Ese organismo financiero dl imperialismo considera que el efecto de las reformas de Peña Nieto sobre el PIB es incierto y lo es. En materia energética el gobierno espera una aportación del 1% al PIB a cambio de desnacionalizar a las industrias petrolera y eléctrica. Sin privatización, Pemex contribuye con MUCHO más. El actual crecimiento económico del país es bajísimo y la privatización no resolverá el problema.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que “existe incertidumbre” respecto del “efecto preciso” sobre el crecimiento económico de México de las reformas energética y financiera propuestas por el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto y que, en el caso del petróleo y electricidad, plantea la posibilidad de permitir la participación del sector privado en actividades que la Constitución reserva ahora al Estado (González R., en La Jornada, p.26, 27 noviembre 2013).

En la evaluación anual sobre el desempeño de la economía mexicana, el FMI calificó de “impresionante” el avance de las ‘reformas estructurales de gran alcance” en el primer año de la administración del presidente Peña Nieto. La dinámica de cambios, aseguró el organismo, “señala el compromiso de México para hacer frente a los arraigados obstáculos al crecimiento” de la economía. Pocos países, si hay algunos, han emprendido una agenda amplia de reformas económicas, especialmente, apuntó, en el contexto de una amplia coalición de los mayores partidos políticos, en alusión al llamado Pacto por México, donde participan PRI, PAN y PRD, los tres partidos con mayor representación en el Congreso.

En los últimos meses, recordó, han sido aprobadas reformas legales para “mejorar” la educación pública, hacer más flexible el mercado de trabajo y optimizar la competencia en la industria de telecomunicaciones.

“Están a discusión reformas en los sectores de energía y financiero. Estas reformas son una fuente de optimismo y, al revés, un riesgo para la perspectiva de crecimiento de los próximos cinco a diez años. Por supuesto, permanece la incertidumbre respecto de los efectos precisos en el crecimiento y será crucial que sea aprobada rápidamente la legislación secundaria y las regulaciones relacionadas con las reformas para proveer un panorama claro a los inversionistas”, sostuvo.

El FMI es borroso a propósito. Declara “incertidumbre” en el “efecto preciso” de la privatización energética sobre el crecimiento económico. Lo sabe bien pero no lo dice: con la privatización energética NO habrá crecimiento económico; las transnacionales NO generan crecimiento económico en NINGUNA parte del mundo. Tampoco es su objetivo, este se reduce al lucro y la ganancia privadas.

El “efecto precio” de la desnacionalización energética NO estará en el crecimiento económico. De hecho, Peña Nieto y sus funcionarios han insistido en que, con la reforma energética constitucional, esperarían una aportación al crecimiento de apenas el 1 (uno) por ciento en el PIB.

La cifra es tan magra que tal privatización sería MUY barata. En 2012, los ingresos de Pemex representaron el 7.6% del PIB y, en años anteriores, la cifra fue mayor.

En cuanto al crecimiento anual, para 2013, se espera que la economía nacional avance apenas arriba del 1% y son ya varios años de prolongado crecimiento magro.

La privatización energética, entonces, NO es necesaria, al contrario, será lesiva a la nación. Los “efectos precisos” serán el despojo colectivo, el saqueo desmedido de recursos naturales, la acumulación grosera de capital extranjero y un mayor y acelerado empobrecimiento de la población mexicana.

Finalmente, esos “efectos precisos” sí los conoce el FMI pues corresponden a sus tradicionales y reiteradas recetas. Para eso está el FMI: para favorecer la acumulación privada de capital, jamás para ningún beneficio social. La industria nacionalizada tiene, por cierto, estos objetivos. Eso le molesta al imperialismo y, por ende, promueve el cambio en el régimen de propiedad.

Peña Nieto es un vulgar traidor a México, empleado servil del FMI que gobierna con Carstens, asesorado por el ITAM. Para el FMI; su pupilo ha realizado reformas para “mejorar” la educación, “hacer más flexible el mercado de trabajo” y “optimizar la competencia” en las telecomunicaciones. Esas expresiones son eufemismos. No hay mejora en la educación sino una reforma antilaboral. La “flexibilidad” en la materia no es sino la pérdida de derechos sociales. En cuanto a las telecomunicaciones se trata de la entrega total del sector así como del espectro radioeléctrico al capital extranjero.

El fortalecimiento del capital pone de pláceme al FMI, los “efectos precisos” que le interesan son las ganancias, el desarrollo social no le importa.

En el caso energético, la nación está a punto de ser despojada de su patrimonio colectivo conquistado en inolvidables jornadas de lucha. Atendiendo los dictados del FMI, Peña Nieto, PRI, PAN y PVEM se prestan a ejecutar la mayor traición a México desde 1848.

El FMI es autor intelectual de este crimen y quiere más. Insiste en que la legislación secundaria se apruebe pronto. El organismo habla en voz de las transnacionales. Bien saben que reformada la Constitución, la legislación secundaria también será regresiva y la dictarán las propias corporaciones. Las oficinas “reguladoras” solamente le darán forma jurídica a las decisiones políticas previamente tomadas.

Con este asalto a la nación, el gobierno quedará descalificado, lo mismo diputados y senadores, partidos políticos, medios de comunicación y ministros de justicia. El golpe de mano significará la ruptura TOTAL de la legalidad constitucional, el llamado Pacto político de la nación surgido de la Revolución Mexicana. Ahora, todo quedará en manos del crimen, impunidad incluida, a través de mafias empoderadas en el Estado y gobierno en turno.

La nación vive momentos aciagos, propios de una tiranía. En las próximas horas simularán la legalidad del crimen. Lo único que dejarán es una honda herida nacional que no cerrará hasta volver a recuperar el patrimonio energético de la nación.


Ref: 2013, elektron 13 (451) 1-2, 1 diciembre 2013, FTE de México.