Agua altamente radiativa se estaría filtrando al suelo y al mar en Fukushima. Los niveles de contaminación de Cesio-134 y Cesio-137 son muy elevados. El agua utilizada para refrigerar los núcleos de los reactores accidentados en 2011 sigue aumentando sin que se hayan logrado los objetivos.

La Autoridad de Regulación Nuclear de Japón (NRA) informó que tiene la “firme sospecha” de que el agua altamente radiactiva que se concentra en la accidentada central nuclear de Fukushima se está filtrando al suelo y al mar frente a la planta (EFE, en Cubadebate, 11 julio 2013).

“Debemos hallar la causa que hay detrás de estos altos niveles de contaminación y establecer las medidas prioritarias para solucionarlo”, dijo el presidente del NRA, Shunichi Tanaka, a la agencia Kyodo.

Tanaka hizo estas declaraciones después que en los últimos días los niveles de concentración de Cesio (Cs) y Estroncio (Sr) radiactivos se dispararon en muestras de aguas subterráneas tomadas en las instalaciones de Fukushima.

En estos momentos, el principal reto para desmantelar la central es la acumulación en el subsuelo de los edificios que albergan los reactores nucleares de agua contaminada, líquido que se incrementa a diario por las filtraciones del sistema de refrigeración y de agua subterránea proveniente de las zonas colindantes.

A pesar de que por el momento se desconocen las causas del incremento sustancial de los niveles de contaminación de esta agua, la compañía considera que el foco puede ser un pozo junto al mar. Sin embargo, la NRA considera que este puede no ser el único origen de estos niveles.

Las muestras de agua subterránea analizadas por la operadora de la central, Tokyo Electric Power (TEPCO), registraron niveles de materiales radiactivos hasta 100 veces más altos con respecto a las pruebas realizadas días antes.

La muestra contenía 11,000 becquereles de Cesio-134 por litro y 22,000 becquereles de Cesio-137 por litro. En esta agua había 900,000 becquereles de otras sustancias que emiten radiación beta, como el Estroncio-90.

TEPCO ha adoptado medidas para sellar esta agua contaminada en zonas de la central, aunque según la NRA la empresa no puede controlar la propagación de todos los materiales contaminados al mar o al suelo. La eléctrica ha indicado que por el momento no ha detectado “un impacto significativo” en el entorno.

Sí, desde el principio se entró en un círculo viciado, ya pasaron más de 2 años y pasaran muchos más con ese problema. Inicialmente, los reactores fueron “rociados” con agua de mar vertida por helicópteros sobre los reactores accidentados. Se trataba de enfriar a los reactores cuyos núcleos fueron fusionados. Habían fallado fueron los sistemas de refrigeración de emergencia. Evitar, o al menos limitar, la fusión de los núcleos era improbable con el rociado externo.

Finalmente, se arrojaron muchas toneladas de agua que inundaron a la central sin haber controlado el siniestro. Los reactores dañados siguen con la necesidad de mantener una refrigeración adecuada. Los sistemas de refrigeración no se han restablecido.

Al inundarse la central, misma que está muy contaminada, el agua también se contaminó. Sin tener capacidad suficiente para almacenarla, el agua se dispersó, una parte ha sido arrojada al exterior pero otra sigue dentro.

Las concentraciones de radiatividad recién descubiertas son muy altas y no hay que buscar con lupa a las filtraciones. Esa agua que ahora está contaminada y sigue dispersándose es el resultado de la improvisación y medidas insuficientes para controlar la emergencia.

Por lo pronto, los reactores de Fukushima están inutilizados, los problemas debidos al campo de radiación ionizante y sus efectos, de irradiación, contaminación y daños a la salud, siguen aflorando. Lamentablemente, así seguirá al menos en los próximos 200 años, en tanto la central es desmantelada y siempre y cuando no ocurran otros eventos que hagan mayor al desastre.


Ref: 2013, elektron 13 (212) 1-2, 1 agosto 2013, FTE de México.

Central nuclear de Fukushima Daiichi dañada por los accidentes nucleares severos de sus reactores