En Kagoshima, Japón, se aprobó la reanudación de labores en la central nuclear Sendai. Desde 2011, se habían suspendido las actividades en todos los reactores nucleares japoneses tras los accidentes severos ocurridos en la central nuclear Fukushima. Falta aún mucho para restablecer la condición de normalidad.
El portal Cubadebate informó de
la siguiente noticia.
El gobernador de la prefectura japonesa de Kagoshima (suroeste) aprobó este viernes la reactivación de dos reactores atómicos en la planta de Sendai, lo que allana el camino para que la central sea la primera en retomar actividades tras el apagón nuclear motivado por el accidente en Fukushima. Se espera que la central vuelva a operar comercialmente el año próximo a expensas de que la Autoridad de Regulación Nuclear (NRA) de Japón concluya sus últimas revisiones en materia de seguridad. El pasado septiembre, Sendai se convirtió en la primera planta de Japón en cumplir la nueva normativa impuesta por la NRA tras el accidente de hace más de tres años en la central de Fukushima, golpeada por un terremoto y un tsunami. Sin embargo, y pese a los deseos del actual Gobierno nipón de que se reanuden las operaciones en las centrales, la mayor parte de la opinión pública nipona parece estar en contra. De hecho, la Asamblea de Kagoshima, que dio su aprobación para que se reactive Sendai, contó con la presencia de grupos opuestos a ello que protestaron airadamente durante la sesión. No obstante, la aprobación supone un paso casi definitivo hacia la reactivación de plantas nucleares en Japón, cuyos 48 reactores de uso comercial están actualmente apagados debido a que la NRA no permite su vuelta a la normalidad hasta cumplir con la normativa. El accidente en Fukushima, provocado por el terremoto y tsunami del 11 marzo de 2011, ha sido el peor desde el de Chernóbil (Ucrania) en 1986, y sus emisiones y vertidos radiactivos aún mantienen evacuadas a miles de personas que vivían en torno a la central y han afectado gravemente a la agricultura, la pesca y la ganadería local. (Tomado de Publico.es). La controversia sigue Una golondrina no hace verano. Aún cuando la central
Sendai entrara en operación comercial, el hecho es que el resto del
amplio parque de reactores nucleares japoneses sigue en paro. Después, de
los accidentes nucleares severos del 11 de marzo de 2011, ocurridos en 3
reactores de la central Fukushima, las propias autoridades japonesas de la
época dispusieron que todos los reactores fueran sometidos a
revisión.
Desde entonces, la generación nucleoeléctrica cayó prácticamente a cero. Si Sendai fuera el principio todavía falta tiempo para que Japón vuelva a ser la potencia nuclear (con fines civiles) que era. Varios de los reactores están en franca obsolescencia, otros tendrán que ser sometidos a reingeniería o rediseño. Aunque la información sobre Fukushima cada vez ha sido más escasa, allí hubo un problema serio derivado de una deficiente ingeniería, al postular un accidente base de diseño minimizado para un tsunami como el que ocurrió. Además, hubo incumplimiento de normas internacionales de seguridad nuclear. Lo peor fueron las consecuencias. Los accidentes nucleares pueden producir efectos inmediatos y mediatos, siendo estos, tal vez, los más graves. Biológicamente, los efectos pueden ser somáticos o genéticos, la severidad de los primeros depende de la dosis de radiación recibida y, la de los segundos, carece de umbral de dosis. Estos últimos son de carácter estocástico o aleatorio pudiendo presentarse o no en la presente o siguientes generaciones. Es conocido que los accidentes de Fukushima produjeron la fusión (meltdown) del núcleo de combustibles de los reactores nucleares, lo cual ocurrió por fallas en los sistemas de refrigeración de emergencia del núcleo. A la fecha, se sabe que se ha inyectado agua para mantener la temperatura sin que se hayan controlado aún. Lo menos que puede decirse es que tales reactores han quedado inservibles y habrá que desmantelarlos. Para ello la central deberá ser descontaminada previamente. Este trabajo es muy costoso y muy lento. Pasarán 200 años para lograrlo y mitigar los daños al medio ambiente. Las afectaciones a la salud de las personas y animales apenas se empiezan a conocer. Con el tiempo podrían aumentar en cantidad y gravedad. Desde el principio trascendió que hubo trabajadores que murieron durante la emergencia, después se ocultó toda información al respecto. De los efectos genéticos ocasionados se conoce muy poco. Los reportes de dosimetría de radiaciones (externa e interna) siguen faltando. Así que la probable entrada en operación de los reactores de Sendai no significaría que la crisis nuclear en Japón ha sido superada. Ref: 2014, elektron 14 (271) 1-2, 11 noviembre 2014, FTE de México. Central nucleoeléctrica de Sendai, Kagoshima, Japón FOTO: EFE Esta página es construida por trabajadores del sector energía.
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