Más de 3 años de debate y el gobierno insiste en lo
mismo: privatizar la industria eléctrica nacionalizada. Crisis, quiebras,
desastres, fraudes, etc. no dicen nada para el foxismo. La experiencia fracasada
en otras partes del mundo se pretende imponer compulsivamente a México
utilizando un discurso falso y manipulador. Es la argumentación de Enron
para hacer negocios privados defraudando a la Nación.
Con fecha 16 de
agosto de 2002, Vicente Fox presentó al Senado de la República un
paquete de iniciativas de ley tendientes a la privatización
eléctrica. Fox le llama Propuesta de Reforma para la
Reorganización de la Industria Eléctrica. En el fondo, ese
eufemismo no se sostiene.
La propuesta foxista es tan inaceptable como la
presentada por Zedillo en 1999. Los “argumentos” oficiales son los
mismos. La única “diferencia” es que a Fox no le gusta llamar
a lo que hace por su nombre, sino al revés. Pero, lo que está
escrito es indudable, se trata de la Privatización eléctrica con
todas sus letras, concepto y significación.
De entrada, Fox propone
modificar la Constitución. Su propuesta es, por supuesto,
desnacionalizadora y su argumentación endeblemente reiterada. Se trata
del discurso del Banco Mundial, los argumentos de Enron y la necedad neoliberal.
No hay coherencia en la argumentación, ni les importa, se pretende
solamente hacer negocios mediante la apropiación privada del patrimonio
de la Nación.
Para justificar sus propuestas, los asesores de Fox
redactaron un documento que las antecede a manera de exposición de
motivos.
La primera propuesta es una “iniciativa de reforma a los
artículos 27 y 28 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos”.
Falsa argumentación neoliberal
Dice Fox que su propuesta de reforma “tiene por objeto la
regulación integral de la industria eléctrica, bajo el modelo de
organización industrial...”, mismo que no explica pero que
corresponde a lo indicado por el Banco Mundial.
A continuación
señala: “El modelo de organización industrial que propongo
parte de un diagnóstico que muestra la situación actual del
sector, consecuencia de su evolución a lo largo de la historia
contemporánea; atiende a la problemática, retos y necesidades
presentes y futuras en el corto, mediano y largo plazos, toma en cuenta las
oportunidades que nos brinda el desarrollo tecnológico que ha
experimentado la industria en los últimos años, y sobre todo
respeto pleno a los preceptos constitucionales”.
Mayores mentiras son
difíciles de lograr pero Fox lo hace. No existe en la propuesta que se
presenta ningún diagnóstico de la industria eléctrica ni se
atiende la problemática nacional en el sector, tan solo se transcriben
los “mandamientos” de los organismos financieros del
imperialismo.
Según Fox y asesores su modelo incluye “sobre todo
respeto pleno a los preceptos constitucionales” ¡Eso es justamente lo
que Fox transgrede, el orden constitucional de la Nación! En su
esquizofrenia, Fox y asesores niegan lo que proponen, tratando de ocultar sus
fechorías. Ese es todo un caso de patología política. Es el
engaño clásico de la política barata llevado al nivel
fársico. Como decimos mexicanos y latinos: “se quieren pasar de
listos”.
Situación actual
Con respecto a la situación actual dice que, “El sector
eléctrico es un área estratégica para el desarrollo y
crecimiento de cualquier país” pero lo que propone es lo contrario,
es decir, eliminar a “la electricidad” como área
estratégica, misma que la propia Constitución define en los
artículos 27 y 28.
Las intenciones son finalmente inocultables. Fox
propone abiertamente un sector eléctrico privado, paralelo al
público. El primero, destinado a grandes consumidores de energía
eléctrica (industriales y comerciales) y, el segundo, para la
atención a los consumidores domésticos. Fox no dice que, el
primer sector representa el 70 por ciento del consumo nacional de energía
eléctrica, con lo cual la industria eléctrica privada
pasaría a convertirse en el más importante en detrimento de la
industria pública.
Por ninguna parte se ve ningún
diagnóstico del que habla, los argumentos están deliberadamente
manipulados. Señala que “La capacidad actual de generación
de energía eléctrica del sector en su conjunto es de 43.5 mil
megawatts, de la cual, el 83.2 por ciento corresponde a la CFE, 1.9 por ciento a
Luz y Fuerza del Centro, 4.2 por ciento a Petróleos Mexicanos y el 5.62
por ciento restante a productores externos de energía eléctrica,
5.06 por ciento de cogeneración y autoabastecimiento”.
La
manipulación es evidente, al indicar que de los 43.5 mil Mw (megawatts)
el 83.2 por ciento corresponde a la CFE ocultando que, en estos momentos, del
orden de 10 mil nuevos megawatts los producen los inversionistas privados no la
CFE, ésta únicamente compra la energía producida. Es,
asimismo, impreciso señalar que solo el 5.62% corresponde a productores
externos de energía y que, 5.06% es cogeneración y
autoabastecimiento. Esos conceptos son fraudulentos, porque no hay tal
cogeneración y menos autoabastecimiento. Se trata de producción en
alta escala, lo que ha llevado a las transnacionales a instalar plantas
eléctricas de alta potencia con un porcentaje que representa casi la
tercera parte de la capacidad instalada equivalente a nivel nacional. Fox
pretende engañar a la Nación con aritmética
simple.
Respecto a la evolución del sector y su marco jurídico,
los asesores de Fox interpretan la historia a su gusto. Se mencionan las
concesiones privadas de principios del siglo anterior para rescatarlas en su
nueva argumentación, ¡100 años después!
Su
visión es totalmente acrítica. El desastre ocasionado al
país por las empresas extranjeras privadas lo soslayan totalmente
ocultándolo. La nacionalización es considerada como un simple acto
de neutralidad política ocasionado por la
tecnología.
Dicen los conservadores del siglo 19 que, “En aquel
entonces, la tecnología prevaleciente para la generación de
energía eléctrica implica la construcción de grandes
centrales para aprovechar las economías de escala, por la que la
disyuntiva era la de tener un monopolio privado o uno estatal”
Con ese
simplismo justificarán después las reformas que ahora presentan.
Señalan que, “cambios tecnológicos registrados a partir de
los años ochenta cambiaron la percepción de que sólo
existiera un proveedor del servicio de electricidad. Por un lado, avances en la
resistencia al calor de los materiales de las centrales generadoras, facilitaron
la introducción de plantas de ciclo combinado a base de gas natural, con
altos niveles de eficiencia, además de una disminución tanto en el
tamaño óptimo de dichas centrales como en el tiempo para su
construcción, montaje y amortización de la inversión;
permitiendo así, que empresas de menor tamaño pudieran competir en
un mismo sistema”
Los asesores privados que redactaron la propuesta no
saben nada del asunto y acomodan ciertos argumentos
“técnicos” a sus planes manipuladores y facciosos
pretendiendo aparecer como muy “técnicos”.
El problema
más importante para la ingeniería no es precisamente la
resistencia al calor de los materiales, sino la extracción del calor
de los energéticos primarios y la eficiencia con que se logra. El
problema con los materiales de construcción es la corrosión
generalizada que ocasionan. Por otra parte, ¿cuál disminución
en el tamaño de las centrales? Si así es, ¿porqué,
entonces, las empresas transnacionales están instalando en México
las plantas más grandes del país? Iberdrola, con una sola planta,
instalará más de 1 mil Mwe, cifra superior a toda la capacidad
efectiva en operación de Luz y Fuerza del Centro, organismo
próximo a cumplir 100 años de historia.
Acomodando la
argumentación, supuestamente técnica, a sus intereses de negocios
dicen que, “Aunado a lo anterior los avances en tecnología de
comunicaciones han logrado que las mediciones de flujo de energía en
tiempo real permitan despachar en una misma red a varias empresas de
generación. Es así, que hoy en día, pueden operar varias
empresas de generación y distribución y con ello los usuarios
pueden elegir el suministro eléctrico que mejor se adapte a sus
necesidades” O sea, que para Fox y compinches el desarrollo
tecnológico alcanzado sirve para la industria eléctrica privada,
para la pública no. El desarrollo del conocimiento humano, en esas
condiciones, conduce a la privatización. Eso, por lo menos, es
absurdo.
A partir de esas torpezas, Fox justifica a Salinitas. Dice que,
“la combinación de la situación financiera prevaleciente en
el sector y los avances tecnológicos registrados en los años
previos, propiciaron que en diciembre de 1992, se introdujeran reformas a la Ley
de Servicio Público de Energía Eléctrica con el objeto de
abrir nuevas oportunidades de participación a los inversionistas privados
en actividades de generación de energía eléctrica, que no
constituyen servicio público, a través de un régimen de
permisos otorgados por la Comisión Reguladora de Energía”
Dice Fox, “Para estos efectos, se rediseñaron las figuras de
autoabastecimiento y cogeneración, y se crearon las figuras de
pequeña producción, producción independiente de
energía, importación y
exportación”.
Inconscientemente, Fox denuncia a la
Comisión Reguladora de Energía como la entidad privatizadora. Por
supuesto, las negociaciones del Tratado de Libre Comercio con
Norteamérica, que permearon las reformas ilegítimas a la Ley
eléctrica, ni las menciona.
Problemática y Retos del sector
“Hoy en día, la expansión y modernización
del sector eléctrico nacional radica prácticamente en los ingresos
públicos disponibles” dicen los autores de la iniciativa foxista.
Así ha sido siempre teniendo buenos resultados. Pero, el gobierno foxista
lo que no quiere es que haya financiamiento público.
Se dice que,
“en las últimas dos décadas, la tasa de crecimiento anual de
la demanda por energía eléctrica en México fue de 5.5 por
ciento, entre tanto, durante el mismo periodo la tasa de crecimiento del PIB fue
de 2.7 por ciento y la de los ingresos públicos de menos de 1 por
ciento” Esas relaciones no explican la carencia de recursos y,
además, muestran una tasa de crecimiento en el sector que no es
extraordinaria, en otras épocas el crecimiento fue del doble y hubo
capacidad de financiamiento del Estado. Ahora, Fox expresa únicamente que
la capacidad de financiamiento “se está agotando” sin
presentar pruebas convincentes.
Sobre la problemática y retos del
sector, los pro-gringos dicen que, se ha podido salir adelante gracias a la
inversión privada autorizada desde 1992. “Dicha
participación se ha logrado en su mayoría, mediante la figura de
Productor Independiente de Energía (PIE), los cuales han celebrado
contratos de compraventa de largo plazo para vender la totalidad de su
producción a Comisión Federal de Electricidad. De manera que estos
esquemas y los de construcción-arrendamiento-transferencia (CAT)”
pero, “sólo han sido una solución
transitoria”
Informan que “Actualmente, el consumo anual per
cápita de energía eléctrica en México es de 1.9
Megawatts hora”, mismo que se reconoce como uno de los más bajos
del mundo. Pero dicen que “en el último año el Sistema
Eléctrico Nacional se ha visto en la necesidad de operar de forma
recurrente, con reservas operativas de capacidad de generación menor al 6
por ciento, que es el mínimo recomendado a nivel internacional para
prevenir contingencias de muy corto plazo. De hecho, en algunos días del
mes de abril del año pasado se operó prácticamente sin
reservas” Se trata de la misma argumentación alarmista de Zedillo y
Téllez, no confirmada y contradicha entre los propios funcionarios del
sector.
Hablan de “un escenario de crecimiento económico
conservador”, el cual no indican. ¿Qué quieren decir? cuando
su política económica neoliberal está destruyendo al
país con crecimientos ínfimos de casi cero (0). ¿A qué
escenarios e refieren? A ninguno, la propuesta está hecha sin
planeación ni programación.
¡Ah!, pero sí
señalan que “los incrementos en la demanda eléctrica
implicarían la necesidad de instalar más de 32,000 Mw de nueva
capacidad de generación, equivalente a más del 73 por ciento de la
capacidad con que se cuenta actualmente” ¿Con qué bases hacen
los foxistas esas estimaciones? No lo indican, simplemente lo afirman haciendo
una manipulación deliberada. La proyección es solamente un
número que podría ser otro. Fox y sus Amigos hacen proyecciones
falsas.
¿Para cuándo se necesitaría esa capacidad
instalada? Los foxistas no lo dicen porque no saben ni les interesa, lo
único que quieren es otorgar facilidades a las empresas transnacionales
para que lucren en ausencia de toda planeación nacional en la materia.
Con esos criterios, mañana podrían decir que se requiere el doble
o el triple y la privatización sería más urgente.
En
1999, Zedillo y Téllez urgían al Congreso que aprobara la
privatización porque había que instalar 13 mil Mw, adicionales a
esa fecha, hacia el año 2006. En estos momentos (2002) se ha llegado
prácticamente a esa meta y, con los permisos en marcha, pronto se
habrá rebasado con creces. Si ahora Fox pretende 32 mil Mw más,
para cualquier fecha, eso significa que sería una capacidad instalada
privada. Con ello, la nueva industria eléctrica privada cubriría
casi el doble de la CFE y LFC juntas.
Eso sí, reconocen que “en
particular el 44% de las unidades de generación cuentan con más de
30 años de vida activa” Esa planta industrial vieja, “que no
se moderniza”, es la que prevén dejar a CFE, lo nuevo, lo moderno
sería privado.
Para finalizar el “supuesto
diagnóstico”, dicen los foxistas que “en primer lugar, es
necesario reforzar la figura de servicio público dotando a las empresas
encargadas del mismo con las herramientas administrativas y regulatorias que les
permitan cumplir con su objeto de proveer dicho servicio bajo los principios de
equidad, transparencia y universalidad. En segundo lugar dar certidumbre y
claridad a la participación de los sectores social y privado que tanto
pueden contribuir al desarrollo de esta vital industria”
Lo primero,
por supuesto, no les interesa es simple demagogia. ¿Cuál
reforzamiento de la figura de servicio público, si lo que proponen
está orientado a una mutilación casi total de ese concepto? Les
importa el segundo aspecto, es decir, la “certidumbre” a los
inversionistas privados para atracar a la Nación
“legalmente”.
Reorganización para la privatización
Con bases tan endebles el foxismo “justifica” la
privatización. Según ellos, “se distinguen las necesidades
colectivas básicas que demandan un servicio de manera continua, uniforme,
regular y permanente, de las que no los son, considerando que estas
últimas no pueden comprender necesidades de un número
minoritario de usuarios que utilizan el suministro eléctrico como
un insumo en sus actividades industriales, comerciales o de servicios o como
parte de un proceso productivo que por su naturaleza varía
considerablemente y es modulable frente a distintos efectos exógenos, por
lo que en la práctica justamente no se demandan de manera continua,
uniforme, regular y permanente”
Esa argumentación es
convenenciera, unilateral, manipuladora y falsa. Esa distinción la hacen
para establecer los ámbitos de competencia de las dos grandes industrias
eléctricas paralelas que proyectan. El “número
minoritario” de usuarios a los que se refieren son los grandes
industriales que consumen “la mayor parte” de la oferta
eléctrica del país. Esa “minoría” no es un
asunto de números sino de alta concentración de capitales. Hacen
referencia al bajo consumo doméstico anual, pero no dan una sola cifra
del escandaloso consumo que hace el sector industrial privado.
Justifican su
propuesta diciendo que, hasta ahora el suministro eléctrico
comprendía a todos los sectores “en virtud de que no se contaba con
los sistemas de computo y medición necesarios para distinguir en tiempo
real el consumo de cada gran usuario y la producción de los distintos
generadores” Eso es falso, actualmente hay muchas e importantes
computadoras que se usan en la industria eléctrica nacionalizada y el
servicio público de energía eléctrica se suministra
confiablemente. Desde luego, no se trata de un problema de cómputo.
Más bien, se están acomodando para comprar el software que
requerirá la industria privada para imponer su control absoluto sobre la
industria nacional, incluidas CFE y LFC. El esquema de Fox es abiertamente
destructor de la industria pública.
La desnacionalización
eléctrica es inocultable. Dicen los Amigos de Fox que, “Por ello,
la reforma propuesta introduce un esquema en el que los usuarios, que por sus
necesidades particulares tanto económicas como de consumo, tendrán
la oportunidad de optar por fuentes alternas de suministro, es decir, generar
por si mismos la energía que requieren, o bien, optar por adquirirla a un
tercero mediante contratos de largo plazo”
Agregan los empleados de
los inversionistas: “De esta manera, se ratifica la distinción del
espíritu del texto constitucional actual, en el sentido de que existe un
servicio público cuya prestación corresponde exclusivamente a la
Nación, y se reconoce que también existen necesidades no
colectivas ni básicas, en relación con las cuales no se justifica
la obligación de su atención exclusiva por parte del Estado y por
ello se les da certidumbre”
Lo anterior, ¡No es cierto! El
espíritu constitucional no se ratifica, sino que se suprime. La
Constitución indica que el servicio público corresponde
exclusivamente a la Nación, pero el verdadero servicio público que
es total en el país, no el nuevo servicio público que Fox quiere
imponer a su antojo. Es no es ratificar la Constitución sino
transgredirla. Dice, estúpidamente, que para el caso de los grandes
industriales se trata de necesidades “no colectivas ni
básicas” ¿No? ¿Apoco hay algún industrial que
pueda operar sus empresas sin energía eléctrica? Esta
energía no solamente es básica, es indispensable. Es
además, una necesidad colectiva, porque los empresarios no funcionan
aislados, ni son uno ni dos.
La propuesta foxista es alevosa. Reconoce que,
“prácticamente todos los usuarios y generadores usarán las
redes nacionales de transmisión y distribución por lo que
será necesario que el Estado garantice un libre acceso y uso no
discriminatorio, por lo que el control y operación del sistema
serán determinantes para garantizar a los usuarios que se encuentren
fuera del servicio público que tendrán acceso a su
energía”
Es decir, Fox no solamente quiere que la Nación
ceda sus derechos constitucionales a los empresarios privados para que generen y
vendan energía eléctrica sino que pretende todo tipo de
garantías adicionales como el transporte de esa energía a
través de todo el país. Esto significaría que las
trasnacionales podrían utilizar las redes eléctricas de
transmisión y distribución, rentadas al Estado, para comercializar
en todo el país la energía que generen. ¿Más?,
ningún empresario extranjero podría pedir. Después,
cobardemente, declaran a los medios que no se trata de ninguna
privatización.
Incluso, Fox propone que aún tratándose
del consumo doméstico los empresarios privados puedan vender
energía eléctrica y el Estado estaría obligado a comprarles
todo lo producido. ¡Sería un negocio de ensueño!
“Adicionalmente, debido a que el consumo de dichos usuarios es
considerablemente variable se plantea permitir a los generadores privados vender
la energía no contratada, siempre y cuando dicha venta genere una
disminución en los costos del servicio público”
Luego,
“se plantea la creación del Centro Nacional de Control de
Energía como organismo público descentralizado de la
Administración Pública Federal con patrimonio y personalidad
jurídica propios, como parte fundamental del proyecto integral del Sector
Eléctrico” El Centro Nacional de Control de Energía se
encargaría del despacho de la Red Nacional de Transmisión y de la
operación física y financiera del mismo. El actual CENACE se le
quitaría a la CFE debilitándola más para poner a esa
entidad al servicio de las trasnacionales. “Las empresas públicas
con activos de transmisión y distribución se encargarán de
proveer el sistema físico por el cual se llevarán a cabo las
transacciones de energía eléctrica, y tendrá un cobro
establecido por la Comisión Reguladora de Energía, debido el uso
de las líneas”, dicen.
“Las entidades con activos de
distribución entregarán la energía a todos los usuarios
interconectados a la red con tarifas de porteo regulados por la Comisión
Reguladora de Energía” Todo esto, no es sino la entrega de las
redes eléctricas nacionales a los particulares, hecho prohibido
actualmente por la Constitución.
Continuando con la
transgresión constitucional, para el foxismo los usos de la
energía se dividen en privados y públicos. Esa definición
es chafa y, por supuesto, unilateral, no explicada ni mucho menos convincente.
Con esa base establece lo que llama
“segmentación”.
“A partir de la segmentación
de los usos de la energía, la reforma plantea la reorganización de
las entidades del Estado que actualmente prestan el servicio público de
energía eléctrica, con el propósito de clarificar sus fines
y de eficientar su operación, con lo que se buscará la
autosuficiencia económica y financiera, así como la rentabilidad
de las mismas, no sólo para su propio beneficio y el de sus trabajadores,
sino también para garantizar la sustentabilidad, fortalecimiento y
continuidad del servicio público”.
Se trata de una
manipulación descarada para adornar la propuesta de privatización
eléctrica. Luego, se insiste en planteamientos soeces.
“Para
lograr otorgar certidumbre a los diversos participantes del sector
eléctrico, la Comisión Reguladora de Energía será el
órgano que regule y vigile el cumplimiento de las obligaciones de los
mismos, es decir, tanto de entidades paraestatales como de empresas de los
sectores social y privado. Toda vez que la participación de distintos
agentes económicos, requiere de una autoridad reguladora que cuente con
instrumentos eficaces para garantizar el desarrollo ordenado y transparente de
la industria eléctrica, propongo se amplíen las atribuciones de
ese órgano desconcentrado”.
Claro, es el complemento que
necesitan: la Comisión Reguladora de Energía, la cual
regularía hasta el consumo doméstico y fijaría las tarifas.
La trampa es clara, esa Comisión fijaría las tarifas que
más beneficiaran a los generadores privados, es decir, las más
altas; finalmente el pueblo las pagaría.
La Reorganización Eléctrica
Principios de Enron y del Banco Mundial.
Según la argumentación foxista “la
reorganización de la industria eléctrica se sujetará a los
siguientes principios:
“i) El fortalecimiento
de la Comisión Federal de Electricidad y de Luz y Fuerza del Centro;
“ii) Pleno respeto a los derechos
laborales consignados en la Ley Federal del Trabajo y en el Contrato Colectivo
de Trabajo de los trabajadores de Comisión Federal de Electricidad y de
Luz y Fuerza del Centro;
“iii) La
transformación del Centro Nacional del Control de Energía en un
organismo público descentralizado de la Administración
Pública Federal, que estaría encargado del control y
operación del sistema, así como del intercambio de electricidad
entre los participantes;
“iv) El
establecimiento de un despacho de generación a través del cual los
generadores privados colocarían su capacidad no contratada para uso de
los autoconsumidores que adquieran su energía directamente del despacho
de generación y para el servicio público, siempre y cuando el uso
de dicha energía resulte en un menor costo para los usuarios;
“v) Fortalecimiento de la estructura
operativa de la Comisión Reguladora de Energía y
redimensionamiento de sus atribuciones;
“vi) Reestructuración de las
tarifas eléctricas, así como de porteo, por parte de la
Comisión Reguladora de Energía;
vii) Acceso no discriminatorio a la Red
Nacional de Transmisión y las redes de distribución, siempre y
cuando se cubran las necesidades del servicio
público;
“viii) El desarrollo
de contratos de largo plazo, cuyos términos serían acordados por
los auto consumidores, posibles generadores privados y Comisión Federal
de Electricidad y de Luz y Fuerza del
Centro;
“ix) El establecimiento de
disposiciones que permitirían operar bajo condiciones especiales a los
sistemas eléctricos aislados del país;
“x) La introducción de
vendedores especializados que agreguen oferta y demanda para hacer más
eficiente el intercambio de eléctrica;
“xi) La planeación de la
industria eléctrica, a cargo de la Secretaría de Energía de
acuerdo al programa propuesto por el Centro Nacional de Control de
Energía, daría señales de transparencia y permitiría
el óptimo flujo de inversiones al Sistema Nacional de Transmisión,
así como el establecimiento de incentivos para el desarrollo eficiente y
competitivo del sector;
“xii) La
instrumentación y desarrollo de un marco jurídico claro y
transparente capaz de generar la certidumbre y seguridad jurídica
necesaria a los inversionistas, permitiendo a la Comisión Reguladora de
Energía, como autoridad independiente, regular los monopolios naturales
de transmisión y distribución en cuanto a tarifas, inversiones,
confiabilidad del servicio, y;
“xiii)
El impulso a la inversión en proyectos que promuevan el uso de
fuentes de energía alternas para la generación de energía
eléctrica”
Principios falsos y manipuladores
El punto i) es falso, con la reforma foxista no habría
ningún fortalecimiento de CFE ni LFC. Al contrario la propuesta
neoliberal conduciría a quebrar a ambas empresas en un breve plazo.
El punto ii) indica el respeto a los derechos laborales. ¡Eso es obvio!
en lo inmediato pero condena al desempleo en el futuro cercano.
La
constitución del Centro Nacional de Control Energía como un
organismo público descentralizado, indicado en el punto iii) significa
sustraerlo de la CFE, afectando más a ésta.
El despacho de
generación indicado en el punto iv) está diseñado para el
servicio de la industria eléctrica privada.
El punto v) refuerza a la
Comisión Reguladora de Energía, es decir, reguladora de la
privatización.
En el punto vi) se otorga a esa comisión, al
servicio de los empresarios privados, el aumento unilateral de las tarifas
eléctricas.
Mediante el punto vii) se ponen las redes nacionales de
transmisión y distribución eléctrica al servicio privado
para que vendan la energía que generen a través del sistema
interconectado nacional.
Con el punto viii) se autorizan los contratos a
largo plazo por los llamados “autoconsumidores”, todo en detrimento
de la industria eléctrica pública.
El punto ix) es de relleno.
El punto x) es anticonstitucional y sería desnacionalizador, al
autorizarse la venta privada de la energía eléctrica.
El punto
xi) es vil demagogia pues con el esquema propuesto no habría ninguna
planeación posible.
El punto xii) “tuerce” a la legalidad
y otorga a la CRE facultades para regular a la empresa pública.
El
punto xiii) es demagógico porque ningún inversionista privado
está interesado en financiar proyectos sobre fuentes alternas de
energía.
Desnacionalizar para privatizar
En suma, Fox propone desnacionalizar a la industria eléctrica de
los mexicanos. Lo que llama “reorganización” es, simplemente,
privatización. Es decir, Fox propone “reorganizar”
para destruir a la industria nacionalizada y crear a la industria
eléctrica privada. La certidumbre de que habla no sería sino la
legalización de la actual privatización eléctrica furtiva,
misma que se lleva a cabo en la práctica, al margen de todas las leyes,
precisamente mediante los permisos unilaterales e ilegales otorgados por la
CRE.
Dicen quienes redactaron la propuesta foxista que, "dicho esquema no
representa riesgo alguno para la operación del Sistema, y mucho menos
vulnera la prestación del servicio público, sino al contrario lo
refuerza buscando la especialización y liberando recursos de las
paraestatales” ¡Eso es falso! El riesgo para el sistema
eléctrico nacional sería enorme y las consecuencias
estarían, precisamente, en el deficiente servicio público como
ocurría antes de la nacionalización eléctrica. No hay
ningún reforzamiento, hay destrucción conceptual y material del
patrimonio nacional.
Qué la secretaría de energía se
encargará de la “planeación del sector” es una burla
que ni los foxistas creen. Con la privatización no habría ninguna,
ninguna, planeación posible.
En el manipuleo político Fox dice
que nada de lo antes dicho es Privatización, al contrario ¡No hay
Privatización!, repite como perico. Pobre individuo, carece de voluntad
propia, actúa enajenado pues está totalmente subordinado a lo que
dictan los organismos financieros internacionales. Estos, sí saben de que
se trata y utilizan al traidor Fox para apropiarse ilegítimamente del
patrimono energético de México.
Fox miente a la Nación,
sus propuestas son desnacionalizadoras y privatizadoras. No tiene argumentos
convincentes, solo el arrebato antinacional impulsado por las transnacionales a
las que siempre ha servido. Ayer y hoy, la Coca-Cola, Enron, Iberdrola, etc.
Sin escrúpulo alguno dice Fox que, “El fortalecimiento del
marco regulatorio, la modernización del sector, el respeto de los
principios constitucionales, la reestructuración de las empresas
públicas, la autosuficiencia energética y la explotación
racional de los recursos naturales constituyen el sustento de nuestra
soberanía energética”, antes de presentar su iniciativa de
“DECRETO POR EL QUE SE REFORMAN LOS ARTÍCULOS 27 Y 28 DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS”
¡Ese es su respeto a los principios constitucionales, transgredirlos
abruptamente modificándolos al gusto del capital
extranjero!
Electricistas en defensa de la Nación y de los derechos obreros FOTO:
m27_sme
"TODOS AL ZOCALO"
27 DE SEPTIEMBRE 17:00 HRS
TODOS LOS RUMBOS LLEVAN A LA
VICTORIA