En su tercera iniciativa Fox propone una nueva Ley Orgánica para
la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Esa propuesta es
continuación de las anteriores e igualmente privatizadora.
Dice, en
la carta enviada al Senado de la República que, “el Gobierno
Federal ha delineado de manera clara las estrategias que debe seguir para
cumplir los objetivos señalados”.
De inmediato aclara sus
pretensiones. Informa que, “en el Programa Sectorial se han establecido
como lineamientos específicos de acción: La autonomía de
gestión y la promoción a la participación privada dentro
del sector eléctrico”. Esto es, para el gobierno foxista su
prioridad es privatizar la industria eléctrica.
Previamente, Fox
propone la modificación a los artículos 27 y 28 constitucionales
para legalizar la privatización, de manera que, la propuesta de ley
orgánica para CFE son adecuaciones a tal privatización.
Fox
vuelve a repetir que “La reestructuración propuesta no implica una
privatización o venta a particulares de los activos de la Comisión
Federal de Electricidad, sino que cuente con una efectiva autonomía de
gestión que le permita optimizar sus recursos y garantizar así un
servicio público eficiente en las mejores condiciones de calidad y
costo”.
Fox chantajea a todos al expresar que, “El retraso en la
reforma del sector eléctrico, Implicaría poner en riesgo el
suministro oportuno y suficiente de electricidad, así como el bienestar
de todas las mexicanas y los mexicanos”.
¡Eso es totalmente
falso! Durante más de 40 años, la industria eléctrica
nacionalizada ha cumplido cabalmente, no obstante el sometimiento
económico de los gobiernos en turno y la corrupción interna
imperantes.
Dice el Fox que, “Se prevé la reestructuración del
organismo con la finalidad de lograr un nivel óptimo de eficiencia en el
cumplimiento de sus objetivos”.
De acuerdo a ese discurso borroso, el
problema es administrativo pero no hay tal, se trata de un asunto
político. La reestructuración que propone Fox, en el caso de CFE,
sería para encaminarla a la ruina a favor de la nueva industria
eléctrica PRIVADA actualmente en construcción al margen de la
ley.
A diferencia del PRI y el PRD, que adornan mucho la propuesta de
“Autonomía de gestión, Fox es más explícito.
Señala que, “La reforma del sector eléctrico, obliga a
Comisión Federal de Electricidad a prepararse para afrontar mayor
competencia externa e interna y para lograrlo requiere una real y efectiva
autonomía de gestión, que permita a la entidad una toma de
decisiones ágil y oportuna”.
Esto es, la tal Autonomía
de Gestión está enmarcada en auspiciar la operación de CFE
como empresa privada, en competencia con las demás empresas
eléctricas privadas.
“El Estado seguirá participando en
la generación de electricidad” se dice, pero esto se refiere
únicamente a la capacidad efectiva en operación de CFE previa. Es
del dominio público que, en los últimos años, la
inversión pública en CFE es NULA, todas las nuevas inversiones son
privadas con base en las reformas del 92.
Respecto a la energía
nuclear de potencia, la iniciativa foxista refiere que “La
generación de energía nucleoeléctrica seguirá a
cargo del Estado, a través de la Comisión Federal de Electricidad,
en cumplimiento de lo preceptuado en el artículo 28
Constitucional”.
Eso sería por ahora, para no complicarle los
escenarios a los inversionistas privados. Es preferible apropiarse, primero de
la termoelectricidad convencional, después lo demás.
Por otra
parte, no es solamente el artículo 28 el que reserva al Estado la
generación nucleoeléctrica sino el párrafo
séptimo del Artículo 27 constitucional, el que establece el
dominio de la Nación sobre los combustibles nucleares para la
generación de energía nuclear.
Privatización disfrazada de la Red Eléctrica Nacional
De entrada, respecto a la transmisión eléctrica, Fox
propone quitarle el control a CFE. “Ya que la Red Nacional de
Transmisión es la columna vertebral del Sistema Eléctrico, se
prevé como parte de este paquete de reforma a la industria
eléctrica la expedición de una ley que la fortalezca, así
como al organismo que se encargará de su operación y
control”. Esa iniciativa de ley se refiere al Centro Nacional de Control
de Energía (CENACE), para separarlo de CFE.
“El Centro Nacional
de Control de Energía responsable hasta el día de hoy, del
despacho económico y el control operativo del sistema eléctrico,
deberá modificar su naturaleza jurídica para conformarse como una
entidad independiente de la Comisión Federal de Electricidad que
proporcione certidumbre a efecto de que en todo momento se aproveche la
generación de las plantas eléctricas que resulten de menor costo
para los consumidores finales y se garantice el acceso abierto y no
discriminatorio a la Red Nacional de Transmisión a todos los
participantes de la industria”.
En breve descripción, lo que
Fox quiere es poner la red eléctrica nacional al servicio de las empresas
eléctricas privadas garantizándoles “el acceso abierto y no
discriminatorio de La Red Nacional de Transmisión a todos los
participantes de la industria”. Esa, es la privatización disfrazada
de la Red.
En la ley orgánica de CFE se “prevé que la
Entidad, deje de ejecutar el despacho de la electricidad que se conduzca
a través de la Red Nacional de Transmisión y, gradualmente, el
control operativo del sistema” En pocas palabras, se propone una CFE cada
vez más achicada, con menos funciones y ningún apoyo del
Estado.
Eso sí, “El servicio de distribución
seguirá siendo prestado, por la Comisión Federal de
Electricidad”.
Reestructuración burocrática
El Consejo de Administración de CFE seguiría integrado
únicamente por la burocracia del gobierno en turno y “tres
representantes del sindicato titular del contrato colectivo de trabajo que rija
las relaciones laborales del organismo”, esto es, tres charros sindicales
del SUTERM.
El Director General “será designado y removido por
el Titular del Ejecutivo Federal”. Eso le ha resultado muy cómodo a
los gobiernos en turno, tanto del PRI como del PAN y se propone que siga
igual.
La ley orgánica propuesta no se refiere explícitamente a
los llamados “aprovechamientos” establecidos en 1986 y 1992. Esto se
indica en la propuesta de Ley de Servicio Público de Energía
Eléctrica. En esa propuesta se
establece:
Artículo 67.- La
Comisión Federal de Electricidad estará obligada al pago de un
aprovechamiento al Gobierno Federal por los activos que utiliza para prestar el
servicio público de energía
eléctrica.
El aprovechamiento a que se
refiere este artículo se determinará anualmente en función
de la tasa de rentabilidad establecida para el ejercicio correspondiente a las
entidades paraestatales. Dicha tasa se aplicará al valor del activo fijo
neto en operación del ejercicio inmediato anterior reportado en los
estados financieros dictaminados de la entidad y presentados ante la
Secretaría de Contraloría y Desarrollo Administrativo. Contra el
aprovechamiento a que se refiere este artículo, se podrán
bonificar los subsidios que el Gobierno Federal otorgue a través de la
Comisión Federal de Electricidad, a los usuarios del servicio
público de energía eléctrica.
En la propuesta
de Ley Orgánica para CFE se dice que, “esta Ley establece que la
Comisión Federal de Electricidad se sujetará a las disposiciones,
resoluciones y lineamientos en materia presupuestaria y de evaluación que
emitan las secretarías de Hacienda y Crédito Público y de
Contraloría y Desarrollo Administrativo, en el ámbito de sus
respectivas competencias. Dichas disposiciones, resoluciones y lineamientos
deberán considerar la autonomía de gestión de la
Comisión Federal de Electricidad”.
Lo anterior es una burla.
¿De qué serviría esa Autonomía de Gestión en
tales condiciones?
Finalmente, la iniciativa del Fox se refiere a los
trabajadores, a los que considera “menores de edad” y les asigna
funciones simples.
“La presente iniciativa recoge las
disposiciones vigentes en materia de participación, capacitación y
certificación de los trabajadores electricistas, a fin de elevar la
productividad, la conciencia social y profesional de los trabajadores y
técnicos, así como para lograr el mejor uso de sus recursos
humanos, técnicos, materiales y financieros”
Se trata de
consideraciones inferiores hacia quienes hemos hecho, y seguimos haciendo,
posible el funcionamiento de la industria eléctrica nacionalizada de
México.
“Esta Ley prevé la continuidad en el
funcionamiento de las comisiones consultivas mixtas de operación
industrial”. Reduccionismo sería mucho decir. Los trabajadores
electricistas tenemos tareas adicionales más importantes que cumplir, lo
hemos hecho por generaciones y lo seguiremos haciendo.
¡La reforma foxista NO pasara!