No nadamás, también amagan con abandonar el país. ¡En buena hora! ¡Que se vayan todas! Lástima que no lo harán, quieren seguir arrasando con la riqueza nacional y chantajean al gobierno para que les otorgue más. Sus ganancias son exorbitantes y ni impuestos quieren pagar, ¡deben ser expropiadas!
Las empresas
mineras de Canadá amagaron con abandonar el país si la
Cámara de Diputados aprueba el impuesto especial de 7.5 por ciento a las
utilidades de la explotación, propuesto por el gobierno de Enrique
Peña Nieto (Garduño R., Méndez E., en La Jornada, p.37, 2
octubre 2013).
“No cometan un error fiscal como Canadá, que a los seis meses se tuvo que echar atrás. El mensaje es que los inversionistas estamos fuertemente en retiro de aquí”, advirtió la presidenta de la Comisión de Minería de la Cámara de Comercio de Canadá, Rosalind Wilson, a legisladores de la Comisión de Hacienda. Las mineras canadienses tienen intereses en 100 países, y en México, de las 279 empresas extranjeras, 210 son de esa nación, las cuales poseen concesiones en 26 estados, con 757 proyectos, y de éstos 475 son de oro y plata. Como parte de las audiencias que la Comisión de Hacienda realiza con los sectores que han reclamado afectaciones por la propuesta de reforma fiscal de Peña Nieto, Wilson sostuvo que las cargas impositivas han obligado a los inversionistas de su país a trasladar sus capitales a otras naciones. Los fondos, dijo a los integrantes de la comisión, “están entrando en países como Haití y Dominicana. ¡Eso sí nos preocupa, señores!”. ¡Pobrecitas! Aun cuando las firmas canadienses dominan la explotación de minerales en el
país, y que han sido denunciadas por comuneros y pueblos indígenas
por abusos, violación de derechos humanos, uso de grupos armados y
depredación, Wilson argumentó que ha caído la transferencia
de recursos para inversiones en empresas mexicanas con capital de aquel
país.
“La situación mundial pasa por un momento difícil, sobre todo en este sector, por los bajos precios de los metales”, alegó. Refirió que el capital que se transfiere a América Latina –por medio de la bolsa de Toronto– para explotación de metales ha caído desde 2009, cuando se enviaron 6 mil millones de dólares, a mil 900 millones en 2012 y hasta 700 millones en este año. “Eso significa que el pastel está más pequeño y tenemos que preocuparnos por la competitividad y por cuánto de ese pastel podemos dar”, indicó. Es alarmante, agregó, que de los mil 900 millones autorizados para 2012, México captó 53 por ciento, esto es, mil millones de dólares, pero que esa cifra cayó a 17 por ciento “de todo el dinero etiquetado para América Latina. “Ahora son sólo 250 millones de dólares. Son datos duros; es dinero que sí genera trabajos en áreas marginadas. ¿Y adónde fue ese dinero? Los ganadores son Perú, Brasil, Colombia y Chile, y está entrando en países como Haití y República Dominicana. Eso nos preocupa, porque queremos estar aquí”, dijo. ¡Fuera mineras de rapiña! El cinismo canadiense es tan abominable como el
de los gobiernos mexicanos. Estos le han concesionado a las mineras de ese
país, el derecho para arrasar con el territorio nacional
apoderándose de los recursos minerales del subsuelo, especialmente oro y
plata.
¿Cuánto cuesta una concesión minera? Depende del yacimiento pero está entre 5 (cinco) y 111 (ciento once) pesos. ¡Ridículo! Esto no puede llamarse ni simbólico. ¿Cuánto obtienen las transnacionales? Lo que quieren. Claro, siempre están hablando de la baja en los precios de los metales y se sienten en momentos difíciles. Jamás explican que las cotizaciones siempre oscilan y la tendencia es al alza. En el caso del oro, por ejemplo, el comportamiento de los precios es similar a la paridad monetaria, el dólar va al alza y los precios del oro también. Ahora, con motivo de la pretensión del gobierno para que las mineras paguen el 7.5 por ciento a las utilidades de la explotación, las mineras transnacionales se muestran arrogantes e insolentes, en las propias narices de los diputados. ¿Qué pasará? Lo de siempre, a cambio de unos pesos, los legisladores harán caso omiso y darán gusto a las mineras. Eso ocurre actualmente, el gobierno regala las concesiones y jamás las supervisa. Lo que digan las empresas y sus voceros son solo dichos, falsos y carente de valor. El hecho es que las corporaciones ganan mucho y saquean la riqueza nacional. Si no fuera negocio ya se habrían ido pero su voracidad es mayor. Ahora amenazan con salir. Ojala lo cumplan. No lo harán. En México disponen de un paraíso gratuito, en similares condiciones que los colonialistas españoles. Lo que las mineras quieren es la impunidad total para seguir con sus crímenes. Las mineras tendrán que salir, no porque se nieguen apagar impuestos sino porque debemos expulsarlas. Su presencia en México es nociva y forma parte de la invasión a nuestra nación. Para liberarnos de esta calamidad, debemos reforzar las acciones organizativas y de lucha en todas partes del país, integrados en un solo Frente unificado. La minería debe ser nacionalizada y las actuales 27 mil concesiones canceladas y/o expropiadas sin indemnización. Solo las actividades estratégicas deben realizarse, con arreglo a un plan nacional, a cargo exclusivo del Estado y bajo el control social y ambiental, el resto debe prohibirse. Ref: 2013, elektron 13 (339) 1-2, 4 octubre 2013, FTE de México. Esta página es construida por trabajadores del sector energía.
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