energía, periódico del Frente de Trabajadores de la Energía

En una presentación desordenada, Pemex oferta a los inversionistas privados el patrimonio energético de la nación. Pemex está en manos de sus enemigos. Lozoyita, Videgaray y Peñita son vulgares rateros, mentirosos y falsos dedicados a entregar a las transnacionales lo que no es suyo. Ya desnacionalizaron a la industria petrolera y eléctrica para su total privatización y siguen declarando que no hay privatización. Simulan pasarse de listos, creen que engañan a todos y que pueden realizar el crimen perfecto.

Se equivocan. Si están consumando el mayúsculo atraco es porque su contrario histórico vive la enajenación auspiciada por décadas. Eso no le da la razón al gobierno. Lo que este hace es la arbitrariedad total. Una camarilla de bribones se ha apoderado del gobierno, diputados y senadores corruptos se han postrado ante el capital extranjero robando a la nación.

La presentación empieza refiriéndose al decreto de reforma energética de fecha 20 de diciembre de 2013, mediante el cual fue reformada regresivamente la Constitución política del país en materia petrolera y eléctrica.

Antes, estaban prohibidas las concesiones y contratos, ahora ya no. Por eso, lo primero que dicen los burócratas es que, en Exploración y producción (E&P) habrá todo tipo de contratos. Estos podrán ser de servicios, con una compensación en efectivo; de utilidad compartida, con una compensación tasada en un porcentaje de utilidad; de producción compartida, basada en un porcentaje de producción; y licencias, eufemismo de concesiones, compensadas por la transferencia onerosa de la propiedad.

La burocracia no tiene escrúpulos, como no la tuvieron los legisladores, para revelar la entrega explícita del patrimonio energético a las transnacionales. Solo al enumerar los tipos de contratos se observa que será mediante la entrega en especie de hidrocarburos, vía la utilidad y producción compartida. En el caso de las licencias, la entrega onerosa de la propiedad será a cambio de dinero. En todos los casos la nación pierde.

Más aún, dice la burocracia que Pemex y los otros operadores podrán registrar y reportar proyectos desarrollados en México, junto con los beneficios esperados. ¿Quiénes son los otros operadores? Las transnacionales, mismas que tenían prohibido intervenir en la industria nacionalizada. El registro y reporte de los proyectos son, nada menos, que las reservas mexicanas de hidrocarburos. La burocracia pone en el mismo nivel a Pemex y a las demás transnacionales, finalmente, serán estas las beneficiadas desplazando a la empresa Pemex.

En lo sucesivo, Pemex trabajará a base de contratos. Sí, Pemex podrá migrar a los nuevos tipos de contratos o podrá operar bajo el esquema vigente. Lo primero no es opcional, si Pemex no lo hace lo harán las transnacionales. Falta que pueda hacerlo. Hasta ahora la campaña contra Pemex se ha basado en su incapacidad técnica, financiera y operativa para realizar nuevos proyectos. Se trata de falsedades para dar entrada a las transnacionales. Seguir con el esquema vigente significa la inanición. En ambos casos, Pemex está desahuciado según lo ha pontificado el ITAM-WW center y el grupo de falsos expertos traidores a México.

En el resto del proceso de trabajo petrolero, que la burocracia llama Procesos industriales, la privatización será generalizada. ¿Cómo será? Mediante permisos privados en refinación, proceso de gas, elaboración de productos petroquímicos, transporte, almacenamiento y distribución de hidrocarburos y productos petrolíferos.

Esos permisos estaban prohibidos por la Constitución, hoy están permitidos porque la industria se ha privatizado, aún cuando Peña y Videgaray lo niegan infantilmente.

La burocracia del ITAM apoderada de Pemex señala que, dentro de los siguientes 90 días, que vencen el 21 de marzo de 2014 se llevará a cabo la Ronda cero. Esto es, la Secretaría de energía (Sener) dará prioridad a las solicitudes de Pemex para bloques en exploración y campos en producción. La Sener definirá las dimensiones de bloques y campos.

Es previsible que la Sener, en manos de un politiquillo de medio pelo cuya relación con el sector consiste en regentear gasolineras en su estado, NO le otorgará bloques a Pemex o serán bloquecitos. La razón es muy simple: hace años que Pemex abandonó la exploración petrolera para entregarla a las transnacionales, a la fecha solo conserva una participación minoritaria en la Compañía Mexicana de Exploraciones, S.A. (Comesa). Tratándose de campos productores, lo hará con los actuales.

En 120 días que culminarán el 20 de abril de 2014, habrá nuevo esquema regulatorio. Esto será mediante la aprobación y modificación de más de 20 leyes, la distribución detallada de responsabilidades, y la estructura y otorgamiento de contratos.

Esta será la legislación energética secundaria, misma que se elabora por fuera del Congreso, en los despachos de Aspe y otros falsos expertos del ITAM. Sin leer las iniciativas, menos estudiarlas, los diputados y senadores del PRI, PAN, PVEM y Panal las aprobarán al vapor, en promedio una ley diaria. Esta legislación representa la repartición del botín. Con estas leyes las industrias petrolera y eléctrica serán literalmente descuartizadas.

En un plazo de 12 meses que culminará el 21 de diciembre de 2014 habrá una nueva entidad encargada de operar el transporte y almacenamiento de gas natural (CNCGN). Y, en 24 meses, esto es el 21 de diciembre de 2015, Pemex será una empresa productiva del Estado.

Esta ruta es ficticia. En 24 meses Pemex estará rumbo al colapso. De entrada, en el primer plazo de 90 días, Pemex-empresa quedará achicada, simplemente ya no realizará las funciones que venía realizando, la mayor parte las cederá a las transnacionales, especialmente, las nuevas actividades.

Esto quiere decir que Pemex seguirá extrayendo petróleo en Cantarell, en declive sostenido desde 2004, o en Ku-Maloob-Zaap, también en declive, pero no así en campos nuevos. Pemex seguirá operando las 6 viejas refinerías pero no las nuevas. Habrá un período de transición en que Pemex seguirá dominando para revertir la situación en breve plazo hasta que desparezca Pemex.

Con la legislación secundaria próxima a ser aprobada las industrias petrolera y eléctrica antes nacionalizadas serán totalmente privatizadas. Eso se reflejará en las nuevas leyes. El marco regulatorio será privatizador por excelencia. Tan es así que a la Comisión Nacional de Hidrocarburos y a la Comisión reguladora de Energía, ambas oficinas del banco Mundial en México encargadas de la privatización, se les ha elevado absurdamente al nivel constitucional.

En los primeros 12 meses, la industria petrolera será descuartizada, a Pemex se le quitará la red nacional de ductos. Se creará al Centro Nacional de Control de Gas Natural. Pemex se quedará con la infraestructura industrial envejecida y sin las funciones estratégicas.

A la Sener corresponderá definir las áreas para exploración y explotación, así como el tipo de contratos (licencias, contratos de producción compartida, contratos de utilidad compartida o contratos de servicio, o una combinación de los anteriores; otorgar asignaciones, incluyendo las de “ronda cero”: y el diseño técnico de los contratos.

¿Con qué criterios operará esta instancia burocrática y politiquera? Con ninguno, no les interesa, su objetivo será distribuir el pastel entre las transnacionales y obtener jugosas comisiones. Como tienen en sus manos el abanico completo, procederán a otorgar contratos sin ton ni son, especialmente, los de producción compartida y las licencias o concesiones.

A los mismos burócratas corresponderá el diseño de los contratos. El botín quedara en manos de los mismos rateros.

A la secretaría de hacienda y crédito público (SHCP) le corresponderá definir los términos económicos y fiscales de cada contrato. Nuevamente, ¿con qué criterios? Ninguno, todo será discrecional a juicio de cualquier burocratilla corrupto. Finalmente, quienes decidirán serán las transnacionales.

A la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) le tocará realizar la licitación de conformidad con lo establecido por la Sener y la SHCP, autorizar los trabajos de reconocimiento y exploración y mantener la información sísmica y geológica a través del Centro Nacional de Información de Hidrocarburos.

A la Comisión Reguladora de Energía (CRE), le corresponderá regular y otorgar permisos de almacenamiento, transporte y distribución por ductos. Esto es, la CRE se encargará de administrar la privatización petrolera, antes furtiva y ahora constitucional.

También se creará la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del sector hidrocarburos que regulará y supervisará la seguridad operativa y la protección del medio ambiente. Esta será una instancia demagógica incapaz de regular nada y supervisar nada, ni siquiera podrá acercarse a los bloques en explotación a cargo de las transnacionales.

El Centro Nacional de Control de Gas Natural operará el sistema nacional de ductos de transporte y almacenamiento de gas natural. Esta instancia quedará al servicio de los privados.

El Fondo Mexicano del Petróleo administrará los ingresos de las asignaciones y contratos, es decir, derechos y regalías, más no impuestos. Se trata, también, de un fondo demagógico y volátil.

Para la burocracia del ITAM en Pemex, hay una empresa productiva del Estado. ¿Antes no era productiva, no era del Estado? La nueva denominación es demagógica. Antes Pemex no era empresa sino INDUSTRIA, muy productiva y de la nación. El cambio es regresivo e inferior. Hoy Pemex es empresa y es del Estado. La situación es radicalmente distinta e inferior. Pemex dejó de ser industria, ya no se ocupará de todo el proceso de trabajo sino solo de una parte, la menor. Esto es, pasó de ser industria a ser empresa. El problema es que aunque ahora tenga el nombrecito de “productiva” jamás podrá compararse con Pemex-industria. Pemex-empresa será del Estado pero no de la nación, como lo era la industria nacionalizada.

Pemex tendrá autonomía presupuestal y de gestión, incluyendo nuevos regímenes de procura y compensación. Esa autonomía presupuestal no es garantía de nada y la autonomía de gestión menos. Pemex-empresa no es una entidad aparte pero será administrada arbitrariamente, como un coto de caza a cargo del gobierno en turno para hacer negocios personales.

Habrá nueva estructura organizativa. Eso es obvio pero nada relevante. A una empresa achicada corresponderá una estructura diferente a la que tenía como industria. He allí las consecuencias del cambio, Pemex dejará de ser industria para convertirse en empresa.

La petrolera tendrá un gobierno corporativo. ¿Qué es eso? Un gobierno privado para que la petrolera opere como empresa privada. ¿Cómo será siendo del Estado? Muy fácil, definiendo objetivos basados en el lucro jamás en el beneficio social. Para eso es que la industria fue desnacionalizada y privatizada.

Lo primero que destaca la burocracia es la transferencia de tecnología y know how. Miente explícitamente. Con la privatización NO habrá ninguna transferencia de tecnología y menos know how. Las transnacionales traerán su propia tecnología y la utilizarán sin transferirla. Además, ¿para qué? Pemex dejará de hacer la mayor parte del proceso de trabajo. P.e., para qué quiere la tecnología de las aguas profundas si eso lo harán las transnacionales.
En refinación, procesamiento de gas o petroquímica no se necesita ninguna tecnología desconocida. Además, esas funciones tampoco las hará Pemex.

Dice la burocracia que habrá colaboración con empresas a lo largo de la cadena de valor. Se hacen ilusiones. No habrá ninguna colaboración, las trasnacionales no necesitan de Pemex ni tampoco les interesa colaborar, su objetivo es apropiarse de todo: funciones, recursos naturales, ganancias.

También habrá diversificación de riesgos, dicen. ¿A qué se refieren? ¿A que no solo Pemex asumirá los riesgos? Eso es obvio en la medida en que Pemex dejará de realizar multitud de actividades. Pero así como las transnacionales asumirán los riesgos de las actividades en que participen también asumirán los beneficios y ganancias.

La burocracia destaca el registro de contratos y beneficios esperados en E&P. Si, esta es una novedad que solo beneficia a las transnacionales, las que podrán registrar en las bolsas de valores los contratos y reservas de hidrocarburos.

Habrá migración de asignaciones a contratos o licencias. Esta novedad es a favor de las transnacionales.

Habrá transparencia, sustentabilidad y protección al medio ambiente. Esta es una consideración demagógica, ninguna transnacional tiene estas características.

¿Que visualiza la burocracia ascendentemente? Modernización y mejora a lo largo de la cadena de valor, misma que en su mayor parte será ejecutada por las corporaciones; enfoque en actividades de mayor valor agregado, a cargo de las transnacionales; mayor generación de valor agregado, por las corporaciones; Costos y márgenes, ¿a favor de quien? De las transnacionales; Toma de decisiones, ¿por quién o quiénes? Por las corporaciones; Métricas operativas y de eficiencia, ¿cuáles y de quiénes? De las transnacionales.

Concluye la burocracia con un discurso de nivel municipal: Pemex seguirá siendo la empresa líder de México. La demagogia es barata. Pemex era la INDUSTRIA líder, no tiene porqué seguir siendo la empresa que ahora será. Eso no es motivo de orgullo sino de vergüenza. Aún reducida sustancialmente Pemex seguirá siendo importante pero no por mucho tiempo. La burocracia miente descaradamente al pueblo de México.

La burocracia da cuenta de las reacciones en los medios especulativos del mundo.

La aprobación de la reforma energética, apoyada por algunas modificaciones en el régimen fiscal, estimulan las proyecciones de crecimiento en México y la flexibilidad fiscal en el mediano plazo. Standard & Poors, 19 diciembre 2013.

Los cambios son positivos en términos de crédito para PEMEX, y se mantienen expectativas de una empresa petrolera estatal más autónoma y de una industria creciente de petróleos y gas. Moody’s Investors Service, 20 diciembre 2013.

Lo más sorprendente es que la reforma amplía las estructuras de participación privada más allá de las iniciativas presentadas inicialmente. Moody’s Investors Service, 20 diciembre 2013.

Las referencias son desafortunadas. Se trata de agencias especuladoras del imperio, promotoras de la desnacionalización. Como esas hay más declaraciones. Todas coinciden porque a todas conviene la privatización del patrimonio energético nacional. Esas agencias están al servicio de las transnacionales. ¿De qué presume la burocracia del ITAM en Pemex? Vergüenza debiera darle porque solos se exhiben.

La exportación de petróleo crudo fue de 1 millón 187 mil barriles diarios.

Ese año México se ubicó como el 3er mayor exportador de crudo a Estados Unidos, lo cual no es ningún mérito sino una vergüenza.

Hubo también relación de largo plazo con refinerías en el Golfo de México, dice la burocracia. Y, ¿eso qué? Lo importante es la producción, no la relación, misma que es insuficiente debido a las importaciones de gasolinas, las cuales no se mencionan.

Se habla de las Joint Ventures con Shell en Deer Park sin mencionar resultados.

Asimismo, se menciona 10% con Repsol que son las inversiones que se poseen en esa transnacional española pero no se informa de resultados.

La burocracia del ITAM en Pemex le llama producción estable a los 2 millones 513 mil barriles diarios de petróleo crudo porque se ha producido durante 2011 a 2013. No menciona que esa producción es inferior a la obtenida en 2004, cuando se logró un pico de producción y, desde entonces, hay un declive sostenido.

La producción de gas reportada es creciente a partir de 2000, con un pico en 2008 y, luego, un descenso que llega actualmente a 6 mil 406 millones de pies cúbicos diarios.

Dice la burocracia que la tasa de restitución de reservas es superior al 100%. En 2013, fue de 104.3% tratándose de las reservas 1P y de 128% en el caso de las 3P.

El 54% de la producción es de petróleo pesado, el 35% es ligero y el11% es súper ligero.

Según la burocracia itamita, Eagle Ford y Woodford tienen continuidad a lo largo de la frontera norte de México, en Chihuahua, Sabinas y Burgos.

Bakken y Haynes son análogos a plays en México.

La Agencia Internacional de Energía estima que México cuenta con la mayor 6ª reserva a nivel mundial. Eso dice la AIE, la burocracia itamita solo repite. Antes decía que era la 4ª reserva, sin haber extraído absolutamente nada ya pasó al 6º lugar.

Según la burocracia los análisis geológicos y químicos han identificado plays potenciales de crudo y gas en lutitas en Chihuahua, Sabinas, Burro/Picachos, Burgos, Tampico-Mizantla y Veracruz. Esto es, precisamente donde la disponibilidad de agua es muy baja o extremadamente baja.

La burocracia habla de crecimiento sostenido en E&P e ilustra sus dichos con una gráfica que muestra el declive sostenido de Cantarell y Ku-Maloob-Zaap. En 2004 se había alcanzado un pico en la producción de crudo. De entonces a la fecha ha habido un declive sostenido, estable a partir de 2008. Esto es, van ya 5 años con el mismo nivel de producción.

A partir de 2013, dice la burocracia que ha empezado el crecimiento a partir de los contratos integrales y espera que siga aumentando en 2014. Sin embargo, ese “aumento” NO se refleja en la producción total anual. En 2013 la producción fue inferior a 2012. Más aún, sigue el declive, especialmente de Tsimin Xux y de Ayatsil Tekel. La contribución de los contratos integrales también tiende a declinar.

La tendencia objetivo de los itamitas es llegar a producir 3 millones de barriles de crudo en 2018. ¿Cómo le harán? Dicen que a partir de nuevos desarrollos, los cuales empezarían en 2014 y crecerían casi en 500 mil barriles diarios en los siguientes 4 años.

Se trata por ahora de buenos deseos, falta lo principal: los descubrimientos relevantes. Como está el panorama no hay razón para el optimismo. Peor aún, la producción no aumentará por decreto. Una manera fácil y rápida sería agotar las reservas probadas, sobreexplotar en las aguas someras y extraer todo el petróleo posible. Eso no tendría ningún mérito y significaría la depredación impune del patrimonio energético de la nación.

La burocracia se refiere a las ventajas competitivas. Dice que la infraestructura está localizada en áreas geográficamente estratégicas. También dice que Pemex está activo en los mercados a lo largo de toda la cadena de valor.

En efecto, Pemex está por todo el país pero cada vez será menos. La desnacionalización pondrá la nueva infraestructura en manos privadas, lo mismo que el mercado en toda la cadena de valor. La participación de Pemex cada vez será más reducida.

Respecto al potencial significativo, la burocracia habla de mejoras en desempeño que podrían representar ahorros por 1,9 miles de millones de dólares. Eso dicen pero no indican cómo. Será un “ahorro” por dejar de realizar actividades estratégicas. La burocracia dice que será por el uso óptimo de infraestructura, lo cual es contradictorio porque la planta industrial con que se queda Pemex está harto envejecida y es ineficiente.

Habrá implementación de mejores prácticas. Si eso es cierto, no era necesario desnacionalizar a la industria petrolera.

También habrá nuevas tecnologías de procesos y servicios auxiliares. ¿Para qué privatizaron, entonces, a la industria petrolera? En la campaña privatizadora se repitió que Pemex no tenía tecnología de nada y para ello debían venir las transnacionales.

Asimismo, habrá mejores catalizadores y aditivos. Bah. ¿Y para eso privatizaron?

Dice la burocracia que habrá integración de la cadena de valor aguas abajo. Se trata de viles mentiras. Eso es lo que existía antes, cuando había industria petrolera nacionalizada. Ahora que esta; privatizada lo que habrá; es fragmentación excesiva y se verá con la nueva ley petrolera.

Habrá mejoras en los estados financieros al no incurrir en subsidios y otros no reconocidos. ¿De veras? ¿Eso quiere decir que se terminarán los subsidios a las gasolinas, por ejemplo? Eso significará un incremento drástico en los precios, situación contraria a lo que dice la propaganda oficial pagada que asegura baja en los precios del gas natural, también decía lo mismo con las gasolinas pero dio marcha atrás. Sin embargo, ni así habrá mejoras en los estados financieros. Simplemente, los ingresos de Pemex bajarán en la medida en que las transnacionales vayan ingresando y compartiendo la producción y las ganancias.

Finalmente, la burocracia habla de una capacidad de proceso significativa y menciona 1 millón 690 mil barriles diarios en refinación. Ese es un volumen importante pero apenas la mitad de la demanda nacional, el resto se importa. Se habla de criogencia (es criogénica o criogenia) por 5.7 mil millones de pies cúbicos diarios, volumen muy importante pero insuficiente. Y se dice que son 12 mil 409 toneladas métricas de productos petroquímicos, cantidad muy inferior a la demanda nacional puesta en manos de las transnacionales desde hace décadas.

En 2012, la rentabilidad de Pemex fue de 69 mil 600 millones de dólares como rendimiento de operación, con un 55% de margen de operación. A septiembre de 2013 era del 48%.

El rendimiento antes de impuestos y derechos en 2012 fue de 69 mil 600 millones de dólares, con un margen neto de 55%. En septiembre de 2013 ya eran 43 mil 500 millones de dólares, es decir, el 47%.

El EBITDA en 2012 ascendió a 88 mil 200 millones de dólares, con un margen del 70%. En septiembre de 2013, el EBITDA era de 61 mil 100 millones de dólares, es decir, con un margen del 66%. La deuda en 2012 fue de 60 mil 500 millones de dólares. En septiembre de 2013 estaba en 62 mil 100 millones de dólares.

¿Con qué inversiones logrará Pemex sus objetivos?

Según la burocracia itamita apoderada de Pemex, en 2013 hubo una inversión de 26 mil millones de dólares y para 2014 se proyectan 27 mil 700 millones de dólares. La mayor parte, el 82%, será para exploración y producción, el 13% para refinación, el 2% para Pemex gas y petroquímica básica y el 2% para petroquímica. Esto sería según el Plan de Negocios de Pemex. La mayor parte de las inversiones se destinará a la producción de petróleo, después a la refinación donde la mitad de petrolíferos se importa, al resto se destinará una inversión mínima, debiendo ser a la inversa.

Las siguientes son las conclusiones de la burocracia itamita en Pemex:

El nuevo contexto en la industria de Petróleo y Gas se traducirá en beneficios significativos para PEMEX. Eso es un “decir”, al dejar de ser industria nacionalizada, Pemex queda convertida en una empresa más que será perjudicada en la misma proporción en que ingresen las transnacionales. ¿Cómo tendrá beneficios significativos si lo primero que perderá la nación serán sus recursos de hidrocarburos?

PEMEX enfrentará competencia a lo largo de toda la cadena de valor. Eso es cierto lo que significa que compartirá funciones, recursos y ganancias con las transnacionales. El proceso de trabajo petrolero deja de estar a cargo exclusivo de Pemex para ser privatizado en todas sus fases.

PEMEX está estratégicamente posicionado y cuenta con ventajas competitivas significativas. Es otro “decir”. Si así fuera, para qué desnacionalizaron a la industria petrolera. Pemex estaba estratégicamente posicionado pero dejará de estarlo. Lo que hace la burocracia es ofertar a la petrolera, sabiendo de sus ventajas, mismas que pasarían a ser de las transnacionales.

PEMEX es un sólido generador de flujo de efectivo y cuenta con una sana estructura de capital. En efecto y no nada más. Pemex es la petrolera más rentable del mundo. ¿Por qué la entregan a las transnacionales? Pemex no es de Peña, ni de Videgaray ni de Lozoya, tampoco es del ITAM, es de la nación.

PEMEX será el operador dominante en la industria de Petróleo y Gas en México. Eso será por el momento, durante la transición, en la medida en que ingresen las transnacionales la situación cambiará hasta invertirse. Pemex será un operador más, minoritario y en declive.

La burocracia itamita resume los beneficios para el país a través de un diagrama de flujo. Son apreciaciones sin sustento en el nivel de mentiras.

Habla la burocracia de sustentabilidad y equidad social. Cuál equidad si lo que se hace es robarle a la nación su patrimonio, mismo que ha permitido a los gobiernos en turno financiar el desarrollo económico y social durante 75 años. Lo que vendrá será caracterizado por la desigualdad social.

Luego menciona la burocracia nuevos esquemas de precios de combustibles y energía eléctrica. Los traidores mienten y son ilusos, creen que las transnacionales reducirán automáticamente los precios y tarifas. Será al revés porque todas, absolutamente todas, asocian a sus costos de producción un porcentaje de ganancia. Habrá competencia para arrebatarse clientes pero eso no significará menores precios.

Luego mencionan la explotación y uso adecuado de los hidrocarburos. Será a la inversa. No hay transnacional que haga eso, su objetivo es extraer todo el petróleo que puedan con la mayor rapidez posible hasta agotar los activos. Lo veremos en cuanto regresen las corporaciones. Su plan consistirá en agotar todas las reservas antes que volvamos a recuperar a la industria petrolera mexicana. La explotación irracional es sinónimo de corporaciones imperialistas de rapiña.

Después hablan de consumo nacional de combustibles, tal vez refiriéndose a los producidos en el país. Pero eso no quiere decir que los produzca Pemex sino las transnacionales.

Luego hablan de suficiencia energética. ¿Es que ahora no la hay? Sí la hay. Con la desnacionalización habrá suficiencia energética para los Estados Unidos.

Enseguida menciona la burocracia al contenido nacional. Eso ocurría con la industria petrolera nacionalizada, con la privatización transnacional solo habrá migajas.

Luego se menciona el desarrollo industrial, mismo que lo hubo gracias a Pemex-industria, ahora lo que habrá será la producción de mercancías superfluas.

Casi para finalizar la burocracia itamita habla de institucionalización del uso y destino de la renta petrolera. Eso existía con la industria nacionalizada. Con la industria privatizada lo que habrá es robo descarado por parte de unos cuantos funcionarios del gobierno en turno.

Concluye la burocracia mencionando las finanzas públicas. ¿Qué quieren decir? Como presentan el tema solo lo mencionan “por no dejar” pero las finanzas provenientes del petróleo dejarán de ser públicas para ser privadas.

Antes de concluir, la burocracia itamita se refiere a la Sonda de Campeche, en la cuenca del Sureste, como una infraestructura altamente desarrollada.

Dice la burocracia que el enfoque es hacia las reservas más prometedoras y menciona a los recursos prospectivos, es decir, los 54 mil 600 millones de barriles de petróleo crudo equivalente como recursos convencionales y los 60 mil 200 millones de barriles de petróleo crudo equivalente como recursos no convencionales. Por supuesto, no dice que esos son recursos NO descubiertos, por ahora en el nivel de hipotéticos o imaginarios.

A eso la burocracia itamita le llama un gran potencial en reservas de hidrocarburos.

Finalmente, la burocracia no oculta su placer con los costos de producción de Pemex. En 2012, el costo de producción de Pemex fue de 6.84 dólares por barril. Esto significa el costo más bajo del mundo.

En comparación con otras petroleras, el costo de producción del barril de crudo fue de 7.55 dólares para Statoil, 8.17 dólares para Total, 9.91 dólares para Exxon, 10.57 dólares para Conoco, 10,82 dólares para ENI, 12,47 dólares para Shell, 12.50 dólares para British, 13.62 dólares para Petrobras, y 15.46 dólares para Chevron.

En el caso del costo de exploración y desarrollo, el costo por barril en 2012 fue de 11.75 para Shell, 13.77 para Pemex, 15.44 para Conoco, 17.37 para British, 18.69 para ENI, 18.87 para Petrobras, 19.31 para Exxon, 22.68 para Total, 28.81 para Chevron y 32.96 para Statoil.

Los bajos costos de producción (en realidad extracción) del petróleo mexicano, hace de Pemex la industria más rentable del mundo pues al venderse el barril en el orden de 100 dólares por barril hay una ganancia extraordinaria.

Ese rico pastel es el que oferta la burocracia itamita al extranjero. Esa burocracia sabe bien que el petróleo con es suyo sino de la nación. ¿Por qué, entonces, lo hace? Por dos razones, una son traidores, dos son rateros.

Para finalizar se incluye un mapa referido al proyecto de gas natural. El objetivo es desarrollar proyectos de infraestructura de gas natural, ductos y estaciones compresoras para conectar las reservas de gas natural y ductos en Estados Unidos con México (norte, oeste, noreste y centro).