La lucha obrera de los últimos
años se ha desarrollado intensamente en el sector de la energía.
La movilización de 1999 permitió detener la iniciativa de ley
zedillista que pretendía modificar la Constitución del país
para privatizar a la industria eléctrica de México. Más de
tres años después, Fox insiste en lo mismo. Nuevamente el pueblo
de México está en lucha, al frente el Sindicato Mexicano de
Electricistas (SME).
El imperialismo ha dado la orden para la
agresión. Al mismo tiempo, en México, en Perú y otras
partes, los gobiernos títeres, los mismos que en sus campañas
electorales habían dicho que no privatizarían, los mismos que no
han podido argumentar legalmente el atraco, los mismos que enfrentan el repudio
popular, han decidido ir a fondo para entregar el patrimonio nacional a las
transnacionales de la energía.
El gobierno foxista, como los
demás gobiernos, tal vez creen que el apoyo de los empresarios privados y
de los organismos financieros internacionales es suficiente para doblegar a una
Nación. No es así, el pueblo también cuenta, los
trabajadores también contamos, el gobierno y sus aliados NO son los
únicos actores en la lucha de clases.
Es el momento de la
acción unitaria y decidida para organizar una respuesta efectiva contra
el gobierno neoliberal. Las experiencias previas demuestran que la lucha se
resolverá en la calle, después se podrá formalizar en las
Cámaras o en la Corte. Por lo demás, los gobiernos
"vendepatrias” no entienden de razones si éstas no se
acompañan con la fuerza de los hechos del pueblo en
rebeldía.
El patrimonio nacional debe ser defendido por el pueblo organizado y en
lucha. En este contexto tiene alta importancia la acción de los
trabajadores electricistas del SUTERM, mismos que deben desafiar al charrismo
sindical y, de manera independiente, expresarse en todas las secciones del
país principalmente en las centrales generadoras. Los nucleares,
petroleros, telefonistas, metalúrgicos, etc. tienen el deber de
participar solidariamente en esta lucha que es de todos.
Se requiere de la
movilización en las principales 100 ciudades del país, de la
organización de 32 frentes estatales y 100 municipales, de
múltiples foros, asambleas y reuniones en universidades, sindicatos,
ejidos, colonias populares, de diversos escritos publicables en la prensa
nacional e internacional, de estudios que permitan rebatir la iniciativa
imperialista punto por punto, de alianzas políticas sólidas a
nivel nacional y mundial. Todas las iniciativas, debidamente pensadas y
organizadas, son bienvenidas y deben concretarse.
La asamblea general del
SME reunida el 26 de agosto de 200, reiteró su total rechazo a la
propuesta privatizadora de Fox y acordó llevar adelante un primer
programa de actividades que incluye distribuir 10 millones de volantes y reunir
2-3 millones de firmas contra la privatización. De inmediato, se
convocó a una marcha en la ciudad de México para el 30 de agosto y
habrá otra el 27 de septiembre, aniversario de la
nacionalización.
¡Salta, salta, salta, pequeña langosta
que Fox y la Enron son la misma cosa!
Decenas de miles de electricistas del SME salieron otra vez a la calle.
Durante los últimos tres años, hemos recorrido juntos las
principales avenidas de la capital. Junto con otras organizaciones solidarias
hemos colmado al Zócalo mexicano. En la marcha se expresó la
crítica obrera en diversas formas.
Fox únicamente repite, son
los organismos financieros imperialistas los que quieren subordinar a la
Nación. Pero Fox y su gobierno incurren en traición a la Patria.
La iniciativa de ley foxista fue redactada por la Enron,
transnacional fraudulenta que ha representado un ejemplo inmejorable del fracaso
privatizador en los Estados Unidos y todas partes donde opera. No obstante, Fox
insiste en poner el destino de México en manos de los empresarios
defraudadores y corruptos. ¡No lo permitiremos!
Vicentito, vicentito, ¿dónde estás?, ¿dónde estás?
¡Fiufiufiufiufiufiu...fiufiufiufiufiuifiu...
donde estés, donde estés!
El paso de los electricistas del SME por la ciudad capital es como un
torrente que avanza incontenible. Es necesario desbordar a ese torrente para que
alcance a todo el territorio nacional.
En México, la mayoría
de sindicatos están controlados férreamente por el charrismo
sindical. Ese no puede ser, sin embargo, el pretexto para mantener la
inmovilidad estando en peligro los derechos fundamentales de la Nación y
de los trabajadores. El momento es de desafíos y de coherencia, no bastan
las declaraciones a los medios y las poses para las fotos.
Todos debemos
redoblar el apoyo al Frente Nacional de Resistencia contra la
Privatización Eléctrica. En todo el país, debemos hacer
coincidir la protesta popular contra el aumento a las tarifas eléctricas.
El decreto foxista al respecto está causando estragos pero, ése es
un ejemplo mínimo de lo que pasaría estando privatizada la
industria eléctrica. Al mismo tiempo debemos mantener la ofensiva contra
el charrismo sindical.
Al SME le ha correspondido nuevamente estar al frente
de la batalla. Su poder de convocatoria debe llevar la lucha al nivel necesario
que reclaman los acontecimientos.
La alternativa de fondo está en la
integración de la industria eléctrica nacionalizada. Para ello,
todos los mexicanos debemos aportar nuestros conocimientos y recursos
políticos. Así, defenderemos mejor a la Nación.
Los
trabajadores de la energía, organizados en el FTE, somos parte de esta
lucha que, al igual que otras partes del mundo, habrá de culminar en la
victoria.