Ensoberbecido, el gobierno de Peña Nieto se niega al diálogo y da un ultimátum a los maestros de la CNTE. Insensible al significado del Gran paro nacional del día anterior, Osorio ofendió a los maestros y les exigió desalojar el campamento en el Zócalo. Miles de policías, fuertemente armados y pertrechados, respaldados con vehículos blindados y caballos se dispusieron a hacer correr la sangre. Cuando se cumplió la hora señalada, entró la policía al Zócalo. Ya no había maestros. Gobierno, policía y provocadores se quedaron con las ganas de la represión pero se registraron algunos enfrentamientos y hubo detenidos.
El día del paro nacional magisterial, luego de
los enfrentamientos en las cercanías del Auditorio Nacional, los maestros
fueron recibidos, esta vez por el subsecretario de gobernación. Este
ofreció a los docentes que al siguiente día serían
recibidos por Miguel Angel Osorio Chong, secretario de gobernación.
Así ocurrió pero solo para que Osorio amenazara a los maestros,
exigiéndoles desalojar el Zócalo.
Por eso, este 13 de septiembre, desde muy temprano se produjo el despliegue policíaco contra los maestros. Pero los maestros no estaban dispuestos a semejante ofensa. Armados con palos, maestros de la Sección 22 de la CNTE colocaron vallas en las calles que dan acceso al Zócalo para defender el plantón que mantienen desde el 8 de mayo (Miranda F., en Milenio, 13 sep 2013). Mientras, otro grupo de docentes desmonta las tiendas de campaña y guarda algunas de sus pertenencias en camiones estacionados en la calle Moneda, a un costado de Palacio Nacional. Bajo el cielo nublado y en medio de una pertinaz lluvia, los maestros colocaron bloqueos en las calles de 20 de noviembre, 5 de Febrero y 16 de septiembre. Ante las acciones de los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), la mayoría de los comercios de la zona fueron cerrados. Los docentes aseguran que no se moverán y gritaban consignas como “¡Oaxaca no se raja!” y "¡Ni un paso atrás!". En la plancha del Zócalo, otros profesores estaban doblando algunas lonas que habían estado utilizando como tiendas de campaña. También se pudo observar que algunos de los integrantes de la coordinadora cargaban mochilas y maletas, los profesores se reúnen en grupos sobre la Plaza de la Constitución. Mientras, la Sección 22 de Oaxaca pidió en Twitter refuerzos en el Zócalo. La Sección 22 de Oaxaca pidió a organizaciones sociales y agremiados a la CNTE apoyo en la plancha del Zócalo, luego de que la Secretaría de Gobernación les diera hasta las 12:00 horas para retirarse. “Ante #REPRESIÓN que prepara GobFederal, solicitamos todo el apoyo de las Org. Sociales y Secciones aglutinadas en la #CNTE en todo el país (Sic)”, escribieron en su cuenta de Twitter. La Sección 22 responsabilizó al gobierno federal de cualquier agresión que puedan sufrir, ya que en el campamento del Zócalo, dijeron, se encuentran varios menores de edad. Provincia en alerta En apoyo a la CNTE ante el posible desalojo en la CNTE, se
manifestaron de inmediato maestros de Oaxaca, Torreón, Puebla, Tlaxcala,
Veracruz y en Tijuana.
Maestros de Oaxaca, Torreón, Puebla y Tlaxcala se sumaron al rechazo del retiro del plantón que mantienen integrantes de la CNTE en la plancha del Zócalo de la Ciudad de México (Corresponsales, en Milenio, 13 sep 2013). Al menos mil activistas del Frente Único de Lucha Social y de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca realizaron una marcha y cerraron calles y cruceros estratégicos en la ciudad. Además un grupo de estudiantes normalistas se apoderaron de la caseta de cobro de la autopista Oaxaca- México para mostrar su repudio ante el eventual desalojo de los profesores de la sección 22 de la CNTE del Zócalo de la Ciudad de México. Un contingente de 300 maestros tanto de la CNTE como del SNTE, tomaron un tramo del Periférico Raúl López Sánchez en Torreón en apoyo a las protestas contra la reforma educativa. Maestros de la CNTE bloquearon tres carreteras que comunican a los estados de Tlaxcala y Puebla, lo que ha generado problemas de circulación. Alrededor de las 11:45 horas, los manifestantes bloquearon la carretera vía corta Santa Ana-Puebla, por lo que la Policía Federal ha hecho cortes a la circulación a fin de evitar congestionamientos. Las lluvias y vientos intensos provocados por la tormenta tropical “Ingrid” en territorio veracruzano no impidieron que maestros de diferentes municipios realizaran movilizaciones y mantengan tomados oficinas educativas y sindicales. Incluso en Fortín de las Flores los profesores coincidieron con los cañeros que ayer tomaron varias horas la caseta de peaje de la carretera Veracruz –México, liberando la pluma para que los automovilistas circularan sin pagar. Un contingente de paristas junto con los productores de caña de azúcar retomaron la caseta de peaje y solicitaron cooperación voluntaria para continuar con sus movilizaciones. Profesores declaran un paro nacional de labores a partir de hoy, informó Marco Antonio Pacheco, líder del Movimiento de Resistencia Magisterial en Baja California. Califican de intimidatoria la advertencia del comisionado nacional de Seguridad, Manuel Mondragón y Kalb, quien afirmó que la Policía Federal está lista para actuar a las 2:00 de la tarde, hora de Tijuana, cuando vence el plazo para desalojar el Zócalo de la Ciudad de México. Activistas del denominado Frente de Lucha Social por la Reconstrucción de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (FULSS-APPO) se apoderaron de las instalaciones del Canal 9 local donde entraron por la fuerza y desalojaron al personal de la institución y a la policía que custodiaba las instalaciones. Los inconformes ingresaron hasta la zona de trasmisiones y enviaron un mensaje en cada estatal a población civil para convocarlos a la alerta máxima por la represión cometida en contra de profesores de la sección 22. La intolerancia de Peñita El operativo estaba en marcha desde el siguiente
día al Gran paro nacional magisterial. Ese día, finalmente, los
maestros de la CNTE realizaron una marcha para acompañar a la
comisión. Esta fue recibida por Osorio. No se informó qué
pasó, Osorio salió sin hacer declaraciones. Luego se supo lo ya
esperado: cero acuerdos, cero negociaciones y, por supuesto, amenazas. Osorio
dio a los maestros un ultimátum: desalojar el Zócalo ya, a cambio
de nada.
Los maestros señalaron que el límite que les dio el gobierno era para las 12 hs. del 13 de septiembre. La arrogancia gubernamental es infame. Tan solo desmantelar al campamento requiere de mucho trabajo y tiempo. La policía federal y la del distrito federal (granaderos) empezaron a posicionarse. Fuertemente armados, supervisados por helicópteros, acompañados por tanquetas blindadas de agua y caballos, los policías rodearon al Zócalo. Mucho antes, avisaron a los comercios, bancos y oficinas a cerrar sus establecimientos. Se preparaba un escenario “de guerra”, los matones ajusticiarían a los maestros. Desde luego, se impidió el tránsito de vehículos y personas. El plan era aislar a los profes. En los preparativos, la televisión privada no estaba incrustada entre la policía sino en pleno escenario, transmitiendo en vivo a través de reporteros ubicados en varios puntos. Iban a filmar la sangre magisterial, las comisiones de derechos humanos darían fe del hecho. Represión basada en el respeto a los derechos humanos, dicen hipócritamente. Muy pronto, un grupo de individuos con el rostro cubierto se aproximó al escenario y empezaron a sacar los adoquines del piso. Empezaron por la calle Palma, luego escogieron su lugar de ataque: sería frente a la Catedral Metropolitana. Eran unos cuantos y la televisión los identificó como “anarquistas”. Luego de más pláticas, la policía federal puso como límite al ultimátum a las 4 de la tarde. Así ocurrió. A las 4 en punto, 3 mil 600 policías entraron al Zócalo de la capital. No encontraron prácticamente a nadie, solo fogatas en las que ardían papeles, basura y otros enseres. Reportaron los medios que a la policía le llevó 10 minutos “tomar” al Zócalo. Si así fue, es mucho tiempo, habida cuenta que ya no había nadie y no hubo resistencia. El Zócalo tampoco fue tomado sino “ocupado” por la fuerza pública. Lo que querían, el enfrentamiento, no ocurrió. Decisión correcta Los maestros procedieron con mucho nivel político.
Aún cuando estaban preparados para enfrentar a la policía y eran
mayoría numéricamente, eludieron el enfrentamiento. Mientras unos
maestros recogían sus pertenencias, otros se preparaban para el combate.
Se hicieron de un trascabo, consiguieron palos y tubos, reunieron piedras y
prendieron varias fogatas que produjeron mucho humo. Eso evitó que los
helicópteros tuvieran buena visibilidad.
Mientras eso ocurría, en “operación hormiga” los maestros se fueron desplazando en varias direcciones. La televisión ni siquiera sabía a donde iban, los funcionarios del gobierno tampoco, al menso no supieron contestar en las entrevistas al aire. Todo era expectación conforme se acercaban las 4 de la tarde. Cuando esta hora llegó, los maestros ya no estaban. Los “anarquistas”, entonces, se replegaron. Obvio, se quedaron con las ganas. Para no irse sin calentar el músculo, en las calles aledañas al Zócalo protagonizaron escaramuzas con la policía, lanzándoles piedras y petardos. ¿Quiénes son esos “anarquistas”, de dónde salieron, dónde estaban, porqué luchan? En la época reciente, debutaron el 1º de diciembre de 2012 cuando se enfrentaron en La Alameda contra la policía. Luego, hicieron lo mismo en la marcha del 1º de septiembre de 2013 para reventarla. Con anterioridad, un grupo de darketos y punks asistían a las marchas, especialmente, las estudiantiles. La policía los hostigaba y había forcejeos. De allí no pasaba, esos muchachos y muchachas iban, incluso, pacíficos. Pero, desde el año pasado, esos “anarquistas” acostumbran ir con el rostro cubierto y actúan por su cuenta, siempre auspiciando el enfrentamiento con la policía. ¿Programa? no lo tienen. ¿Disciplina? Menos. ¿Alguien los conoce? Nadie. Esta vez, mientras la televisión esperaba el momento, deslizó el comentario de que la CNTE los había llamado. Así explicaban su presencia. ¡Falso! Sería un serio error de los maestros y no creemos en esa versión. Esos grupos, poco numerosos pero escandalosos, parecen un brazo embozado de la misma policía que actúan de acuerdo a un guión preestablecido. Su función es provocar la violencia, atacar a la policía, resistir algunos golpes y huir. En la confusión, la policía detiene a otros que son ajenos y más tarde los libera bajo cuantiosas fianzas. Así, tiende a repetirse la misma película. Esta vez, provocadores, policías y gobierno se quedaron con las ganas. Los maestros abandonaron el Zócalo para reagruparse más tarde en el Monumento a la Revolución. Fue lo mejor para todos, incluyendo para el gobierno porque si desata la represión que había programado, la respuesta hubiera sido inmediata en varias partes del país, donde contingentes de maestros estaban listos para lo que fuera. La decisión de los maestros de la CNTE fue correcta, el enfrentamiento con el Estado existe en su nivel político pero se eludió el enfrentamiento con la fuerza pública. Mal le fue a Peñita y a Osorio. Siguen siendo “generales” que no han ganado una sola batalla, lo único que cosechan es el repudio generalizado de la población, lo mismo que su empleado, el perredista Mancerita. Ref: 2013, elektron 13 (302) 1-4, 14 septiembre 2013, FTE de México. Maestros en el Zócalo antes del ultimátum policíaco FOTO: J.A. Belmont Reagrupamiento de maestros en el Monumento a la revolución FOTO: A. Domínguez Esta página es construida por trabajadores del sector energía.
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