La nación enfrenta la más severa agresión gubernamental de los últimos cien años. El PRI, PAN y PVEM se han propuesto reformar regresivamente a los artículos 27 y 28 constitucionales para desnacionalizar a las industrias eléctrica y petrolera.

Estas fueron conquistadas por los trabajadores y pueblo de México. Ahora, serían desintegradas para entregarlas a las corporaciones transnacionales.

En prácticamente todo el proceso de trabajo energético serían cedidas las funciones estratégicas, comprometiendo el petróleo, el gas y todas las fuentes renovables de energía, incrementando y generalizando la actual privatización energética furtiva.

Pero Pemex, la CFE y los recursos naturales energéticos no son del gobierno, ni del Estado, son de la nación viviente.

Llamamos a los mexicanos (as) concientes a defender el patrimonio energético colectivo de la nación. La privatización no es necesaria. Proponemos la Política Energética Independiente, conjunto de 60 propuestas sobre petróleo, gas, energía eléctrica y agua.

¡Abajo la privatización energética!