Al final del sexenio de Peña Nieto, en 2018, la privatización energética aportará 1 (uno) por ciento al PIB y 2% en 2025. Así lo dijo Mario Alberto Beauregard, director de finanzas de Pemex ante diputados. Se trata de una privatización MUY barata. Actualmente, SIN privatización Pemex contribuye 8 veces más cada año. No obstante, los enemigos de Pemex apoyan la privatización gratuita.

En Pemex hay funcionarios que supuestamente laboran, y son pagados por la paraestatal, pero solo se dedican a destruirla. Con motivo de la iniciativa de reforma energética de Peña Nieto, que desnacionalizaría a la industria petrolera, hay funcionarios que se atropellan para declarar su apoyo a la entrega del patrimonio energético colectivo al capital extranjero. Oficialmente, Pemex promueve su propia destrucción.

Con sus propias declaraciones se exhiben como entreguistas. Lo dijo el propio director de finanzas de la paraestatal.

Petróleos Mexicanos (Pemex) reconoció que la reforma energética sólo aportará el equivalente a uno por ciento del PIB al final del sexenio de Enrique Peña Nieto, y de apenas 2 por ciento para 2025 (Garduño R., Méndea E., en La Jornada, p.31, 11 octubre 2013).

En reunión con diputados de las comisiones de Energía y Puntos Constitucionales, el director Corporativo de Finanzas de la paraestatal, Mario Alberto Beauregard, argumentó sin embargo que “la reforma permitirá aprovechar el gran potencial del petróleo del país”, y explotar las reservas de crudo equivalente, que son de 45 mil millones de barriles.

El funcionario aclaró que gran parte de las reservas se encuentran en aguas profundas y en yacimientos de lutitas, pero ejemplificó que el año pasado Pemex sólo pudo perforar tres pozos shale, en contraste con Estados Unidos donde se han perforado 9 mil 100.

También refirió que el año pasado la petrolera perforó solamente seis pozos en aguas profundas, mientras que en aquel país se perforaron 137. “La era del petróleo fácil se está terminando”, advirtió.

Ante las preguntas de los legisladores, Beauregard admitió que la reforma busca dar certidumbre jurídica a los inversionistas que “ayuden” a explorar hidrocarburos.

Según el directivo, Pemex tendría la ventaja de asociarse “para compartir riegos y tecnología” y modificar su estructura, así como evitar que continúe creciendo su deuda neta, que fijó en 60 mil millones de dólares. “Si sigue subiendo nos saldrán más caro las inversiones que se requieren”, advirtió.

No es la primera vez ni el único que lo ha dicho, ahora simplemente se reitera y lo hace el director de finanzas de Pemex. Además, también repite mentiras, como las lutitas.

¡CON la privatización petrolera, la aportación al PIB será de 1% en 2018! ¿Eso, qué significa? En una sencilla comparación, SIN privatización Pemex contribuyó al PIB en 2012 con el 7.6%, esto es casi 8 veces más AHORA. En años anteriores, la contribución ha sido similar, incluso mayor. Tomando un promedio, durante el sexenio de Peña Nieto, Pemex habrá contribuido con el equivalente del 45% al PIB en 2018 y, repetimos, SIN privatización.

Lo dicho, entonces, por Beauregard es ridículo. Pero es cierto y probablemente se está excediendo. Las transnacionales, nunca, en ninguna parte del mundo, contribuyen al crecimiento económico. Eso no lo reconoce el funcionario, ni tampoco Lozoya, pero lo dicen de otra manera.

Un 1% al PIB (en 2018) a cambio de entregar el patrimonio energético de la nación al capital transnacional es una privatización regalada. Solo Peña y Videgaray ganarían porque recibirían dinero y probablemente la contratación con alguna transnacional. Los diputados y senadores, de todos los partidos, también recibirán su parte, aunque sea menor.

Se trata de un delito en pandilla de delincuentes confabulados contra la nación. Eso configura el delito de traición a la patria. Desde luego, no serán juzgados, tendrían que hacerlo ellos mismos y no lo harán. Hasta ahora no se sabe que ningún ladrón intente siquiera hacerse justicia por sí mismo, un ladrón ni siquiera reconoce el crimen no obstante ser sorprendido in fraganti, como es el caso.

Resulta indignante, sin embargo, que los legisladores acepten ese flagrante delito: vender a la patria a cambio de unos cuantos dólares.

Los politiquillos del gobierno dicen que no se venderá ni un solo tornillo. Ah, pero si se entregarán las funciones estratégicas en todo el proceso de trabajo (petrolero y eléctrico) para ser realizado por las transnacionales con infraestructura de su total y absoluta propiedad privada. Sería preferible que se vendieran los tornillos, valdrían más de lo que espera obtener el gobierno. Las transnacionales se llevarán la riqueza nacional que vale más que un 1% del PIB. La traición es obvia.


Ref: 2013, elektron 13 (362) 1-2, 15 octubre 2013, FTE de México.

Buque tanque en el Golfo de México