Halliburton y Schlumberger perforan pozos en Nuevo León mediante el fracking hidráulico para extraer gas de lutitas. Se han reportado sismos inducidos y se teme la contaminación de acuíferos. El consumo de agua sería muy elevado para perforar miles de pozos y no se volvería a reutilizar. En la región no hay agua disponible sino sequía. Los sismos son el resultado del desencadenamiento dinámico (estrés tectónico). El primer pozo que se abrió en Nuevo León para extraer gas de lutitas FOTO: J.M. Villaseñor
Seis meses después de que las empresas
Halliburton y Schlumberger empezaron a perforar pozos en nueve municipios del
estado mediante fractura hidráulica (fracking), para extraer gas
de lutitas del subsuelo, en Los Ramones, General Teherán y Anáhuac
(en la zona norte del estado, colindante con Tamaulipas) se han reportado
temblores que han cuarteado muros y pisos de al menos 45 viviendas de la
comunidad Las Enramadas (Muñoz E., en La Jornada, p.24, 17 junio
2014).
La técnica de fracking (término derivado de slickwater hydraulic fracturing o fractura hidráulica con líquidos de baja fricción), aprobada como parte de la reforma energética propuesta por el presidente Enrique Peña Nieto, ha despertado temor entre pobladores por el riesgo de movimientos sísmicos y contaminación de acuíferos. Este método, que consiste en inyectar en el subsuelo grandes cantidades de agua, arena y unos 600 químicos para fracturar rocas impermeables, como los esquistos, a fin de obtener gas o petróleo, está prohibido en más de 20 países. Sin embargo, en México se usará para perforar alrededor de 20 mil pozos. Carencia de agua El urbanista Guillermo Cortés Melo expuso en un
documento entregado a la Comisión de Energía del Senado que con la
fractura hidráulica “la vida productiva de un pozo disminuye
notoriamente a partir del primer año, obligando a nuevas perforaciones,
las cuales dejan áreas totalmente desmontadas, deterioradas para la
siembra y contaminadas”.
Organismos ciudadanos y ambientalistas, entre ellos la Alianza Mexicana contra el Fracking, que aglutina a Greenpeace, el Grupo de Estudios Ambientales y la Red de Acción por el Agua, han alertado sobre los estragos que este método ha causado en Estados Unidos, Canadá, Argentina, China, Rumania y Argelia. Ya fue prohibida en Francia, Canadá, Bulgaria y España, así como en Vermont, Nueva Jersey y Nueva York. Juan Alberto Hernández, académico de la Universidad Autónoma de Nuevo León, señaló que la explotación del gas de esquisto requiere entre 10 y 30 millones de litros de agua para perforar un solo pozo. Agregó que para los 4 mil pozos que se planea perforar en la entidad, a un promedio de 15 millones de litros por pozo, se requerirán 60 mil millones de litros, lo que, subrayó, sería equivalente a “cerrar la llave al área metropolitana por 60 días; además, el agua no se puede volver a usar”. El activista Raúl Rubio planteó: “Quiero saber de dónde sacarán agua para perforar 20 mil pozos, con los problemas de sequía que hay en las regiones donde se pretende usar el fracking, como Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas y Veracruz”. Destacó que el sílice, contenido en la mezcla que se inyecta en el proceso de extracción, causa cáncer de pulmón, de acuerdo con investigaciones de la Escuela de Medicina de la Universidad de Missouri y de la Sociedad Americana de Cáncer. Perforación en 9 municipios En abril de 2013 Halliburton y Schlumberger
iniciaron las perforaciones de pozos en nueve municipios de Nuevo León;
las compañías estadunidenses argumentaron “secreto
industrial” para no informar sobre el tipo de químicos que utilizan
ni la cantidad de agua contaminada que depositan en el subsuelo ni a qué
profundidad.
Seis meses después de que iniciaron operaciones en los municipios de Los Ramones, General Teherán y Anáhuac se comenzaron a reportar movimientos sísmicos, y 45 casas del poblado Las Enramadas, en la primera demarcación, han tenido cuarteaduras en paredes y pisos. Penchyna desestima riesgos De octubre pasado a mayo se registraron en Nuevo
León 60 temblores, cuando en todo 2013 hubo 71. “Estas cifras
merecen un análisis, porque muy probablemente tengan que ver con
actividades causadas por el hombre”, informó el presidente de la
Comisión de Medio Ambiente en el Congreso local. Indicó que se
estudiará la relación entre los temblores y el
fracking.
Según el senador priísta David Penchyna, presidente de la Comisión de Energía, que impulsa las leyes secundarias de la reforma energética “no hay evidencia científica de estudios respetables, no de los que bajan de Google, de que el fracking genere sismos en Nuevo León, en Texas o en cualquier otra parte. En este tema hay muchos intereses”. Crimen de Estado Como lo ha señalado el FTE de México, la
incidencia de sismos es una de las consecuencias de la perforación masiva
mediante el fracking hidráulico.
La inyección subterránea de fluidos induce sismos. Esto se debe a la afectación a las placas tectónicas de la superficie terrestre, lo cual produce un desencadenamiento dinámico (estrés tectónico). Esto ha sido publicado por las revistas Science y Scientific American. Si Penchyna no conoce tales datos no es porque no existan resultados “respetables”, las evidencias allí están. Por ello es que en Estados Unidos y Europa la oposición al fracking es seria. Evidentemente, ni Peña ni Penchyna ni sus asesores están informados ni les interesa, son vulgares sirvientes del capital. Además, están los efectos al clima y a la salud. Los compuestos químicos no se ocultan por ser un asunto de “secreto industrial” sino porque son nocivos para la salud, el ambiente y la vida, son cancerígenos. En suma, el fracking hidráulico es pernicioso para la nación. Ref: 2014, elektron 14 (217) 1-2, 24 junio 2014, FTE de México. Esta página es construida por trabajadores del sector energía.
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