El gobierno recién privatizó al complejo petroquímico de Pajaritos, en asociación con Mexichem. Pemex se quedó la minoría de las acciones. Pero los diputados le asignaron en el presupuesto de la Federación para 2014, el equivalente a lo que aportaron ambos socios para la “modernización” y más del doble de lo que aportó Mexichem en efectivo. Peña Nieto y legisladores regalan lo que no es suyo sino de la nación, incluso, le pagan a los privados aparte de entregarles funciones, infraestructura y ganancias.

En el recién aprobado presupuesto federal para 2014 los diputados asignaron una partida de más de 2 mil 500 millones de pesos (unos 510 millones de dólares) a un organismo público que fue privatizado: el Complejo Petroquímico Pajaritos, que incluso ya cambió de nombre, afirmaron los senadores Dolores Padierna y Luis Sánchez, del PRD (Becerril A., Ballinas V., en La Jornada, p.12, 15 noviembre 2013).

Resaltaron que esos recursos son más del doble del costo de la petroquímica y cuatro veces más de lo que supuestamente invirtió la empresa Mexichem para comprar 56 por ciento de las acciones del complejo.

Padierna preguntó: “¿Cómo puede ser que la parte minoritaria –Pemex se quedó con 44 por ciento de las acciones– aporte cuatro veces el capital que invierte la parte mayoritaria?”, y destacó que se trata de “un desvío de recursos públicos para negocios privados”.

Explicó que se etiquetaron 2 mil 577 millones 223 mil 910 pesos a un ente inexistente, ya que luego del convenio de asociación público-privado entre Pemex Petroquímica y Mexichem, que dirige Antonio del Valle, el complejo Pajaritos ya no existe.

Los senadores detallaron que el PRD presentó un punto de acuerdo para que el Senado solicite a la Secretaría de Hacienda que no entregue esos recursos y cancele los 17 proyectos etiquetados de ese complejo hasta que se haga una auditoría al convenio entre Pemex Petroquímica y Mexichem.

Además, que se pida a la Auditoría Superior de la Federación que investigue el caso y que se forme una comisión plural que dé seguimiento a todos los documentos que ha firmado Pemex a espaldas del Congreso en relación con Pajaritos.

En la propaganda Peña Nieto y sus funcionarios han llegado a decir que, con reforma energética, “no es privatizadora” y que, “no se venderá ni un tornillo” de Pemex. Sin embargo, aún sin aprobarse esa reforma, incluso antes de anunciarla, ya se PRIVATIZÓ un complejo petroquímico completo. No se trata de un simple “tornillo” sino de multitud de plantas que forman una infraestructura industrial construida con recursos públicos.

Se trata de la compra-venta de activos, es decir, de una privatización convencional que incluye la privatización de las funciones estratégicas, todavía a cargo exclusivo de Pemex.

La ahora Petroquímica Mexicana de Vinilo S.A. de C.V., se encargará de producir este componente. Para ello, el gobierno federal desincorporó 476 mil 386 de los 990 mil 528 metros cuadrados que forman al complejo.

Las construcciones e instalaciones que se encuentren en el área enajenada incluyen a la planta Derivados Clorados III, que produce cloruro de vinilo, un insumo básico para la fabricación de policloruro de vinilo o PVC, talleres de mantenimiento, áreas de servicio y ductos.

Pajaritos era el complejo petroquímico más rentable de Pemex, con ventas de 4 mil 500 millones de pesos anuales.

La participación accionaria de Mexichem es de 58.46% y la de Pemex es de 41.54%. En el acuerdo de privatización, ambas partes se comprometieron en aportar 556 millones de dólares para la modernización de la infraestructura. Mexichem aportaría 325 millones de dólares, 125 en activos y 200 en efectivo, mientras Pemex Petroquímica aportaría 231 millones de dólares.

Ahora, los diputados le entregarán en 2014 a la nueva empresa privada pues el anterior complejo, como tal, no existe jurídicamente hablando, la cantidad de 510 millones de dólares.

¿De qué se trata? De una aportación de recursos públicos del 92% del total a que se comprometió la asociación público-privada para la “modernización” y el 2.55 veces la cantidad equivalente en efectivo que aportó Mexichem para ese propósito. Los senadores perredistas hablan de cifras mayores, lo cual está peor pues, Peña y Videgaray ni las formas cuidan.

Esto es, el gobierno federal no solamente vende lo que no es suyo sino de la nación, vaya ni siquiera regala ese patrimonio sino que PAGA por la privatización, no de un “tornillo” sino de un complejo petroquímico. Se trata, llanamente, de una privatización corrupta.


Ref: 2013, elektron 13 (423) 1-2, 17 noviembre 2013, FTE de México.

Ex complejo petroquímico Pajaritos, de Pemex, en Coatzacoalcos, Ver.