Sanguinaria ofensiva contra la resistencia palestina. Israel desafía a la comunidad internacional. Esta mantiene un silencio cómplice. Los países árabes siguen con el frente dividido. Sharon los provoca preparando un escenario de destrucción total. Esa es su solución para impedir la existencia de un estado palestino.
El ejército israelí sigue ocupando territorios palestinos y ha dicho que no saldrá hasta que caiga Arafat. En las poblaciones la situación es crítica debido a los largos toque de queda que ha impuesto el invasor. La universidad palestina Al Quds ha sido cerrada. La coalición de los 13 principales movimientos palestinos, por su parte, hizo un llamado a boicot palestino y de los países árabes contra el gobierno del primer ministro de Israel, Ariel Sharon, en un intento por aislar a Tel Aviv del escenario internacional. "La situación en el terreno alerta un desastre humanitario total"
Los soldados de Tel Aviv, amparados por tanques, han disparado contra niños que tiraban piedras a los blindados y los han matado.
El 9 de abril Israel inició la concentración de tropas en la frontera de la franja de Gaza. En medio del silencio de la comunidad internacional y con el visto bueno del gobierno norteamericano, el 10 de mayo las tropas israelíes se dispusieron a invadir Gaza en represalia por los atentados suicidas de los palestinos. Al regreso de Sharon de los EU se dio la orden de ataque. Tanques, fuerzas de infantería, brigadas especiales, helicópteros y cazabombarderos se aprestaron a repetir la tragedia de Jenin. Millón y medio de palestinos en Gaza se preparaban para resistir.
Luego que Israel levantó el anterior confinamiento de Arafat, en abril pasado, un embargo petrolero de las naciones árabes contra Israel sería una "importante decisión, y debería ser algo a considerar" dijeron algunos árabes. Pero, un posible embargo petrolero contra Tel Aviv ante las "intransigentes" políticas israelíes y las "atrocidades" cometidas por ese país parece muy difícil de alcanzar. El bloqueo petrolero representaría una herramienta para presionar pero, hasta ahora, Irak es el único país árabe que suspendió el suministro de crudo durante un mes, en protesta por la última campaña israelí contra los territorios palestinos (DPA y AFP en La Jornada 290402)
El 11 de mayo, en Tel Aviv más de 100 mil israelíes se manifestaron por la paz y contra la ocupación de Palestina. El 12 de mayo se preveía como inminente el ataque a Gaza. De ocurrir, “El asalto a Gaza será más sangriento que el de Jenin” escribió R Risk (en La Jornada 120502).
Divergencias militares llevaron a cancelar de momento el ataque. Entretanto, el Partido Likud de Sharon votaba contra la creación de un estado palestino. Eso equivale a “la destrucción de los acuerdos de Oslo” declaró Arafat. Luego, ante el Consejo legislativo palestino reconoció que su gobierno ha "cometido errores", y llamó a realizar "cambios y reformas", además de prometer que se celebrarán elecciones. Esto en respuesta a la afirmación de Sharon quien dijo que, que su país sólo reanudará negociaciones de paz con los palestinos cuando se concreten reformas profundas al interior de la "corrupta y dictatorial" ANP.
"Propongo la inmediata preparación de elecciones que conduzcan a la plena aplicación de separación de poderes" afirmó Arafat, y agregó, "Tenemos gran necesidad de revisar nuestras políticas y nuestros planes para solucionar los errores y corregir nuestro camino y nuestra lucha por la independencia nacional"
Cuando los palestinos habían dado muestras de distensión con planes para el retiro de las fuerzas israelíes y la lucha contra los ataques suicidas, Israel lanzó un feroz ataque contra Gaza la noche del 22 de julio pasado.
La ANP dijo: "es un crimen de guerra que pretende sabotear todos los esfuerzos para devolver la estabilidad a la región", y responsabilizó de esta acción a Estados Unidos, "en la medida en que los israelíes usaron un F-16 de fabricación estadounidense para llevar a cabo este ataque criminal" La acción israelí estaba dirigida al jefe del brazo militar del movimiento de resistencia Hamas, Salah Shehada. Hamas reaccionó de inmediato. "Es un matanza terrible cometida por los terroristas sionistas y los estadounidenses que matan ancianos, mujeres y niños. Hamas vengará la sangre de cada una de sus víctimas, agregó”.
Shehada no murió durante el ataque aéreo. Las Brigadas Ezzedid Al Qassam se congregaron delante del hospital al que fueron llevadas las víctimas y gritaron por altavoces que su jefe estaba con vida, mientras resonaban cantos nacionalistas en todas las mezquitas, reportaron las agencias Reuters, DPA y AFP (en La Jornada 240702).
Antes del ataque contra Gaza, el fundador de Hamas, Ahmed Yassin, había declarado que su movimiento considera "seriamente" frenar los atentados suicidas si Israel se retira de las ciudades ocupadas, detiene los asesinatos y la destrucción de casas y libera a los presos palestinos.
“El ataque en Gaza, uno de los mayores éxitos del ejército” dijo arrogante y soberbio Ariel Sharon, mientras Arafat lamentaba “el silencio de la comunidad internacional.
"Es una matanza -dijo- que ningún ser humano podría imaginar. Pregunto al mundo entero: ¿cómo pueden quedarse en silencio ante tales crímenes sin intentar ponerles fin? El primer ministro israelí Ariel Sharon no quiere la paz y sí continuar con su política de masacres"
Insistió Arafat diciendo: "Hago un llamamiento a la comunidad internacional para que actúe, no con denuncias sino por lo menos con el envío de una fuerza internacional de paz o de observadores internacionales con el fin de acabar con este crimen innoble perpetrado diariamente contra nuestro pueblo”
La comunidad internacional, sin embargo, se mantiene callada. La inútil Organización de Naciones Unidas (ONU) cada vez produce más indignación, baste señalar que, para esta organización internacional, la matanza israelí en Jenin “jamás existió” según un informe de ese aparato burocrático proyanki.
El sanguinario bombardeo israelí tuvo lugar después de que días antes se reanudaron los contactos de seguridad a alto nivel entre las autoridades israelíes y de la ANP.
Más de 50 mil palestinos clamaron venganza en las calles de la ciudad de Gaza durante los funerales de las víctimas del ataque aéreo israelí. En el funeral, la multitud pidió una dura respuesta. Los activistas presentes en las exequias, de diversos grupos integristas, dispararon al aire y prometieron continuar sus ataques contra Israel.
El ataque israelí a Gaza tiene un significado profundo. James Petras (en La Jornada 300702) ha escrito que, el régimen israelí busca sabotear la propuesta de un cese al fuego firmada por todas las organizaciones de resistencia palestinas, respaldada por la mayoría de países árabes. Esta propuesta incluiría el compromiso unilateral de detener los ataques suicidas contra civiles israelíes.
Sharon optó por bombardear civiles palestinos. El genocida israelí no quiere ninguna negociación, lo que pretende es expulsar a los palestinos mediante la fuerza y la destrucción total. No quiere un Estado palestino prefiere la guerra, el asesinato en masa, el terror.
Bien dice Petras cuando afirma que Sharon provoca la respuesta de las víctimas para luego justificar sus criminales acciones. “El éxito de Israel se mide por la habilidad de mantener la espiral de violencia en Palestina”
El propósito más importante es debilitar el creciente consenso entre los países árabes y Palestina. Ese frente árabe ha sido muy débil y podría caerse ante la reacción violenta de los palestinos agraviados.
Sharon procede con impunidad con el apoyo norteamericano. Su comportamiento sicópata encuentra terreno fértil en la actual "guerra contra el terrorismo" del gobierno de Bush.
El propósito de Sharon es estratégico para llevar a cabo un asalto militar a Gaza en gran escala enviando a los palestinos al Sinaí. Esa es la solución final de Sharon, escribió Petras
El Frente de Trabajadores de la Energía, de México, en lucha contra el imperialismo y su política neoliberal expresa su indignación ante la masacre israelí contra el pueblo palestino.
Llamamos al pueblo mexicano y a sus organizaciones democráticas a expresar la tradicional solidaridad de los mexicanos con las causas justas de la humanidad. Al mismo tiempo, llamamos a redoblar los esfuerzos contra el gobierno foxista y su política pronorteamericana y proisraelí. Exigimos que se suspenda la exportación de petróleo mexicano a Estados Unidos y a Israel, mismo que es utilizado para los planes de guerra genocidas de Sharon y Bush.
El gobierno de Fox calla ante la atrocidad sionista, mientras los charros sindicales apoyan la política petrolera proyanki. ¡Ese gobierno caerá y los charros sindicales también!