Obama y Peña Nieto auspician la apropiación transnacional de los recursos energéticos naturales de Mesoamrica. El discurso utilizado es falso y miserable. Se trata de arrasar con los “abundantes” recursos naturales, realizar importantes inversiones privadas y obtener cuantiosas ganancias. El desarrollo económico y social de los pueblos no le interesa al imperio ni a sus empleados.
El gobierno de Peña Nieto y la
iniciativa privada de Estados Unidos exploran oportunidades de inversiones para
una mayor interconexión eléctrica entre México y
Centroamérica, que permita el aprovechamiento de los recursos de
energía geotérmica, solar, eólica e hidráulica con
que cuenta la región mesoamericana, se informó en una nota
periodística (González R., en El Financiero, 14 mayo 2013).
El objetivo: lograr en la próxima década un mercado “dinámico que traiga más oportunidades económicas, inversiones en energía limpia y seguridad energética”, mediante el proyecto del Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central (SIEPAC) –que conectará las redes desde Guatemala hasta Panamá -, en paralelo a programas oficiales y privados estadounidenses en México, según el Departamento de Estado norteamericano. Depredar a Mesoamérica Ese es el objetivo principal, lo demás
es ornato demagógico. Como en anteriores ocasiones, el imperialismo
norteamericano es el que informa de los planes, el gobierno mexicano aparece en
calidad de simple empleado.
¿A qué le llaman “mercado dinámico”? A un mercado cautivo al que depredarán las transnacionales. ¿De qué oportunidades económicas hablan? De la apropiación de los recursos naturales de la región, empezando por las tierras. ¿Inversiones en energías limpias? Ese slogan se refiere a la generación eléctrica privada a partir de los recursos naturales apropiados. ¿Seguridad energética? Sí, la norteamericana. Esto es, se planean proyectos privados para la apropiación de la geotermia, el agua, el viento y el Sol. ¿Cómo le harían? Mediante la vertiente geopolítica que los Estados Unidos y el gobierno mexicano llevan acabo desde hace años, en el marco del llamado Plan Puebla-Panamá, es decir, el SIEPAC. Esencialmente, las transnacionales y sus gobiernos pretenden modificar la situación energética en la región, para apropiársela completa, tanto en recursos naturales como en la operación de la infraestructura. Todas las fuentes renovables de energía serían desarrolladas pero, de manera privada. Sempra a la cabeza Los aparatos que están detrás de estos planes
son el Banco Interamericano del Desarrollo (BID) y la Organización de
Estados Americanos (OEA), también conocida como “Departamento de
Colonias” de los Estados Unidos. También participan la
Corporación de Inversiones Privadas en el Extranjero y el Banco de
Exportaciones e Importaciones.
El Departamento de Estado norteamericano ha informado que Sempra Energy, la transnacional involucrada en innumerables escándalos de corrupción, empezará en breve la construcción de un parque eólico de 156 MW en Baja California, que suministrará energía limpia renovable al área de San Diego, California. La misma transnacional planea construir en el norte del país una central de 120 MW a base de gas natural destinada a suministrar energía eléctrica a Guatemala. En el primer caso, Sempra recibirá, seguramente, un permiso de Exportación (EXP) para la generación privada y su exportación, por parte de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), exactamente como ocurre con el proyecto Sierra de Juárez también de Sempra. En el segundo caso, es posible que la misma CRE le otorgue a Sempra un permiso de falso Autoabastecimiento (AUT), en este caso, remoto para que la transnacional genere en el norte de México y venda la energía a sus clientes en Guatemala. Para transportar la energía Sempra dispondría de las redes eléctricas nacionales de transmisión, a cargo de la CFE y del SIEPAC. Desmantelamiento para la privatización A la CFE le ofrecen premios de
consolación. Es el caso de 640 mil 500 dólares para el desarrollo
del programa de estabilización ambiental para instalaciones fuera (sic)
de servicio. La meta es respaldar a la CFE en la evaluación
ecológica, la salud y las normas de seguridad para la clausura y
desmantelamiento de centrales cerradas, así como para la
reconversión de subestaciones en todo
México.
¡Qué graciosa concesión! Los gringos apoyarán a la CFE en actividades improductivas e inútiles que son muy costosas pero tienen propósitos convenientes. Se trata de impulsar la actual política, consistente en el retiro de plantas eléctricas operadas por la CFE sin que vuelvan a reemplazarse, es decir, eliminar plantas del parque propio de generación. Esto tiene la enorme ventaja de que TODAS las nuevas centrales que se requieran sean de propiedad privada. Además, se seguirá utilizando la falsa metodología del alto margen de reserva para justificar el exceso de generación por parte de las transnacionales. A final, al impero le resultará barato mientras la CFE siga autodestruyéndose y dejando que la generación siga cubriéndose por las transnacionales. De tal manera que la privatización eléctrica furtiva adopta diversos mecanismos. En ningún caso se trata de la compra-venta de activos de una planta industrial envejecida. La privatización se ejecuta mediante la transferencia de las funciones constitucionalmente estratégicas a las transnacionales. Los mecanismos incluyen al desmantelamiento de las centrales propias de la CFE, y su eliminación definitiva, para ser reemplazadas por centrales privadas. Tratados Obama-Peña La nota de referencia señala que estos
temas fueron tratados por Peña Nieto durante la reciente visita de Obama
A México (3 de mayo 2013).
Según el Departamento de Estado norteamericano de dijo que “los elevados precios de la electricidad en México y América Central socavan las inversiones y los empleos y afectan la vida de todos los ciudadanos. Con los abundantes recursos de energía geotérmica, solar, eólica e hidráulica de Mesoamérica, un sector de energía diversificado y de menores emisiones de carbono pueden enfrentar estos desafíos”. El gobierno gringo destacó que la interconexión generará mercados más amplios, que puedan atraer los 25 mil millones de dólares en inversiones para el sector energético que necesita América Central en 2030. Washington “apoya estas iniciativas a través de empresas que generan energía de baja emisión de carbono de más de 4 GWh y de fondos para estudios de viabilidad, proyectos piloto, visitas profesionales y otras actividades de asistencia técnica. Unidad contra los depredadores El imperialismo utiliza un discurso falso y
miserable. En México Peña Nieto y Videgaray reconocen que las
tarifas eléctricas son caras y prometen que bajarán, siempre y
cuando se aprueben la reforma energética. Es decir, condicionan esa baja
en las tarifas a que Pemex y la CFE sean privatizadas pues, la tal reforma,
implicaría participación privada en ambas
paraestatales.
Este discurso es falso y miserable. Lo es porque, desde 1992 cuando se hicieron las reformas regresivas a la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica (LSPEE) se dijo lo mismo por Carlos Salinas de Gortari. De entonces a la fecha, todo ha sido al revés, las tarifas aumentaron considerablemente y, mientras más aumenta la privatización furtiva más se incrementan las tarifas. Esto es, el argumento de la baja de las tarifas es FALSO. Mientras, ya fue privatizado el 52.23% de la capacidad de generación total a nivel nacional, esto es, la industria eléctrica nacionalizada ya fue desnacionalizada. Ahora, Obama y Peña toman como punto de partida de su discurso que los “elevados precios” de la electricidad en México y Centroamérica “socavan las inversiones”, empleos y niveles de vida de los ciudadanos. Pero, si se privatizan los “abundantes” recursos naturales se tendrán “mercados más amplios”. ¿Con ello, bajarían las tarifas? En México Peña Nieto y Videragay dicen que sí pero será a la inversa. En Centroamérica pasaría lo mismo. En TODOS los casos, la tendencia es al aumento en el precio de las tarifas eléctricas. La razón es sencilla. En TODOS los casos, aún cuando las materias primas energéticas (sea el vapor geotérmico, el viento, el agua o la radiación solar) NO les cuesta, absolutamente, nada a las transnacionales, eso no se refleja en los llamados costos de producción, y menos en los costos de venta. En éstos últimos, cualquier costo de producción tiene asociado un porcentaje que corresponde a la ganancia. Esta es mayor en la medida en que las materias primas y el trabajo humano adquieren mayores proporciones como trabajo NO PAGADO. La apropiación, entonces, de los recursos naturales y fuerza de trabajo asalariada es clave. Las ganancias que proyectan Obama y Peña Nieto son cuantiosas. Si las “inversiones” se estiman en 25 mil millones de dólares hacia 2030, la ganancia será mayor. Lo que Obama y Peña Nieto proponen para México y Centroamérica es la depredación transnacional de los recursos naturales que son patrimonio colectivo de los pueblos y naciones. Ni Obama ni Peña tienen NINGUN derecho para apropiarse lo que no es suyo. Evidentemente, Obama y Peña proceden de acuerdo a sus objetivos políticos para la acumulación transnacional de capital. Eso, sin embargo, no justifica el atropello, mismo que no iniciará ahora, ya lleva tiempo. De hecho, las privatizaciones en México y Centroamérica son amplias. Hemos dicho que en México, Peña Nieto es el mejor exponente del capital en estos momentos y, por ello, su desbocada compulsión privatizadora. Con los nuevos planes anunciados por el Departamento de Estado norteamericano, está claro que la política depredadora de Peña Nieto incluye a Centroamérica. Así, Peña Nieto es un simple peón del imperialismo. Lucha mesoamericana unificada La lucha contra el neoliberalismo, en este
caso, la privatización energética furtiva, rebasa las fronteras
nacionales. Razones las hay para enfrentar unificados a la agresión
imperialista que encabezan Obama y Peña Nieto.
Necesitamos de una organización estructurada y entrelazada en cada país y a nivel mesoamericano. Hace 500 años enfrentamos aislados al invasor, hoy debemos enfrentarlo unificados. Son los mismos intereses, los mismos planes, deba haber entonces una misma respuesta. De entrada, el FTE de México propone a los compañeros de Centroamérica estructurar al Frente Mesoamericano de Trabajadores de la Energía (FMTE). ¡Venceremos! Fuente: 2013, elektron 13 (143) 1-4, 24 mayo 2013. Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de America Central La red de interconexión eléctrica centroamericana Esta página es construida por trabajadores del sector energía.
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