Expropiación Extranjera
Fox propone que el sector privado intervenga constitucionalmente en la explotación de hidrocarburos y sus derivados. Esa propuesta es violatoria de la Constitución. El párrafo cuarto del artículo 27 constitucional establece el derecho de la Nación sobre la propiedad y explotación de los hidrocarburos. Fox pretende una expropiación petrolera extranjera. Los trabajadores rechazamos la propuesta y llamamos a la rebelión del pueblo contra el gobierno neoliberal.
El gobierno de Fox sirve a los intereses de las
grandes transnacionales de la energía. El foxismo representa la
antihistoria. Ese individuo, analfabeto y lépero, quiere hacer caso omiso
precisamente de una de las conquistas históricas más importante
del pueblo de México. Al momento no se ha enviado ninguna propuesta
formal al Congreso pero es evidente que el gobierno foxista trabaja al respecto
preparando otra agresión similar al caso de la energía
eléctrica. De hecho, con los Contratos de Servicios Múltiples se
siguen acciones totalmente desnacionalizadoras. En medio del
escándalo de corrupción de los charros del sindicato petrolero
(STPRM) en el llamado Pemexgate no podemos ignorar las pretensiones
tendientes a desnacionalizar a Pemex. En la propuesta de Fox y asesores, que
circuló en agosto entre algunos legisladores, se pretende modificar los
artículos 27 y 28 constitucionales para permitir a los inversionistas
privados la participación en actividades de exploración,
explotación y procesamiento de gas natural no asociado así como en
la refinación de hidrocarburos. Al igual que con la industria
eléctrica, Fox pretende legalizar la privatización furtiva que
lleva a cabo en la industria petrolera, elevando esos fraudes al rango
constitucional. En los hechos la intervención privada extranjera en la
industria petrolera nacional es inocultable, aún cuando está
prohibida por la Constitución. Las Siete grandes empresas
transnacionales son las beneficiarias de la política foxista, las mismas
que en 1938 al expropiarse la industria petrolera amenazaron con regresar. Con
Fox han regresado por la puerta trasera, ya dentro ahora quieren la
legalización nada menos que constitucional. Si el asunto no fuera tan
serio se podría decir que el Fox está loco. Algo hay de eso,
solamente que en sus exabruptos pretende arrastrar a la Nación y
despojarla de su patrimonio. Fox y asesores son expertos manipuladores.
Primero se han dedicado a “quebrar” literalmente a la industria y,
luego, justifican la privatización. Se argumenta que, en los
últimos 13 años no se han construido refinerías en
México. Ni siquiera son precisos en lo que dicen. Es cierto que no se han
construido refinerías pero desde la época de López Portillo
y Díaz Serrano, en los 80s. Eso ha servido para que el país se
haya vuelto importador de gasolina y petroquímicos, situación
acelerada con el gobierno foxista. Al foxismo le extraña que
México sea, según dicen, el sexto país con mayores reservas
petroleras a nivel mundial y el noveno exportador de crudo y, al mismo tiempo,
ocupe el lugar 14 en refinación. Se trata de rollo demagógico,
porque las reservas probadas de hidrocarburos en México son relativamente
bajas y no hay ningún motivo para estar orgullosos del despilfarro que se
ha venido haciendo de estos recursos precisamente por la equivocada
política petrolera oficial. En cuanto a las virtudes de que México
sea altamente exportador de crudo, hay menos motivos de orgullo porque los
escasos recursos nacionales se han estado entregando a la economía de
guerra norteamericana. Por lo demás, vender petróleo crudo es una
vergüenza propia de un país atrasado, exportador de materias
primas. Cínicamente y en plan de burla al pueblo mexicano dice Fox
que, "En ningún momento se pretende que el capital privado invierta en
las actuales refinerías" Eso es evidente, nadie querría la actual
planta industrial, envejecida y obsoleta. Las empresas transnacionales lo que
quieren es una nueva industria petrolera privada, lo que significaría el
reemplazo de la actual planta industrial. En ese esquema es que Fox proyecta las
nuevas refinerías. El gobierno imperialista de Fox critica que no se
han hecho inversiones de Pemex en México y se haya preferido invertir en
una refinería en Pemex en el extranjero. La pregunta es muy simple
¿Porqué lo han hecho? Porque esas decisiones las han tomado
unilateralmente el gobierno y los administradores en turno de Pemex. Si
ahora, realmente se quisiera apoyar el desarrollo nacional, no hay que ir muy
lejos. Petroleros mexicanos democráticos han hecho propuestas alternas,
entre otras, consistentes en la instalación de nuevas refinerías
conceptuadas como refinerías energéticas, orientadas al
procesamiento de crudo y al mismo tiempo a la generación eléctrica
mediante la utilización de residuos al alto vacío. Lo que sucede
es que al gobierno nada de esto le interesa, lo que le importa son los negocios
privados en contra del interés nacional. Tratándose de la
petroquímica, Fox propone que en la Constitución esas actividades
dejen de ser estratégicas y pasen a ser prioritarias. Este concepto
significa que el Estado dejaría de ejercer esas funciones de manera
exclusiva y el sector privado podría intervenir de acuerdo a la
definición de área prioritaria, no estratégica, definida
por la propia Constitución en el artículo 25. Con ello se pretende
que, las refinerías queden integradas a la petroquímica y, todas
las actividades, estén a cargo de las empresas privadas. La propuesta
de Fox es de ensueño para los capitalistas quienes han de sonreír
por el acierto de haber literalmente invertido con fuertes sumas para la
campaña de Fox, así haya sido mediante el lavado de dinero del
narcotráfico. De un plumazo, en un solo arrebato, el Fox seguramente cree
que podrá disponer del patrimonio nacional, que no suyo sino de la
Nación, y hacer negocios sucios a los que está acostumbrado. Ya
se frotan las manos con las oportunidades que dicen han identificado para
diferentes complejos petroquímicos. Ya hablan de la producción
privada de etileno-polietilenos, benceno-tolueno-xilenos, monómero de
vinilo-PVC y óxido de propileno-poliuretanos, cuyas inversiones
podrán ser del orden de los 8 mil millones de dólares. (Becerril
A, Ballinas V, en La Jornada 140802). Respecto del gas la propuesta
plantea aplicar un régimen de concesiones privadas para la
exploración y explotación. Fox amenaza que no realizarse esas
inversiones, se daría lugar a la importación de esos
energéticos. Pero elude señalar que, actualmente, ya se importan
cuantiosos volúmenes y que el gobierno e inversionistas privados
construyen en contra de la Constitución una nueva industria
eléctrica privada basada en plantas de gas natural, mismo que es
insuficiente en el país pues las reservas disponibles de gas seco son
realmente escasas y, las de gas natural asociado al petróleo se
continúan quemando día y noche en la atmósfera con la
irracional explotación de los pozos de petróleo. Fox, de
manera harto tramposa, prepara una propuesta formal de modificación a la
Constitución en materia de hidrocarburos. A diferencia de la industria
eléctrica, no se incluye ningún paquete legislativo,
únicamente se hace una propuesta: modificar los párrafos cuarto de
los artículos 27 y 28 en materia de hidrocarburos. La situación
también es grave. Se indica en el “borrador” de la propuesta
foxista que, "Son áreas prioritarias para el desarrollo nacional sobre
las que el Estado ejercerá su rectoría en los términos de
las leyes respectivas, las actividades de refinación de petróleo,
la exploración, explotación y procesamiento de gas natural no
asociado al petróleo, así como la petroquímica
básica" (Barajas E, en Reforma 150802). Con las modificaciones al
artículo 28 constitucional se garantizaría que la apertura del
resto del sector energético vinculado con el petróleo
podría ser regulada en las leyes secundarias, para lo cual ya no se
requiere la mayoría calificada del Congreso. Esta sería la contra
expropiación petrolera de México. En la práctica ya
prolifera la presencia de empresas extranjeras fraudulentas. Sin embargo, es
evidente que los asesores extranjeros y los vende patrias incrustados en la
administración de Pemex trabajan con celeridad para violentar el orden
constitucional. Lo anterior cuenta con la complicidad del charrismo sindical,
tanto en la industria petrolera como en la industria eléctrica. Pero
Fox y sus Amigos se equivocan si creen que el pueblo de México
aceptará pasivamente el atraco anunciado. La industria petrolera
nacionalizada representa el sentimiento arraigado del nacionalismo mexicano. Los
trabajadores y el pueblo de México no permitiremos la
desnacionalización del petróleo. ¡Primero caerá Fox y
su gobierno entreguista! La movilización social en defensa de la
Patria, su patrimonio y sus recursos naturales, debe elevarse de nivel. Tenemos
que desafiar a las viejas estructuras de control corporativo.
Adelante
petroleros democráticos.
¡Unidos Venceremos!
Plataforma marina de Pemex en el Golfo de México FOTO: tigerpress
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