Otra vez los invasores, los amontonadores de piedras, los que se alimentan de sangre humana. Vienen por lo que es nuestro, de la nación, nuestros recursos naturales, las funciones constitucionales en materia de petróleo y energía eléctrica. Vienen por nuestras reservas de energéticos. Ya lo sabíamos pero no hicimos nada, por lo menos, no lo suficiente. Ahora ya están aquí, para meterse en nuestra casa y volver a saquearnos. ¿Haremos algo o ya no queda nadie con dignidad?

A Bertolt Brecht, poeta y dramaturgo alemán (1989-1956), se le atribuye una versión de famosos versos que entre la izquierda de antaño se declamaban con frecuencia.

“Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya era demasiado tarde para hacer nada".

Eso de yo no fui, a mi no me interesa, no se nada, siempre termina por revertirse. Muchas interpretaciones se han dado a los versos brechtianos. Pero, lo peor, es vivir esa triste realidad.

Para eludir la responsabilidad, hacer caso omiso de algún compromiso, mirar hacia otro lado, borrar la realidad para no verla, no se necesita mucho esfuerzo. A veces, eso se hace con “fines recreativos”, sobre todo cuando se trafica como falsos “intelectuales” o “expertos” a sueldo del imperio. Otras veces, el trabajo es muy cómodo estando encerrados, cual intelectualosos, en seis paredes dedicados solamente a cobrar.

Pero, para el conjunto de la sociedad se trata de una verdadera tragedia. Claro que, a todos lo niveles, existe responsabilidad, en mayor o menor grado.

Fueron décadas de lucha entre los petroleros de principios del siglo pasado. La exploración petrolera se había iniciado hacia fines del siglo XIX: En 1904 se perforó al primer pozo. Antes de la Revolución, durante la colonia española, el petróleo era del dueño de la tierra, Con la Revolución, Flores Magón explicó la importancia de la tierra y sus recursos y Zapara enarboló esta bandera con las armas en la mano. En 1938, el pueblo de México conquistó el dominio sobre sus recursos de hidrocarburos y, en 1960, sobre su patrimonio eléctrico.

La huelga petrolera de 1937 desembocó en la expropiación. El movimiento sindical por razones laborales encabezó la lucha. Años de resistencia precedieron a la epopeya. Muchos petroleros fueron asesinados por las “guardias blancas” de las compañías extranjeras. “Los más salidores anochecían pero no sabían si amanecían”, decían los viejos petroleros. “Entonces nos fuimos al monte y resistimos varios años”, agregaban. Al final, triunfó el movimiento y, con el, la nación.

Con la nacionalización eléctrica fueron años de lucha por todo el territorio, encabezados por los electricistas del interior del país. Al final, triunfamos e integramos a la industria eléctrica nacionalizada.

Pero, tanto petroleros como electricistas, fuimos reprimidos por los gobiernos en turno, especialmente en 1976, con la represión político-militar a la Tendencia Democrática. Entonces, se interrumpió violentamente la nacionalización eléctrica y, luego, la petrolera.

¿Y, quién dijo algo? Con el cardenismo, la derecha se enardeció, las compañías petroleras extranjeras boicotearon, sus países amenazaron con la invasión. Y, ¿la izquierda? Los comunistas vacilando, Lombardo oficializando al corporativismo que derivó en charrismo. Con la nacionalización eléctrica, la derecha en contra, la izquierda sin apoyar por incomprensión política.

Luego de la derrota ferrocarrilera. ¿Alguien dijo algo, alguna vez explicaron los comunistas sus provocaciones y errores? En el caso de la represión a la Tendencia Democrática del SUTERM, ¿alguien dijo algo? Por el contrario, el PCM nos regateó el apoyo, el SME nos traicionó, los estudiantes se hicieron a un lado, mientras PRI y charrismo nos agredían.

Empezó la privatización eléctrica furtiva, que hoy rebasa el 52%, ¿alguien dijo algo? Casi nadie, salvo el FTE, para los demás no existe esa privatización, le siguen llamando “silenciosa”. ¿Hoy, alguien dice algo? Nadie, a casi todos se les olvidó. Y, ¿en materia de petróleo y gas? Unos cuantos nos atrevemos a hablar, para los demás no es su asunto.

Viene entonces, está más que anunciada, la reforma energética de Peña Nieto y Videgaray que terminará con la nacionalización eléctrica y petrolera. ¿Dónde están los demás? La derecha en su lugar, contentándose con ser socio menor de las transnacionales. El Estado (gobierno, ejército, legisladores, ministros y burocracia), felices de volver a traicionar a la nación a cambio de dinero. ¿Los medios? Dedicados a repetir la falsedad y la mentira.

Y, ¿la izquierda? ¿Cuál izquierda? No existe, hace décadas que es inexistente, mejor dicho: nunca ha existido. Hablamos política e ideológicamente. Lo que ha habido y sigue habiendo son aparatos burocráticos, fraseología hueca, mucha grilla, carencia de política de clase, oportunismo y parasitismo. Eso no puede siquiera llamarse “izquierda”.

¿La organización, el programa, la política? Nada existe. ¿Acaso no hay juventud, nunca ha habido experiencias? Pereciera que no, todo es desolación.

Hay escenas patéticas: cartas al periódico llamando en la víspera a una reunión para “organizarnos”. Intelectualosos que disertan sobre las “presiones” petroleras que tienen a Peña Nieto en la “indefinición”, temerosos que “no saben a quién creerle” y piden “esperar” a que Peña “diga la última palabra”.

Los grillos parasitarios apenas se han dado cuenta que el gobierno quiere privatizar y, antes de meditar, se lanzan contra la propiedad colectiva de la nación en materia energética porque, dicen, sería colectivización, como si se tratara de cultivar a un ejido. Para eso están, esa es su función, obstaculizar todo intento de lucha y boicotearla haciéndole un favor al gobierno y transnacionales.

Pues bien, en tales condiciones, los invasores ya llegaron, ya están aquí.

En un spot de televisión, salen a cuadro unos niños corriendo y gritando: ai´vienen, ai´vienen, ...”. Luego, aparecen los soldados, muy amables, abrazando a los niños. Es un montaje falso, quien sabe de qué país se trate porque en México, los soldados dan miedo, lo mismo las policías, los Ministerios Públicos y Procuradurías.

Mientras, negros nubarrones presagian desgracias. Son las transnacionales y sus bandas de “guardias blancas”.

Por la sierra de Zongolica, en Veracruz, un artesano recolectaba flores y semillas para la ceremonia inaugural de la reunión contra una central hidroeléctrica privada de la que era opositor. Llegaron unos sicarios y empezaron a lapidarlo, lo apedrearon hasta matarlo. Su pequeño hijo estaba presente. Luego, ataron de pies y manos al padre. Su hijo lloraba. Después, los sicarios degollaron al artesano y se fueron. Si hijo quedó llorando.

¿Quién mató al opositor? ¡La transnacional señor! Ese es el rostro de las transnacionales. Este hecho ocurrió hace apenas unos días, pero no les dice nada a la mayoría de mexicanos. No obstante, este 12 de agosto de 2013 será un día muy largo y triste para la nación, será un día aciago. Para el capital, gobierno y transnacionales será día de borrachera: Peña Nieto anunciará el fin de la nacionalización eléctrica y petrolera. Los invasores ya están aquí y vienen por nosotros. La nación está indefensa. ¿Alguien la defenderá, alguien defenderá a Pemex, a la CFE o se impondrán quienes las atacan infantilmente?

¿Se acuerdan siquiera de los versos del himno nacional? Ya es bastante tarde pero ¿ahora sí hay que organizarnos o todavía no? ¿Seguiremos soportando a los grillos o vamos a luchar independientes para ser libres?

Contra viento y marea el FTE de México enarbola su bandera, en este momento, expresada en la Política Energética Independiente, misma que está contenida en 60 propuestas sobre petróleo, petroquímica, gas, energía eléctrica, viento y agua. Esta política es necesaria y es viable, para ahora y la re-nacionalización.


Ref: 2013, elektron 13 (241) 1-3, 11 agosto 2013, FTE de México.

Mañana 13 de agosto de 2013 será un día aciago. Desde hoy levantamos nuestra bandera: la re-nacionalización energética