Para Francisco Rojas, director de la CFE, la reforma de Peña Nieto clarificará y precisará los procesos eléctricos “sin privatizar” la CFE. No es privatización pero la reforma será para “dar certeza jurídica constitucional” a las inversiones privadas. Rojas es un vulgar demagogo y enemigo de la CFE. La reforma de Peña Nieto no solo privatizará sino desnacionalizará a la industria eléctrica, la que nosotros construimos y Peña, el ITAM y partidos políticos destruyen. Eoloeléctrica La Venta, Oaxaca FOTO: F. Olvera
El director general de la Comisión Federal de
Electricidad (CFE), Francisco Rojas, afirmó que la reforma
energética que propone el presidente Enrique Peña Nieto
permitirá clarificar y delimitar los procesos del sector eléctrico
sin privatizar la CFE, dará certeza jurídica constitucional a las
inversiones públicas y privadas, hará posible la baja de los
precios de la luz y transparentará el costo real del porteo y los
subsidios, garantizando que la electricidad llegue a las comunidades más
apartadas del país e impulse el crecimiento exponencial de los centros
urbanos aumentando la participación de las energías renovables (en
La Jornada, p.11, 3 diciembre 2013).
Lo anterior lo dijo al participar en el 27 Congreso Nacional de Ingeniería Civil, organizado por el Colegio de Ingenieros Civiles de México. Burócrata traidor Francisco Rojas es un politiquillo del PRI, que funge como
director de la CFE y se dedica a seguir destruyéndola. Ahora repite las
mismas mentiras de Peña Nieto. Dice que la reforma constitucional, misma
que desnacionalizará a las industrias petrolera y eléctrica, no es
privatización.
Todos los funcionarios se aprendieron de memoria el script de los organismos financieros del imperialismo. Privaticen pero no lo digan, al contrario, niéguenlo siempre. Eso es lo que hacen y repiten todos los días. Rojas dice que esa reforma permitirá “clarificar y delimitar los procesos del sector eléctrico sin privatizar la CFE”. ¿Qué quiere decir? ¿Qué va a clarificar y delimitar Peña Nieto? Lo que Rojas quiere decir, pero no sabe, es que Peña Nieto redefinirá al proceso de trabajo eléctrico. No clarificará ni delimitará nada, eso no se hace por decreto. Lo que hará Peña es fragmentar el proceso de trabajo y privatizarlo, sí, exactamente lo que no le gusta decir a Rojitas. Burocráticamente, mediante imposición legislativa, ahora se redefinirá al Sistema Eléctrico Nacional (SEN), el mismo que construimos NOSOTROS. Con la integración de la industria eléctrica nacionalizada, el SEN se constituye con la infraestructura industrial de todas las fases del proceso de trabajo eléctrico, a saber, planeación, investigación y desarrollo, ingeniería de proyectos, construcción, generación, transmisión, control, distribución y comercialización, principalmente. Desnacionalización eléctrica Con la represión político-militar a
la Tendencia Democrática del SUTERM, en 1976, se interrumpió la
nacionalización eléctrica. Pronto se eliminaron la
planeación, la investigación y desarrollo, la ingeniería y
la construcción, mismas que se redujeron a su mínima
expresión y/o transfirieron al sector privado.
Con las reformas regresivas de 1992 a la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica (LSPEE); misma que conquistamos NOSOTROS en 1975, se revirtió a la nacionalización, empezando la privatización eléctrica furtiva que hoy lega al 52% de la capacidad de generación eléctrica total a nivel nacional. Ahora, Peña Nieto propone que la electricidad deje de ser actividad estratégica, según se indica en el párrafo 4º del artículo 28 constitucional y que, en el párrafo 6º del artículo 27 se elimine la prohibición para otorgar contratos. En consecuencia, la generación se deja al mercado abierto para que cualquier transnacional pueda producir y comercializar electricidad. La privatización eléctrica pronto podría llegar al 100%, similar a la que había antes de la nacionalización de 1960. Y, todavía, Rojitas se atreve a decir que la reforma será “sin privatizar” a la CFE. Será peor, porque no se trata de una privatización convencional sino de una desnacionalización. Rojitas, además miente. Repite que bajarán las tarifas de electricidad y será al revés: mientras mayor sea la privatización, mayores serán las tarifas. La diferencia es que ahora no habrá a quien recamarle. No hay pago, no hay servicio, punto. El concepto de servicio público de energía eléctrica, que NOSOTROS conquistamos, se perderá totalmente. Lo que sí habrá es “certeza jurídica constitucional”, como dice Rojas. Esa “certeza” es la entrega del patrimonio eléctrico de la nación al capital extranjero. De eso se enorgullece Rojitas. De la nacionalización eléctrica sobrevive poco. Hoy queda de relieve la atrocidad del Estado cometida contra la Tendencia Democrática del SUTERM. Reprimirnos, militar y políticamente, era la condición para interrumpir la nacionalización, revertirla y destruirla. Hoy, sin una fuerza social organizada, especialmente al interior de los centros de trabajo, el Estado, gobierno en turno e imperialismo proceden con toda impunidad. El cinismo gubernamental es demencial. En Pemex Lozoya dice que es su director en turno; lo mismo dice Rojas en la CFE. Ambos son, llanamente, enemigos de Pemex y de la CFE, respectivamente. Ref: 2013, elektron 13 (462) 1-2, 5 de diciembre 2013, FTE de México. Esta página es construida por trabajadores del sector energía.
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