Emilio Chuayfett, secretario de educación, anunció el cese de 500 maestros. Mediante castigos, el gobierno pretende imponer la reforma educativa anti laboral. Con la represión magisterial quiere seguir controlando corporativamente al magisterio e impedir la democracia sindical.
El gobierno de Peña Nieto es ilegítimo, no
convence ni “salva” a México, como publicó la revista
Time, más bien lo hunde. Con las llamadas reformas estructurales,
eufemismo de privatizaciones compulsivas, no ha habido discusión ni menos
consenso, todo ha sido resuelto por la mediocridad legislativa, consistente en
votar sin leer.
Para enfatizar la imposición, el gobierno anuncia que reforzará los mecanismos corporativos de control. En el caso de los maestros, el propio secretario de educación, quien no sabe nada del tema, anunció que los primeros 500 maestros serán sancionados, esto es, despedidos por haber faltado a sus labores y asistido a marchas magisteriales. ¿Qué quiere el gobierno? Impedir la libre manifestación y someter a todos a sus caprichos. Pero lo único que logrará será respuestas mayores. En el caso del magisterio, Chuayfett los provoca. Docentes disidentes aseguraron que el cese de 500 maestros en todo el país, en el contexto de la aplicación de las leyes secundarias de la reforma educativa, manda un mensaje muy claro al resto de los profesores. El espíritu de esta reforma es recuperar un control total del magisterio a través del castigo y el miedo (Poy L., en La Jornada, p.30, 9 febrero 2014). Luego que el titular de la Secretaría de Educación, Emilio Chuayffet, informó que se dio por terminada la relación laboral con medio millar de educadores que dejaron de acudir a laborar nulificando el derecho a la educación de sus alumnos, afirmaron que nunca se ha pretendido defender a quienes no trabajan, pero tampoco podemos aceptar la imposición de una norma coercitiva. Francisco Bravo, secretario general de la sección nueve del Distrito Federal, aseguró que en el inicio de los 21 foros para la consulta del modelo educativo, no se privilegió el diálogo para intentar convencer y construir de manera conjunta. El secretario fue muy claro, imperará la sanción. Que el gobierno rinda cuentas En la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la
Educación (CNTE), afirmó, hemos dejado muy claro que no se trata
de defender a quien no trabaja. Somos los primeros en demandar compromiso con
los alumnos y la labor docente, pero no podemos soslayar que aquí se
trata de imponer un marco normativo que se ensaña con los
maestros.
En contraste, dijo, las autoridades educativas se niegan a la rendición de cuentas. Tenemos muchos ejemplos: ¿qué paso con los recursos destinados a la compra de computadoras para los docentes?, ¿qué resultado dio la inversión multimillonaria del programa Enciclomedia?, considerado hoy como un fracaso, sin olvidar que en la aplicación de la Evaluación del Logro Académico en Centros Escolares (Enlace) se gastaron sumas millonarias, y hoy se nos dice que pervirtió la verdad, que corrompió los resultados. Los maestros disidentes, subrayó, lo advertimos a tiempo. Sabíamos que eran iniciativas condenadas al fracaso, pero ahora se dice que no hay responsables porque no hubo mala fe. Entonces para ellos no existe responsabilidad ni aplicación de la ley. Sólo hay sanciones para los profesores. En tanto, integrantes de la instancia de coordinación de la CNTE aseguraron que no es con amenazas como el gobierno logrará mejorar la labor docente. Provocación oficial ¿Qué secretario de educación es
ése provocador? Desde luego, no está en sus cabales, al parecer
sigue bebiendo mucho. ¿Por qué amenaza a los maestros? Muy simple,
porque carece de razones y argumentos para imponer una llamada reforma educativa
caracterizada por su contenido anti laboral y anti educativo.
Chuayfett no puede ni podrá con el paquete, le queda muy grande. Por eso piensa en la represión. Empieza con el despido de 500 maestros, luego serán más. El plan es imponer la reforma y si para el gobierno es necesario utilizar la fuerza pública lo hará. Los maestros de la CNTE tienen la necesidad de dar una respuesta política. La insurgencia magisterial no puede ser solo declarativa sino vertebrada a nivel nacional y abanderada por un programa para integrar al conjunto de la sociedad mexicana. El movimiento en 2013 ha sido intenso y desgastante. Hace falta un salto de calidad articulando la movilización en grandes Jornadas Nacionales por la Democracia Sindical. Es pertinente reorganizar las fuerzas, cubrir al territorio nacional y fortalecer la solidaridad nacional e internacional. Ref: 2014, elektron 14 (62) 1-2, 13 febrero 2014, FTE de México. Marcha de maestros a la Segob, 27 enero 2014 FOTO: C. Ramos Esta página es construida por trabajadores del sector energía.
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