El proceso de trabajo petrolero y eléctrico
es uno solo pero ha venido siendo desintegrado por la política
antinacional. La desintegración favorece a la privatización. Las
distintas fases de estos procesos se han venido cediendo al capital privado y se
plantea generalizar la situación. Eso significaría que en todas
las fases habría participación privada. La gravedad reside en la
nueva orientación caracteriza por la propiedad privada de la nueva
infraestructura industrial, la apropiación furtiva de los recursos
naturales energéticos y el cambio de objetivos para hacer prevalecer el
interés por el lucro y la ganancia por sobre el bienestar
social.
La Política Energética Nacionalizada propone:
6.1 Hidrocarburos 6.2 Energía eléctrica 6.3 Agua Esta página es construida por trabajadores del sector energía.
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