La privatización de Pemex ya empezó con a privatización del lenguaje tergiversándolo para asumir aviesos propósitos. PRI, PAN y PRD coinciden en la participación privada en Pemex pero nadie le llama privatización, han unificado su lenguaje y le llaman “modernización”. Tabúes le llama Beltrones a los artículos 27 y 28 constitucionales. Hay que tirarlos a la basura, propone. Evidentemente, cotiza caro su voto, esas votaciones son las que le gustan, las transnacionales pagarán y les saldrá barato.
¡Claro que no, no se vende solamente se
privatiza! La primera parte es la misma consigna que hemos enarbolado en las
calles ahora la retoman Peña Nieto y Beltrones, ambos enemigos de Pemex.
Los dos políticos priístas quieren “modernizar” a la
paraestatal mexicana siendo ambos obsoletos. Siguen creyendo que privatizar
consiste solamente en vender los activos. Fingen que no saben lo que sus jefes
neoliberales han redefinido. Hoy, para privatizar se siguen otros
procedimientos, sobre todo tratándose de los sectores estratégicos
que fueron conquistados por los pueblos y naciones. Para “suavizar”
el atraco y siempre en su beneficio, las transnacionales NO compran NADA de la
planta industrial envejecida, prefieren que el Estado les transfiera las
funciones para realizarlas después con la nueva infraestructura
industrial de su total y absoluta propiedad privada. A eso le llaman
“modernización” siendo vulgar
privatización.
Con ese lenguaje pervertido tales políticos se dedican a jugar y engañar a la sociedad, Un caso patético de deshonestidad es Fabio Beltrones, exgobernador de Sonora, exsenador y político involucrado por los propios gringos en acciones delictivas. Manlio Fabio Beltrones, coordinador de los diputados federales del PRI, reiteró que PAN y PRD deben tener claro que “Petróleos Mexicanos (Pemex) no se vende” y que el propósito del presidente Enrique Peña Nieto es concretar una reforma para que la iniciativa privada participe, pero sin comprometer la soberanía nacional (Rivera L.M., Muñoz A., Saldierna G., en La Jornada, p.12, 21 junio 2013). Beltrones es un experto mafioso, político tradicionalista por engañoso y deshonesto. Mezcla varias cuestiones para confundir. Dice que Pemex no se vende pero sí se privatiza. Es lo mismo. Agrega que esa privatización será “sin comprometer la soberanía nacional”. Eso es solo un decir demagógico. Al entregar las funciones estratégicas al capital privado (extranjero) se entrega, al mismo tiempo, la soberanía nacional. En ninguna parte del mundo ha ocurrido a la inversa. Pero, a Beltrones la soberanía nacional le tiene sin cuidado, su dios es el dinero. Por lo demás, la `privatización no sería por vez primera. A la fecha, la privatización furtiva en Pemex es creciente y, en CFE, es simplemente excesiva. Manejo deliberadamente borroso La tergiversación
lingüística de Peña Nieto le ha dado buen resultado entre los
políticos al servicio del Estado. Todos ya repiten el mismo discurso. El
PAN “rechazará la privatización de Pemex”, dijo el
diputado Rubén Camarillo. Es lo mismo que dice Peña.
En Veracruz, Beltrones sostuvo que Pemex no se vende, pero “es claro que la iniciativa privada debe entrar para invertir y modernizar la industria petrolera del país”. ¿Entrar para invertir? ¿Para beneficio de quién? Pues del capital. El PRD también está en contra de la privatización pero sí a favor de la “modernización” que implica la entrada del capital privado en Pemex. Así PRI, PAN y PRD coinciden en que debe haber reforma energética. También coinciden en que debe entrar el capital privado en Pemex. Igualmente, coinciden en que debe haber “modernización”. ¿Cuál es la diferencia? Qué PRI y PAN prefieren una reforma constitucional y el PRD no, es decir, los primeros quieren privatización constitucional y, el tercero, privatización no constitucional. O sea, todos coinciden en la privatización. Políticos cínicos La reforma energética, en particular la
apertura de Petróleos Mexicanos (Pemex), continúa generando
polémica entre las fuerzas políticas. Mientras miembros del
Partido Revolucionario Institucional (PRI) señalaron que se deben
erradicar “dogmas y falsos nacionalismos”, pues los recursos
petroleros no se entregarán al sector privado, militantes del Partido de
la Revolución Democrática (PRD) reiteraron que no
permitirán la privatización de la paraestatal (Becerril A.,
Ballinas V., Román J.A., en La Jornada, p.12, 27 junio 2013).
El coordinador de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones, indicó que se debe terminar con el falso debate de que se quiere entregar el petróleo a inversionistas particulares. ¿Ah no, los inversionistas particulares no son los privados? Son los mismos. No se trata de compartir la renta petrolera con empresas trasnacionales, explicó, sino de asociaciones de Pemex con empresas, “donde se comparten utilidades, después de impuestos y derechos que se pagan, como sucede en cualquier parte del mundo”. Detalló que este tipo de asociaciones petroleras las hacen Brasil, Cuba o Rusia. “Quizá los únicos que estamos anclados en dogmas y tabúes bastante viejos, es aquí en México”. Já, el mismo Beltrones en su deshonestidad se balconea. Dice que “no se trata de compartir la renta petrolera” con las transnacionales sino asociarse para “compartir utilidades”. ¡Es lo mismo! Tratando de desmentirse confiesa. La renta petrolera son las ganancias o utilidades. No se trata de compartirlas pero, al mismo tiempo, dice Beltrones que sí. Pareciera un trabalenguas en que Beltrones se enreda solito. Beltrones, Peña y Videgaray son los dogmáticos, no solo son obsoletos sino ahistóricos y habría que tirarlos. “Tirar tabúes al bote de la basura” Beltrones insistió en que “pueden ser cambios constitucionales o legales, ojala que algunos por fin tiren sus tabúes al bote de la basura y nos fuéramos a una reforma constitucional que gire alrededor de que el petróleo no quede en manos privadas. No sigamos con esos falsos debates, de un falso nacionalismo”. Lo que quiere Beltrones es “tirar a la basura” a la Constitución, especialmente los artículos 27 y 28. Una reforma constitucional en materia energética implicaría cambiar a los actuales párrafos cuarto y sexto en materia petrolera y eléctrica, así como el párrafo cuarto del artículo 28 en ambas materias. Eso es lo que molesta al capo. Dijo que nadie pensaría tocar el tema si la legislación actual diera para lo que México y la industria energética necesitan: “Pero si hoy resulta que el artículo 27 constitucional se constituye en una camisa de fuerza, no seremos las personas quienes le rinden culto a la ley, culto a la norma, sino la norma es la que tiene que ser eficaz para cumplirle a las personas”. Eso es, a los políticos neoliberales empleados de las transnacionales les estorba el artículo 27 y por extensión la expropiación petrolera (y la nacionalización eléctrica) y el régimen de propiedad nacional. Entonces, proponen cambiar ese régimen para volverlo privado y “rendir culto” al capital. Sostuvo que nadie está pensando en la privatización de Pemex, pero es urgente modernizar la industria, que es de todos los mexicanos y que hoy “no es suficientemente eficaz”, entre otras razones por la falta de recursos del gobierno federal. ¿No tiene recursos? ¿Y, los que produce Pemex? ¿Y los que entrega a Hacienda? ¿Cómo es, entonces, que Pemex es la petrolera más rentable del mundo? Es obvio, a Beltrones no le interesa la industria energética nacionalizada, su pensamiento está en los dólares. Nunca antes se había presentado tan atractiva oportunidad. Votar en favor de entregar Pemex al capital privado (extranjero) es la mejor oportunidad para enriquecerse sin límite y adquirir un alto poder político de impunidad. El voto de Beltrones (más los que consiga) se cotiza muy caro. Esos son los votos que le gusta emitir al capo. Por ello, su desesperado manejo de incoherencias. Para ello, no tiene “tabúes”, se trata de un político cínico, corrupto y vendepatrias. Ref: FTE 2013, elektron 13 (188) 1-3, 8 julio 2013, FTE de México.
Complejo
petroquímico Morelos y Activo integral Burgos. Pemex “no se
vende”, lo que Beltrones venderá es su voto. A cambio, las
transnacionales se apoderarán del patrimonio de la nación. Ese
tabú no le dice nada al capo, que negocia lo que no es suyo y
repartirá las sobras entre los legisladores del PRI, PAN y PRD
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