Volumen 13, Número 263, septiembre 20 de 2013
 


La privatización perjudicó a Petrobras



Lo dice Ildo Luis Sauer, exdirector de Petrobras. La llamada apertura al capital privado es privatización. En Brasil no se cumplieron las promesas. Como en México, se ofreció bajar las tarifas eléctricas, lo que hubo fue elevación de las mismas, el servicio se deterioró y se extendieron los apagones. Con la apertura bajará la renta petrolera. Una vez que ingresan, las corporaciones ejercen su dominio político. La experiencia brasileña dejó muchas lecciones negativas.


Privatización nociva

El FTE lo ha señalado oportunamente, la privatización energética es lesiva a la nación. Hay antecedentes vividos. La industria petrolera, y la eléctrica, surgieron en México como privadas. El escenario fue conocido y padecido.

En materia petrolera, todo se orientó a saquear cuanto yacimiento fue posible y la producción se destinó mayoritariamente a la exportación. Hacia 1921 se llegó a un pico de producción, mediante aumentos sostenidos desde 1904. Las compañías petroleras extranjeras ejercían amplio poder político y sometían a los trabajadores y población a través de grupos de asesinos conocidos como “guardias blancas”. Por ello, cuando se expropió a la industria en 1938, el pueblo se volcó en apoyo para expulsar a las compañías extranjeras.

En materia eléctrica, las concesiones regionales impedían el acceso a ala electricidad a la mayoría de la población, el servicio era caro y deficiente. Eso motivo, precisamente, que los electricistas del interior del país sacaran una conclusión relevante: nacionalizar a la industria eléctrica. Eso significó un escenario superior para la población.

De la experiencia petrolera mexicana de 1938 tomó ejemplo Brasil y en 1952 nacionalizó a su industria petrolera. Después, en los 90´s empezó la privatización de la brasileña Petrobras y ahora el gobierno mexicano dice que toma como modelo a Brasil. Pero las bondades de la privatización petrolera brasileña no son lo que dice el ITAM-WWC sino a la inversa.

Ildo Luis Sauer, ex director de Petrobras (2003-2007), alertó sobre el proceso de apertura de la industria petrolera nacional al sector privado. En Brasil, dijo, la apertura no fue benéfica y ahora empieza nuevamente a restatizar su industria petrolera (Rodríguez I., en La Jornada, p.25, 13 sep 2013).

Aseguró que tras la apertura del sector eléctrico no se cumplieron las promesas de bajar las tarifas eléctricas, además de que se deterioró la calidad del servicio, se elevaron considerablemente las tarifas y se extendieron los apagones.

Geopolítica del petróleo

Sauer consideró que la disputa geopolítica por el petróleo es la verdadera causa para acelerar el acceso al Golfo de México. La disputa, añadió, se da de dos formas: una, con reglas como es la competencia, y la otra es sin reglas, es la guerra. “En el caso del petróleo ha prevalecido la guerra. La invasión de Irak, de Libia, la amenaza a Siria claramente están enfocadas en esa estrategia geopolítica de quebrar el dominio de Irak y de Irán, y después de Arabia Saudita, que no sabe lo que le espera”.

El exdirector de Petrobras tiene razón. Esa regla de la “competencia” no es sino la privatización explícita llevada acabo mediante reformas “legales”. En el caso de México, tal privatización empezó mediante el ajuste de la legislación petrolera y eléctrica a lo dispuesto por el TLC con Norteamérica. Con las reformas de 1992, 1995, 1996 y 2008, empezó la desintegración del proceso de trabajo en Pemex y CFE para ceder las funciones estratégicas a las transnacionales.

Para lograr la privatización total, el imperialismo no necesita declarar formalmente la guerra, el país mexicano ya está invadido y los invasores cuentan con el apoyo del gobierno en sus tres niveles, la fuerza pública y militar y multitud de mecanismos de corrupción, incluyendo la traición abierta de connacionales.

Lo que Peña Nieto propone con su iniciativa de reforma energética es regresar las industrias petrolera y eléctrica nacionalizadas al capital extranjero. Las transnacionales tienen en Peñita al mejor exponente y les basta el apoyo corrupto de los legisladores del PRI, PAN, PVEM y algunos del PRD para consumar el atroz atraco.

Como en una guerra, los perjudicados seremos la población civil. Eso no importa a Peña Nieto, dirán que son daños colaterales, dando por perdida la guerra a priori y sin combatir, rindiéndose al capital sin habérsele pedido.

Bajará la renta petrolera

En amplia entrevista con La Jornada, el ex directivo advirtió que en la medida de que las empresas privadas intervengan en la extracción de crudo, la renta petrolera para el Estado será más baja. Entonces habrá dos crisis: primera, el precio del crudo se puede desplomar, y segunda, las ganancias serán menores y tendrán un impacto en las finanzas, por lo que la apertura es una cuestión de seguridad nacional.

En referencia a lo que pasó en Brasil, Ildo Luis Sauer, resumió sobre las petroleras transnacionales: “Una vez que sacas a los leones de las jaulas, ellos entran en el sistema y tienen fuerza para participar con mucha más potencia en el sistema político y económico para dominar los medios de comunicación e infiltrarse en los partidos políticos a través de cabilderos, que son los que están en los congresos y en los palacios”.

Ante esto, agregó, la población está desarmada. “A veces se tiene un arma que son los profesores, los académicos, los institutos, los centros de estudio que no tienen interés económico directo ni indirecto, y por eso me ha conmovido venir a México, por tercera vez, para compartir esta angustia, porque he vivido 20 años de disputa en el sector eléctrico, el petróleo y el sector de recursos naturales en Brasil y el ganador no fue el pueblo”, subrayó.

Erróneo compartir la renta (y el poder)

La llamada renta petrolera bajará, por supuesto. Cualesquiera sean los ingresos totales (¿del gobierno?) éstos disminuirán en la medida en que comparta las utilidades (ganancias) con las transnacionales. Con la privatización, Pemex será otra empresa más que obtendrá sus propios ingresos, mismos que tenderán a disminuir cada vez más al dejar de hacer las actividades estratégicas que ahora realiza; sus ganancias serán menores, una importante proporción la obtendrán los privados.

La situación es evidente. Pero el discurso del gobierno es necio al insistir en lo contrario. Por ello, algunos le llaman ya “el robo de todos los tiempos”, el FTE le dice “el asalto a la nación”.

No se necesita de muchos números ni de sesudos análisis para evidenciar, cualitativa y cuantitativamente, que la privatización de Pemex (y CFE) es prácticamente un hecho. Solo algunos cuantos plantean la falsa dicotomía ¿modernización o privatización? y se preguntan como si no supieran de qué se trata.

El mayor problema no consiste solamente en compartir la renta petrolera sino en entregar las reservas de hidrocarburos. Los contratos, cualesquiera sea el nombre que finalmente adopten, van a implicar que las transnacionales reciban en concesión no declarada bloques territoriales en los cuales harán lo que quieran, buscando y extrayendo petróleo, sin que el gobierno se entere siquiera pues su papel se limitará a mirar desde lejos y en silencio. Como parte del poder que adquirirán las transnacionales, impondrán sus condiciones en los modelos de contratos, los que el gobierno tendrá que mantener en secreto debido a una cláusula de confidencialidad.

Este será apenas el principio, luego, como ya ocurrió antes de la expropiación de 1938, las corporaciones se sentirán con el derecho de exigir al gobierno que haga lo que le pidan. Tal comportamiento fue conocido en México y llegó hasta la insolencia. Peñita quiere volver a ese pasado ominoso.

Lecciones negativas en Brasil

En la entrevista de La Jornada, el ahora director del Programa de Energía y Medio Ambiente de la Universidad de Sao Paulo-Brasil, afirmó que después de ver la experiencia de Colombia y Argentina, elogió la postura de Bolivia, pues pese a que es un país pequeño, es grande en términos de movilización y gran capacidad de comprensión en el debate político.

“En Bolivia retrocedieron y Petrobras aparentemente tenía conflicto con Bolivia, pero yo siempre defendí que la renta gasífera pertenecía al pueblo boliviano y no a las principales petroleras como Repsol, Total y Petrobras. Estaba muy claro para mí que es un derecho inalienable para los pueblos, como el caso de Bolivia, mantener su riqueza, porque les quitaron la plata durante la Colonia, les quitaron el estaño y les quitaron el excedente del gas”.

Ildo Luis Sauer aseguró que con la apertura del sector energético, Brasil “tiene más lecciones negativas que aprender que positivas”. Por ejemplo, la venta del capital de Petrobras fue un “desastre”. En agosto de 2000 se vendió el 30 por ciento de Petrobras en la bolsa de Nueva York, en una operación de entre 4.5 y 5 mil millones de dólares; sin embargo, en 2008 ya valía 80 mil millones de dólares.

Dicen acá (en México) que el modelo liberal de Brasil fue lo que hizo a Petrobras, pero por el contrario trataron de acabar con ella, achicarla.

Con lo que tiene hoy Pemex de capacidad puede rápidamente expandirse para todos los campos con asociaciones con otras empresas, pero debe tener poder de embargo, para no quedar como víctima de las trasnacionales, sostuvo.

Recordó que con los nuevos descubrimientos de los yacimientos en el Pre-sal, en el océano Atlántico, el gobierno brasileño realizó una capitalización, con lo que pasó de una propiedad estatal de 38 al 49 por ciento, además de que detenta el poder para nombrar a sus directivos.

Espionaje petrolero

En la entrevista Sauer mencionó que el espionaje estadunidense del que fue víctima la presidente de Brasil, Dilma Rousseff, así como Petrobras, no se hizo para robar secretos industriales sino para identificar esos eslabones frágiles de la cadena para saber por dónde penetrar, con quién negociar, a quién promover, a quién sacar del proceso político. Entonces el remedio es tener una estrategia nacional debatida, abierta, pública e implementarla.

Comentó que en Brasil hay un amplio debate y gran oposición popular a que empresas trasnacionales entren a explotar el yacimiento Libra, uno de los mayores, que eventualmente se estaría subastando entre el 23 y 25 de octubre de ese año.

Aunque reconoció que es difícil decir cuál es la lección de Brasil para México, “creo que son procesos que tienen una semejanza política e institucional muy fuerte, pero son momentos históricos distintos. En Brasil se profundizó el proceso de penetración de los intereses del capital financiero internacional en el sistema energético. Están muy fuertes ahí dentro. Después de que penetraron es difícil echarlos. En México están empezando”, advirtió.

El ex funcionario de Petrobras, petrolera señaló que uno de los objetivos de la disputa geopolítica es romper la espina dorsal de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

El ex director de Petrobras Gas y Energía remató: “A la serpiente hay que matarla, si es posible en el huevo antes de que nazca, y si nace, luego de su nacimiento, porque su destino es envenenarte”.

Veneno privatizador

Peñita, Videgaray, Coldwell, Lozoya y otros están envenenados por el ITAM-WWC y transnacionales. Su función es introyectar ese veneno a la nación. El envenenamiento los ha vuelto necios y autoritarios, no entienden de razones, su enajenación es mayúscula.

El ITAM ha dicho que Brasil es un modelo para México pero se refiere al anterior a Lula, prefiere los modelos de Noruega o Colombia. En este último caso, se trata del peor pues la privatización petrolera fue apoyada por las tropas norteamericanas de ocupación.

Así como en Brasil se ha denunciado que el imperialismo norteamericano ha expiado a su presidenta y su interés era Petrobras, también en México ha sido expiado Peña Nieto pero lo que interesa a los gringos es Pemex. Claro que aquí no pasa nada, para el gobierno mexicano se trata de “fuego amigo”, su servilismo es indignante.

El FTE considera que lo señalado por el exdirector de Petrobras debe ser considerado en sus justos términos. Hay que empezar por llamarle a las cosas por su nombre, la iniciativa de Peña Nieto NO es ninguna “modernización”, es privatización, en las modalidades de desnacionalización de Pemex y CFE, lo que significa dar por terminadas a la expropiación petrolera y nacionalización eléctrica.

Eso motiva realizar todas las acciones al alcance para impedir la reforma energética privatizadora porque aprobado el veneno será más difícil recuperar lo perdido. Hay que echar abajo al huevo de la serpiente.


Ref. 2013, elektron 13 (307) 1-4, 16 septiembre 2013, FTE de México.



Petrobras es originalmente una conquista brasileña, privatizada es lesiva a la nación







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