La situación en Venezuela es grave. Apenas son unos días sin Chávez y la derecha enardecida intenta un golpe fascistoide. Las recientes elecciones presidenciales las ganó el chavismo, apenas por un margen mínimo, incluso, perdió votos. El intervencionismo norteamericano auspicia la desestabilización interna. La fuerza social organizada de los trabajadores brilla por su ausencia.
El mundo entero ha estado expectante en
Venezuela. Primero, por la salud del expresidente Chávez y, luego, por el
proceso electoral nacional.
El chavismo sin Chávez pasó su primera prueba. Pasadas las 11 de la noche, tras una tensa espera y una guerra de declaraciones y rumores que adelantaban el triunfo de los dos bandos, la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE) compareció ante Venezuela para cantar los resultados: 50.66 por ciento de los votos para Nicolás Maduro, el “hijo de Chávez”, y 49.07 por ciento para el candidato unitario de la oposición, Henrique Capriles Radonsky, quien de este modo pierde ganando, al cerrar la brecha que lo separó del chavismo apenas en octubre pasado (la diferencia entre los dos bloques venezolanos pasa de un millón 637 mil sufragios a 235 mil) (Cano A., en La Jornada, p.2, 15 abr 2013). La presidenta del CNE, Tibisay Lucena, busca no dejar espacio al pataleo de la oposición: “Cuando el CNE da resultados, son irreversibles”, tras informar que las cifras corresponden a 99.12 por ciento de las actas escrutadas y con una participación ligeramente inferior a la de octubre pasado (78.7 por ciento). División electoral En todos los procesos electorales de la democracia
burguesa se gana o se pierde, se cuentan los votos y la mayoría decide,
supuestamente en iguales condiciones.
Esa democracia formal, generalmente, no es el reflejo de la realidad, a veces es peor. Atendiendo solamente a los resultados numéricos, se estaría ante una Venezuela dividida electoralmente. Más aún, el candidato de la derecha obtuvo más votos que la vez anterior. ¿Cómo es posible, cómo se puede explicar que la derecha avance tanto en tan poco tiempo? Apenas hace unos días, el pueblo venezolano se desbordó en las honras fúnebres de Chávez y ahora Maduro, el candidato propuesto por el propio Chávez, ganó por estrecho margen. “Hay que ser autocríticos y encontrar la explicación así sea debajo de las piedras”, escribió en Twitter Diosdado Cabello, actual presidente del parlamento venezolano. Tiene toda la razón. Y, ¿dónde están los trabajadores?, nos preguntamos en México y otras partes del mundo. Están viendo al vacío sin proceder en consecuencia. Es el resultado de haber incumplido sus deberes políticos en los años anteriores, al haberse limitado solamente a los económicos. Mientras, la derecha está a la ofensiva. Desestabilización provocada Nicolás Maduro, presidente venezolano,
denunció acciones desestabilizadoras de la oposición, tras
recuperar anoche su cuenta en la red social Twitter, hackeada desde el domingo pasado (en Cubadebate, 17 abr
2013).
“A 48 horas del ataque contra mi cuenta Twitter, vuelvo al combate de ideas. Un abrazo a toda Venezuela y a nuestros amigos del mundo”, publicó el jefe de Estado, a través de @NicolasMaduro. Mi llamado es a la paz. A rechazar el odio, la intolerancia y la violencia. Solo así progresará la Patria. Gracias Venezuela. Sigamos juntos, afirmó poco después frente a las acciones hostiles de la derecha que pretenden desestabilizar al país. Asimismo, el mandatario informó sobre ataques contra Centros médicos de Diagnóstico Integral (CDI) y el sistema eléctrico nacional, entre otros planes violentos de la oposición, que se niega junto a su candidato, Henrique Capriles, a aceptar su derrota en las elecciones presidenciales del pasado 14 de abril. Lamentablemente la derecha atacó los CDI de La Vaquera en Guarenas y Palo Verde en Caracas. Ordené buscar y capturar a los responsables, dijo el gobernante. También sabotearon el sistema eléctrico en Vargas, Miranda y Aragua. El lunes decretaré el sistema eléctrico servicio de seguridad nacional, advirtió. Asimismo, tenemos información de que la derecha está armando grupos con franelas rojas para simular ataque. He alertado a todos los cuerpos de seguridad, agregó. Ustedes fascistas odian y odian llenaron de violencia el país ahora dicen Yo No Fui Asuman su responsabilidad, derrotamos su golpe. Justicia, clamó el dignatario al criticar la actitud evasiva de la oposición en cuanto a reconocer su protagonismo en los hechos violentos que pretendían generar un ambiente de terror y golpismo. Llamo al pueblo a aislar a los fascistas y violentos donde estén, y a la justicia a castigar los crímenes cometidos y los destrozos. Paz Paz, insistió el Jefe de Estado. Yo seguiré gobernando el país con el pueblo. Gobierno de calle. Con amor haciendo la paz y el socialismo. Vamos todos a trabajar y prosperar, instó. (Con información de Prensa Latina). Situación grave La derecha pretende en Venezuela re-editar el intento
golpista de 2002, ahora sin Chávez, para destruir a la revolución
bolivariana.
Se aprecia que Maduro y su gobierno, hacen esfuerzos para evitar el golpe pero las denuncias sobre el intervencionismo norteamericano se repiten. Detrás de Capriles está la CIA norteamericana que, en acciones encubiertas, trata de aprovechar el momento incurriendo en acciones delictivas de explícita provocación. ¿Cómo ayudar a Venezuela? Con todas las formas al alcance haciendo efectiva la solidaridad internacional. Pero, la acción más importante es interna. La revolución debe defenderse y la trinchera interna es definitiva. En esta trinchera tienen un lugar fundamental los trabajadores. Lamentablemente, han pasado los años y no hay manera de ponerse de acuerdo siquiera en los asuntos elementales. Hoy, sin embargo, está en jugo la sobrevivencia del proceso bolivariano. Las cúpulas sindicales deben hacer a un lado sus intereses burocráticos y reorganizar las fuerzas a nivel nacional. De no ser así deben quitarse de enmedio. No hacerlo, los haría responsables de la debacle. La otra opción es hacer un lado a esas entelequias. Hoy, en Venezuela, la imagen ante el mundo está marcada por la ausencia de los trabajadores organizados, los mismos que fueron altamente beneficiados por Chávez y no han podido siquiera organizarse de manera independiente. La Unión Nacional de los Trabajadores y la Fuerza Bolivariana de los Trabajadores no deben seguir enfrentados entre sí. Por muy serias que sean las diferencias, lo que está en riesgo es el proceso político en su conjunto. Más aún, los intereses gremiales no pueden salvaguardarse sin preservar al proceso bolivariano. Los sectores estratégicos de la producción, entre ellos los petroleros y electricistas, deben ser coherentes y, al menos, llamar a la reorganización del movimiento sindical, para estructurarlo en sindicatos nacionales de industria en todos los sectores de la actividad económica y social. Al momento, hay sectores como el transporte en manos de la derecha, lo mismo tratándose de la industria agroalimentaria. Eso crea condiciones favorables a la desestabilización yanki. Toca a los trabajadores salirle al paso de los golpistas y enfrentarlos con firme decisión. Es sabido que parte de la juventud venezolana ha sido envenenada por la derecha pero la juventud bolivariana debe incrementar las iniciativas y acciones para defender la lucha de su pueblo. En México miramos con atención los acontecimientos. Solidarios como lo hemos sido, apoyamos al pueblo venezolano y esperamos que supere todas las dificultades. También apoyamos al gobierno de Nicolás Maduro, para que no solamente se sostenga sino que avance, impulsando con medidas políticas acertadas el proceso bolivariano, que tanto ha servido para el desarrollo latinoamericano. Fuente: 2013, elektron 13 (109) 1-3, 19 abril 2013. Nicolás Maduro y Diosdado Cabello FOTO: Xinhua Esta página es construida por trabajadores del sector energía.
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