Ahora dijo en Madrid ante las transnacionales españolas que operan en México que, con las reformas de Peña Nieto, habrá un crecimiento económico sostenido a tasas del 5 por ciento. Con anterioridad, Peña y Videgaray habían estimado el crecimiento del PIB en 1% si se aprobaba la reforma energética. Pero sus pronósticos económicos han fallado, hasta Carstens los corrige. Su discurso es demagógico e irreal.
Luis Videgaray, secretario de Hacienda y
Crédito Público (SHCP), auguró que una vez aprobadas las
reformas estructurales que impulsa el gobierno del presidente Enrique
Peña Nieto, México crecerá de forma sostenida a tasas del 5
por ciento, el doble de lo que ha venido haciendo en las últimas tres
décadas (Vargas R.E., Tejeda A.G., en La Jornada en internet, 9 junio
2014).
En un foro patrocinado por empresas multinacionales españoles con intereses en México, el responsable de la política financiera del gobierno mexicano defendió el espíritu de las seis reformas básicas, que a su juicio se convertirán en los pilares que transformarán a nuestro país en los próximos años. En su primera participación en la visita de Estado que realiza estos días en España el mandatario mexicano, el titular de Hacienda fue el protagonista del foro auspiciado por las empresas españolas Iberdrola, Indra, Prisa, BBVA, Acciona y Ferrovial, a la que asistieron sobre todo empresarios de ambas orillas y algunos representantes del gobierno español, como el ministro de Economía, Luis de Guindos y el canciller, José Manuel García Margallo. Videgaray defendió la pertinencia y necesidad de acometer las seis reformas básicas para revertir la tendencia histórica de la economía mexicana de no crecer por encima del 2.5 por ciento, una cifra notablemente inferior si se compara con las tasas de los países emergentes o de economías en proceso de apertura como la brasileña, la india o la china. “El gran reto de México es crecer más. La tasa promedio de crecimiento en los últimos 30 años ha sido sólo del 2.4 por ciento. A pesar de habernos convertido en una economía estable, somos una economía que crece muy poco. Rollo de carrete Videgaray explicó y enumeró las reformas que
el gobierno asume como cruciales: la laboral, que “flexibilizará el
mercado”; la de telecomunicaciones, que “democratizará la
productividad”; la financiera, que permitirá a las pequeñas
y medianas empresas a tener más acceso al crédito; la fiscal, que
“aumentará la capacidad del Estado de recaudación de
impuestos” y así revertir la profunda desigualdad y pobreza; la
reforma jurídica, que “fortalecerá la certidumbre
jurídica”; y la reforma energética, que permitirá el
acceso de inversores privados extranjeros y nacionales en todas las ramas del
sector.
Precisamente la reforma energética es una de las que más interesa a los empresarios españoles, que desde hace décadas reclaman la apertura de un sector por el que tienen enormes expectativas. Videgaray explicó que México tenía, junto con Corea del Norte, uno de los regímenes más restrictivos en materia de hidrocarburos. “La reforma que estamos llevando a cabo conserva para los mexicanos la propiedad de la reserva de los hidrocarburos y al cien por cien Pemex. Pero al mismo tiempo es una reforma que parte del principio de apertura al sector privado internacional y nacional, y prevé la participación del sector privado en todas las ramas del sector energético, incluyendo la energía eléctrica, que nos lleve a un modelo de libre acceso y de mercado”, explicó. Fue entonces cuando auguró que una vez aprobadas las reformas y solventado el trámite parlamentario que regule las leyes secundarias, nuestro país encadenará un largo periodo de crecimiento estable y potente. “México al final de la administración tiene la oportunidad de elevar estructuralmente su crecimiento. Deberá estar en un promedio del 5 por ciento anual. Si puede sostener ese crecimiento durante los próximos años será un país distinto en el que finalmente logremos vencer a la pobreza. Un crecimiento más dinámico que se traduzca en mejores números de carácter macroeconómico pero también en mejores cifras de la economía familiar en la que los beneficios lleguen a la mayoría de las familias”. Discurso demagógico Videgaray es un econometrista del ITAM,
especializado en asuntos fiscales. Por ello, solo habla de esos temas y no
correctamente. Sus proyecciones de la economía son desastrosas. A la
industria energética no la conoce, jamás ha trabajado en el
sector. Lo que sabe al respecto es la repetición del discurso de
escritorio de los fanáticos neoliberales.
Las estimaciones del crecimiento económico han tenido que ajustarse a la baja, el mismo Carstens, procónsul del FMI en México, lo ha hecho. Pero, Peña y Videgaray dicen lo contrario. Todo va bien, repiten. Evidentemente, pueden decir lo que quieran, lo que determina son los hechos y estos muestran que en México hay recesión económica. Esa crisis no se resuelve con ninguna reforma ni con todas juntas. Con estas reformas solamente crece la acumulación privada de capital pero no la economía. Las privatizaciones jamás han contribuido al crecimiento de las economías nacionales en ninguna parte del mundo. De hecho, esa no es función ni objetivo de las transnacionales. En México van más de treinta años de neoliberalismo explícito y el crecimiento ha sido muy pobre. ¿Por qué ahora sería diferente? ¿Solo por qué lo dicen Peña y Videgaray? ¿Se puede gobernar, cual tiranos, por decreto? Todavía no culmina la aprobación de la legislación energética secundaria y el fracaso se avizora muy pronto. Para impulsar la aprobación de la reforma constitucional regresiva, Peña y Videgaray dijeron que con esas reformas la economía crecería 1 ó 2 puntos del PIB. La banca extranjera en México ajustó el salto al 1%. Se trata de una privatización muy barata. Ahora, Videgaray dijo ante transnacionales españolas, que le organizaron un foro en Madrid, que espera crecimientos sostenidos a tasas del 5 por ciento. ¿Cuáles son sus bases, datos, metodologías? No las tiene, solo habla. Para empezar, la participación del capital transnacional en materia petrolera y eléctrica NO la deciden Peña y Videgaray sino las corporaciones. Lo peor es que los términos, es decir, las condiciones en que participarán también son una decisión de estas empresas. Por eso es que, en estos momentos, ni Peña ni Videgaray saben qué proporción de la renta petrolera entregarán. Se presume que será un alto porcentaje pero está aún indefinido y se concretará a la firma de los contratos. En cualquier caso, habrá pérdidas cuantiosas para la nación. Finalmente, el dinero no genera riqueza, eso lo hace el trabajo humano. Según la Cepal, en los últimos 10 años, la creación de empleos a cargo de la inversión extranjera directa ha sido apenas del 5 por ciento. Entonces, sin empleo NO habrá crecimiento económico solamente inversiones especulativas, no productivas. Videgaray ha perdido el piso, bueno nunca ha estado bien ubicado. Con la privatización energética habrá 500 mil empleos dice Peña. Eso dice pero no es mucho ni depende de él sino de las corporaciones, las que además de crear muy poco empleo lo hacen de manera precaria. El Discurso es demagógico. Ref: 2014, elektron 14 (213) 1-2, 22 junio 2014, FTE de México. Esta página es construida por trabajadores del sector energía.
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