Julio Scherer García
Scherer y colaboradores a su salida de Excélsior
Cartel de la Tendencia Democrática del SUTERM
Revista Proceso, número 1, 6 noviembre 1976 |
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Aquel 8 de julio de 1976, previo boicot económico oficial, desde
dentro de la ex cooperativa, el gobierno federal organizó la
provocación que desembocó en el golpe a Excélsior.
En una asamblea espuria y violenta, su director Julio Scherer fue desconocido.
Obligado a renunciar salió del diario. Junto con él fue expulsado
un importante grupo de plumas que seguían críticamente el
acontecer nacional.
Ese golpe enrareció el clima político de la
nación y lo consideramos parte de la represión en marcha contra el
principal movimiento social de la época, representado por los
electricistas de la Tendencia Democrática (TD) del SUTERM.
Así
sucedió. Mediante un similar modelo, provocadores internos forzaron la
decisión para que la TD se embarcara en el enfrentamiento precipitado con
el Estado y proyectara la Huelga Eléctrica Nacional para las 18 hs. del
16 de julio de ese año. La huelga no fue posible.
Desde la noche
anterior, 400 mil esquiroles apoyados por 20 mil soldados del ejército
federal, ocuparon todas las instalaciones eléctricas y nucleares del
país. Luego de 4 semanas fuera de los centros de trabajo, se inicio el
despido de todos.
Con ello se interrumpió violentamente la
nacionalización eléctrica, cuya integración habíamos
logrado, en un solo Sistema Eléctrico Nacional, interconectado en todo el
país y operando con la misma frecuencia unificada.
Se inició
una de las peores etapas para el sindicalismo mexicano, dominado por el
charrismo sindical pro imperialista. La corporativización con el Estado
adquirió niveles inauditos.
La TD fue traicionada desde el interior y
exterior del movimiento. El gobierno no solamente se apoyó en los
provocadores, hoy empresarios eléctricos privados aliados a las
transnacionales, sino también en líderes venales del propio SUTERM
y del SME, mismo que operó la sucia maniobra del gobierno
federal.
Nuestro movimiento había impactado a la nación, por su
amplia movilización social, composición obrera y propuestas
programáticas.
La mayoría de la prensa nacional, periodistas y
reporteros nos dieron la espalda. No así el viejo
Excélsior, bajo la dirección de Scherer. Siendo la
excepción, don Julio y grupo de colaboradores se definieron a favor del
movimiento.
Excélsior publicó diversas columnas, con
firmas destacadas, entrevistas a Rafael Galván y noticias de nuestra
lucha. En Excélsior publicamos todos nuestros desplegados a plana
entera.
Por ello, el golpe al diario no solamente nos llenó de
indignación, también de preocupación y, a la semana
siguiente, se confirmó. Para ese momento, los electricistas de la TD ya
no teníamos voz ni voces que informaran a la nación.
Ese era
el objetivo del gobierno, que nadie se diera cuenta de la represión y,
sobre todo, sus consecuencias. Nosotros no éramos el único motivo
del gobierno para acallar las voces críticas de Excélsior,
pero sí el sector obrero más importante en movilización
nacional.
Desde el movimiento del STERM de 1971-72, el
Excélsior de Scherer había seguido a nuestro movimiento. En
ese tiempo dábamos batalla a través de la prensa obrera,
significativamente por la Revista Solidaridad, órgano
periodístico de la insurgencia obrera.
Después, cuando Scherer
fundó a la revista Proceso, nos volvió a abrir sus
páginas, especialmente con motivo de la lucha de las Secciones Nucleares
del SUTERM, en 1977-78, cuando impedimos la privatización del uranio.
También con el SUTIN, en 1983-88, con relación al debate sobre la
central Laguna Verde.
El FTE recuerda al maestro Scherer, lo reconoce y
agradece la solidaridad recibida. |