Pemex, de 10 mil millones de pesos en el de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y de 52 mil millones de pesos en el gasto de las secretarías de Estado y dependencias del gobierno federal. De los 52 mil millones de pesos en que se reducirá el gasto de la administración pública federal, 33 mil 800 millones de pesos –65 por ciento del total– corresponderán al llamado gasto corriente, que es el relacionado con la operación del gobierno. Los otros 18 mil 200 millones, 35 por ciento del total, están relacionados con el gasto en inversión, que es el realizado para obras y proyectos de infraestructura. El recorte de 124 mil millones de pesos, es mayor (con o sin coberturas) a los 95 mil millones de pesos que Pemex dejó de obtener en el período 2013-2014 por concepto de ingresos por exportaciones de petróleo crudo, de acuerdo a los Indicadores Petroleros de diciembre de 2014 (en www.pemex.com) y equivalente solo a los recortes a Pemex y a la CFE. La justificación de Videgaray es hilarante. Dijo que, la decisión de recortar el gasto público de 2015, aun con la existencia de coberturas financieras para garantizar los ingresos fiscales, fortalece la confianza en las finanzas públicas y reducirá las necesidades de financiamiento en un entorno que, previsiblemente, será de menor disponibilidad de recursos para los países como México. Agregó que, “no vamos a incrementar los impuestos ni vamos a crear nuevos impuestos, y por supuesto no habremos de contratar mayor deuda pública". Altos impuestos y deuda desmesurada Lo mismo había dicho respecto al
recorte al presupuesto. No habrá, repitió, y ya lo hay. Peor
aún, no será el único. Había dicho que un posible
recorte podría ocurrir en el segundo semestre de 2015, hacia finales del
año. Pero apenas en el primer mes ya se hizo el primer
recorte.
Ahora dice que no habrá más aumentos en impuestos. Eso quiere decir que sí los habrá. Tan es tal que en el decreto de principios de enero, el mismo Videgaray prevé un “ajuste” al alza para los mismos. Es decir, el gobierno no los descarta pero, en el discurso lo niega. Lo mismo respecto a la deuda. Con Peña Nieto la deuda del país ha llegado a niveles excesivos. En los últimos dos meses han vuelto a endeudar más a Pemex. Y, ahora, repite Videgaray que no se va a contratar más deuda. ¿Cuánto le durará ese discurso? Por lo que dice es seguro que sí se contratará mayor deuda. Desde el inicio de la gestión de Peña Nieto, su gobierno ha contratado deuda por el equivalente a 2 mil millones de pesos diarios (sic). Al cierre de 2014, el saldo de la deuda del sector público federal se situó en 6 billones 948 mil 276.7 millones de pesos. La cantidad es mayor en 16.9 por ciento a la de finales de 2013. Comparada con la registrada en diciembre de 2012, cuando inició el gobierno, acumuló en los dos años un crecimiento de 29.8 por ciento, de acuerdo con la información de la SHCP (González R., en La Jornada, p.16, 1 febrero 2015). Que el recorte no afectará el crecimiento, ¡Já!, es un decir. Apenas en el primer mes del año todas las agencias y bancos extranjeros han hecho reducciones al PIB y no serán las únicas. Otra vez las recetas del FMI El gobierno seguirá tomando esas medidas
lesivas porque no tiene otras, su política económica lo obliga a
seguir aplicando el mismo remedio para garantizar al capital que seguirá
obteniendo cuantiosas ganancias.
Sí, el gobierno está contra el pueblo y no le importan las consecuencias de su desgobierno. Al gobierno le interesa el marco macroeconómico, es decir, las ganancias del capital. Peña Nieto y Videgaray siguen puntualmente las recetas del Fondo Monetario Internacional (FMI). Para ello tienen a Agustín Carstens, empleado del mismo FMI fungiendo como director del Banco de México. Este individuo es un facineroso, hipócrita y mafioso. A este no le gusta hablar de austeridad, esa palabra le parece fea, dice que prefiere hablar de eficiencia. Pero lo que se aplica en México desde hace 30 años es austeridad, lo que utilizan en el discurso son eufemismos. ¿Dónde estará la austeridad? En la educación, Conagua, salud e Issste, sectores en donde ya existe déficit y ahora se les recortarán 19 mil millones de pesos más. Casualmente, donde el recorte será menor será en los gastos de la presidencia, que maneja recursos a discreción incluyendo una partida secreta, y en la secretaría de energía, encargada de la privatización energética y reparto del botín entre transnacionales. El gobierno de Peña Nieto es en Latinoamérica el que más restricciones tiene al gasto social y cada vez es peor. Carstens es un demagogo barato, declara que hay que proteger el gasto social y sus recomendaciones van en sentido contrario. Por si alguna duda hubiese, el mismo Videgaray anunció que la aplicación del recorte se hará con la asesoría del propio Banco de México (Carstens). Otra vez, el pueblo padecerá los efectos de esa nociva política pero el gobierno procede impunemente, al fin que nadie dice nada. Todos se quejan pero nadie quiere luchar organizadamente. El gobierno sigue mintiendo e imponiendo dictatorialmente su política. ¿No que no? El 30 de enero se publicó que, en el contexto de las
expectativas de un ajuste presupuestal del gobierno mexicano, generadas a partir
del desplome de los precios internacionales del petróleo y su impacto en
las finanzas públicas, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso,
daría cuenta de los resultados en las finanzas públicas de 2014 y
las perspectivas 2015-2016 (Cardoso V., en La Jornada, p.30, 30 enero
2015).
El funcionario, como no había ocurrido por lo menos en el último año, hablaría de la política financiera y económica del gobierno federal y al mismo tiempo daría a conocer los informes sobre la situación económica, las finanzas públicas y la deuda pública al cuarto trimestre de 2014. Desde el 19 de enero Pemex adelantó un programa a cuatro años de ahorros y eficiencias, que le permitirá dejar de gastar 21 mil 300 millones de pesos en la contratación de bienes, servicios, arrendamientos y obra pública sólo en los contratos gestionados en 2014. Carstens es un demagogo grueso El gobernador del Banco de México, Agustín
Carstens, destacó que el impacto de la caída de los precios del
petróleo se puede mitigar en la medida en que se prioricen bien las
decisiones en el gasto que contribuyan al crecimiento: hay que proteger el gasto
social (Ballinas V., en La Jornada, p.34, 30 enero 2015).
Luego de reunirse en Los Cabos, BCS, con los senadores del PAN, el ex secretario de Hacienda sostuvo que no es necesario hacer ajustes en este momento, pero sí es necesario preservar la fortaleza del marco macroeconómico en el país. Sin duda a corto plazo posiblemente sea recomendable hacer ajustes en el gasto público. Esto, explicó el funcionario, porque el presupuesto de egresos para este año se hizo con una serie de parámetros que están sujetos a variación, como el precio del petróleo, que se pierde de manera importante, y es un fenómeno que no durará unos meses sino quizá años, por eso es importante que las finanzas públicas se mantengan sanas. Carstens recomendó al gobierno hacer un esfuerzo por preservar las fortalezas macroeconómicas del país, lo que va a requerir que se tomen medidas adecuadas en materia fiscal y monetaria. Ese es el mensaje fundamental del banco central. El gobernador del Banco de México precisó que si no se hace el ajuste y se deteriora la estabilidad financiera del país estaríamos en un escenario que nos llevaría a mayores tasas de interés, más inestabilidad cambiaria y mayor inversión, lo que sería un impacto mucho peor para el país. Por eso es la recomendación preventiva. El funcionario matizó: Hablar de austeridad es muy fuerte, yo hablaría de eficientar el gasto y dejar de hacer lo que no sea productivo, que nos ajustemos desde ahorita a la nueva realidad de los ingresos petroleros (caída en el precio) que puede durar varios años. Comentó: “veo una recuperación gradual en el gasto interno, el consumo ha venido creciendo no a una velocidad tan alta como la deseable, hay avances también en el empleo, el año pasado tuvimos cifras récord y también hay una baja del desempleo. Se necesita consolidar esa trayectoria porque es muy importante mantener la condición macroeconómica. Sería responsable que se inicie el recorte desde ahora, en términos de los ingresos petroleros que se obtienen. Recorte de 124 mil millones de pesos El gobierno federal reconoció la
necesidad de recurrir a un recorte en el gasto público por un monto de
124 mil millones de pesos, equivalente a 0.7 por ciento del PIB. La medida fue
calificada por el secretario de Hacienda, como de carácter preventivo en
reconocimiento a un cambio en el entorno financiero internacional y a la
caída en los precios del petróleo (González R., en La
Jornada, p.2, 31 enero 2015).
El ajuste fue decidido por la administración del presidente Enrique Peña Nieto después de semanas de discursos de los funcionarios de la SHCP en el sentido de que unas coberturas financieras contratadas el año pasado para garantizar los ingresos petroleros hacían innecesario recortar el presupuesto de la Federación. Una de las primeras consecuencias del ajuste es la posposición indefinida del proyecto del tren rápido de la ciudad de México a Querétaro. La medida anunciada por Luis Videgaray Caso en el Palacio Nacional significará la reducción de 62 mil millones de pesos en el presupuesto de Pemex; de 10 mil millones de pesos en el de la CFE, y de 52 mil millones de pesos en el gasto de las secretarías de Estado y dependencias del gobierno federal. Los ingresos públicos, aseguró Videgaray, están protegidos ante una disminución en el precio del petróleo por las coberturas contratadas el año pasado. Sin embargo, apuntó, un cambio en las condiciones financieras internacionales, la menor perspectiva de crecimiento de la economía mundial y la previsión de que los precios del crudo se mantendrán bajos por varios años, llevaron al gobierno a tomar la decisión de hacer desde ahora un ajuste de forma preventiva y responsable del gasto ya aprobado por el Congreso para este 2015. La medida, añadió, tiene un enfoque estructural y multianual para enfrentar desde una posición de mayor fortaleza la complejidad de 2016 y de los años por venir. Las medidas incluyen la suspensión indefinida del proyecto para construir un tren rápido entre las ciudades de México y Querétaro, obra cuya licitación ya fue echada para atrás a finales del año pasado por el propio gobierno y en la que, en aquella etapa, participaba el Grupo Higa, el empresario Armando Hinojosa, el constructor que financió la casa de descanso del propio Videgaray en Malinalco, estado de México, y que también es poseedor legal de la casa de Angélica Rivera, esposa del presidente Peña Nieto, en el barrio residencial de Las Lomas en la ciudad de México. Para este proyecto se había anunciado una segunda licitación que, al momento, estaba en curso. También será cancelada de manera definitiva la construcción del tren de pasajeros Transpeninsular, que uniría los estados de Yucatán y Quintana Roo, en la Península de Yucatán. Adicionalmente, serán reducidas las metas de incorporación de nuevos beneficiarios a los programas de pensiones para adultos mayores, y de personas que recibirán del gobierno una televisión digital de regalo en varios estados del país que están migrando de la señal analógica a la digital, expuso. Los proyectos de inversión que se mantienen son la construcción del nuevo aeropuerto internacional de la ciudad de México, una de las mayores obras de infraestructura de la actual administración, así como los programas de conservación de carreteras federales y caminos rurales. En lo que toca al gasto que realiza el gobierno para su operación, Videgaray anunció una reducción de 10 por ciento en la partida destinada al pago de servicios personales para mandos medios y superiores; disminución de 10 por ciento del gasto en plazas eventuales y por honorarios; restricción a la creación de plazas, salvo las que tengan como propósito dar cumplimiento a reformas de carácter jurídico, y reducir en 10 por ciento el gasto del gobierno en medios de comunicación social. Así, de los 52 mil millones de pesos en que se reducirá el gasto de la administración pública federal, 33 mil 800 millones de pesos –65 por ciento del total– corresponderán al llamado gasto corriente, que es el relacionado con la operación del gobierno. Los otros 18 mil 200 millones, 35 por ciento del total, están relacionados con el gasto en inversión, que es el realizado para obras y proyectos de infraestructura. Programas como Prospera, la principal acción gubernamental de combate a la pobreza, y los de empleo temporal, así como el presupuesto a las universidades y las transferencias a estados y municipios para la nómina educativa y el gasto operativo no serán afectados por el recorte, garantizó. Reducir hoy fortalece finanzas a futuro La decisión de recortar el gasto público de 2015, aun con la existencia de coberturas financieras para garantizar los ingresos fiscales, fortalece la confianza en las finanzas públicas y reducirá las necesidades de financiamiento en un entorno que, previsiblemente, será de menor disponibilidad de recursos para los países como México, apuntó Videgaray. Es de esperar, mencionó, un incremento en las tasas de interés en Estados Unidos, que bajaron a niveles mínimos históricos después de la crisis de 2008, medida tomada por la Reserva Federal para estimular la economía. Esa posibilidad ha incrementado la volatilidad financiera internacional, lo que se ha combinado con la drástica caída en los precios internacionales del petróleo y la desaceleración de la economía global, añadió. El ingreso por la exportación de petróleo cubre un tercio del gasto público. Desde mediados de 2014 el precio de la mezcla de crudo mexicano ha disminuido 60 por ciento, hasta cotizar esta semana por abajo de 40 dólares por barril. De manera preventiva y para que el ajuste a las condiciones internacionales sea oportuno, ordenado e integral fue que el gobierno del presidente Peña Nieto decidió recortar el gasto de este año, para dar certidumbre a los mercados financieros y para protegernos ante una situación de mayor volatilidad. La medida significa, explicó, que el ajuste a las nuevas condiciones financieras internacionales y del mercado petrolero será a costa del gasto público y no de la creación de nuevos impuestos o aumento de las tasas impositivas actuales, ni de la contratación de más deuda pública. Presupuesto cero a partir del próximo año Las condiciones económicas y financieras internacionales que llevaron a recortar el gasto de 2015 prevalecerán por más de un año, por tanto, el gobierno federal decidió emprender una reingeniería presupuestal que implica el rediseño total de la manera en que hasta ahora la Federación ha elaborado y el Congreso aprobado los presupuestos de cada año. Hasta ahora, el diseño y aprobación del presupuesto de egresos, el cual forma parte de un paquete que incluye la ley de ingresos y los criterios generales de política económica, ha seguido una mecánica inercial –como la calificó hoy Videgaray– en la que alrededor de nueve de cada diez pesos ya están previamente comprometidos o preasignados para cumplir obligaciones de deuda, gastos operativos y de programas existentes. En la conferencia de prensa, el secretario Videgaray anunció que a partir de ahora inició el trabajo de elaboración de la propuesta gubernamental de presupuesto de egresos de la Federación para 2016, bajo una lógica distinta a la que ha prevalecido por lo menos en la última década. A partir del próximo año ya no podrá ser inercial, tomar como base el presupuesto del año anterior y hacer modificaciones marginales. La realidad exige una revisión completa de la forma en que gastamos los impuestos, que nos atrevamos a identificar duplicidades, programas que no cumplen con los propósitos de rentabilidad social o que tienen impactos regresivos en el ingreso y la riqueza de los mexicanos, apuntó. En este sentido, anunció que el presupuesto de egresos de la Federación para 2016 se hará con un esquema de presupuesto cero y sobre la base de privilegiar proyectos y programas de mayor beneficio para la población. El análisis que se haga, dijo, permitirá utilizar el gasto para coadyuvar a los cambios estructurales y detonar el potencial productivo del país. Gastar menos y gastar mejor en beneficio de la economía de las familias será la premisa en 2016. En este proceso de reingeniería presupuestal, el gobierno federal será asesorado por el Banco Mundial, informó. No afectará la previsión de crecimiento El recorte del gasto público de este año no afectará el crecimiento de la economía en 2015, aseguró Videgaray. Por ello, dijo, la Secretaría de Hacienda mantiene la previsión de que el PIB repuntará este año entre 3.2 y 4.2 por ciento. En la conferencia de prensa, Videgaray insistió en el argumento de que el recorte del gasto tiene un carácter preventivo, al hablar sobre la aparente contradicción entre las declaraciones de las semanas previas –en el sentido de que las coberturas contratadas por el gobierno blindaban el gasto– y la decisión tomada este viernes por el gobierno. Las coberturas garantizan al 100 por ciento los ingresos del gobierno federal, pero no incluyen a Petróleos Mexicanos, dijo. El gobierno decidió hacer el ajuste de manera preventiva, precisamente porque hoy lo podemos hacer de manera ordenada. Estamos ajustando el gasto para tener la menor necesidad de financiamiento en los mercados nacionales e internacionales en un entorno en que por el eventual aumento de las tasas de interés y el menor precio del petróleo, el financiamiento será más difícil de obtener, expuso. El gobierno, aseguró, está actuando de manera preventiva, preparándose para lo que tendrá que hacer a partir de 2016 y en adelante. Nos estamos anticipando a un problema, no porque lo tengamos, sino para evitar que la problemática del entorno se traduzca en un problema para la estabilidad y la economía familiar. Ref: 2015, elektron 15 (36) 1-6, 6 febrero 2015, FTE de México. ANEXO. Recortes al gasto público, sin Pemex ni CFE (millones de pesos)
Fuente: SHCP, en El Financiero, 30 enero 2015.
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