Un documento de 1983 el Banco Mundial (BM) propuso, como quinto paso, privatizar a Pemex. Peña Nieto ha dicho que se deben abandonar esquemas del pasado. ¿Van a abandonar las propuestas del BM o las va a consumar? ¿Para eso se pretende mutilar más a la Constitución? (FTE). El doctor John Saxe-Fernández publicó en La Jornada, 13 junio 2013, un artículo revelador, mismo que el FTE reproduce para el conocimiento de los trabajadores.
JOHN
SAXE-FERNáNDEZ
Si queremos superar los desafíos del Siglo XXI no podemos seguir operando con esquemas y procedimientos del siglo pasado”, dijo EPN la semana pasada en Cancún. ¿Qué quiso decir? ¿Alude los “esquemas y procedimientos” implantados desde 1983 para, como dice un documento del Banco Mundial (BM), llevar Pemex “a un punto de venta”? Así se infiere de las “Cartas de Política por Rama” del BM que en orden de importancia son: 1) permitir contratos de riesgo para la exploración y desarrollo petrolero, 2) permitir que exista inversión extranjera mayoritaria en la petroquímica, 3) dividir a Pemex en empresas separadas y en competencia entre sí, 4) permitir la competencia interna e internacional frente a Pemex y quinto paso: privatizar Pemex. Ese diseño del Siglo XX, regresivo, desarticulador y de despojo, acatado por el PRIAN y hoy vigente ¿es el que EPN va abandonar o el que va a consumar? La sistemática agresión a Pemex es parte de añejos diseños interamericanos en el Acta de Chapultepec (1945) para acotar y privatizar las empresas públicas y frenar la industrialización de “las naciones americanas”. México los rechazó por su corte colonial y anti-obrero. No así los neoliberales que al calor de la torpe negociación de la crisis deudora (1982) se sometieron al mandato de entes de Estado, firmas de asesoría (tipo McKinsey) y bancos de inversión y en especial al poderoso cabildo de petroleras alarmadas por la insistencia de países del Tercer Mundo, México en particular, por industrializar sus recursos naturales “desviándose” del guión asignado de extraer y exportar materia prima, petróleo, gas, minerales, hacia los centros industriales del mundo y además, exportados por firmas extranjeras en territorios vigilados y protegidos por Estados Unidos. México fue el chico malo: nacionalizó el petróleo en 1938, desatendió el diseño colonial/militar de EU y desplegó gran esfuerzo en la preparación de trabajadores y técnicos, una verdadera gesta en la que participaron, además de la UNAM e IPN en docencia e investigación, el Instituto Mexicano del Petróleo en labores de investigación y desarrollo, para reforzar la industrialización del petróleo y del gas natural, gran generadora de empleo. José Felipe Ocampo Torrea, en Sector energético industrial: análisis y propuestas, La Energía en México (Ceiich/UNAM 2008) ilustra, entre otros rubros, cómo la petroquímica fue “desarrollada en forma extraordinaria en México” obteniendo “en su sector estatal producciones de cerca de 20 millones de toneladas anuales” (p120). Pero el impulso de Pemex a encadenamientos productivos desde la petroquímica preocupó a la cúpula de grandes firmas –ahora fusionadas– ExxonMóbil, ConocoPhillips, ChevronTexaco etc. A finales de los 60, recuerda Michael Tanzer, el Wall Street Journal destacaba que “el monopolio petrolero nacionalizado” de México “es tan exitoso que preocupa a las firmas de la industria. Temen que otros países sigan el ejemplo de Pemex” cuya “eficiencia puede dañar las operaciones petroleras privadas en el resto de América Latina y en el Oriente Medio”. A un gerente citado por el WSJ, le alarmó que “una empresa pública tan exitosa como Pemex (llegara a ser) modelo para otros países que se inclinan por nacionalizar su petróleo”. Así que, ¿Alude EPN a los “esquemas” implantados desde 1983 para revertir esos avances generadores de empleo y riqueza, abriendo Pemex a la inversión extranjera directa, como lo anunció en EU y Europa? ¿No dio línea a diputados del PRI para “abrir a la IP” el gas shale? ¿Va Pemex con EPN, al “quinto paso”? Lozoya Austin, el director de Pemex, anunció que se contempla la reintegración de las filiales –un paso correcto– que revierte la ¿torpeza? que significó desmembrar Pemex anulando su “integración vertical”. Esa medida, impulsada desde Washington e instrumentada por los neoliberales, provocó un colapso de la petroquímica al aplicar “precios de transferencia” entre las filiales de Pemex, basados en los “precios eventuales” –lo que nadie usa de esa manera en el mundo. Junto al BM y en medio de risas del big oil, los neoliberales dijeron que “al competir entre ellas las filiales serian más eficientes”. Como dice Ocampo Torrea, así “ninguna operación petroquímica resulta rentable”. Aunque se ajustaron las leyes para abrir la petroquímica a la IED al 100 por ciento la avalancha de inversión no se dio: en su lugar “invadieron el mercado mexicano con productos elaborados...en EU” y “actualmente (2005) sólo se producen “cerca de 6 millones de toneladas aproximadamente” (ibid). Ya el régimen de saqueo abrió la puerta grande a la intervención y ocupación extranjera con la “guerra irregular” del Pentágono, que EPN parece avalar en su versión “anti-terrorista”. Con la tropa y el espionaje de EU metido hasta la cocina, nos anuncian los voceros del pacto que van por mutilar la Constitución para “la apertura total” de Pemex. ¿Llevan Pemex al quinto paso y México a la demolición? jsaxef.blogspot.com Fuente: FTE, 2013, elektron 13 (170) 1-2, 21 junio 2013, FTE de México. Vista costa afuera en el Golfo de México Esta página es construida por trabajadores del sector energía.
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